viernes, 8 de octubre de 2010
miércoles, 6 de octubre de 2010
Juan Ramón Jiménez , nueva publicación de su poesía en prosa “Platero y yo”
“Platero y yo”
Juan Ramón Jiménez
Editorial Juventud
Barcelona, 2º10 (168 pags.)
Julia Sáez-Angulo
Se trata de la elegía andaluza más hermosa que jamás se ha escrito, la historia de un burrito “pequeño, peludo, suave: tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos”, según lo cuenta el comienzo del libro “Platero y yo” del premio Nobel Juan Ramón Jiménez, que ha sido publicado recientemente por la editorial Juventud.
Es un libro para niños y para adultos que se dejan arrebatar por la magia poética de esa poesía en prosa, como “El Principito” de Saint Exupery; un libro que necesita de la complicidad del lector con el autor para dejarse arrastrar por una escritura limpia, hermosa y sentida.
“Platero y yo” va dedicado por el autor de Moguer “a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles”. Un hermoso gesto que perpetua el recuerdo de un personaje querido de carne y hueso.
Una obra muy fecunda
Juan Ramón Jiménez (Moguer. Huelva, 1981 – Puerto Rico, 1958), empeñado es escribir todo con jotas y ni una sola “ge”, pone una “Advertencia a los hombres que lean este libro para niños: “Ese breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, estaba escrito para... ¡qué se yo para Quien!”...
“Arias tristes” (1902), “Baladas de primavera” (1907), “La soledad sonora” (1908), “a frente pensativa” (1912)... son algunos de los títulos de este poeta que ha sido cabeza de fila de muchos poetas en lengua castellana.
La ciudad de Moguer tiene hoy un hermoso museo que perpetúa la memoria del poeta hijo predilecto que sufrió el exilio tras la guerra civil y en Estados Unidos no puso soportar la ausencia de vivir en su lengua española, por lo que se trasladó a Puerto Rico con Zenobia Camprubí, su esposa, alma de la vida del escritor.
En 1956 recibió el premio Nobel de la Academia sueca, al que no pudo ver Zenobia porque había muerto poco antes. El poeta murió dos años más tarde de recibir el galardón, apenado por la falta de su mujer.
“Diario e un poeta recién casado” es uno de sus títulos más célebres, al igual que “Platero y yo”, libro de lectura para muchos escolares de habla española. Un burrito universal lleno de dulzura y encanto; libro al que se puede volver una y otra vez como se hace con las grandes obras maestras.
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Rosa Yagüe, “Trípticoteando”, exposición sobre Rostros de Mujeres
Dibujos/Pintura 2000-2010
Sala de la FJC, Rambla 10 de Barcelona
Del 7 de octubre al 6 de noviembre de 2010
L.M.A.
06.10.10 .- Barcelona .- Occidente narra con Plinio el nacimiento del dibujo y la pintura, el día en que una muchacha corintia, hija del alfarero Butades de Sición, dibujó el perfil de su enamorado en el muro de su casa, siguiendo los rasgos que proyectaba la sombra a la luz de una vela. El tema ha sido llevado a los cuadros con asiduidad, alternando el título de “nacimiento del dibujo” o “nacimiento de la pintura”. Resulta curioso que uno y otra se fundan en esta fábula, que si no es cierta está bien contada por el autor latino.
Rosa Yagüe (Barcelona, 1947) nos presenta una serie de obras de cierto tamaño, en los que la idea del dibujo y la pintura se funden sin solución de continuidad. Hay trazo y hay color; hay línea y hay valores pictóricos; hay grafito y lápices de colores, junto a texturas de oro y plata, de piedras o espejos; hay trazos y sombras; hay tinta china a pluma de ave y pigmentos cromáticos que encienden la forma sobre el soporte... Hay blancos, negros, amarillos, ocres... que distribuyen en la geometría del soporte con ritmos matemáticos.
¿Dibujo?, ¿pintura?... Yo diría que Dibujos/pintura o Pinturas/dibujo, porque los géneros se mezclan y funden en la obra de esta artista versátil y proteica, que no se atiene a un solo material sino que los conjunta con armonía en piezas sorprendentes y sabias. Dibujos únicos como caligrafías de autor; pinturas especiales en las que el concepto se impone a la par que la forma.
Dibujante, pintora, grabadora, ceramista, instalacionista... para Rosa Yagüe no caben los límites en el arte sino la hibridación y fecundidad. En esta muestra, la autora se ha centrado en los dibujos/pinturas para ofrecer una serie singular en la que ha trabajado con ahínco, con la maestría de quien indaga y se deja sorprender por la forma y el color que nacen de sus manos hasta decir ¡Eureka!, para afirmar junto a Picasso: “Yo no busco, encuentro”.
