sábado, 3 de agosto de 2024

80 CUMPLEAÑOS. Almuerzo festivo con las Carmelitas de la Caridad Vedruna en El Escorial. M Teresa Cuervo, colombiana, Hermana General. La alcaldesa del Real Sitio, Carlota L. Esteban, alumna de la Congregación

Araceli Gómez, Carmen Valero, Pilar Cercadillo y Ana María Garrido
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Ana María Garrido y Carmen Valero


Carmen Valero Espinosa

 Fotos: J. Sáez

3/8/24 .- El Escorial.- Es la cuarta celebración que hago de mi 80 cumpleaños con familia y amigos. En esta ocasión ha sido un almuerzo festivo con las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna en el Real Sitio de El Escorial, no lejos del Real Monasterio de San Lorenzo. Me acompañó Julia Sáez-Angulo, que veranea en el mismo sitio y sacó las fotos. 

Pilar Cercadillo -enfermera de profesión- la responsable de la comunidad de 25 Hermanas mayores, junto a Ana María Garrido y Araceli Gómez prepararon una mesa aparte, con regalo de libros y tarjetas junto a mi plato. La bendición de la mesa la hacen siempre cantando y resulta emocionante. No consintieron que llevara la comida, sino solo el postre: tartas de San Marcos y Selva Negra, además de heladitos de nata sin azúcar, porque nos viene bien a todas las que vamos cumpliendo años.

Recordamos que yo he sido alumna de las Carmelitas, fundadas por Santa Joaquina de Vedruna (1783- 1854), congregación que hoy tienen colegios, residencias y actividades sociales por cuatro continentes. De paso, Pilar Cercadillo recordó que la alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López Esteban ha sido también alumna de las Vedruna, en el Real Sitio.

Joaquina de Vedruna fue una santa que recorrió todos los estados civiles:  soltera, casada, viuda y monja, además de madre de nueve hijos, de los que perdió tres siendo niños. La canonizó el papa Juan XXIII. El libro que me han regalado es la reciente traducción al castellano, por la Hermana Vedruna Rosa Ortí Mateu, de “Cruce de Caminos. Santa Joquina de Vedruna”, del jesuita francés Yves Raguin

El menú bendecido, al igual que los comensales: guacamole, gazpacho, solomillo de cerdo y ensalada mixta con cerveza sin alcohol. Yo, un poco yanqui, me apunté a la Coca Cola. La fruta llegó con ciruelas claudias buenísimas, del huerto adjunto a la residencia. Las tartas no tardaron en llegar y Pilar Cercadillo me hizo una emotiva laudatio.

“Se nos ha despedido el jardinero, hortelano, chófer… hacía de todo para nosotras, después de 11 años”, nos contó Cercadillo. “Ayer le hicimos otro almuerzo de homenaje y despedida, junto a su mujer. También hubo tarta”. Si es que no hay más, que buscar un motivo para la celebración. Ana María Garrido también nos cuenta que celebró su santo el día de Santa Ana, el 26 de julio, junto a otras cuatro Anas, que hay en la residencia. El santoral cristiano da para mucho.

A la hora de los postres y el café se nos acercan otra Hermanas, que han sido profesoras mías o las he conocido desde siempre: María Teresa Domper, que dirigía el Colegio Mayor en Madrid y me avisaba siempre que había croquetas para cenar en la residencia, para que me pasara por allí a tomarlas. Yo vivía cerca y esto facilitaba las cosas. La Hermana Margarita y Rita Vila también se acercaron. Hablamos de la inteligente Hermana Carmen Talayero que fue fundadora y directora del Colegio Mayor; de Fanita y Cecilia de la Cruz del Colegio Mayor en la República Dominicana, país con el que sigo teniendo continua relación, interesada por el asunto del Seybo, de expropiación de tierras a los trabajadores. 

Recordamos todas con orgullo a María Teresa Cuervo, colombiana y hasta 2023 Provincial de Vedrunamérica, que fue elegida como la nueva Hermana General de las Carmelitas de la Caridad Vedruna para el próximo sexenio. 

-Es una mujer muy buena, dijo Cercadillo refiriéndose a la General.

-¿Brillante?, se apresuró a preguntar Julia Sáez-Angulo

-No exactamente, aunque también, replica Cercadillo. Es buena, porque es cordial, inteligente, sabe escuchar, tiene inteligencia social, es piadosa…

    Ana María Garrido nos contó que uno de los milagros que ayudaron a la canonización de san Josemaría Escrivá, fue la curación del cáncer de una monja, Hermana Vedruna, que le rezaba pidiendo su curación. Hablamos de canonizaciones y sus dificultades. “Hay que canonizar a los santos al poco de morir, porque es cuando está todo fresco para recordar”, dice Pilar Cercadillo. “Pero hay médicos que aunque vean lo que vean, se niegan a firmar el milagro, como sucedió con Teresita González-Quevedo”, comenta Ana María Garrido. 

    Al atardecer, fuimos visitar a Josefina Rodríguez Sanjurjo, de 102 años, que se encuentra en la Residencia Orpea. Es hija del escritor Primitivo R. Sanjurjo. La visitamos porque es amiga, pero recordamos que el Papa Francisco ha concedido indulgencia plenaria a todos aquellos que visiten un anciano, en los quince días siguientes a los santos Joaquín y Ana (26 de julio), día de los abuelos.

            Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Vedrunas

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Primitivo+Rodr%C3%ADguez+Sanjurjo

María Teresa Cuervo, nueva Hermana General de las Carmelitas de la Caridad Vedruna - URC

Ana María, Pilar, Carmen, en el jardín de la Residencia, ante el abeto y las hortensias
Aracely, Julia, Pilar, Ana María
En el comedor de la Residencia de las Vedruna

"Mi cerebro solo se construye una vez ¡Actúa ahora! ".AUTORAS: Nati Beltrán y Pilar Enrich


 

Un manual para entender a los hijos y maximiza su potencial con el método Montessori y la Neurociencia

        2.08. 2024.- Madrid .- "Mi cerebro solo se construye una vez", de Natividad Beltrán y María del Pilar Enrich, es el título del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Toromítico. Se trata de un ensayo que, basado en los principios fundamentales de la pedagogía Montessori, está centrado más en el desarrollo psicológico, cognitivo, social y emocional que en las necesidades físicas de los niños, por otra parte, muy importantes, pero ya tratadas en otras publicaciones.

    Este “manual de instrucciones” ofrece estrategias probadas para mejorar el aprendizaje y el desarrollo de los hijos, cuyo éxito, según sus autoras, dependerá de la calidad del entorno que le proporcionen los padres. Un hecho que, sin duda, influirá en el cerebro que acabarán teniendo y, por lo tanto, determinará la persona en la que se van a convertir.

    Desvelar, entre otras muchas incógnitas, las razones de su comportamiento, el origen de las rabietas, por qué se lleva todo a la boca, o por qué llora cuando su padre se afeita la barba y cambia de aspecto, serán temas que tratará este libro que, igualmente, enseña a desarrollar las funciones ejecutivas y cognitivas del niño, esenciales para un buen desarrollo.

    En definitiva, Mi cerebro solo se construye una vez, es un libro que prepara a los padres para saber cómo cubrir sus necesidades de desarrollo en años cruciales, que es cuando su cerebro está en construcción.  Con capítulos digeribles y llenos de ejemplos, el método es fácil de implementar y tendrá resultados inmediatos tanto en el aprendizaje de niño, como en la calidad de su relación.

Autoras del libro

Nati Beltrán.- Española, madre y profesora de tres niños educados con el método Montessori. Siendo física, quedó asombrada por el enfoque científico de este y sus resultados superiores. Su hija mayor estudia en la Universidad de Oxford. Nati tiene un máster en Neurociencia por el University College London, y otro en Educación Integradora y Liderazgo Montessori. Escribe y realiza cursos a nivel internacional sobre inteligencia emocional, liderazgo y Comunicación No Violenta (natibeltran.com).

Pilar Enrich .- Guarda gratos recuerdos de su infancia en México, donde asistió al Liceo Francés y al ITAM. Hizo un máster en Museografía en Londres y enseñó en el Museo Británico, para después convertirse en una galardonada artista en Nueva York (pilarenrich.com). Ser madre Montessori la convenció de sus infi nitos benefi cios y se certifi có como profesora Montessori, ahora comparte su conocimiento y experiencias. Sus dos hijos ya son universitarios.

El Corán. Una traducción en español directamente del árabe, y el primer “Corán” editado en Córdoba en 1000 años

Antonio de Diego, traductor de El Corán

L.M.A.

    2 de agosto, 2024 “El Corán”, libro de referencia para los musulmanes y, para algunos, joya de la literatura universal, es el título de la novedad editorial que acaba de publicar la editorial Almuzara.
 
Se trata de una obra traducida al español, directamente del árabe manteniendo la literalidad y, a la vez, la poética, gracias al colosal trabajo de Antonio de Diego, quien ha logrado con esta obra fundir el mundo tradicional y el contemporáneo, usando un español rico en matices y conectado con la herencia andalusí.
 
Esta nueva edición, la primera editada en la ciudad de Córdoba en mil años, cuenta con una exhaustiva introducción crítica, glosario y un estudio bibliográfico para entender mejor su contenido.
 
El texto está traducido de forma rigurosa a la luz de los comentarios coránicos clásicos y transmite fielmente el pensamiento islámico, tratando con el mayor respeto y máxima fidelidad el texto original, así como su literalidad en todos sus ricos y particulares matices. El traductor se sitúa en la perspectiva arraigada en la tradición “islamicate”, dando un valor central a la poética, que reafirma la herencia islámica hispanohablante, al combinar el español contemporáneo con la incorporación de terminología árabe, legada por los moriscos, dentro de nuestro idioma.
 
Tras convertirse al islam en 2012, Antonio de Diego comenzó a estudiar el Corán y fruto de sus viajes e investigaciones por todo el mundo islámico ha surgido esta encomiable empresa, que tiene el privilegio de compartir, junto a los indios y moriscos, el poder transmitir este legado a la manera tradicional, es decir directamente del árabe al español sin pasar por otra lengua intermedia.
 
“Esta edición acerca la inmortal obra al público hispanohablante contemporáneo, ofrece la poética, el ritmo y los símbolos del Corán original. Una experiencia bella, compleja y desgarradora”, comenta el traductor quien, igualmente, ve necesaria su lectura para comprender el espíritu de una de las religiones clave en la historia de la humanidad.
 
El Corán es el libro sagrado de más de mil quinientos millones de musulmanes y la obra más importante de la literatura árabe. Un símbolo vivo, universal, que contiene el mensaje revelado al profeta Muhammad para toda la humanidad
 
Antonio de Diego González es Profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Málaga, Doctor en Filosofía por la Universidad de Sevilla y autor de más de medio centenar de publicaciones académicas. Con Almuzara ha publicado “Sufismo Negro” y “Populismo Islámico”.

jueves, 1 de agosto de 2024

GRUPO ARTIA en el Museo del Dibujo del Castillo de Larrés. MUDDI. Exposición comisariada por Alfredo Gavín

 


** «Grupo Artia, Artistas Visuales Contemporáneos»


                L.M.A.

