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Blanca Cuesta
Julia Sáez-Angulo
05/09/18 .- MADRID .- Más que de
Boticcelli, tiene un aire prerrafaelita por su figura delgada, lánguida con
acentos mórbidos, por su melena larga, rizada y rojiza, que esconde y alarga su
rostro al natural. Una Jane Morris afilada para Dante Gabriel Rossetti. O un porte
del estilo de los nazarenos, grupo estético alemán coetáneo de los
prerrafaelitas. Ella cuenta con dos titulaciones: Educación Infantil y
Enfermería, y ha ejercido como modelo en la pasarela Gaudí y en publicidad, si
bien la pintura ha captado sus energías en los últimos años. La pintura y sus
cuatro niños, cuatro amorcillos de la pintura clásica, porque a ella no se le
pueden atribuir churumbeles.
Blanca Cuesta Unkhoff (Huelva, 1973)
es la cuarta hija del doctor Miguel Cuesta y de la enfermera alemana Haidi
Unkhoff, criada en Barcelona. Desde 2007 está casada con Borja
Thyssen-Bornemisza, único hijo de la baronesa Carmen Thyssen y es madre de tres
niños y una niña Sasha, Erik, Enzo y Kala. Hasta que no logró su niña, Blanca
no cejó. Hasta aquí lo biológico y biográfico, pero nos interesa sobre todo lo
artístico.
Ejerció como modelo de moda, pero el
matrimonio y los hijos, pese a la ayuda cercana, necesitaron su dedicación,
hasta que con su amigo el pintor Pedro Sandoval, hoy director del Grupo pro
Arte y Cultura, PAC, que no se dedica en absoluto a la docencia, como excepción
le enseñó a pintar (Joan Miró hizo la misma excepción con Mayte Spínola en su
estudio de Mallorca) a su estilo y manera y Blanca Cuesta salió discípula
aventajada. El expresionismo abstracto y el pronto automatismo definen su
estilo que gustó y fue bien recibido por espectadores y coleccionistas, desde su
primera exposición en 2012. Sus precios se cotizan a partir de los 3.000 euros.
Las Venus pintadas, manipuladas por
Blanca Cuesta, tuneadas para la firma Smylife, a favor de Mensajeros de la paz, alcanzan las cifras más elevadas en las subastas
que tienen lugar en la Fundación Thyssen-Bornemisza a favor, como he escrito,
de la citada causa solidaria. El éxito artístico de Blanca Cuesta despierta
algunas envidias de cierto scolegas que alegan a su fama el mérito de su pintura,
pero lo siento: ¡no es así!, les digo. Blanca tiene talento, sentido de la pintura, el
color, el gesto y la armonía.
Blanca Cuesta no adoptó el apellido
de su marido para el arte, como tendría derecho a hacerlo. Empezó pintando “a
la maniera” de Pedro Sandoval; como todo artista que se precie en sus comienzos
lo hace como su maestro o referente, pero paulatinamente ha cobrado alas por sí
misma y va matando al padre como diría Freud. Ella sabe de arte por Sandoval y por
la colección de arte contemporáneo de su marido.
El expresionismo abstracto y
automático, con sentido armónico del color fueron ordenando/desordenando
lienzos y expuso en la madrileña galería David Bardía y en algunas de las
ferias madrileñas coetáneas a ARCO. El buen hacer y su popularidad hicieron el
resto. A ello se animó su generosidad de donar lo recaudado en una de sus
exposiciones para el padre Ángel -con quien le une una buena amistad- para su
obra Mensajeros de la Paz.
Blanca
es objetivo de la prensa del corazón por su matrimonio y distanciamientos puntuales
con la baronesa Thyssen, el nacimiento
de sus hijos, o sus sucesivas residencias en Barcelona, Madrid, Londres,
Andorra… pero la pintura va ocupando y desplazando a ese solo prisma de reflejo
en los medios. Todo era cuestión de paciencia y hechos. Su constancia es
ejemplar y confiamos en que lo siga siendo para no dejar en mal lugar a las
pintoras, como se quejaban en el pasado algunos galeristas. El Grupo pro Arte y
Cultura la subrayó pronto con el premio Revelación de pintora del año, pues su fundadora
gusta de apoyar a los artistas emergentes, y hoy su obra luce en el Museo Mayte
Spínola de Arte Contemporáneo en Marmolejo, Jaén.
Frente al peligro que algunas
mujeres tienen de dejar su arte en pro de la familia, Blanca Cuesta no está ni
estará entre ellas. Su vocación por la pintura está acendrada, cuenta con un
estudio espléndido que le permite explayarse en gran formato y su galerista
David Bardía cuenta con ella para exponer periódicamente.
Más información
Blanca y la baronesa Thyssen
Blanca, Borja y uno de sus hijos
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