Mujeres de la Historia, la Mitología y la Literatura
Y en su indagación e investigación casi automática, Rosa Yagüe se ha encontrado con rostros enigmáticos a los que ha reconocido de inmediato y les ha puesto nombre, porque sabe, como señala la Kábala, que la tarea de poner nombres corresponde al último acto del creador.
En la obra de Yagüe leemos títulos como “Zenobia de Palmira”, la reina sometida por Aureliano cuando entró con sus tropas en Siria; a “Ifigenia”, la hija de Agamenón y Clitemnestra; Minerva, Terpsicore…; Mujeres relevantes de la historia, la mitología o la literatura; mujeres víctimas de su propio destino, reivindicadas en estos dibujos/pinturas.
Títulos, nombres, figuras, personajes... que aparecen como fantasmas liberados de su leyenda para cobrar protagonismo plástico. Como decía el pintor Henner: frente al lenguaje escrito, que sólo nos ofrece el concepto “casa”, el dibujo o la pintura nos entregan la visión retiniana concreta y cercana de una “casa”.
Para Rosa Yagüe pintar, dibujar... son claves en su vida, por eso ha querido titular la exposición “Trípticoteando, después de la marea”. Ahora es tiempo de esta serie de cuadros con visiones, formas y sugerencias muy particulares, rebosantes de maestría, de plenitud en su fecunda carrera de artista.
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Raquel Martínez-Gómez, ganadora de la II Edición del Premio Unión Europea de Literatura
L.M.A.
Raquel Martínez-Gómez, ganadora de la II Edición del Premio Unión Europea Premio Unión Europea de Literatura, por su obra "Sombras de Unicornio" para jóvenes talentos en el ámbito de la ficción. La novela está publicada por Algaida Editores
Raquel Martínez-Gómez, autora de Algaida Editores y ganadora del XII Premio de Novela Ateneo Joven por su novela “Sombras de Unicornio”, ha sido reconocida con el Premio Europeo de Literatura. El nombre de la ganadora se ha dado conocer en una rueda de prensa que ha tenido lugar en el Hotel Mariott en Frankfurt, en el marco de la Feria del Libro que se desarrolla en la ciudad alemana.
El Premio Unión Europea de Literatura está financiado por el Programa de Cultura de la Unión Europea y tiene como objetivo promocionar la movilidad entre fronteras en el sector cultural, empujar la circulación entre naciones de su producción artística y cultural, y fomentar el dialogo intercultural.
La Federación de Libreros Europeos (EBF), el Consejo de Escritores Europeos (EWC) y la Federación de Editores Europeos (FEP) han sido seleccionados por la Comisión Europea de Educación y Cultura, como el consorcio responsable de organizar y coordinar el Premio Europeo de Literatura (EUPL) en su segunda edición. El Premio se otorga a autores noveles de 11 países que participan en el Programa de Cultura de la Unión Europea.
Este año los países seleccionados han sido: Bélgica, Chipre, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Luxemburgo, Rumania, Eslovenia, España, y la antigua República Yugoslava de Macedonia. El Premio se concede a un escritor de cada país.
Ceremonia de Entregaen Bélgica
La ceremonia de entrega de premios tendrá lugar el 18 de noviembre en Bruselas en el Royal Flemish Theatre. Los 11 autores ganadores recibirán el Premio por su trabajo de la mano de Andoulla Vassiliou, Comisaria de Educación, y Cultura de la Unión Europea en presencia de autoridades del mundo de la literatura, cultura y política.
La Federación de Libreros Europeos (EBF), el Consejo de Escritores Europeos (EWC) y la Federación de Editores Europeos (FEP) son los responsables de organizar los jurados en cada país y de la organización de la ceremonia del premio. Los jurados comienzan el proceso de selección de autores en enero de 2010 y entregan su informe definitivo a la organización en junio de 2010.
Con este Premio se intenta premiar la creatividad y la riqueza de la ficción europea contemporánea así como promocionar la literatura en Europa y suscitar un mayor interés por los trabajos de ficción no nacionales.
Raquel Martínez – Gómez López nació en Albacete en 1973. Es doctora en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, y se ha especializado en Relaciones Internacionales. Ha desempeñado su labor profesional en el sector de la cooperación para el desarrollo, y ha participado en distintos programas de intercambio universitario en México, Argentina y Cuba. Fue ganadora del premio de narrativa Ciudad de Móstoles 2002 con su primera novela Del color de la lava. Anteriormente había ganado otros premios literarios en las modalidades de cuento y poesía.
