L.M.A.
Con la acción Please, don’t feed the artist (Por favor, no den de comer al artista), Marc Montijano plantea una reflexión a través de una mirada irónica al mundo del arte. Una crítica al sistema del arte español, totalmente precario y abusivo. En el que el creador pocas veces puede vivir del arte y, sin embargo, muchas personas viven en torno al trabajo de los artistas.
Para este proyecto, dentro del marco de la feria Art Jaén, el artista ha transformado por unos días una porción del Museo de Jaén, en una especie de corral o jaula para animales delimitando el espacio con una tela de gallinero. Sentado sobre un lecho de paja y bajo un cartel en el que se puede leer: “Please, don’t feed the artist “, Marc Montijano aparece impasible y ensimismado, siendo observando por los visitantes del museo, como en un zoológico. Cerca de él, un grupo de modelos con la característica estética de su trabajo (sacos cubriéndoles el rostro, desnudos y cuerdas), aparecen recostados, acurrucados entre sí, en actitud abatida, como aquellos animales de circo explotados, función tras función. Marc Montijano se presenta a sí mismo y a su obra, como parte del espectáculo, pero en esta ocasión nos muestra con acidez la cruz, la realidad laboral que se esconde tras el trabajo de la mayoría de creadores en este país.
Como ha indicado Montijano: “Pretendo hacer una crítica al mundo del arte en España e invitar a la reflexión. En los últimos años, ha habido un boom de infraestructuras culturales y se realizan numerosos proyectos y actividades, pero no deja de ser un espejismo. Los recursos, generalmente públicos, llegan mínimamente al creador.
La norma es que una institución cultural o una administración, realice una exposición o programe una actividad con escaso o nulo presupuesto para el artista. Los recursos se destinan a sostener la propia infraestructura de la institución, es decir los gastos del continente y del personal que allí trabaja. Otra parte a los organizadores del proyecto y, si sobra algo, a la producción. Pero salvo milagro, no habrá ninguna partida reservada para los honorarios del artista, como cualquier otro profesional. El artista se mueve entre la gratuidad y los presupuestos irrisorios, en la mayoría de proyectos. Es una situación absurda y sangrante, propia de un país que no valora ni respeta la cultura.
Lo más triste es que a pesar de las condiciones totalmente abusivas, hay una cola interminable de artistas dispuestos a participar del abuso, a trabajar gratis. Con ello se ha creado un sistema enteramente amateur, pues la mayoría de artistas en España no pueden vivir del arte”.
La acción Please, don’t feed the artist, nos lanza una imagen impactante y cruda, que nos invita a reflexionar sobre la precaria realidad laboral de los creadores en España. Tras la performance, que duró aproximadamente dos horas, el proyecto queda a modo de instalación en el Museo de Jaén hasta la clausura de la feria el 30 de octubre de 2016.
Esta acción, forma parte de una trilogía en la que el artista reflexiona desde dentro sobre el mundo del arte. La primera fue el proyecto 100 veces No, el pasado mes de septiembre, que hablaba sobre la censura en las redes sociales y la pasividad con la que el mundo de la cultura la acepta; la segunda es la actual performance; y la tercera y última acción, titulada La fina línia que separa l'art de la mendicitat, tendrá lugar este invierno en Barcelona.
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