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24.12. 18.- MADRID .- Contemplando
la obra pictórica de Ilumín Cortázar se ponen de manifiesto las dos grandes
fuerzas que nutren la historia del Arte: lo apolíneo y lo dionisíano, si nos
atenemos a la semántica de los griegos. El dios Apolo representa la razón, la bellza y el
orden, y Dionisos, la fiesta, la bacanal y el exceso. Lo que en la crítica de arte se
denominaría de modo smiplificado como la geometría y el gesto.
La
abstracción geométrica, el arte constructivo o geométrico llegó al circuito artístico
en los años 20 y se reafirmó en los 60. La pintura hard edge o de borde duro fue un movimiento que llegó para quedase y
convivir con la abstracción lírica y gestual, con el informalismo. Los neo-geos
son una constante en el arte.
Abstracción
geométrica y gestual son dos vetas tan potentes que van a dar un fecunda
secuencia en la pintura que llega a nuestros días. La geometría, que compone y
estructura, es infinita en su mundo de líneas, planos o polígones; la
gestualidad no tiene fin y viene a ser la caligrafía plástica inmediata de cada
artista.
Ilumín
Cortázar ha cristalizado ambas tendencias en su trabajo artístico. Su pintura
participa, alternativa o conjuntamente, de ambas manifestaciones, porque no ha
querido renunciar a ninguna de ellas. La geometría de borde duro estructura algunos
sus cuadros; la gestualidad inunda de ritmos curvos y danzantes la superficie
de otros. En algunas ocasiones se establece una conjunción de ambos lenguajes,
con la sabiduría sorprendente de la autora, que se manifiesta en armonía y no
en contradicción.
La
pintora madrileña viene del mundo del diseño, donde el estudio de la forma y
los campos cromáticos requieren amplio dominio. Con ese profundo bagaje, la
autora se sumerge en el campo de la pintura para indagar e investigar a fondo,
el mundo del color y de la forma en la planitud del soporte lienzo, papel o
tabla. Toda una tarea por delante en la que está dispuesta a afrontar con conocimiento
y energía.
La
pintura de llumín Cortázar ha sido seleccionada en algunos certámenes y la
pintora prepara actualmente una exposición individual para el mes de abril de
2019 en Madrid. Ella sabe que el arte es una carrera de fondo, en la que se
registran distintos quiebros. Da la razón a Picasso cuando dice que al
trabajar, no se busca, sino que se encuentra. La dinámica indagatoria lleva al
eureka como recompensa.
A
Ilumín Cortázar no le asusta el maridaje de los colores, porque sabe mucho de
ello. Colores fríos o calientes se enlazan y armonizan en la obra de arte. Indaga
en la técnica, porque con ella se consiguen resultados visuales sorprendentes de
relieves y apariencias, que a veces frisan el trampantojo. Cuida los bordes y
los cantos del cuadro, para prolongar la pintura más allá del plano o incorporar
el propio soporte a la apariencia de marco.
Regresando
a Picasso, recordemos lo que el maestro malagueño dijo en 1923: cuando se crea una forma, esta adquiere vida
propia. La obra de Ilumín Cortázar es un continuum, donde cada cuadro conforma una manera de estar y de interpelar
al espectador.
Julia Sáez-Angulo
De la Asociación Internacional
de Críticos de Arte, AICA/Spain
Más información
www.ilumincortazar.com
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