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martes, 5 de octubre de 2010
Pilar Aroca elogia la obra del pintor Evaristo Guerra
Julia Sáez-Angulo
06.10.2010.- Madrid.- La escritora Pilar Aroca ha impartido una conferencia en la Casa de Castilla – La Mancha en Madrid bajo el título “El trascendido mundo de Evaristo Guerra”, que estuvo presente en el acto. La conferenciante fue presentada por Alfonso María Ruiz Mateos, presidente de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. El escritor Francisco de la Torre coordinó las intervenciones.
El pintor, que ya había recibido la medalla de Oro de la Diputación de Málaga, recibe el próximo día 15 de octubre la distinción de hijo predilecto de Vélez-Málaga, por su trayectoria artística y en especial por su generosa contribución a la pintura de la ermita del pueblo en sus cuatro muros y en su bóveda, con un paisaje que incorpora el exterior en el interior del edificio.
Esta pintura mural en la ermita, de gran belleza cromática, ha supuesto el trabajo continuado del artista durante once años subido a un andamio, en la diversas vacaciones en Vélez-Málaga. Un total de 1.300 metros cuadrados de pintura.
Pilar Aroca (Madrid, 1937) hablo de la bella dualidad de la pintura de Evaristo Guerra (Vélez-Málaga, 1942), que trasciende la belleza de su Andalucía natal y se hace universal. Su arte tiene la fuerza de un coloso y el espíritu de un niño, destacó la poetisa.
La conferenciante hizo un recorrido biográfico y creativo del pintor de “paisajes tamizados y cristalizados, que rehúyen la prisa y el agobio”, en los que cabe destacar “los blancos y rosas de sus almendros en flor” y “los atardeceres azules y malvas”.
Las sierras andaluzas y la cal de sus casas se hacen presentes en la pintura de Evaristo Guerra, más allá del estilo naïf, con un puntillismo singular, místico y espiritual. “Evaristo Guerra y su pintura son una misma cosa”, señaló la conferenciante, quien recordó que Evaristo era hijo de panadero y que Adela, su esposa, ha sido un apoyo importante en su vida.
Rtrospectiva en el Centro Cultural de la Villa
Mingote, el dibujante de verdades y de humor, ha retratado a Evaristo Guerra como un niño con una estrella en la mano, recorriendo los campos en busca de paisajes hermosos para sus cuadros.
Aroca recordó la gran exposición retrospectiva que el artista tuvo en el Centro Cultural de la Villa de Madrid en 1995 y que abarcaba cuadro décadas de su carrera artística. El comisario de la misma fue el historiador Wifredo Rincón.
El paisaje de la Axarquía malagueña ha quedado reflejado en cuatro estampas que el pintor ha dedicado a representar las cuatro estaciones del año. La conferenciante subrayó el rigor compositivo de los cuadros de Evaristo Guerra para reflejar el estallido, la eclosión y la comunión con la tierra.
Entre el público de la conferencia se encontraban pintores como Cejudo Nogales, José Carralero, Maica Bass, Isabel Torre Cañeque y escritores como Nicolás del Hierro, Emilio López Parra, José María Gómez, Jesús Sevilla, Mar Capitán, Carmina Casala, o Benito de Diego.
El Museo del Prado muestra los Tesoros de su Biblioteca
Sala D. Edificio Jerónimos
Comisario: Javier Docampo, Jefe del Área de Biblioteca, Archivo y Documentación del Museo Nacional del Prado
L.M.A.
El Museo del Prado muestra por primera vez al público las piezas más sobresalientes de la colección que atesora su Biblioteca. Tras su instalación en el Casón del Buen Retiro hace un año, integrada en el nuevo Centro de Estudios del Museo y con una gran sala de lectura ubicada bajo la magnífica cúpula de Luca Giordano, la Biblioteca del Museo guarda un importante fondo antiguo, incrementado notablemente en los últimos años gracias a la adquisición de las bibliotecas de don José María Cervelló y de la familia Madrazo. Esta exposición pretende mostrar la importancia de esta parte desconocida de la colección del Museo a través de una selección de cuarenta volúmenes fechados aproximadamente entre 1500 y 1750, acompañados de ocho cuadros de la colección, de Tiziano, Velázquez o El Greco, que revelan la estrecha relación existente entre el fondo bibliográfico y la colección pictórica del Prado.
