Julia Sáez-Angulo
04.02.2022.- Gmünd (Austria).- La nieve es algo muy serio e importante para los austriacos, niños o familias enteras se toman las vacaciones en la nieve durante al menos una semana, del mes de febrero y solo quedamos en Viena visitantes y turistas. Yo soy de los primeros, porque ya conozco la ciudad, si bien sus museos ofrecen maravillas distintas cada vez que se viaja a ella.
Mientras me acerco a la capital austriaca para recibir a dos amigos madrileños y visitar juntos de nuevo palacios, iglesias y museos, me recreo en la maravilla que leí en su día La Gran Trilogía sobre el Imperio Austro Húngaro del noble escritor Gregor von Rezzori, nacido en la Bucovina. Me la recomendó el excelente crítico literario español José Antonio Ugalde en 2000 y nunca se lo agradeceré bastante, por lo mucho que se aprende y disfruta.
El resumen de La Gran Trilogía sería así:
“Si las Memorias de un antisemita son una reconstrucción irónica y evocadora de la vida de un aristócrata nacido durante la primera guerra europea, y una reflexión, desconfiada e inquieta, respecto de la «diferencia», y si Flores en la nieve es un autorretrato muy alejado de las memorias al uso, recreación de un mundo que, aunque desaparecido con la Segunda Guerra Mundial, todavía hoy sigue siendo motivo de nostalgia, Un armiño en Chernopol -novela galardonada con el prestigioso Premio Fontane- es un grandioso fresco social de la Europa de entreguerras ambientado en una ciudad «imaginaria» inspirada en la Chernovitz natal del autor, donde se dan cita un sinnúmero de etnias y lenguas y los personajes más variopintos, por cuyas venas corre «sangre dacia, romana, gépida, ávara, petchenega, cumana, eslava, húngara, turca, griega, polaca y rumana». (Ya lo dijo aquel presidente norteamericano de la OTAN: "Europa está formada por tribus muy belicosas")
"El conjunto, esta «gran trilogía» es una invitación a revisar ese lugar y ese tiempo únicos, el imperio austro-húngaro, cuna de tantos intelectuales, artistas y escritores del siglo XX. A la vez, el tríptico es una prueba de la incomparable maestría con que el autor maneja los elementos expresivos del lenguaje, y da fe de su agudeza y sus conocimientos extraordinarios. Gregor von Rezzori era un mago de las palabras. Y Claudio Magris, en su introducción, apunta que fue «un extraordinario poeta de ese hiato que, para el hombre moderno, se abre entre el yo y la vida... el poeta de una abstracta esfera intermedia de la realidad».
Comparado a menudo con autores como Joseph Roth y Robert Musil, y considerado por algunos el Proust de la lengua alemana, Gregor von Rezzori recupera para sus lectores un fragmento no desdeñable de aquella Europa mítica, y lo hace con un lenguaje desbordante de colorido y musicalidad, gracias al cual consigue resucitar toda una época; y lo hace, como dijo Robert Hughes, «con transparencia, un ácido sentido del humor y una mirada alerta que sabe captar los matices del amor y la indiferencia, los paisajes y las actitudes tradicionales».
En la Europa de nuestros días, crisol otra vez de nacionalidades, lenguas y visiones del mundo, y de nuevo amenazada por el negro fantasma del racismo y la xenofobia, tanto más asombrosas resultan la actualidad del paisaje al que nos acerca von Rezzori y la vigencia de sus reflexiones sobre la ignorancia, las generalizaciones nefastas y la intolerancia que se condensan en el «miedo a los bárbaros». En resumen, un gran libro, una trilogía imprescindible”.
Gregor von Rezzori (1914-1998), hijo de una familia cosmopolita y aristocrática, nació en Czernovitz, capital de la Bucovina cuando era una provincia oriental del imperio austro-húngaro. Estudió en la Universidad de Viena y vivió también en Bucarest, en Berlín, en París y en Italia. Personalidad polifacética, al margen de su actividad novelística, fue periodista e ilustrador y realizó incursiones en la radio, la televisión y el cine (como guionista y como actor).
Recuerden que el cineasta Luis García Berlanga tenía mitificado (el mayor de sus fetiches) al Imperio Austro-Húngaro y por ello lo citaba, con ocasión o sin ella, en todas sus películas, salvo la primera.
Votifkirke nevada (Viena)
Palacio Imperial de verano. Austria
Muchas gracias, querida Julia, por acordarte del comentarista que te animó a leer a Von Rezzori. La verdad es que el autor y sobre todo "Diario de un antisemita" me entusiasmó y lo recomendé a todos los amigos que eran buenos lectores.
ResponderEliminarJOSEAN UGALDE
Yo lo tengo pendiente...leí Flores en la nieve y me entusiasmó
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