        02.08.2024 .- El Grupo Artia lo forman artistas de diferentes disciplinas y destacadas trayectorias individuales, con numerosos premios y exposiciones a nivel nacional e internacional, con obra en colecciones públicas y privadas.

    Entraron en contacto en 2013, en el Primer Encuentro Internacional de Artistas Visuales, organizado en Portugal por Javier Aguado (Espacio de Arte-Espacio Abierto).

    Desde 2016, en Artia se integran, no solo artistas plásticos, sino también coleccionistas, críticos, filósofos y escritores, que animan los debates del grupo. Artia organiza periódicamente exposiciones colectivas; la más reciente, hasta ahora, en Villafranca del Bierzo (León), durante la decimosegunda edición de los Encuentros Internacionales y como parte de las actividades programadas, para 2024, por la prestigiosa Fundación las Edades del Hombre.

    Al margen de modas y tendencias, y como señala el pintor Luis Javier Gayá, “somos un grupo de amigos que disfrutamos trabajando y creando arte, aunque nos diferenciamos por la singularidad extrema de nuestra obra y de nuestro lenguaje”. Y los amigos tienen nombre: Irene García-Inés, escultora y directora de proyectos artísticos; Luis Javier Gayá, pintor; Héctor Delgado, escultor; Joan Llàcer, escultor y ceramista; Jung Yeun Park (Tania Park), ceramista; Mónica Cerrada, escultora y pintora, Nettie Burnett, pintora. Y como coordinadores el historiador Javier Aguado y la periodista Matilde Hermida.

    La exposición inaugurada en el Museo del Dibujo del Castillo de Larrés, MUDDI ha sido comisariada por el director del museo, Alfredo Gavín.

RETORNO A EL ESCORIAL XI. María de Echarri, nacida en San Lorenzo de El Escorial. Defensora acérrima de los derechos de la mujer en el campo laboral

María de Echarri y Martínez, fundadora del Sindicato Laboral Femenino. (Foto: Real Academia de la Historia)

Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial


Julia Sáez-Angulo

    01/08/24 .- El Escorial .- Una de las mujeres españolas, más destacadas en  la defensa de los derechos laborales de la mujer, fue María de Echarri (San Lorenzo de El Escorial, 1878 – San Sebastián, 1955). Ella estuvo muy comprometida con la causa feminista desde el punto de vista cristiano, en especial, de la mujer obrera, para las que reclamaba condiciones laborales más justas, sobre todo para modistas y trabajadoras domésticas, labores muy de la época en la mujer. Fue creadora del Sindicato Laboral Femenino en 1909 e inspectora de Trabajo. Propugnó la igualdad salarial y el derecho de las mujeres casadas a administrar su propio salario. 
    Nacida en una familia acomodada laurentina, María de Echarri se educó en el catolicismo influido por la Rerum Novarum de León XIII (1891), sobre la situación de los obreros, que ella derivó hacia las obreras, al contemplar y estudiar la situación de la mujer en el trabajo, con jornadas exhaustivas.
    En 1919, tras ser aprobada por decreto la incorporación de las mujeres a las vocalías del Instituto de Reformas Sociales, desempeñó este cargo y el de inspectora de trabajo, realizando una intensa defensa de las regulaciones de la jornada y las condiciones de trabajo de las mujeres que trabajaban como modistas en talleres de confección y como sirvientas en numerosos domicilios madrileños.
    María de Echarri fue impulsora de la llamada "Ley de la silla", que en 1912 exigía para las mujeres trabajadoras un asiento en exclusiva en su lugar de trabajo, siguiendo las recomendaciones de higienistas y sociólogos a favor de determinadas mejoras fisiológicas y sociales (pensando también en los días de la menstruación en que la mujer está más cansada); derecho que se extendió a los hombres en la Ley de 4 de julio de 1918, así se recogía en la exposición “Cien años de feminismo. Historia de las mujeres en España” (2012) en la exposición que tuvo lugar en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. 
    En una de sus crónicas publicadas, María de Echarri plantea más reclamaciones: «Tenemos derecho a que no se nos obligue a trabajar más de lo que nuestra salud permite. Tenemos derecho a que no se nos explote con jornales irrisorios. Tenemos derecho a vivir de nuestro trabajo. […] Nuestra Federación ha pedido al Gobierno la jornada máxima de nueve horas; ha pedido el aumento de jornal que, en justicia, se nos debe». Y, para ello, dice también que: «Muy urgente es que las obreras entiendan bien las ventajas de la sindicación, que acabará con tantas explotaciones como diariamente estamos presenciando»
    En 1924 fue una de las tres primeras concejalas del Ayuntamiento de Madrid y continúo siéndolo hasta 1930. Es autora de "El trabajo de la mujer" (1921), libro editado por la Concejalía del Ayuntamiento de Madrid y dicho Ayuntamiento inauguró con su nombre, el “Centro de Servicios Sociales María de Echarri y Martínez” en el Ensanche de Vallecas. María de Echarri cuenta con nombre de calle en Madrid y Zaragoza, no así en San Lorenzo de El Escorial, su pueblo natal y bien merece que se reconsidere este dato.
    María de Echarri nunca abandonó el trabajo en su Secretariado Benéfico y Social o en la Obra Teresiana, del Padre Pedro Poveda de la que formaba parte desde 1925. Fue una destacada propagandista y publicista social que publicó pequeñas novelas y cuentos destinados al adoctrinamiento feminista de mujeres y niños, escribió igualmente folletos y numerosos artículos en periódicos y revistas, sobre temas, que siempre fueron una plasmación práctica de sus preocupaciones sociales y activismo católico.
    Echarri no dudó en criticar a aquellos considerados “antifeministas acérrimos, todavía partidarios del equivocado dicho que ordena, que la mujer se limite al reino de la cocina, y no pase de la categoría de ama de gobierno. A esos no les habléis de la cultura de la mujer, de la educación de la mujer, de su aspiración legítima de conquistar terrenos hasta la fecha vedados, y que, sin embargo, le corresponden, de ser algo más que una máquina de dar brillo a la casa, o de repasar los desperfectos de la ropa. Se encogerán de hombros, sonreirán desdeñosos, se burlarán… y se enfadarán si se les quiere sacar de su equivocación”.
    Todo un personaje, María de Echarri, que acompañó a María Gómez, la cantinera del Monte Arruit a visitar a la reina Victoria Eugenia, tras el desastre bélico en el norte de África en 1921, tras las humillaciones que sufrió la cantinera y la pérdida de sus familia. Carlos Sánchez Tárrago ha escrito sobre la vida de esta cantinera en Marruecos.
La concejala María de Echarri y otras autoridades municipales del Ayuntamiento de Madrid (circa 1928)