El discurso de la exposición se articula en tres apartados. El primero, Bibliotheca artis (Biblioteca de arte), es el más importante y pretende mostrar hitos básicos de la bibliografía artística europea arrancando con los grandes tratados del Renacimiento italiano. Se exponen primeras ediciones de las obras capitales sobre pintura de Leon Battista Alberti (1547) y Leonardo da Vinci (1651), así como el primer tratado sistemático sobre la perspectiva, obra de Daniele Barbaro, que fue retratado por Tiziano en un cuadro de la colección del Museo. La difusión de las ideas renacentistas por el norte de Europa encuentra su mejor representante en la obra teórica de Durero, de la que se muestra la primera edición latina de su Instrucción para la medida (1532). También se expone la obra fundacional de la historia del arte, las Vidas de Vasari, que tuvo una notable repercusión en Italia y el resto de Europa.
Un capítulo importante de la exposición lo ocupa la teoría de arte durante el siglo de Oro español, en el que se muestran importantes novedades. Por ejemplo, entre los tratados del siglo XVI, se expone por primera vez al público el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, recientemente descubierto entre los fondos de la biblioteca Madrazo. De Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, puede verse una pequeña sección con la primera edición de su Arte de la pintura (1649), acompañada de un rarísimo folleto, único en bibliotecas españolas, con anotaciones manuscritas del propio autor y del retrato que le pintó su yerno. Otras piezas extraordinarias, también expuestas por primera vez, son el manuscrito de los Discursos de Jusepe Martínez (h. 1673-1675) o una de las planchas calcográficas realizadas para ilustrar El museo pictórico de Palomino (1715).
El segundo apartado, Bibliotheca architecturae (Biblioteca de arquitectura), reúne una cuidada selección de tratados de arquitectura. De nuevo, el protagonista es el Renacimiento italiano representado a través de importantes ediciones de Vitrubio, Vignola, Serlio y Palladio. Además de la importancia y la belleza de algunos ejemplares, como la edición de Vitrubio realizada por Cesare Cesariano en 1521 –el libro más antiguo de la exposición–, en esta sección se resalta cómo los pintores del Renacimiento, por ejemplo El Greco, utilizaron las ilustraciones de estos libros para la creación de los fondos arquitectónicos de sus cuadros.
Este apartado incluye también libros de arquitectura franceses, alemanes y españoles y, como sección final, una pequeña selección de libros de fiestas, únicos testimonios de las espectaculares arquitecturas efímeras, hoy desaparecidas, hechas para entradas reales, canonizaciones, funerales, etc, a cargo de artistas tan destacados como Rubens o Valdés Leal.
El tercer apartado, Bibliotheca imaginis (Biblioteca de la imagen), señala el destacado papel que las ilustraciones de los libros tuvieron en el arte europeo de la Edad Moderna. En primer lugar las cartillas de dibujo, que fueron un elemento esencial en el aprendizaje de los artistas, ya que proponían modelos que enseñaban a dibujar la figura humana paso a paso. Dentro de éstas hay que resaltar los Principios…de García Hidalgo (h. 1700), la más importante y rara de las cartillas españolas, realizada ya en las postrimerías del siglo de Oro.
Los libros tuvieron una importancia fundamental para los pintores al ofrecerles fuentes formales e iconográficas imprescindibles en su trabajo. En este sentido, la exposición propone una breve reflexión sobre el género del retrato, a través de tres repertorios impresos básicos en la difusión de modelos formales. También se exponen varios libros fundamentales para comprender el significado del arte del Renacimiento y el Barroco: ediciones ilustradas de las Metamorfosis de Ovidio (1595), la Iconologia de Ripa (1603) o de varios e importantes libros de emblemas, que están detrás de la iconografía de muchos pinturas del Museo del Prado.
Si los libros están en el origen de numerosos cuadros, también son un testimonio insustituible de su fortuna posterior. Los más importantes ciclos pictóricos europeos fueron reproducidos y dados a conocer a través de suntuosos álbumes de estampas, mientras que las primeras colecciones pictóricas, primero en manos de las nobleza y la realeza y más tarde de acceso público, fueron conocidas en toda Europa gracias a libros como el Prodromus (1735), con el que se cierra la muestra. La exposición, que comienza con la primera gran obra teórica que codificó los principios de la pintura renacentista – La pittura de Alberti – termina con el nacimiento de la institución que marcará la evolución de las artes plásticas en la Edad Contemporánea: el Museo.
La Biblioteca del MuseoLa Biblioteca del Museo del Prado ha experimentado en los últimos años un notable crecimiento, que culminó con la apertura en marzo de 2009 de su nueva sede en el Casón del Buen Retiro. Su sala de lectura, instalada bajo la impresionante bóveda de Luca Giordano, es la muestra más visible de la nueva importancia otorgada por el Museo a los servicios de biblioteca, archivo y documentación.
