viernes, 10 de agosto de 2018

Pablo Reviriego, hombre hecho a sí mismo, acuarelista de pro, apóstol de la Acuarela


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 Pablo Reviriego y el pintor colombiano Pío Uribe (2016)



 Pablo Reviriego


Julia Sáez-Angulo


            07/08/18 .- MADRID .- A veces actúa como un panther , activo y con voz natural de micrófono y altavoz, resolutivo y operativo ante la vida y el arte. Su gran aportación al mundo de la acuarela, por ello lo llaman apóstol de la misma,  ha sido la de pintar y reclamar el gran formato para participar en los concursos de arte, donde la acuarela quedaba relegada por mor del tamaño menor. Los jurados son así: lerdos e incompetentes, como dicen algunos artistas, cuando no están los críticos de arte delante. Es así.

            No se trata de “ande o no ande, caballo grande”, sino de dar más espacio y oxígeno a la acuarela, que, como el pastel admite una superficie mayor que la habitual entre quienes la practican. ¿Quién dijo que la acuarela tenía que ser pequeña o mediana. Pablo Reviriego Moreno (Santa María del Berrocal, Ávila, 1948) se siente a gusto en el trazo amplio lírico o expresionista, donde el paisaje se expansiona y cobra una nueva dimensión estética y el gestualismo revela la caligrafía del artista. No reniega de la acuarela pequeña e íntima para disfrutar de cerca, pero insiste en el gran formato para los concursos, para dar en los morros a los críticos.

            El pintor disfruta en la convocatoria de pintura al aire libre en Ávila, cuando como miembro del jurado, ve llegar acuarelas bien hechas y resueltas, da igual que sean figurativas, abstractas o abocetadas. Está deseoso de entregarles algún premio.

            La vida de Pablo Reviriego ha sido la de un selfmademan, un hombre hecho a sí mismo, salido de un pequeño pueblo de Ávila, con padres que tenía tierras y vacas, pero con frecuencia falta de liquidez.  Cuando regresaba de la feria del ganado de Béjar con su padre por la noche, y las vacas se ponían de trasero contra una tapia o los árboles, ya sabían que había lobos y había que esperar a la luz del día. Las vacas protegían sus genitales o partes blandas por donde atacaban los depredadores.

-->           Con un tío suyo, que era pañero como muchos en Santa María del Berrocal, se puso en camino en una furgoneta y recorrían los pueblos para vender toda clases de textiles y mantas. Con su labia se metía a las señoras en el bolsillo. Solo tenían que bajar de las casas, cuando a su voz se asomaban a la ventana y Pablo decía para sus adentros: ¡Ya sois mías! Les vendía sábanas, toallas, calzoncillos, bragas y lo que se terciara. Recaudaba más dinero que su tío, lo que le despertaba ciertos celos. Claro que era joven, guapito y Dios le había dado voz y verbo.

            El chico tenía dotes comerciales Después de la curiosa experiencia de muchos caminos recorridos, muchas fondas para dormir y mucho bocadillos para comer, Pablo ancló en Madrid.

            La hostelería iba a ser su destino y trabajó como camarero en varios establecimientos. El muchacho Pablo sabía sortear a los viandantes de un mercado para llevar la bandeja entre dos pisos, sin que cayera nunca un vaso. Paulatinamente se fue promocionando en ese campo hostelero hasta que llegó a regentar el Rancho Texano, en la carreta de Barcelona, donde recalaban cabezas coronadas, miembros de la nobleza, actores de cine nacional e internacional junto a ricos y potentados. Allí se tomaba la mejor carne de buey gallego, braseado a la manera americana y con salsas USA. Seguidamente puso su propio establecimiento en el barrio de la Alameda de Osuna, una discoteca con actuaciones en directo, que fue un éxito durante un buen tiempo. También puso una tienda de ropa vaquera con regencia familiar. Un hombre de negocios.

            El hostelero Pablo Reviriego pintaba acuarelas en su tiempo libre y estudiaba formas y técnicas con los cursos CCC por correspondencia que venían de Barcelona. Colgaba algunas obras en el vestíbulo de su discoteca y se vendían muy bien. El hostelero siempre ha tenido un sentido claro del negocio que ha de ser, al mismo tiempo productivo para él, servicial para los demás, de lo contrario no funciona.

            El arte se le había metido hasta las cejas. Pintar era para Pablo un actividad mágica que le hacía sentirse creativo y sublime al mismo tiempo. El arte le hacía trascender el trabajo cotidiano y le elevaba por encima de todas sus cuitas. Conoció a Benjamín Palencia siendo joven y esto le había marcado. Después trató a Julio Quesada y a Rafael Requena, acuarelistas de primera fila, de quienes aprendió de su maestría. “No he recibido clases de ellos, pero como si lo hubiera hecho, porque he seguido de cerca su obra”, confiesa el pintor, que ha dejado sus recuerdos en un pequeño libreto que habla con gracia de sus anécdotas vividas.

            El artista abulense es un hombre servicial, dispuesto a echar siempre una mano, a ayudar o a acercar a las señoras a su casa. En la Agrupación Española de Acuarelistas y en el Grupo pro Arte y Cultura lo conocen y lo saben. Lo sabemos. Es un ser generoso y servicial por ello está siempre rodeado de damas

            Ahora, Pablo Reviriego acaba de inaugurar por primera en Santa María del Berrocal, una exposición con casi medio centenar de acuarelas en las que recrea los paisajes rurales y naturales de su pueblo, así como algunas costumbres del lugar. Todo ha sido como un retorno triunfal, dentro del eterno retorno. Pablo Reviriego es profeta en su pueblo.

Más información
http://bienalinternacionalcaudete.com/pablo-reviriego-moreno-espana/


En Santa María de Berrocal (2018)
     Ha quedado inaugurada la exposición de Pablo Reviriego en Santa María del Berrocal, Ávila, que contó con la presencia de la alcaldesa en funciones de Ávila Sonsoles Sánchez Reyes; el diputado y Alcalde de Piedrahita, Federico Martín; la presidenta del Hogar de Avila en Madrid doña Anunciación Guil y el alcalde de Santa María del Berrocal, José Reviriego, que pronunció  cariñosas palabras sobre el artista y su exposición. Pablo Reviriego agradeció la presencia de las autoridades y del numeroso público. La muestra puede visitarse hasta el día 25 de agosto.

     Noticias recientes hablan de numerosa venta de acuarelas en la exposición.

 "Santa María del Berrocal", por Pablo Reviriego
Ávila   





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