RETORNO A EL ESCORIAL X. Rafaela Ortega y Gasset y Soledad Ortega Spottorno, dos mujeres relacionadas con El Escorial

Los padres de los Ortega, y Rafaela, en Vitoria (1914)

Del libro: Los Ortega. Imágenes de toda una vida. De pie, de izda a dcha: Eduardo, su primera mujer y Manuel, el pequeño de los Ortega. Rafaela es la que está a la derecha de su madre debajo


Julia Sáez-Angulo

31/7/24.- El Escorial .- Rafaela Ortega y Gasset, hermana del filósofo, autor de “La rebelión de las masas”, pasó sus veraneos y algunas estancias más en San Lorenzo de El Escorial, junto a sus padres, Dolores Gasset y José Ortega Munilla, y sus tres hermanos: Eduardo (1882), José (1883), José (1883)  y Manuel (1885). Ella conocía bien por tanto la historia del Real Sitio, la riqueza y belleza del Real Monasterio y la grandiosa naturaleza de la sierra de Guadarrama, tan ensalzada por los Ortega y otros intelectuales madrileños. Una placa recuerda en San Lorenzo, la casa en la que vivía la familia.
    Rafaela Ortega y Gasset (Madrid, 1884-1940) fue con los años una mujer muy comprometida en lo social y lo religioso de la sociedad madrileña del momento, colaboró estrechamente y por igual con la Residencia Teresiana del Padre Poveda, de confesión cristiana, fundada en 1911.y la liberal Residencia de Señoritas, fundada en 1915 y dirigida por  María Maeztu, aconfesional o laica, dependiente de la Institución Libre de Enseñanza (INLE).  Ambas Instituciones tenían como objetivo preparar y llevar a la mujer a los estudios de las carreras universitarias.
        Mujeres para el Diálogo, institución presidida por Giovanna de Calderón ha convocado este verano un certamen para descubrir o difundir la trayectoria de una mujer que haya llevado a cabo una tarea profesional digna de subrayarse. Rafaela Ortega y Gasset educada en ambiente intelectual, incluso aristocrático, bien merece la pena por su tarea de presencia, colaboración y gestión en dos instituciones tan importantes en la promoción de la mujer universitaria como fueron la Residencia Teresiana y la Residencia de Señoritas, que dieron nombres femeninos de relieve en la cultura española.
    Las mujeres de hoy, dentro de la sociedad en general, están llevado a cabo una buena tarea de descubrimiento y reivindicación de otras mujeres en la historia, que fueron preteridas por el hecho de ser mujer. Véase si no, la actitud de algunas Academias como la de la Lengua (a la que se admira por otras aportaciones), capaz de dejar fuera nombres femeninos como el de Concha Espina o Rosa Chacel. Actualmente trata de compensarlo con ingresos de mujeres en su sede. Por ello, es bueno traer a primer plano aquellos nombres olvidados para denominar bibliotecas o centros culturales como Ernestina de Champourcín, Gloria Fuertes, Elena Semprún
    El Museo Nacional de Mujeres en las Artes (National Musium of Women Artists, NMWA) en Washington se fundó por Wilhelmina Holladay y su esposo Wallace en 1981, al adquirir en Europa una magnífica pintura de la hispano-flamenca Clara Peeters (1594-1621) y descubrir que la mujer había sido una marginada en el mundo de las artes. Recientemente me ha llegado una noticia conectada: El Museo Meadows de la Universidad Metodista del Sur (SMU) ha anunciado la adquisición de dos obras de mujeres artistas artistas del siglo XVII: un bodegón de Josefa de Ayala (c. 1630-1684) y una cruz de celda pintada de María Josefa Sánchez (activa entre 1639 y 1652). 
    Volvamos a la vida y trayectoria de Rafaela Ortega y Gasset que nos ocupa. De ella me puso en pista el historiador e investigador Carlos S. Tárrago, que está escribiendo un libro sobre el hermano Eduardo Ortega y Gasset, periodista, escritor, abogado y Fiscal General, tan desconocido como otro hermano, Manuel, que tradujo a Dickens. Son los tres hermanos, casi ocultos, sepultados por la fama del filósofo José O. G. que los eclipsó.
     Rafaela O. G.  fue importante por su trabajo de presencia, trabajo y colaboración tanto en la Residencia Teresiana como  a Residencia de Señoritas, de esta manera puso de relieve que no era incompatible la creencia religiosa cristiana con la tarea de una institución liberal como era la Residencia de Señoritas. La convivencia y el respeto por ambas fundaciones es un ejemplo de coexistencia y concordia en medio de la dura confrontación catolicismo-laicismo del momento. La Biblioteca de Ortega Munilla, padre de los cuatro hijos, estuvo siempre a disposición de la Residencia Teresiana, dada la vecindad de los pisos cercanos de ambos. 
    Entre las mujeres más destacadas de la Residencia Teresiana, fundada por el P. Pedro Poveda, destacaron Carmen Cuesta, Josefa Segovia o María de Echarri (1878 -1955), esta última nacida en San Lorenzo de El Escorial, de la que hablaré otro día.
    El nombre de Rafaela O.G. estuvo también muy cerca de la pedagoga y directora de la Residencia de Señoritas María de Maeztu, donde destacaron residentes como la pintora Delhy Tejero o la periodista Josefina Carabias… con profesoras como María Goyri, María Zambrano, Dolores Franco Manera (esposa de Julián Marías) o Maruja Mallo y con participantes, como Zenobia Camprubí, Gabriela Mistral, Victoria Ocampo, Clara Campoamor… 
Todas ellas en el pabellón interior de la calle Fortuny, cercano al paseo de la Castellana, hoy sede de la Fundación Ortega-Marañón, recientemente remozado. 
    Gracias a la labor de otra mujer de la familia, Soledad Ortega Spottorno (1914 - 2007), hija del filósofo José O.  G., y el profesor Vicente Cacho Viu, se conservó completo el archivo de la Residencia de Señoritas, que guarda memoria epistolar de María de Maeztu y otras profesoras, con personajes literarios de la Generación del 98. Soledad Ortega, contribuyó a resaltar el papel de la mujer en la cultura y fue impulsora de importantes proyectos culturales junto a su hijo José Varela Ortega, que dirigió hasta hace poco la Fundación Ortega-Marañón. 