La Biblioteca conserva un importante fondo antiguo de unos 4.500 volúmenes especializados en Historia del Arte y con algunos ejemplares de extraordinaria rareza e importancia, procedentes en su mayor parte de la adquisición de varias bibliotecas privadas, entre las que destacan la del abogado e historiador del arte José María Cervelló en 2003 y la de la familia Madrazo en 2006.
CatálogoCon motivo de la exposición se ha realizado un catálogo, primera publicación sobre los fondos de la Biblioteca del Museo, que contiene 103 páginas y 82 ilustraciones y tres textos introductorios, “El fondo antiguo de la Biblioteca del Museo del Prado: la formación de una colección” de Javier Docampo, jefe del Área de Biblioteca, Archivo y Documentación del Museo y comisario de la muestra, “Las amplias fronteras de la literatura sobre arte en el Siglo de Oro” de Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1700 del Museo, “Brevísima apología de la anécdota, o sobre Vasari y la tradición literaria” de José Riello, colaborador del Área de Edición del Museo, más las fichas correspondientes de las cuarenta piezas de la exposición, a cargo de los autores mencionados y de José Manuel Matilla, Jefe de Departamento de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo, Javier de Blas, colaborador del mismo departamento, Ascensión Hernández, bibliotecaria de la UNED y Elena Vázquez, investigadora de la Universidad Complutense.
Régimen de acceso a la exposiciónEl precio de la entrada general (incluye también el acceso a la colección permanente) adquirida en taquilla será de 8 euros, mientras que su adquisición por cualquiera de los canales telemáticos de venta anticipada (902 10 70 77 / http://www.museodelprado.es/) será al precio de 7 euros.
Actividades complementariasEl Museo ha organizado un programa complementario de actividades que incluye el habitual ciclo de conferencias, además de itinerarios didácticos por las salas de exposición y un curso monográfico que analizará la teoría española de la pintura en el siglo de Oro gracias a los nuevos hallazgos en la literatura artística en España.
Más información en http://www.museodelprado.es/
El Museo del Prado muestra por primera vez al público las piezas más sobresalientes de la colección que atesora su Biblioteca. Tras su instalación en el Casón del Buen Retiro hace un año, integrada en el nuevo Centro de Estudios del Museo y con una gran sala de lectura ubicada bajo la magnífica cúpula de Luca Giordano, la Biblioteca del Museo guarda un importante fondo antiguo, incrementado notablemente en los últimos años gracias a la adquisición de las bibliotecas de don José María Cervelló y de la familia Madrazo. Esta exposición pretende mostrar la importancia de esta parte desconocida de la colección del Museo a través de una selección de cuarenta volúmenes fechados aproximadamente entre 1500 y 1750, acompañados de ocho cuadros de la colección, de Tiziano, Velázquez o El Greco, que revelan la estrecha relación existente entre el fondo bibliográfico y la colección pictórica del Prado.
El discurso de la exposición se articula en tres apartados. El primero, Bibliotheca artis (Biblioteca de arte), es el más importante y pretende mostrar hitos básicos de la bibliografía artística europea arrancando con los grandes tratados del Renacimiento italiano. Se exponen primeras ediciones de las obras capitales sobre pintura de Leon Battista Alberti (1547) y Leonardo da Vinci (1651), así como el primer tratado sistemático sobre la perspectiva, obra de Daniele Barbaro, que fue retratado por Tiziano en un cuadro de la colección del Museo. La difusión de las ideas renacentistas por el norte de Europa encuentra su mejor representante en la obra teórica de Durero, de la que se muestra la primera edición latina de su Instrucción para la medida (1532). También se expone la obra fundacional de la historia del arte, las Vidas de Vasari, que tuvo una notable repercusión en Italia y el resto de Europa.
Un capítulo importante de la exposición lo ocupa la teoría de arte durante el siglo de Oro español, en el que se muestran importantes novedades. Por ejemplo, entre los tratados del siglo XVI, se expone por primera vez al público el manuscrito del Comentario de la pintura de Felipe de Guevara, recientemente descubierto entre los fondos de la biblioteca Madrazo. De Francisco Pacheco, suegro y maestro de Velázquez, puede verse una pequeña sección con la primera edición de su Arte de la pintura (1649), acompañada de un rarísimo folleto, único en bibliotecas españolas, con anotaciones manuscritas del propio autor y del retrato que le pintó su yerno. Otras piezas extraordinarias, también expuestas por primera vez, son el manuscrito de los Discursos de Jusepe Martínez (h. 1673-1675) o una de las planchas calcográficas realizadas para ilustrar El museo pictórico de Palomino (1715).
