lunes, 20 de enero de 2014

Andrés Bonifacio , héroe de la independencia filipina, en una exposición del Museo de la Biblioteca Nacional de España






Inaugurada la exposición sobre el líder independentista por Carlos Salinas, embajador de Filipinas:


“El sumo icono revolucionario filipino fue, ante todo, un hombre”


L.M.A.


“Más que una exposición, este acontecimiento es una afirmación de los lazos que unen nuestros dos países, España y Filipinas. Una nación que está detrás de la otra para honrar a sus héroes, es un gesto de amistad”, ha declarado Carlos Salinas, el embajador de Filipinas en España, en la inauguración de una muestra dedicada a Andrés Bonifacio, líder de la lucha independentista filipina, que podrá contemplarse en la sala Memoria del Saber, del 21 de enero al 23 de marzo.
 “Él es el sumo icono revolucionario filipino, pero además de dirigir una lucha armada, Bonifacio fue, ante todo, un hombre que dedicó su vida a su familia, un hijo obediente, un hermano mayor que cuidaba de sus hermanos, y un marido cariñoso”, así, ha rememorado Carlos Salinas la figura de Bonifacio.
Ana Santos Aramburo, directora de la BNE, ha recalcado en el acto la importancia de “esta muestra bibliográfica que servirá para mejorar el conocimiento sobre el pasado de dos países hermanos y para reforzar sus lazos de unión en el futuro”.
La directora ha recordado que “esto es sólo una pequeñísima muestra de la importante colección que sobre Filipinas conserva la BNE, reunida por Antonio Graiño y adquirida en 1959, y que contiene ejemplares de gran rareza, producto de los primeros pasos de la imprenta filipina y muchos de ellos en lenguas autóctonas”.
Realizada en el Museo de la Biblioteca Nacional de España, con la colaboración de la Agencia Española para la Cooperación y el Desarrollo (AECID), de la Embajada de Filipinas en España, y de la española en Manila, la exposición recoge una selección de libros y folletos sobre el Katipunan, publicados en España y guardados por la BNE. En ellos, se puede apreciar la diversidad de puntos de vista y, en algunos casos, un conocimiento difuso de la realidad filipina.
Entre las obras que se podrán contemplar, destacan las siguientes: General Aguinaldo and Philippine politics (1928), de José Clariño; True version of the Philippine revolution (1899), de Emilio Aguinaldo; La religión del Katipunan ((1899), de Isabelo de los Reyes y Florentino; y El Katipunan o El filibusterismo en Filipinas (1897), de José del Castillo.
Bonifacio y el Katipunan
Andrés Bonifacio fue fundador en 1892 de la sociedad secreta revolucionaria Katipunan y partidario de la acción armada. Sus planteamientos fueron más radicales que los de José Rizal, en lo que se puede considerar el primer movimiento anticolonial en Asia.
El 30 de noviembre de 2013 se cumplieron 150 años del nacimiento de Bonifacio. El movimiento ilustrado, que había consolidado una identidad nacional filipina, se reforzó a partir de su trabajo, contando con amplio respaldo popular. El reconocimiento a su figura se produce en el marco de revisión de las políticas coloniales y de reconocimiento de los lazos existentes entre dos naciones con un pasado común.
Cuando en agosto de 1896, medio año después del fusilamiento de Rizal, se produjeron los primeros conflictos armados entre la guerrilla insurgente y el ejército español, aparecieron también disidencias internas en el propio movimiento independentista. Andrés Bonifacio fue juzgado por un Consejo de Guerra de las fuerzas de Emilio Aguinaldo, presidente del gobierno revolucionario filipino, que lo consideró culpable de sedición y traición, y lo condenó a muerte. Fue ejecutado, junto con otros compañeros, el 10 de mayo de 1897.
La historiografía filipina reconoce a Andrés Bonifacio una capacidad especial de movilización de las masas indígenas en pro de la independencia y la paternidad del Katipunan, cuya evolución dio lugar al ejército revolucionario.
El movimiento ilustrado, que había consolidado una identidad nacional filipina a partir de su formación universitaria y de sus viajes por Europa y los Estados Unidos se refuerza, a partir del trabajo de Andrés Bonifacio, con un empuje popular que lo completa. El Katipunan reivindicó la independencia a nivel personal y político, el bienestar general y el igualitarismo. Tuvo el apoyo de la pequeña burguesía y, sobre todo, de la población urbana y rural menos favorecida.

La muerte de Bonifacio puso punto final a la existencia del Katipunan y consolidó el establecimiento de un gobierno revolucionario presidido por Emilio Aguinaldo.


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