    Soledad Ortega Spottorno presidió de forma activa la Asociación Española de Mujeres Universitarias. También fue veraneante en El Escorial. Sus últimos años lo hizo en la Residencia San José, de los Sagrados Corazones. Yo la veía, porque era vecina. ¿O era Simone Ortega la autora del libro best-seller "1080 recetas de cocina" (1972), la esposa de José Ortega Spotorno? ¡Ah, la memoria!

Soledad Ortega Spottorno murió a los 93 años

miércoles, 31 de julio de 2024

RETORNO A EL ESCORIAL IX. Un microrrelato para cada día del verano escurialense

Sepulcro de el Tostado, en el ábside de la catedral de Ávila


Julia Sáez-Angulo

1/8/24 .- El Escorial .- La novela requiere un largo aliento, decía la escritora Ana María Moix con toda razón. Yo escribí unas cuantas, pero me pasé a la corta distancia del cuento o relato, que es lo que más se parece al artículo, por su extensión (de hecho, numerosas crónicas mías son narrativas), hasta llegar al microrrelato o microficción, que disfruto de modo cotidiano, cuando me viene una idea para hacerlo. Mis amigos ya saben que escribo más que el Tostado (Alonso de Madrigal (1410-1455), el Tostado, obispo de Ávila). La extensión de lo que escribió dio lugar a lo de "escribir más que el Tostado".  
“Sueños y roleos” (2023) es el título de uno de mis libros, que recoge un cerro de relatos. Otro cerro de ellos espera en la gaveta. Hé aquí, algunos de los microrrelatos que escribo durante este tiempo de verano en El Escorial. Todos vienen de un punto de la realidad, derivada durante la escritura, porque la imaginación siempre pasa por aquella. 
    Voy camino del aforismo.


MORABITO

El musulmán okupó una antigua ermita visigoda adscrita a santa Ana, abandonada en las afueras de una aldea, ermita desafecta al culto tras la huida de los cristianos espoleados por almohades y benimerines y sus razzias. La ermita, reconvertida en morabito, había sido anteriormente un edículo dedicado a la diosa Ceres, que protegía las cosechas en la villa romana de Firmo Catulo, quien rehízo el edículo, cuando encontró un pequeño templo, más bien altar, de los belicosos celtas, sometidos por no obedecer a Roma. Los celtas, en su día, habían expulsado a los íberos residentes en aquellas tierras, tras sangrienta batalla. Los íberos habían reutilizado las piedras de un antiguo dolmen y un menhir caído en el suelo, que, al parecer, pertenecieron al culto de hombres primitivos. Los hombres primitivos habían tomado aquellas piedras de antecesores oscuros, llegados del África madre, y éstos, a su vez, de extraños habitantes del lugar que… Me he perdido en la noche de los tiempos.


FÁTIMA

Mamá me puso el nombre de Fátima, porque le tenía una gran devoción a la Virgen de los tres niños videntes, patrona de Portugal, país en el que se refugiaron mis abuelos, después de una terrible guerra colonial en África. Pero ese nombre árabe -así se llamaba la hija del profeta Mahoma- me traía continuos problemas en los aeropuertos y aduanas internacionales, dado mi trabajo viajero. El yihadismo islámico, con su terrorismo sangriento, hacía desconfíar de todo lo que fuera o sonara a árabe, entre otras cosas mi nombre. Se me retenía en muchas filas y me registraban el equipaje hasta el último rincón. A la vista de esta incómoda y desagradable experiencia, decidí acudir a los tribunales civiles y borrar el nombre de Fátima, para quedarme tan solo con el segundo: María, que no Myriam.


