sábado, 23 de marzo de 2019

"El juego del arte Pedagogías, arte y diseño" en la Fundación Juan March


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          22 marzo – 23 junio 2019


   L.M.A. 


      23.03.19 .- Madrid .- Esta exposición, titulada “El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño”, quiere mostrar, precisamente, hasta qué punto las nuevas pedagogías del siglo XIX más radicalmente basadas en el concepto de "juego" y en el "dibujo para todos" han sido un factor para explicar el surgimiento del arte de vanguardia y de la arquitectura y el diseño del siglo XX: se trata de buscar el origen del arte moderno también en la infancia de sus creadores, es decir, en las pedagogías en las que estos fueron educados, mostrando la relación de las teorías y las prácticas pedagógicas y sus juegos y juguetes educativos con el arte moderno, desde sus orígenes hasta finales del siglo pasado. Para ello, explorará una serie de relaciones e influencias mutuas que complementan la historia del arte, la arquitectura y el diseño modernos más allá del habitual orden formalista de los acontecimientos con el que se suelen narrar ambas historias en manuales y exposiciones.


 “Eso lo hace mi hijo de cuatro años”
Esta es una de esas frases que se oyen recurrentemente allí donde la conversación sobre el arte moderno y contemporáneo alcanza algún grado, por mínimo que sea, de polémica. Y ya ni siquiera es un argumento encendido. En general, se hace en el tono, más bien displicente, del comentario soltado al azar, en consonancia con el sentir de que, a diferencia del gran arte de siglos pasados, el del XX se caracteriza por una falta de seriedad, de madurez, de oficio manual y de talento: en definitiva, por una especie de endémico infantilismo, que aquejaría a buena parte de la producción del siglo.

Pero, ¿y si, efectivamente, ocurriera no solo que “eso” –el arte moderno y contemporáneo– lo pueden hacer niños de cuatro años, sino que, precisamente, solo pueden hacerlo ellos? ¿Y si lo que hubiera sucedido a los artistas del siglo XX, lo que explicaría el carácter común a muchas de sus prácticas, es que la mayoría hubiera decidido –con mayor o menor grado de conciencia– “hacerse como niños”? Y, sobre todo, ¿y si esa especie de vuelta a la infancia fuera algo más que una pose infantilizada y, en realidad, escondiera una seria sugerencia sobre el modo en el que quizá deberían repensarse determinados principios, que regulan no solo las artes de nuestro tiempo, sino los modos en los que educamos y somos educados, y en los que organizamos la relación específica entre medios y fines que determinan nuestra cultura? ¿Y si lo que pasa es que, si nos figuramos la historia del arte como una casa construida a lo largo de los siglos, deberíamos pensar que lo que ha ocurrido en ella durante el siglo XX es, sencillamente, que el arte se ha trasladado de las estancias principales y nobles al cuarto de juegos?

Esta aproximación genealógica al arte moderno se mostrará a través de una amplia selección de más de 300 manuales de dibujo y materiales, recursos y juegos educativos procedentes de la colección del profesor Juan Bordes, comisario invitado de la muestra, con obras y documentos de las vanguardias y el arte, el diseño y la arquitectura del siglo XX. Se trata de obras del cubismo (Gris, Braque, Picasso, el segundo cubismo), el neoplasticismo (Mondrian, Van der Leck, Van Doesburg, Rietveld y Van't Hoff), la Bauhaus (Gropius, Itten, Klee, Kandinsky, Gunta Stölzl, Feininger, Josef y Anni Albers), la obra de arquitectos y diseñadores como Ray y Charles Eames, Bruno Munari, Hermann Finsterlin, Bruno Taut, Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Enzo Mari o Marcel Breuer, además de obras suprematistas, constructivistas, futuristas, dadaístas o surrealistas y una amplia selección de artistas, diseñadores y arquitectos de la segunda mitad del siglo XX.


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En las últimas décadas, la relación entre el arte del siglo XX y el juego, la educación, la infancia o lo primitivo ha sido objeto de no pocas exposiciones: algunas se han dedicado a los juguetes populares; otras, a los juegos y juguetes diseñados por las vanguardias o por artistas, arquitectos y diseñadores contemporáneos; y otras, al dibujo o la literatura infantiles, a los libros de artista o a aquellos ilustrados para niños.

Sin embargo, las investigaciones que han rastreado la influencia que los nuevos modelos pedagógicos aparecidos en el siglo XIX para la educación del niño, y también para la enseñanza del dibujo, base de la práctica artística, han tenido en las vanguardias (y, por tanto, también en el arte, la arquitectura y el diseño de todo el siglo XX, herederos de aquellas), no se han resuelto en una exposición.

Precisamente ese es el relato visual pretendido por El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que quiere hacer patente cómo las novedosas pedagogías del siglo XIX más radicalmente basadas en el juego y en la experiencia del “dibujo para todos”, inspiradas por el Émile (1762) de Jean Jacques Rousseau (1712-1778) y cuyo destilado más conocido quizá sea el sistema del Kindergarten de Friedrich Froebel (1782-1852), han sido un germen tan eficiente como desatendido del gran cambio introducido en la tradición por el arte moderno.

La muestra quiere hacer visible que la génesis del arte moderno también se encuentra en la infancia de sus protagonistas y en la educación que recibieron. No se trata, por tanto, de ver el arte del siglo XX desde la perspectiva de un niño, sino de verlo como el resultado, también, de los niños que alguna vez fueron los protagonistas de esa historia.

La amplitud y la complejidad “comparatista” del proyecto, desarrollado durante los dos últimos años, ha necesitado apoyarse en muchos préstamos procedentes de colecciones e instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Con ellos, la exposición confronta una amplia y nunca expuesta selección de manuales y métodos de dibujo, de materiales, recursos y juegos educativos procedentes de la colección de Juan Bordes, comisario invitado de la muestra, con obras de los principales artistas, arquitectos y diseñadores del siglo XX.

En El juego del arte. Pedagogías, arte y diseño, que cuenta también con Norman Brosterman y Juliet Kinchin en su equipo curatorial, los juegos educativos se alinean con las obras de arte, la arquitectura y el diseño del siglo XX atendiendo no solo a sus similitudes formales –que son evidentes–, sino también a los casos históricamente documentados de tantos artistas efectivamente educados en las nuevas pedagogías. Presenta las raíces de un arte, el del siglo XX, que puede y debe entenderse como el juego elemental y profundo de artistas que se entienden a sí mismos como niños profesionalizados.

La muestra y el catálogo correspondiente son fruto de una investigación cuyos antecedentes más remotos y directos –las publicaciones de Juan Bordes y de Norman Brosterman, que el lector encontrará citadas en los tres ensayos que configuran el catálogo– se remontan a la década de los años noventa. La exposición ocupa un espacio que aún estaba vacante a pesar de las muchas muestras que, en las últimas décadas, han tenido por objeto la infancia, la educación, el juego y el arte, el diseño y la arquitectura modernas, con sus importantes reflejos en la plástica, pero también en la política y la sociedad.

Actividades relacionadas con la exposición


·       Mesa redonda
La exposición explicada
2 abril 2019
Un coloquio con apoyo audiovisual con dos expertos ligados a la concepción y organización de la muestra, Juan Bordes, comisario invitado de esta exposición, y Manuel Fontán del Junco, Director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March y co-comisario de la muestra, moderado por el arquitecto y escritor Santiago de Molina (podrá seguirse en directo en www.march.es/directo).

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