Julia Sáez-Angulo
Fotos: Pilar Adame y J. Sáez
5/9/23.- Madrid.- Hoy día 5 es la fiesta de San Julián, alcalde perpetuo, además de patrón de Marmolejo. La ofrenda de nardos al santo obispo hace que se agoten estas varas aromáticas en la floristería y haya que llevar claveles, pero ya no es lo mismo. La gente, pese al calor, se endominga un poco y acude a la misa en la que no falta el alcalde Manuel Lozano, acompañado de algunos concejales. El párroco predica la entrega de san Julián a los marginados y más necesitados, por eso fue santo y hoy luce, en su imagen procesional, la mitra y el báculo que le pertenecen por derecho propio como obispo.
Después, un paseo por las calles Peláez y Corso, donde todavía quedan casas solariegas de títulos nobiliarios, que residieron en Marmolejo, las dejaron y se fueron a las ciudades. Algunas de ellas están cerradas a la espera ocasional de sus dueños. El paseo lo hacemos con la guía entusiasta, Pilar Adame, que trae y consulta sus apuntes de vez en cuando, porque no quiere equivocarse ni meter la pata. A esto se le llama rigor docente.
No son casas señoriales ni ostentosas, sino solariegas, amplias de superficie y fachadas con más ventanas, balcones y molduras que las otras. Lástima que las cajas de ventilación del aire acondicionado, afeen con frecuencia las fachadas.
Comenzamos por la primera que es la última de la calle Peláez, del siglo XIX: la llamada Casa del Marqués, porque fue en su día de don Manuel López de Sagredo y Escolano, que ostentaba el título pontificio de Marqués de Villalbos. Era un título vitalicio, que desapareció con la muerte del marqués. Nos recibe su actual propietario, el economista Joaquín Romeu López de Sagredo, que nos va mostrando la distribución, ornamentación con profusión de espejos, y el patio ajardinado de la casa. Nos señala la foto de un bisabuelo suyo que logró reunir una partida de dos mil quinientos hombres contra los invasores de Napoleón y lograron matar a más de dos mil franceses. Pero esto fue en 1808 el Maestrazgo.
En el patio, un escudo en piedra, proveniente de la finca La Centenera, hoy en manos de los Spínola, escudo por identificar, pues no pertenece ni a los de Sagredo ni los Spínola.
Junto a Emilio Navarro, antiguo galerista de arte en Madrid, el anfitrión Romeu prepara la casa para acoger la llegada de artistas visuales internacionales, y vamos viendo su numerosa colección de pintura contemporánea, de autores relevantes como Paloma Peláez, Cucho Otamendi, Eduard Resvier, María José Coma Redondo; Daniel Bervis, Florentino Díaz, Nati Bermejo, Tono Carbajo, Luis Fega, Fran López Rul, Manu Muniategui… Una buena colección de arte de nuestros días, que rejuvenece el mobiliario de antaño.
Pero al final, de lo que Joaquín Romeu se siente más entusiasta y orgulloso es de su colección completa de libros sobre las Travesuras de Guillermo, de Richmal Crompton, de los años 30; más de 400 libros, que va mostrando y conservando con cuidado.
Casa de la Aviadora con dos escudos, almazara y jardín
La Casa de la Aviadora es un interesante caserón solariego, perteneciente a los antepasados de Catalina Navarro Parra, amiga de la madre de Mayte Spínola. Los dos escudos de la fachada corresponden a las casas de Navarro, Salcedo, Cárdenas y Jabalera. Junto a ella, convivieron en el XIX las casas-palacio del Conde de Gomara, del marqués de Villaverde y del marqués de Grañina. Hoy derribadas y desaparecidas.
Se la conoce como la Casa de la Aviadora, porque Catalina Navarro estuvo casada con el coronel de Aviación Juan Díaz Criado. Por ella pasaron personajes de relieve como Francisco Serrano Rodríguez, primer presidente de la Primera República; Cánovas del Castillo, Sagasta, José López Domínguez, Francisco Silvela, presidentes ambos del Consejo de Ministros, y otros. La casa era conocida entonces como La Meca.
Por último, la, hoy, Casa del Agua, antes conocida como la Casa del Médico Perales, con una torre mirador en su esquina, antiguo caserío propiedad del marqués de Albaida y Conde de Antillón. Hoy es un hotel boutique, perteneciente a la pintora Mayte Spínola, que lo adquirió en 2019, al estar situado junto a Museo de Arte Contemporáneo que lleva su nombre. El Hotel Boutique Casa del Agua, que cuenta con diez habitaciones, está decorado por la prestigiosa decoradora internacional Rosa Bernal, una de las mejores arquitectas interiores, que lo entonó todo en azules y conlleva también obras de arte contemporáneo del Grupo pro Arte y Cultura: Pedro Sandoval, Rosa Gallego, Jorge Rando, Nati Cañada, Lluis Roura, Manuela Picó, Antonio Vives Fierro, Aracely Alarcón, José Fayos, Linda de Sousa, Paloma Casado, Adriana Zapisek, Mercedes Lasarte, Amparo Alegría, Alonso de Sousa, José Luis Romeral, Carmen Thyssen y otros, además de cuadros de la propia mecenas Mayte Spínola.
Las habitaciones de la Casa del Agua llevan en la puerta de entrada las fotos de Mayte Spínola con Miró, Dalí, Antonio López, Claudio Bravo, Felix de Merode, Baronesa Carmen Thyssen...
El médico Perales en su día explotaba el manantial de aguas minerales de San Eufrasio, que aún se continúan comercializando con el nombre de Aguas La Paz.
Las casas solariegas -hay más, además de estas tres- dan belleza y prestancia a Marmolejo, que hoy las tiene bajo la protección dos. La primera se reserva para las históricas iglesias y ermitas. Ójala sus ediles sean diligentes para seguir manteniéndolas en su historia y mayor esplendor. Cerca de la Casa de la Aviadora se ha creado un pequeño aparcamiento público, falta hacía y en breve tendrán disponible un enchufe para coches eléctricos. La Casa del Agua, también esta terminando su propio parking cerca del hotel boutique.
Al terminar el recorrido, Pilar Adame nos ofrece la receta del cascaflote, el plato típico de Marmolejo a base de verduras que se cascan y flotan en la cacerola: tomates, pimientos, ajos, huevos y miga de pan, vinagre, sal y aceite de la zona, que aseguran es el mejor.
Escudo procedente de la finca La Centenera
Suelos de losetas de barro cocido del XIX
Casa del Agua. Hotel Boutique
Casa del Agua
Las varas de nardo .La flor favorita de mi padre. Le gustaba tenerla en jarrones. Mi vida de ese olor tan peculiar está ligada a su recuerdo. Para mí una flor y su aroma que llena mis emociones y recuerdos.Mayca Nöis
ResponderEliminarEstela Elmquist : Que preciosas casas !!!
ResponderEliminarLa casa ya es otra casa,
ResponderEliminarel árbol ya no es aquel:
han golpeado hasta el recuerdo...
¿Entonces a qué volver?
Comienzo de una canción folklórica de Salta, Argentina. Nuevos saludos,
Raúl