MUNDANAL RUIDO

Después de releer a Horacio, decidí practicar las cuatro aspiraciones del hombre renacentista: “Beatus ille”, “carpe diem”, “locus amoenus” y “tempus fugit”. El elogio del campo y alabanza de la serenidad de aldea me llevaron a volver a la casa cerrada del pueblo manchego de mi padre, con molinos, cuevas, esparto… y atardeceres de hermosas nubes blancas. Una pequeña casa con gran patio de columnas y cenefas azules. Allí me las prometí felices, en lo que podría ser la mitad de mi existencia a los 50 años. Mi vida transcurría silenciosa entre libros, como la del ilustre Alonso Quijano. Yo estaba dispuesto a vaciar la biblioteca de mi padre en mi cabeza. Pero una noche, comenzaron a tirar piedras a mi fachada y al tejado, sin que yo pudiera identificar al agresor o agresores, más bien, por la intensa lluvia de piedras. Otro día aparecieron pintadas insultantes en mi fachada: ¡tío raro!, decía una de ellas, aparte de ¡maricón!, sin que yo lo fuera. Comencé a sentir inquietud. La gente me miraba mal, efectivamente como a un “raro”. Hablé con el maestro y el cura, los dos ilustrados del pueblo. Ambos llegaron a la misma conclusión: Yo era el raro, porque era el de fuera, por mucho que mi padre hubiera veraneado allí toda su vida. Yo iba de leído, de listillo, y ponía en evidencia a los demás, su espíritu asilvestrado. En suma, yo era el “extranjero”, sin derecho alguno a estar en el municipio. Difícilmente me aceptarían, a menos que me fuera con ellos a la taberna, y hablara su jerga rústica. Ellos acabaron con mi soledad, con mi aspiración de silencio y lectura en un paraíso… con mis ideales clásicos. Al Ilustre Hidalgo lo llamaron loco por tanto leer. Regresé a la gran ciudad, tierra de anonimato.

ROBERTO ALIFANO. Poema a Leopoldo Lugones

Leopoldo Lugones, escritor argentino


L.M.A.

1/8/24 .- Buenos Aires .- El profesor argentino Raúl Lavalle ha publicado libro sobre don Leopoldo Lugones. Roberto Alifano colabora con dos textos: este poema de 2005 y un texto sobre Borges recordando a Lugones.

Pontífice del verso castellano, 
fanático glorioso, 
tan rotundo poeta aquel Lugones
y en pedana verbal
luciendo habilidades de esgrimista.

Lo veo en sus sonetos casi en sombra, 
adusto y temerario,
juzgándose a sí mismo y de soslayo, 
al borde del abismo, 
rimando con palabras imposibles.

La insaciable belleza lo acechaba, 
en un ave, en un cerro, 
o en páginas casuales 
de un diccionario de mitología. 

Sintiendo ese pavor casi sagrado, 
sumergido en su enigma, 
como un audaz abjurador de Cristo, 
oscuro y solitario, 
se entregó a su veneno irremediable. 

Ir más allá era su meta 
y a nadie deber nada, 
muy dueño de su vida y de su muerte.

RETORNO A EL ESCORIAL VII. “Cuando El Escorial olía a chocolate”. Primer publicitario de España

Matías López López, empresario


Julia Sáez-Angulo

30/7/24.- El Escorial .-  “Cuando El Escorial olía a chocolate”(1996) es el título de un libro de Gregorio Sánchez Meco, cronista de la Leal Villa de El Escorial, referido a la presencia de la Fábrica de Chocolates y Dulces Matías López, instalada cerca de la estación del tren, que dio industria y trabajo al municipio durante los años 1851 a 1964. 

    Matías López López (1825-1891) fue un gallego lucense, buen emprendedor, que dio empleo a más de un centenar de operarios, pero la mala gestión de sus herederos hizo que la célebre fábrica cerrara, pese a las continuas demandas de sus productos, pues los proveedores dejaron de suministrar materiales a la fábrica, por falta de pago.

Matías López fue un empresario con gran sentido social, en el tiempo en que le tocó vivir, pues proporcionó viviendas a sus empleados no lejos de la fábrica, por lo que el complejo fabril era interesante y apreciado por los habitantes de El Escorial, ya que en origen la fábrica nació en Madrid, pero el emprendedor gallego la trajo más tarde a la Leal Villa para ampliar horizontes.

        Carlos Osorio escribe en "Historias de Madrid": "Cuando yo era pequeño, mi abuelo me contaba a menudo la historia de este empresario tan extraordinario. Él le conocía de cerca, pues el abuelo de mi abuelo y Matías López tuvieron amistad.

La parte más divertida de la historia era el modo en que Matías dio a conocer sus chocolates en Madrid. Primero iba vestido de buen burgués, con un traje alquilado, y preguntaba a los tenderos:
-¿Tienen ustedes el chocolate de Matías López?
-Pues no, señor, pero tenemos este otro que es…
-De ninguna manera. Si no es el de Matías López, no quiero otro.
Al cabo de unos días, López, vestido de repartidor, iba por los mismos ultramarinos ofreciendo sus chocolates. Los tenderos solían coger varias tabletas, porque la marca ya les era familiar.

