Julia Sáez-Angulo
19/4/22.- Jerusalén.- Cuando le preguntaron a Golda Meir (1898-1978), la que fuera mandataria de Israel, si creía en las historias de la Biblia, se quedó perpleja y respondió: Mire, el Libro de los Reyes, es la historia de mi pueblo Israel, de mi país. Ella, que fue realmente una gran rectora del gobierno de Israel y confesó con humildad y lucidez, que como madre y abuela solo merecería un siete sobre diez, porque el diez al completo se lo entregó a una familia más extensa bajo su responsabilidad: la ciudadanía israelí. Una gran mujer que estuvo a la altura de lo que tenía que desempeñar en la vida y la historia.
La historia de Israel, desde el año 3000 antes de Cristo, hasta el nacimiento del mismo Mesías, se sigue con claridad y ritmo ameno en Saxum Visitor Center, un centro de estudios e interpretación de la denominada Tierra Santa, que ha ido siempre unida al gobierno de profetas, jueces, reyes o imperios que convivieron o sometieron a Israel, con la deseada conquista de la ciudad de Jerusalén. Imperios como el de Nabucodonosor o el romano de Tito destruyeron el emblemático templo de Salomón una y otra vez… y hoy solo queda el muro de las lamentaciones. El verdadero templo de hoy es en “espíritu y verdad”, como señala Cristo en el Evangelio.
Mapas, maquetas, grabados, pantallas interactivas, audiovisual, guías explicativas plurilingües… van centrando al visitante en una instalación museográfica concebida con acierto por los museógrafos españoles Carlos Bernar y Antonio Vaillo, arquitectos. En un horario de mañana y tarde gotean grupos y visitas individuales a este Saxum Visitor Center, donde a su vez tienen lugar en, la parte anexa, principal o complementaria, cursos, conferencias o convivencias de estudios bíblicos, teología y otras disciplinas.
Durante los dos años de pandemia, Saxum recibió numerosas visitas del interior de Israel, por lo que aumentó el flujo interior, al no poder salir la población del país.
Saxum, que significa roca o piedra en latín, contó con una inauguración en 2019, una, ceremonia civil, por el ministro de Turismo de Israel, y la otra, bendición religiosa, del Patriarca Latino, el franciscano Pierbatista Pizzaballa. Este ambicioso Centro de estudios e interpretación, tranquilo y ajardinado, está situado en el pueblo de Abu Gosh, a once km de Jerusalén y está bien comunicado por carretera y autobuses con la ciudad de David, y con la de Emaús, por medio un grato sendero, que recorren los peregrinos, muchos de ellos a pie desde Saxum.
Saxum bien vale una visita para centrar a los interesados en la historia del pueblo de Israel que corre paralela a la del Mesías ansiado, por medio de las distintas profecías a lo largo de los tiempos hasta el nacimiento, que el gráfico exterior de los muros sitúa en el año 6 antes de Cristo, en un ajuste de fechas en las que se sigue investigando todavía.
Digamos que entre batalla ganada o batalla perdida contra con persas, filisteos, amalecitas, mohabitas, helenos, romanos y demás, los profetas van anunciando que el Mesías será de la estirpe de David, que conducirá a todo su pueblo, que nacerá en Belén pueblo sin fama o relieve alguno, que sería afrentado y llamado “varón de dolores” (Isaías, 53. 3)…
Lo significativo es que el pueblo de Israel se trataba de una comunidad monoteísta (según el pacto de Abraham y Moisés con Dios), en medio de pueblos politeístas que adoraban a ídolos varios. Uno de los versículos de la Biblia dice con gracia (a mí siempre me ha causado sonrisa): “sus dioses son como espantapájaros en un campo de pepinos y, además, no hablan” (Jeremías 10. 5). (Solo se pudo representar a Dios, cuando se hizo hombre en Cristo)
Hay periodos conmovedores en la historia de Israel, como el del destierro de los israelitas en Babilonia. Un pueblo nómada de pastores o agricultores se encuentra de pronto en la gran Babilonia de palacios y jardines colgantes, se deslumbra (las ciudades siempre maravillan), y algunos de ellos llegan a convencerse de que, el verdadero Dios estaba en aquella grandeza y riqueza babilónica, no en la pobreza y la esclavitud israelí. Pero Jeremías los alienta y les recuerda quién era el verdadero Dios único, que no incumple sus promesas, por encima de palacios y jardines. El tiempo de Dios le dio la razón.
Israel es un yacimiento arqueológico vivo e intenso de norte a sur, por lo que las investigaciones se suceden continuamente. Los manuscritos del Mar o Rollos de Qumrán, llamados así por haberse encontrado en cuevas situadas en Qumrán, a orillas del mar Muerto, son una colección de 972 manuscritos interesantísimos, hoy en el Museo de Israel, que arrojan gran luz sobre la historia del lugar. La mayoría datan del año 250 a. C. al año 66 d. de C., antes de la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén por los romanos en el año 70 d. C. y están escritos en hebreo y en arameo. Fueron descubiertos en 2017.
Como cada día se estudia peor la Historia en los manuales de Bachillerato, centros como Saxum Visitor Center vienen a suplir con su formación permanente. Lástima que no se provea de un folleto de fechas mínimas al visitante para llevarse a casa y repasar la información recibida. Dicen que están en ello. Sí hay bibliografía a la venta.
La editora Carmen Rodríguez Eyre explica bien el objetivo: "Empecé a colaborar con Saxum Visitor Center, un nuevo centro multimedia sobre los Lugares Santos y la Biblia ubicado en Abu Ghosh, a unos pocos kilómetros de Jerusalén. Está pensado para ayudar a los peregrinos y turistas de Tierra Santa a entender mejor lo que visitan. Promovido por la prelatura del Opus Dei, el proyecto ha sido construido y continúa creciendo gracias a los donativos de personas de todo el mundo. Desde su inauguración en febrero, ha recibido ya a miles de peregrinos de los cinco continentes. Es muy significativo el interés que suscita entre los judíos y fieles de otras confesiones cristianas. Yo me estrené acompañando a un grupo de protestantes evangélicos de Burkina Faso que se entusiasmaron con el recorrido.
A mí, aunque no sea lo más importante, me gusta mucho seguir la línea del tiempo desde Abraham y los profetas hasta Jesucristo, en sincronía con los hechos más relevantes de la historia universal, quizá porque me ha ayudado a comprender mejor que, en realidad, no es el hombre quien busca a Dios, sino Dios mismo el que, con paciencia infinita, sale al encuentro de los hombres, de cada hombre, generación tras generación".
Jesús y los discípulos de Emaús, mural en el oratorio de Saxum. Pintura del pintor sevillano Arístides Artal.
Estoy visitando Jerusalén gracias a vuestro blog. Ahora ya puedo ir y enriquecer mis conocimientos y espíritu porque ya tengo una gran guía. Muchas gracias.
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ResponderEliminarTomas Paredes Romero
Leída y documentada. Espero que descanses. Un abrazo. Tomás
ResponderEliminarjlpardocaeiro@gmail.com
11:19 (hace 4 horas)
Preciosa crónica Julia y que envidia sana me da leerte, me gustaría poder visitar Jerusalén, quizás algún día
Excelente crónica querida Julia! Ha sido una alegría conocerte y espero sigamos en contacto. Un abrazo
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