El segundo apartado, Bibliotheca architecturae (Biblioteca de arquitectura), reúne una cuidada selección de tratados de arquitectura. De nuevo, el protagonista es el Renacimiento italiano representado a través de importantes ediciones de Vitrubio, Vignola, Serlio y Palladio. Además de la importancia y la belleza de algunos ejemplares, como la edición de Vitrubio realizada por Cesare Cesariano en 1521 –el libro más antiguo de la exposición–, en esta sección se resalta cómo los pintores del Renacimiento, por ejemplo El Greco, utilizaron las ilustraciones de estos libros para la creación de los fondos arquitectónicos de sus cuadros.
Este apartado incluye también libros de arquitectura franceses, alemanes y españoles y, como sección final, una pequeña selección de libros de fiestas, únicos testimonios de las espectaculares arquitecturas efímeras, hoy desaparecidas, hechas para entradas reales, canonizaciones, funerales, etc, a cargo de artistas tan destacados como Rubens o Valdés Leal.
El tercer apartado, Bibliotheca imaginis (Biblioteca de la imagen), señala el destacado papel que las ilustraciones de los libros tuvieron en el arte europeo de la Edad Moderna. En primer lugar las cartillas de dibujo, que fueron un elemento esencial en el aprendizaje de los artistas, ya que proponían modelos que enseñaban a dibujar la figura humana paso a paso. Dentro de éstas hay que resaltar los Principios…de García Hidalgo (h. 1700), la más importante y rara de las cartillas españolas, realizada ya en las postrimerías del siglo de Oro.
Los libros tuvieron una importancia fundamental para los pintores al ofrecerles fuentes formales e iconográficas imprescindibles en su trabajo. En este sentido, la exposición propone una breve reflexión sobre el género del retrato, a través de tres repertorios impresos básicos en la difusión de modelos formales. También se exponen varios libros fundamentales para comprender el significado del arte del Renacimiento y el Barroco: ediciones ilustradas de las Metamorfosis de Ovidio (1595), la Iconologia de Ripa (1603) o de varios e importantes libros de emblemas, que están detrás de la iconografía de muchos pinturas del Museo del Prado.
Si los libros están en el origen de numerosos cuadros, también son un testimonio insustituible de su fortuna posterior. Los más importantes ciclos pictóricos europeos fueron reproducidos y dados a conocer a través de suntuosos álbumes de estampas, mientras que las primeras colecciones pictóricas, primero en manos de las nobleza y la realeza y más tarde de acceso público, fueron conocidas en toda Europa gracias a libros como el Prodromus (1735), con el que se cierra la muestra. La exposición, que comienza con la primera gran obra teórica que codificó los principios de la pintura renacentista – La pittura de Alberti – termina con el nacimiento de la institución que marcará la evolución de las artes plásticas en la Edad Contemporánea: el Museo.
La Biblioteca del MuseoLa Biblioteca del Museo del Prado ha experimentado en los últimos años un notable crecimiento, que culminó con la apertura en marzo de 2009 de su nueva sede en el Casón del Buen Retiro. Su sala de lectura, instalada bajo la impresionante bóveda de Luca Giordano, es la muestra más visible de la nueva importancia otorgada por el Museo a los servicios de biblioteca, archivo y documentación.
La Biblioteca conserva un importante fondo antiguo de unos 4.500 volúmenes especializados en Historia del Arte y con algunos ejemplares de extraordinaria rareza e importancia, procedentes en su mayor parte de la adquisición de varias bibliotecas privadas, entre las que destacan la del abogado e historiador del arte José María Cervelló en 2003 y la de la familia Madrazo en 2006.
CatálogoCon motivo de la exposición se ha realizado un catálogo, primera publicación sobre los fondos de la Biblioteca del Museo, que contiene 103 páginas y 82 ilustraciones y tres textos introductorios, “El fondo antiguo de la Biblioteca del Museo del Prado: la formación de una colección” de Javier Docampo, jefe del Área de Biblioteca, Archivo y Documentación del Museo y comisario de la muestra, “Las amplias fronteras de la literatura sobre arte en el Siglo de Oro” de Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1700 del Museo, “Brevísima apología de la anécdota, o sobre Vasari y la tradición literaria” de José Riello, colaborador del Área de Edición del Museo, más las fichas correspondientes de las cuarenta piezas de la exposición, a cargo de los autores mencionados y de José Manuel Matilla, Jefe de Departamento de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo, Javier de Blas, colaborador del mismo departamento, Ascensión Hernández, bibliotecaria de la UNED y Elena Vázquez, investigadora de la Universidad Complutense.