La huella de Matías López y el agradecimiento de El Escorial al generoso empresario se ponen de manifiesto en el nombre de una calle que perpetúa su memoria, así como en la declaración oficial de Interés Local a los Jardines de Matías López, pertenecientes en su día al complejo amplio de la fábrica de chocolates, hoy propiedad de la urbanización Parque Real, a la que pertenezco y en la que resido. Jardines, señalizados, que cuentan con cedros y castaños espléndidos, así como un edículo, estatuas, rejas y ornamentos de bronce estilo modernista, que confieren al espacio una señorial belleza no lejos de la estación del tren. Estos Jardines son propiedad privada de nuestra urbanización

Los antiguos carteles y octavillas publicitarias de la fábrica de Chocolates y Dulces Matías López circulan por doquier en las librerías escurialenses y sobre todo en la Feria del Libro de San Lorenzo una manera de perpetuar la memoria de la célebre fábrica de chocolates, que proporcionó meriendas a base de onzas de chocolate, en las familias, a numerosos niños españoles de la posguerra de 1936-39. Son muchos los escurialenses que guardan o exhiben un cartel de la antigua fábrica de Chocolates en las paredes de su casa, yo incluida (como otros cuelgan el “Guernica” de Picasso), ya que mi casa ocupa el lugar de aquel complejo fabril. Matías López dejó huella en El Escorial y se merece su memoria.

     Francisco Ortego Vereda (1833- 1881) fue el pintor, ilustrador y publicitario de. los chocolates Matías López y creó el que se considera primer cartel publicitario de España y comienzo de una actividad que iba a dar cauce a numerosos ilustradores. El juego de los gordos y flacos en el cartel guarda buen sentido del humor. No olvidemos que la fabricación de chocolates e instalación de molinillos para hacerlo, estaba entonces muy fragmentada en España.     

A la calle Matías López, que sube de El Escorial a San Lorenzo, es paralela al Paseo del Álamo, que bordea el muro de los jardines de la Casita del Príncipe, paseo que se conocía antes como la calle “matacolegial”, pues por allí subía el tranvía y los coches  de tiro, desde la estación del tren, llevando todo el matalotaje de los alumnos que iban a estudiar internos al célebre Colegio de los Padres Agustinos, junto al Real Monasterio. No olvidemos que hubo tiempos en que cada colegial debía llevar -casi como en los viajes del Gran Tour en los baúles- su colchón, su ropa de cama, cubiertos y demás. Hoy, esas exigencias de los antiguos internados, afortunadamente, han desaparecido.

Por lo demás, mi casa escurialense, sita en los antiguos terrenos del recinto fabril de Matías López, al lado de los Jardines, como todas las del mundo, es un “ser vivo” que requiere atenciones continuas, máxime cuando tiene varias décadas encima, no se habita todo el año, y no se le ha prestado toda la atención debida. La casa merece una remodelación en profundidad, que exige una fortuna. No me quejo, porque no es elegante. Me temo que esa tarea se la voy a dejar a mis herederos; será una herencia envenenada, pero bien pueden aceptarla a beneficio de inventario, como señala el Derecho Civil.

Mi buen amigo, Luis Magán, me sugiere, bromista, que solicite una subvención al Gobierno, sobre los fondos europeos para restaurar mi casa, pero me temo que esos fondos se diluyen por otros sumideros. ¡Quién sabe!  La peor gestión es la que no se hace. ¿Y si por distracción, pican los del Gobierno y se me conceden la subvención? Todo se andará. Les mantendré informados. 

    Hoy mismo escribo una carta a Palacio de la Moncloa, donde estuvo el conocido en la Historia del Arte como el "puteal" de la Moncloa, un brocal de pozo (del latín puteus, pozo) realizado en la Antigua Roma en el siglo I d. C. perteneciente a los fondos del Museo Nacional de la Moncloa, con el número 2691 de inventario

        Más información

https://es.wikipedia.org/wiki/Mat%C3%ADas_L%C3%B3pez_L%C3%B3pez

Jardines de Matías López, declarados de interés local, pertenecientes a la urbanización Parque Real (Fotos J. Sáez)

Edículo de los Jardines Matías López, no lejos de la estación de tren


martes, 30 de julio de 2024

Exposición: KINPAKU-Naturaleza,Poder e Imaginación en el Arte Japones y el KIMONO:Identidad cambiante, un siglo a pie de calle.

Espacio Cultural Serrería Belga (Alameda 15-Madrid)

Del 23 de julio al 6 de septiembre de 2024





 

Mayca NÖIS

    30-07-2024.- La exposición se encuentra en esta antigua serrería industrial  construida en 1925 situada en el barrio de las Letras . Terminado su periodo de actividad de trabajo fue adquirida por el Ayuntamiento de Madrid en  el año 2000 para realización de fines culturales.

Dentro de los eventos de los Veranos de la Villa 2024 se ha destinado este edificio a presentar diversos temas de la cultura japonesa como país invitado en un caleidoscopio en diversidad y fusión.

En la planta baja se exhiben el pan de oro (Kinpaku) como material artesano con la belleza del oro para cubrir arquitectura y escultura. Esta es una oportunidad única para contemplar once biombos (byöbu- muros de viento) y dieciséis abanicos siglos XVI y XVII (época dorada de la pintura japonesa). Todo representa los conceptos de: la naturaleza tan unida en la concepción del país a las estaciones y las flores y  el poder en los que los biombos se relacionan simbólicamente con la autoridad y los abanicos que se relacionan con lo fantástico.

Ha contribuido en la supervisión  Hiroyuki Kanö –especialista en pintura Edo y Daniel Sastre de la Vega, experto en arte japonés por la Universidad Autónoma de Madrid.

El biombo tiene una doble naturaleza como mueble y soporte artístico:. El byöbu. “Byo” –proteger  y “bü” -bloquear el viento. Se utilizó en esos espacios diáfanos para segmentarlos gracias a desplegar los biombos con lo que se dignifica, enfatiza y enmarca los espacios que pasan de ser uno cotidiano a otro especial.

