Julia
Sáez-Angulo
Francis
Bacon -artista poco menos que adorado en el Museo del Prado- ha reinterpretado
la imagen del diablo en el cercano cuadro de El Greco, en su cuadro Mujer dormida. Por su parte, Pablo
Picasso se inspiró en las figuras desnudas del cuadro La visión de San Juan ( El Apocalipsis) de El Greco para pintar su
célebre cuadro Las señoritas d´Avignó (1907)
(cuadro pistoletazo de la salida del cubismo, no conseguido por el Museo del
Prado para la exposición), que representa mujeres prostitutas de un lupanar
barcelonés en la citada calle.
Estas y
otras muchas observaciones curiosas sobre trasposiciones o títulos podrán
contemplarse en la exposición “El Greco y la Pintura Moderna”, que tiene lugar
en el Museo del Prado hasta el próximo 5 de octubre.
Singulares
contemplaciones, observaciones, influencias o reinterpretaciones acertadas o
malévolas de los artistas contemporáneos como Manet, Cezanne, Picasso, Chagall,
Modigliani, Kokoschka, Pollock o Saura. La comparación de por donde van las
influencias: composición, color, forma, concepto, es un ejercicio audaz, donde
la crítica feminista se queda un tanto perpleja ante cuadros como los citados.
Es la
denominada misoginia global denunciada internacionalmente, que se manifiesta
“sin maldad intencionada” en el inconsciente de autores como Picasso o Bacon,
con sus trasposiciones escandalosas, ante las que seguramente ellos y otros
muchos no han caído.
Santiago
Rusiñol y Zuloaga fueron los pintores que mejor difundieron al Greco a primeros
de siglo en París, con sus cuadros, reproducciones, manifestaciones y
celebraciones, que pudieron contemplar o escuchar en sus estudios algunos modernistas
o vanguardistas como Picasso.
Rusiñol
adquirió dos cuadros del Greco en la capital Francesa con las representaciones
de María Magdalena y San Pedro, cuadros que después sacó en procesión por su la localidad Sitges. El propio Rusiñol
convocó una cuestación pública para hacer un homenaje y monumento público al
Greco en Sitges (1898), excelente “extravagancia” para reconocer el art
singular del pintor cretense/toledano, que ha llegado a influir en la pintura
moderna más que Velázquez y Goya. Es el único monumento público al Greco,
además del de Toledo
El Museo
de Cap Ferrat conserva los dos cuadros citados del Greco comprado por Rusiñol.
No ocurre lo mismo con “La visión de San Juan” que perteneció a Zuloaga –cuadro
hermoso y clave de la última etapa del Greco- y en el que se inspiró Picasso
para su primer cuadro cubista, que hoy se encuentra en un museo norteamericano.
Felizmente
nos queda el cuadro La expulsión de los mercaderes
del templo, cuadro testamento puesto que fue el último, donde se encuentran
las características representativas del Greco: luces espectrales, azules y grises, estilización de las figuras hasta doce cabezas el cuerpo (las tiene
de catorce), etc. Este cuadro, ahora en el Prado, se encuentra habitualmente en
la madrileña iglesia de San Ginés, donde cada sábado a las doce de la mañana,
miembros de la Fundación Anima Artis, lo muestran y explican a los visitantes.
La purificación del Tempo (iglesia de San Ginés. Madrid)
La purificación del Tempo (iglesia de San Ginés. Madrid)
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