Régimen de acceso a la exposiciónEl precio de la entrada general (incluye también el acceso a la colección permanente) adquirida en taquilla será de 8 euros, mientras que su adquisición por cualquiera de los canales telemáticos de venta anticipada (902 10 70 77 / http://www.museodelprado.es/) será al precio de 7 euros.
Actividades complementariasEl Museo ha organizado un programa complementario de actividades que incluye el habitual ciclo de conferencias, además de itinerarios didácticos por las salas de exposición y un curso monográfico que analizará la teoría española de la pintura en el siglo de Oro gracias a los nuevos hallazgos en la literatura artística en España.
Más información en http://www.museodelprado.es/
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Exposición y Proyecto pedagógico sobre Miguel Hernández
L.M.A.
Con motivo del centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández (1910 – 1941), la Sociedad de Conmemoraciones Culturales (SECC) ha llevado a cabo una gran exposición en la Biblioteca Nacional con pinturas, esculturas, fotografías, documentos, primeras ediciones, etc, bajo el título de “La sombra vencida”. El comisario de la misma en José Carlos Rovira, que se ha especializado en el escritor alicantino nacido en Orihuela, que cuenta con una amplia Fundación de sus fondos en Elche. Recientemente han aparecido cuatro cuentos de niños escritos por el poeta y que muestran en la exposición.
Igualmente la SECC presenta un Proyecto pedagógico y didáctico sobre Miguel Hernández que la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), bajo la coordinación del Ministerio de Cultura, y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez han diseñado para recordar al poeta en el centenario de su nacimiento. El objetivo de esta iniciativa es distribuir más de 2.500 cajas entre las bibliotecas públicas de todo el país, con una serie de materiales didácticos y propuestas de trabajo que les ayuden a diseñar actividades en torno a la figura y la obra del autor de “El rayo que no cesa”.
El estuche contiene un Libro- Guía en dos volúmenes. El primero reúne una biografía de Miguel Hernández escrita por Jesús Marchamalo; el texto de Víctor García de la Concha Seis años prodigiosos, en el que el director de la Real Academia Española (RAE) desvela las claves fundamentales de la obra del poeta; un ensayo de Antonio Colinas, sobre lo que significaron y significan cada uno de los libros del poeta homenajeado; una detallada cronología y bibliografía así como las opiniones que, sobre la obra de Hernández, brindan 28 personalidades muy diversas de la cultura española actual.
El segundo volumen contiene una extensa relación de actividades que, sobre diversos poemas de Miguel Hernández, han propuesto más de una decena bibliotecas municipales y públicas españolas, a las que se ha invitado a colaborar. Junto a ellas se encuentran también tres aportaciones didácticas elaboradas por la Fundación Confederación Nacional de Sordos de España (CNSE).
El estuche se completa con una carpeta con trece carteles, en formato 50x70 cm., en cada uno de los cuales se recoge uno de los trece poemas seleccionados (o un fragmento significativo del mismo), con la finalidad de promocionar las actividades que se desarrollen en cada centro o ambientar un rincón o espacio de la biblioteca especialmente dedicado al poeta; un CD de audio con la locución de los trece poemas seleccionados, a cargo de Liberto Rabal y con ambientación musical de Fernando Luna, José Miguel Molina y Julián Elvira; y por último un grupo de marcapáginas, realizados también a partir de los poemas de Miguel Hernández.
Son numerosos los actor organizados con motivo del centenario de Miguel Hernández, si bien son bastantes las instituciones y estudiosos que se quejan de las dificultades que opone la familia del poeta a las iniciativas.
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Brasil, Ritmo y Colores, exposición de arte en Madrid
“
"Ritmo y Colores de Brasil”
Casa del Brasil. Madrid
Septiembre-octubre, 2010
Julia Sáez-Angulo
Pintura, escultura, fotografía, instalaciones y joyas convergen en la exposición “Ritmo y Colores de Brasil”, que ha sido inaugurada por el embajador del citado país en Madrid,el embajador Don Paulo Cesar de Oliveira Campos (Rio de Janeiro, 1952)y su esposa Adriana.
La exposición coordinada por Linda de Sousa, ha sido comisariada por Carmen Pousada. La escritora Tecla Portela Carreiro ha escrito en el texto del catálogo:
“En qué piensa Christina Oiticica cuando entierra sus telas durante meses? ¿No buscarrá además de su impregnación física, en absorber el propio aliento de la tierra, el “más adentro”, intuido pero jamás descrito, revelado solo a los privilegiados.