El uso del dorado Kinpaku – el poder – favorecido especialmente en el siglo XVI con la agitación social en búsqueda de legitimidad para manifestarse con el uso del oro que  concedía el mejor escenario de prosperidad y autoridad que el señor feudal exhibía con la decoración que mostraba en sus salas formales de recepción, concepto que ha llegado  prácticamente hasta la actualidad.

Se conoce un primer unificador Oda Nobunaga (1534-1582) con su gran castillo de Azuchi decorado por Kanó Eitoku que lo acompañó con grandes diseños magnificados que extendían la obra pictórica a lo largo de los muros sobre resplandecientes fondos de oro. Este castillo y el de su sucesor Toyotomi Hideyoshi (1537-1598) se perdieron. El más famoso que se conserva es el gran salón de recepción Öhiroma del palacio Nik¨-Jö siglo XVII en la ciudad de Kioto.

Las separaciones más rígidas en las estancias se construyen con los “Fusuma” que son las puertas correderas. Más rígidas que el biombo, que no se pliegan y están fijas. Sin embargo se deslizan abriendo o cerrando las salas con lo que amplían el tamaño de estas. Las que dependiendo del lado de la sala de apertura podía representar escenas diferentes. Una combinación de puertas correderas junto a elementos murales  de las grandes estancias se desarrollan a partir del periodo Muromachi y los periodos Momoyama y Edo.

Ambas superficies doradas de los biombos y los fusuma se decoraban con motivos naturales o de la literatura, animales, personajes sobrenaturales en conexión con las historias heredadas de creencias continentales asimiladas a la cultura local japonesa. Ejemplos: el ave fénix chino con su exuberante plumaje y colorido asociado a longevidad, poder, y paz como motivo perfecto para los espacios del poder. Con referencias en algunos casos a la representación China puesto que la élite japonesa poseía un conocimiento del chino -escrito -más que hablado.

Loa abanicos se supone que su origen es chino y que se recibieron a través de la península coreana. Este primer abanico era rígido y se  adaptó  a la mejor condición de plegado por medio de pequeñas varillas. Se cree provienen del periodo Heian (794-1185) denominado Kawahoriogi (abanico de murciélago) ya que sus cinco o seis varillas lo recordaban. No sólo cumplían la función de abanicar sino tenían la de socializar por lo que se decoraban con caligrafías con el objeto de  regalar como abanicos decorados –senawase-. Los samurái los incorporaron a su vestido formal. El pueblo los tenía como elemento fundamental y ritual de su cultura japonesa.

Las representaciones pictóricas en los abanicos con sus ejecuciones por diferentes  escuelas. Las más importantes las de los periodos Momoyama y Edo. Una escuela altamente reconocida y apreciada Kanö fue la primera que fusionó el estilo de pintar chino –“Kara-e” a la tinta con historias inspiradas en la tradición histórica china junto al estilo nativo japonés-“Yamata-e”- con colores fuertes y contrastados, La exposición muestra el genio creativo de los artistas con sus composiciones en armoniosas escenas y minuciosas figuras con una realización que solo se puede adquirir con años de experiencia.

Planta superior. El Kimono y su identidad cambiante.

 Llega comisariado por la Kimono Club Valencia a cargo de Anna Miró, Myrian Navarro de Palencia y Laura Perez Banón a través de piezas originales que reflejan las tendencias de cada época en las que ha sufrido diferencias que no son muy perceptibles para el ojo occidental. La exposición los va  mostrando a través diecinueve conjuntos completos tal y como los llevaría una mujer en la calle.

Kimono palabra formada por dos Kanjo (Ideogramas):Ki del verbo llevar-Kiru y cosa “mono”.Cosa para llevar literalmente. La palabra se hizo habitual cuando a mediados del siglo XIX entró en la influencia occidental.

A principios del siglo XX el kimono aún era una prenda de uso mayoritario, especialmente en las mujeres y las revistas femeninas les dirigían, sobre todo a las amas de casa de clase media, gran variedad de contenidos y les dirigían números extras dedicados exclusivamente al kimono (variedad de estas revistas están expuestas en la sala) dando consejos de moda, así como su conservación, limpieza y mantenimiento. Es a partir de los años cincuenta del pasado siglo cuando se impone la moda occidental de diario. El kimono pasa a ser una manifestación de estatus a un público de elevado poder adquisitivo.

El tejido para cada tipo de kimono está en consonancia con las estaciones y los cambios que se producen en la naturaleza que son elemento esencial en la cultura japonesa. Al ser Japón un país con gran diversidad de producción textil se pueden encontrar su realización tanto en finas gasas, frescas fibras vegetales de verano, o  lanas y sedas gruesas para invierno.

Muy importante los estampados con gran variedad de diseños geométricos, plantas, animales entre los motivos más popularizados, especialmente en los kimonos formales- En las flores: el crisantemo nos trasporta al otoño, mientras que las flores de cerezo recuerdan el principio de la primavera. Otros motivos tienen deseos de buena fortuna.

Se les suele acompañar con los “obidome” ornamentos que se colocan en la parte frontal del obi o fajín que se sujetan con una cuerda plana de pasamanería llamada “sanbuhimo”. Los kimonos carecen de bolsillos por lo que los hombres usaban distintos tipos de contenedores para trasportar sus objetos personales, asegurándolos al cinturón mediante un tope esculpido llamado netsuke cada uno con su propia función de tabaqueras, para medicamentos-inro-, o el sello personal.

Ambas plantas en un recorrido que nos trasporta en arte y belleza y conocimiento en cultura y tradiciones. Es lo que configura la verdadera riqueza de los pueblos. En esta ocasión poder contemplarlo en este país tan acertadamente invitado a los eventos culturales del presente verano.