“Jaque al Emperador”, novela de J.R. Barat, a los 200 años de la muerte de Napoléon, el depredador,

Julia Sáez-Angulo

28/4/21.- Madrid.- El 5 de mayo se cumplen 200 años de la muerte de Napoleón Bonaparte, general ambicioso, hijo de la Revolución francesa que, megalómano, soñó con apoderarse de toda Europa bajo su férula y fuerza. A España la menospreciaba y a su Corona más. Logró imponer sin pudor el nepotismo en varios tronos reales. 

Para algunos comentaristas, la invasión napoleónica en nuestro país fue un genocidio. Esperanza Aguirre, presidenta de la comunidad de Madrid en 2008, bicentenario del levantamiento madrileño contra los franceses, lo dijo en voz alta sin miramiento diplomático alguno. "Los madrileños no podían llevar ni siquiera una navaja en el bolsillo, cuando era su utensilio habitual para comer". Napoleón Bonaparte es un mito para Francia que lo ensalza, pero un depredador histórico y déspota para los pueblos que invadió, desde España hasta Rusia.

En España, el ejército napoleónico pasó con engaño hacia Portugal, pero se quedó, ocupó y destrozó buena parte del patrimonio histórico artístico (el tercer azote junto a la Desamortización y la Guerra civil del 36). Napoleón fue un depredador, un ladrón de obras de arte de los países europeos que invadió, precisamente por su "conocimiento ilustrado". Al monasterio de El Escorial, sus generales iban con la lista escrita desde París sobre los objetos que requisar.

    Dejamos por el momento, las consecuencias nefastas que la invasión napoleónica en España tuvo sobre los territorios americanos.

“Jaque al Emperador” es una espléndida novela de 502 páginas en la que se narra y describe la situación del levantamiento de guerrillas contra el ejército de Napoleón, con todo el rigor de la novela histórica bien hecha, que inventa personajes y sentimientos, pero respeta los acontecimientos tal y como sucedieron. El libro ha sido editado por Algaida.

El autor, J.R. Barat, que ya ha escrito otras novelas históricas como “1707” y “Jaime I, el templario”, declara: “He intentado contar como fueron los años previos a la contienda,  como dieron comienzo los enfrentamientos y como se desarrollaron los hechos a lo largo de varios años de devastación y horror. Tamvbién se narra lo que ocurrió tras la guerra. Los personajes que aparecen pertenecen a todas las capas sociales. Hay reyes, mariscales y generales. Pero también hay campesinos, estudiantes, frailes y mujees que empuñaban el fusil o el cuchillo para defender su vida. Pienso que la novela es un retablo muy humano, que nos da una idea bastante aproximada de lo que fue ese periodo de la historia de España. El protagonista José Romeu es el protagonista que vertebra toda la trama.”

J.R. Barat es novelista, poeta y docente. Su escritura está transida de poesía y pedagogía, sin dejar el estilo narrativo que corresponde a una novela como friso, en este caso histórico.

“Durante muchos años he tratado de inculcar a mis alumnos el amor por la lengua y por la literatura. Y también por la cultura greco-latina. Siempre he creído en lo que hacía. El lenguaje condiciona el pensamiento. He sido un defensor a ultranza de la lectura en las aulas. Leer nos hace libres, críticos, cultos y maduros. Un buen libro es aquel que nos acude y conmociona. No hay conocimiento sin literatura, porque leer exige silencio, paz interior, reflexión. La historia nos dice de donde venimos, explica quienes somos y nos catapulta hacia el futuro. Vivir sin libros y sin conocimiento de la historia es lo mismo que vivir fuera del tiempo, encenagados en la oscuridad”.

Barat recuerda a Borges cuando dijo: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros, hay quien no puede imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”.

    Napoleón no murió en el triunfo sino en el segundo destierro. Pese a ello, los franceses lo veneran.