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Julia Sáez-Angulo
20:14:43 .- MADRID .- La mayoría de
sus cuadros representan mujeres rellenitas, sonrientes en su plenitud de senos
y regazo para amar y abrazar. Sus célebres “gordas” entre los coleccionistas. Gordas que tienen vida. Mujeres
entradas en carnes que no temen la bulimia, si bien la pintora es delgada, fina
y elegante como una modelo de pasarela, para más señas bilbaína a tope -reside en Bilbao y eso imprime carácter-, aunque haya
nacido en la vizcaína Carranza y se sienta carranceña hasta las cachas. No hay
mayor alegría para ella que exponer en el espacio alto del
Ayuntamiento, como lo ha hecho, feliz, en varias ocasiones en que la he
acompañado a la inauguración, cuando era setiembre.
Los recuerdos de María Teresa Gutiérrez -Ahedo Txávarri (Carranza. Vizcaya, 1941) en la infancia
de Carranza son una olla de emociones varias. Teresa Ahedo, todo corazón y
sensibilidad para cuidar a madre y dos tías mayores solteras, siempre al pie
del cañón desde que la he conocido, es una artista visual, dibujante excelente y
pintora de entrega, además de una mujer
solidaria y reivindicativa a favor de la
mujer y los niños –sus nietos le vuelven loca de elogios-, como lo ha
demostrado en sus exposiciones y participaciones en certámenes en favor de estas
causas. El maltrato a la mujer la encocora. Sabe mucho del sufrimiento humano y
lo plasma en este mundo y en algún crucificado expresionista. Recientemente ha
participado, junto al Grupo pro Arte y Cultura, en una exposición "Simpatía con el Expresionismo" en el Museo
Jorge Rando de Málaga.
Dibuja sin cesar y fueron sus
trazos de línea gruesa los que me atrajeron la atención sobre su arte, cuando
expuso en el antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo en la Ciudad Universitaria de Madrid. Hoy sus
dibujos están en la Biblioteca Nacional de España y en el Museo del Dibujo de
Castillo de Larrés. El dibujo es su caligrafía, sus señas principales de
identidad, a trazo gordo o fino, de tintas, rotring, grafito o carboncillo... “Dibujar para mí es ¡respirar!, ¡vivir!, ¡disfrutar!... El dibujo
es virtud”, afirma Teresa y añade: “He podido oler el arte y su color”.
Ciertamente no es temerosa ante la paleta cromática.
Su sensibilidad, haciendo honor a la
resonancia de su apellido Ahedo (“aedo” significa cantor épico de la antigua
Grecia, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua), se canaliza
también en la poesía, un ADN que se prolonga en los poemarios publicados por su
hija Teresa Marcilla, una notable poeta.
Teresa Ahedo Tiene tres hijas
inteligentes, muy guapas y profesionales consideradas, que prolongan su
feminidad amorosa. Con frecuencia, la pintora representa tres figuras femeninas
sonrientes y, a veces, añade una cuarta, que imagino a ella misma. Tiene
también un chalet en primera línea de playa de Castro que comparte sin reserva
alguna con los amigos. Yo le digo que esa casa debiera ser el Museo Teresa Ahedo, pero su marido que
tiene más cabeza que nosotras, dice que ambas estamos locas.
Teresa Ahedo, excelente dibujante,
buena pintora y gran persona, quiere y lo demuestra. Quiere y permite quererla.
Más información
Cuatro figuras, de Teresa Ahedo
Crucifixión, de Teresa Ahedo
Conozco la obra de Teresa Ahedo; magnífica obra que, en este caso, corresponde a una mujer magnífica a la que solo conozco por referencia. Desde niñas.
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