L.M.A.
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.Exposición
Miradas en el mundo pictórico peruano,
en la Galería de Arte del Ateneo de Madrid, del 16 al 31 de diciembre de
2014, Organizado por el Consulado General del Perú en Madrid,
Señor Cónsul Arturo Chipoco Cáceda y la Junta de Gobierno del Ateneo
de Madrid, Secretario Segundo Miguel Pastrana de la junta de gobierno del
Ateneo de Madrid.
.-
Pintores: Leovigildo Cristóbal
Valverde y José Ugaz.
.-Presentación
de Leovigildo Cristóbal Valverde, por Wifredo Rincón García, que dice:
Obra de CRISTÓBAL
Soñar Perú, a través de la pintura de Leovigildo
Cristóbal
“Conocí la pintura de Cristóbal hace veinticinco años, en 1989, poco después de
ser elegido como Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores
y coincidiendo con el ingreso del pintor en la Asociación, a su llegada a
España. Pronto pude ver sus obras a través de su participación en los distintos
concursos convocados anualmente por la Asociación y debo confesar que me sentí
profundamente embriagado por su color y por su fuerza racial, pues sus pinturas
nos acercaban a Perú, a su Perú. Podíamos soñar Perú a través de sus cuadros,
acercándonos a sus gentes y a su color.
Ya en 1992, y a propósito de una exposición suya en Madrid, con motivo del V
Centenario, escribíamos que "cuando el crítico se encuentra con un arte
como el del peruano Cristóbal Valverde, puede entenderse de una manera precisa
la significación que tiene la cultura como vehículo de difusión entre los
pueblos y que si bien es cierto que España, en un momento determinado de la
historia llevó a la tierra americana el pulso de la civilización occidental
desde las particulares premisas de unas características especiales como son las
nuestras, al cabo de los años, son aquellos países los que nos devuelven su
mensaje en una manera genuina de entender una forma de ser y de sentir por
medio de las más nobles manifestaciones culturales, como puede ser el
arte".
Hoy seguimos sintiendo lo mismo al admirar las obras de Cristóbal. Y sentimos
admiración y gratitud por hacernos llegar, desde aquellas tierras que baña el
Océano Pacífico, desde aquellas tierras antiguas, pobladas por increíbles
civilizaciones, algo de su color y de sus costumbres; por hacernos sentir muy
cerca a personajes anónimos pero que son la misma esencia de su tierra; por
acercarnos tradiciones y costumbres como el baile grupal andino de la
Tunantada, originario de Xauxa Jauja, recogido en algunos de sus cuadros y que
dio a conocer con sus pinturas en durante el Festival Internacional de Granada,
dándose así el inicio para su reconocimiento por la UNESCO como Patrimonio
Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y junto a esa tradición el toro, que fue
llevado por los españoles a tierras incaicas del Tahuantinsuyo y que muy pronto
los artesanos de los primeros tiempos de la colonia lo incorporaron al
imaginario popular manteniendo su pervivencia hasta la actualidad, sumándolo él
a su temática pictórica.
Parte siempre Cristóbal, en sus composiciones, de un impecable dibujo, creando
figuras, en su mayor parte femeninas, que encierran la esencia de su tierra, en
actitudes diversas, de rostros indeterminados, o de espaldas, vistiendo
atuendos que recogen su tradición y que interpreta desde una sabia conjunción
de planos y de formas, como sabia es también la utilización de los colores que
embargan sus lienzos, colores que determinarán el título de sus cuadros,
utilizando en ellos palabras quechuas que los identifican: yana (negro), yurak
(blanco), puka (rojo) o ancash (azul).
Y a propósito de este último color, que
Cristóbal utiliza asiduamente en su pintura, no podemos olvidar que él nació en
el departamento de Ancash (azul), en el Norte del Perú, lugar donde comenzó su
formación artística que concluiría con su doctorado en Bellas Artes en Madrid,
y que hunde sus raíces familiares en la tradición de tintoreros, hilanderos y
tejedores de Chavín de Huantar, cuna de la civilización andina, aprendiendo de
su abuela, conocimientos milenarios, legados generación tras generación,
sobre las plantas tintóreas, las tierras de colores, los minerales, los
mordientes y sobre la cochinilla (en quechua llamada macnu), fuente de los
colores y de las técnicas de elaborar tintes para teñir los hilos de los
tejidos que visten hoy la gente de su pueblo, y que Cristóbal, heredero de la
cultura Chavín, sabe plasmar en sus obras con inmenso respeto a su pueblo y a
su cultura, haciéndonos así, con su pintura, Soñar Perú, como escribió de él el
pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín: "pintor que, en sus cuadros de
texturas de piel de llama, nos muestra poéticamente el mundo que lo
rodea".
Wifredo
Rincón García
Profesor
de Investigación del CSIC
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