sábado, 30 de marzo de 2024

AMPARO ALEGRÍA, Escultora de lo monumental al pop. Obra al aire libre en diversas ciudades

Amparo Alegría, escultora




Julia Sáez-Angulo

30/3/24 .- Madrid.- Ha llevado a cabo cinco monumentos al aire libre -obras ganadas en concurso público-, hechas en bronce, madera u otros materiales. Amparo Alegría Pellicer (1956) estudió en la Facultad de Bellas Artes en Murcia, su ciudad natal, con excelentes calificaciones escolares y aparcó -sin aparcar del todo porque imprime carácter-, su primera titulación universitaria de Enfermería, para consagrarse de lleno al arte de la tercera dimensión.  Entró como pintora, pero sus profesores le insistieron en que ella era, por encima de todo, escultora. Ganó el premio Universidades por su curriculum académico. Ejerció también la docencia de Artes Plasticas durante un tiempo. “El arte no puede ser nunca, o solo, objeto de decoración, tiene siempre un objetivo y un por qué”, afirma con rotundidad. Amparo tiene un carácter animado, servicial y comunicativo, haciendo honor a su apellido.

“En realidad desde muy joven he estado vinculada de algún modo a las artes plásticas y me eran muy cercanas y familiares”. Amparo desde la adolescencia recuerda su buena amistad con el célebre pintor murciano José María Párraga, los pintores Fernando Flores o los hermanos Luis y José María Pastor, bien considerados en su tierra. “Todos pasábamos muchos días y ratos excelentes en la huerta murciana de uno u otro de nosotros. La de mis padres se llamaba “El carril de las palmeras”.

“Párraga estaba cotizado por sus espléndidos pirograbados o los dibujos a plumilla que eran soberbios”, recuerda Amparo. “Entonces se pintaba poco menos que para comer y se vendía poco. Cuando alguno de los artistas amigos vendía algo, lo compartía con el resto. También he estado muy cerca de Alberto Corazón que venía por Murcia, de los integrantes del Equipo Crónica en su taller, al igual que con Ángel Haro, Pepe Lucas o José Manuel Ballester o Juan Martínez Lax. Conservo obras de muchos de ellos. Y con todo ese mundo de artistas y el arte de observar fue toda una escuela para mí, la que me despertó una vocación clarísima de artista”, cuenta Amparo. 

“Recuerdo cuando la mujer de José María Pastor y yo le ayudábamos en la preparación base de sus cuadros, en los fondos, y luego llegaba él y con su mano prodigiosa contemplaba el espacio y con los pinceles dibujaba y repartía la materia de modo magistral hasta terminar el cuadro.

La Facultad de Bellas Artes de Murcia tardó en llegar. No se hizo realidad hasta principios de 2000, cuando es una buena tierra de artistas. Amparo Alegría pertenece a la primera promoción y allí estudió y aprendió hasta hacer, primero la tesina de 500 páginas y después la tesis doctoral, sobre “Variaciones de escala sobre el alginato”, un material singular extraído de las algas. Su tesis está basada en el método científico, después de dos años de “suficiencia investigadora” académica. Mujer inquieta y artista con tesón, le gusta investigar y marcarse retos. Tiene buenos conocimientos técnicos y sobre resistencia de materiales, lo que la capacita para abordar con seguridad la escultura.

Monumentos públicos en diversas ciudades

Primero fueron sus esculturas sólidas en bronce y de ahí, gradualmente, llegó al monumento público en León, Sigüenza, Granada, y San Javier (Murcia), todas ellas ganadas en concurso público.

“Estudio muy a fondo los proyectos para desarrollarlos, mostrarlos y argumentarlos bien. He ganado varios concursos, por ello. En Loja (Granada), que era un concurso sobre diez personajes históricos, elegí el de Isabel la Católica, porque ella creó allí el primero de sus hospitales para atender a la tropa. Ese monumento está declarado hoy punto de encuentro y referencia para muchos visitantes. El premio era de cinco mil euros y el coste de ejecución de sesenta mil.

        Se siente particularmente orgullosa de su escultura “Cor-Ínima”, hecho en textiles, que se encuentra en San Javier, porque lo adquirió el Ayuntamiento y se exhibe en la biblioteca. Ha participado en el proyecto de escultura itinerante al aire libre Lemon-Art, que pronto se exhibirá en Cieza.

Le gusta tanto la experimentación con materiales, que ha llegado a hacer esculturas con jabón casero, fabricado por ella misma -para interiores naturalmente-, “porque el jabón también limpia las conciencias de la clase política” (lamenta el deterioro del Mar Menor en su tierra, una zona preciosa, que era única y la dejaron abandonarse) “Jabón de esencias, lava manos y conciencias. Úsese en caso de necesidad”, decía el logo de una de sus singulares y artísticas pastillas de jabón”. Los ingredientes adecuados son importantes para la talla, para que salga bien y perdure. 

    Amparo Alegría utiliza toda clases de materiales naturales o reciclados, resinas, aluminio, metacrilatos, siliconas, textiles… además de la madera y el bronce.

Actualmente trabaja en escultura con metacrilato el de colada, que es el bueno y resistente. “Compro las planchas, diseño las piezas en el ordenador con distintos grosores, me las cortan con arreglo a los diseños y, pulo, ensamblo y las monto a mano. Son piezas interactivas las más de las veces. Muchas de mis esculturas lo son”, explica. 

Amparo ha viajado por numerosos países con la Fundación Travel Point y colabora con numerosas exposiciones y actuaciones solidarias junto al Grupo pro Arte y Cultura, fundado por Mayte Spínola. “En un viaje a Shangai con Álvaro Peña, ambos tuvimos que improvisar pintura en directo, porque las esculturas en bronce no habían llegado de España. Cuando estuve en China lo hice bajo el patrocinio de Naciones Unidas”, cuenta.


Amparo 
Alegría en el ejercicio de la  docencia


Proyecto Lemon-Art
Amparo Alegría Pellicer, escultora y fotógrafa

1 comentario:

  1. Querida Amparo,
    Me ha encantado tu reportaje, es estupendo y tu obra, que desconocía, me ha gustado mucho mucho. Tendré que ir a Murcia psra ver tu trabajo.
    Hace poco, después de Navidad, fuí a visitsr el museo de pintura de maestros murcianos que está en San Javier. Es amigo de mis primos y me encantó; el museo y el reencuentro con Murcia. DOLORES TOMAS

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