Doña Letizia,
vestimenta no académica para los actos culturales
Julia Sáez – Angulo
Vestir es un lenguaje y la elegancia se define como llevar
el traje adecuado en cada momento. Doña Letizia y Sara Carbonero, dos
periodistas con distinto destino, compiten en presencia y vistosidad, en las
fotos de las revistas del corazón de esta semana. Ambas coincidieron en la
entrega de los Premios Príncipe de Asturias.
Doña Leticia iba con una falda blanca de vuelos, un top
negro ajustado y el pelo rizado y suelto, sujeto en un lateral, muy al estilo
de los años 40, lo que la hacía parecer una muñeca/poupée, que busca ser “la
mas bella del baile” a lo Silvie Vartan.
Una entrega de premios no deja de ser un acto cultural y por
tanto académico, lo que requiere una vestimenta más sobria y desde hace unos
años, Doña Letizia ha convertido los Premios Príncipe de Asturias en un desfile
de peinados y vestidos, lo que quizás distrae informativamente al acto y
favorece a las revistas rosa.
El próximo lunes 5 de noviembre se
inaugura en Casa de América la inauguración del congreso internacional El canon del boom organizado por la Cátedra Vargas Llosa y Acción Cultural Española (AC/E) con
motivo de los 50 años de la publicación de La
ciudad y los perros, la
primera a novela de Mario Vargas Llosa y una de las obras fundamentales del boom latinoamericano. En el acto cultural
y académico se espera a los Príncipes de Asturias, los fotógrafos de revistas
de color están listos para ver que nuevo modelo lleva doña Leticia, una
distracción innecesaria.
Los modistos o asesores de imagen no aciertan con la
princesa consorte o doña Letizia no hace caso –también podría ser. No se trata
de que vaya la más bella del baile sino lo más adecuada al acto que asiste,
vistiendo el cargo, sabiendo a qué representa y pensando en los las y los que,
a su vez, van a asistir a ese mismo acto y no van dentro de la comodidad caliente
y confortable de un coche oficial. Son tiempos de crisis y convendría cuidar
mejor estos detalles.
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