Araceli Gómez, Carmen Valero, Pilar Cercadillo y Ana María Garrido
´Ana María Garrido y Carmen Valero
Fotos: J. Sáez
3/8/24 .- El Escorial.- Es la cuarta celebración que hago de mi 80 cumpleaños con familia y amigos. En esta ocasión ha sido un almuerzo festivo con las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna en el Real Sitio de El Escorial, no lejos del Real Monasterio de San Lorenzo. Me acompañó Julia Sáez-Angulo, que veranea en el mismo sitio y sacó las fotos.
Pilar Cercadillo -enfermera de profesión- la responsable de la comunidad de 25 Hermanas mayores, junto a Ana María Garrido y Araceli Gómez prepararon una mesa aparte, con regalo de libros y tarjetas junto a mi plato. La bendición de la mesa la hacen siempre cantando y resulta emocionante. No consintieron que llevara la comida, sino solo el postre: tartas de San Marcos y Selva Negra, además de heladitos de nata sin azúcar, porque nos viene bien a todas las que vamos cumpliendo años.
Recordamos que yo he sido alumna de las Carmelitas, fundadas por Santa Joaquina de Vedruna (1783- 1854), congregación que hoy tienen colegios, residencias y actividades sociales por cuatro continentes. De paso, Pilar Cercadillo recordó que la alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, Carlota López Esteban ha sido también alumna de las Vedruna, en el Real Sitio.
Joaquina de Vedruna fue una santa que recorrió todos los estados civiles: soltera, casada, viuda y monja, además de madre de nueve hijos, de los que perdió tres siendo niños. La canonizó el papa Juan XXIII. El libro que me han regalado es la reciente traducción al castellano, por la Hermana Vedruna Rosa Ortí Mateu, de “Cruce de Caminos. Santa Joquina de Vedruna”, del jesuita francés Yves Raguin.
El menú bendecido, al igual que los comensales: guacamole, gazpacho, solomillo de cerdo y ensalada mixta con cerveza sin alcohol. Yo, un poco yanqui, me apunté a la Coca Cola. La fruta llegó con ciruelas claudias buenísimas, del huerto adjunto a la residencia. Las tartas no tardaron en llegar y Pilar Cercadillo me hizo una emotiva laudatio.
“Se nos ha despedido el jardinero, hortelano, chófer… hacía de todo para nosotras, después de 11 años”, nos contó Cercadillo. “Ayer le hicimos otro almuerzo de homenaje y despedida, junto a su mujer. También hubo tarta”. Si es que no hay más, que buscar un motivo para la celebración. Ana María Garrido también nos cuenta que celebró su santo el día de Santa Ana, el 26 de julio, junto a otras cuatro Anas, que hay en la residencia. El santoral cristiano da para mucho.
A la hora de los postres y el café se nos acercan otra Hermanas, que han sido profesoras mías o las he conocido desde siempre: María Teresa Domper, que dirigía el Colegio Mayor en Madrid y me avisaba siempre que había croquetas para cenar en la residencia, para que me pasara por allí a tomarlas. Yo vivía cerca y esto facilitaba las cosas. La Hermana Margarita y Rita Vila también se acercaron. Hablamos de la inteligente Hermana Carmen Talayero que fue fundadora y directora del Colegio Mayor; de Fanita y Cecilia de la Cruz del Colegio Mayor en la República Dominicana, país con el que sigo teniendo continua relación, interesada por el asunto del Seybo, de expropiación de tierras a los trabajadores.
Recordamos todas con orgullo a María Teresa Cuervo, colombiana y hasta 2023 Provincial de Vedrunamérica, que fue elegida como la nueva Hermana General de las Carmelitas de la Caridad Vedruna para el próximo sexenio.
-Es una mujer muy buena, dijo Cercadillo refiriéndose a la General.
-¿Brillante?, se apresuró a preguntar Julia Sáez-Angulo
-No exactamente, aunque también, replica Cercadillo. Es buena, porque es cordial, inteligente, sabe escuchar, tiene inteligencia social, es piadosa…
Ana María Garrido nos contó que uno de los milagros que ayudaron a la canonización de san Josemaría Escrivá, fue la curación del cáncer de una monja, Hermana Vedruna, que le rezaba pidiendo su curación. Hablamos de canonizaciones y sus dificultades. “Hay que canonizar a los santos al poco de morir, porque es cuando está todo fresco para recordar”, dice Pilar Cercadillo. “Pero hay médicos que aunque vean lo que vean, se niegan a firmar el milagro, como sucedió con Teresita González-Quevedo”, comenta Ana María Garrido.
Al atardecer, fuimos visitar a Josefina Rodríguez Sanjurjo, de 102 años, que se encuentra en la Residencia Orpea. Es hija del escritor Primitivo R. Sanjurjo. La visitamos porque es amiga, pero recordamos que el Papa Francisco ha concedido indulgencia plenaria a todos aquellos que visiten un anciano, en los quince días siguientes a los santos Joaquín y Ana (26 de julio), día de los abuelos.
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En el comedor de la Residencia de las Vedruna