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Julia Sáez-Angulo
27/10/19 .- Madrid .- Una obra de
teatro, como un concierto, es diferente cada día, porque todo depende del
“ángel” que se respire en puesta en escena e interpretación, en el espíritu que
flota en los actores y actrices. El sábado día 26 de octubre, los intérpretes
de la obra El vuelo de Clavileño
estuvieron sembraos, geniales. El
público aplaudió a rabiar y gritaba bravos. Irina Kouberskaya recibió el
reconocimiento que merece como autora de la versión y la dirección, al subir al
escenario con aquellos, al final del espectáculo.
Vayan por delante los nombres de los
ocho integrantes del reparto: Miguel Ángel Pérez-Muñoz, José Luis Sanz, Zalo
Calero, Badía Albayati (o Virginia Hernandez), Marquesa Trifaldi, Matilde
Juarez (o Ana Peiró), Ana Moreno y Juan Sanz.
El episodio de Clavileño en el
Quijote ha sido llevado al escenario, para representar el encuentro de Don
Quijote y Sancho con los Duques, conocedores de la fama del Caballero andante,
al que cuentan una historia fantaseada para que intervenga el héroe de la
Mancha, ya famoso por sus hazañas. Don Quijote no se arredra y junto a su
renuente escudero sube al caballo de madera, artilugio que le llevarán por las
regiones del aire y del fuego, eso sí, con los ojos vendados.
La exigentes leyes de la Caballería
exigen todo al Hombre de la Mancha y, de paso, a su fiel escudero,
Y todo ello con de ironía y humor
como corresponde a la obra original de don Miguel de Cervantes, al tiempo que
en clave de farsa para dar la consistencia adecuada a un argumento cervantino
real e inverosímil al mismo tiempo.
En la representación ha una bella
puesta en escena de vestuario, una danza y gestualidad muy plástica con
abanicos y una danza precisa para moverse por el escenario. La expresión y
gestualidad de los actores es complemento fiel con la palabra, para llevar la
complicidad del espectador a la fantasía y el ensueño. La risa y algunas carcajadas
brotan de inmediato.
La obra se estrenó en el Festival de
Teatro Clásico de Almagro, en sintonía con la producción dramática del Siglo de
Oro, aunque como dice Don Quijote estemos de una edad de Hierro: “Amigo Sancho,
has de saber que yo nací por querer del cielo, en esta nuestra edad del hierro,
para resucitar en ella la del oro”.
La obra suena a Cervantes en el
estilo gozoso de Kouberskaya.
Algunos colegios e institutos de
segunda enseñanza gozan de funciones matutinas, previo acuerdo con el teatro.
saludos tras la función
saludos tras la función