Julia
Sáez-Angulo
Iconografía de Jesucristo en el Museo
del Prado es el título de la conferencia
impartida por María de los Ángeles Sobrino López, doctora en Historia del Arte,
en el Aula de San Ginés de Madrid, dentro del curso organizado por el
voluntariado Spíritus Artis en la Real
Iglesia de San Ginés.
La
conferenciante hizo un recorrido por la pintura de nuestra primera pinacoteca
nacional, que representa la vida de Cristo a través de cuatro apartados:
Infancia, Vida Pública, Milagros, y Pasión y Resurrección.
Recordó
los apelativos de Cristo en el mundo judío: Jesús (Joshua), Emmanuel, Mesías e
Hijo del Hombre. En el mundo griego y latino los nombres son: Salvador,
Redentor, Nuestro Señor y el Verbo. “Es la Palabra hecha imagen”, subrayó
Cristo. Velázquez (fragmento)
La
iconografía cristiana se va adaptando a
cada época, con arreglo a la estética de los artistas y a las indicaciones de
los teólogos. Los concilios de Nicea y de Trento han sido clave a la hora de
hacer indicaciones sobre las imágenes sacras, que la Iglesia Católica ha
defendido de las distintas posiciones iconoclastas que ha surgido a lo largo de
la historia.
En la
pintura sacra los colores adquieren un especial significado. El artista los
utiliza por placer estético, pero el artista de pintura sacra ha de tener en
cuenta además su sentido simbólico, como por ejemplo el caso del blanco para
resaltar la luz del Niño Jesús en el Nacimiento, la Epifanía, la Oración en el
huerto... El verde es un color que significa esperanza, el azul aluce al cielo,
el purpura a la Majestad, etc El barroco
fue un movimiento cargado de simbolismo, resaltó la doctora Sobrino López
Además
de los personajes del Nuevo Testamento, en la pintura sacra hay también
alusiones simbólicas como el perro por la fidelidad; la fuente vacía de cordero
en la representación de la última Cena, porque ahora el Cordero es Cristo; el
amarillo colore reservado a lo judío; la bolsa de Judas en alusión al dinero…
Los
ejemplos se iban desplegando en los diferentes cuadros albergados por el Museo
del Prado, con nombres como Maíno, Velázquez, Goya, Mathias Stom, Rafael de
Urbino, Rubens, Veronés, Patinir, Luis de Morales, Maestro de Sisla, Juan de
Flandes, Van Dyck, el Maestro de la Magdalena, Caravaggio y también una
mandorla de un artista anónimo del Románico, con el que cerró el acto con
Cristo en su Majestad..