¿Qué otra cosa es la emoción colorida de Mario Marlez sino la magia de la plenitud? ¿Y qué sino la fuerte serenidad con que nos hace vibrar Lygia Milton?, ¿Qué son sino desbordantes innovaciones las de Cibelle de Pilla usando lonas y grasa de camión, las de Dedéia Meirelles usando embalajes y retazos de publicidad, y las de Nelson Méndes rompiéndonos los moldes de resina sintética?
A la naturaleza vuelve Dinorah Rosenkratnz, a los pájaros de antaño que son los de hoy mismo. Y a la inspiración –tan impuesta como intensa- Dija Caetano. Y Linda de Sousa, el paradójico resultado del regreso de los orígenes”.
La voz de la Mujeres Katuquinas
El catálogo se abre con una cita de Paulo Coelho: “El artista que escoge que su obra, que revele lo que no está en ella es como San José, que permitió que su Familia –y no él- se revelase al mundo”
Las joyas constituían un capítulo de gran interés en la muestra, género al que se acercan escultores de prestigio como Liane Katsuki, que participaba con una espléndida pieza, “Ícaro” en acero cortén y aluminio de casi dos metros de altura. Destacaba igualmente el trabajo de Dorine Botana como joyera, sin duda lider del grupo de nombres que expusieron excelentes piezas.
Christina Oiticica presentó “A voz das Mulheres Katuqinas”, piezas cuadradas sobre tela en técnica mixta con signos y orlas de vivos colores.
Para Linda de Sousa esta exposición de artistas brasileños en España era “un escaparate prodigioso de la creatividad plástica de un país imaginativo y brillante como es Brasil. Un país hijo de Portugal que se ha hecho grande y poderoso, capaz de expandir y llevar la hermosa lengua portuguesa por todo el mundo”.
La inauguración de la muestra artística fue una gran fiesta a la que acudieron artistas, escritores y críticos como Cássio Romano, Director de la Casa do Brasil; Alicia Alonso y Beatriz Mayoral arquitectas; Miguel Bordeje, periodista; Sergio de la Sota, diseñador de Webs; el modisto Orlando: Reginaldo Lima, Director de la Movida Brasileña; la escultora Mary Carmen Matias, que también presentó obra;las joyeras Dorine Botana, Claudia Kechichian y Adriana de la Riva; Luis Hernandez del Pozo, crítico de arte; Juan Jiménez, pintor; Elisa Sáez de Slöcker, experta en arte saco, Carmen Martínez y otros.
"Ritmo y Colores de Brasil”
Casa del Brasil. Madrid
Septiembre-octubre, 2010
Julia Sáez-Angulo
Pintura, escultura, fotografía, instalaciones y joyas convergen en la exposición “Ritmo y Colores de Brasil”, que ha sido inaugurada por el embajador del citado país en Madrid,el embajador Don Paulo Cesar de Oliveira Campos (Rio de Janeiro, 1952)y su esposa Adriana.
La exposición coordinada por Linda de Sousa, ha sido comisariada por Carmen Pousada. La escritora Tecla Portela Carreiro ha escrito en el texto del catálogo:
“En qué piensa Christina Oiticica cuando entierra sus telas durante meses? ¿No buscarrá además de su impregnación física, en absorber el propio aliento de la tierra, el “más adentro”, intuido pero jamás descrito, revelado solo a los privilegiados.
¿Qué otra cosa es la emoción colorida de Mario Marlez sino la magia de la plenitud? ¿Y qué sino la fuerte serenidad con que nos hace vibrar Lygia Milton?, ¿Qué son sino desbordantes innovaciones las de Cibelle de Pilla usando lonas y grasa de camión, las de Dedéia Meirelles usando embalajes y retazos de publicidad, y las de Nelson Méndes rompiéndonos los moldes de resina sintética?
A la naturaleza vuelve Dinorah Rosenkratnz, a los pájaros de antaño que son los de hoy mismo. Y a la inspiración –tan impuesta como intensa- Dija Caetano. Y Linda de Sousa, el paradójico resultado del regreso de los orígenes”.
La voz de la Mujeres Katuquinas
El catálogo se abre con una cita de Paulo Coelho: “El artista que escoge que su obra, que revele lo que no está en ella es como San José, que permitió que su Familia –y no él- se revelase al mundo”
Las joyas constituían un capítulo de gran interés en la muestra, género al que se acercan escultores de prestigio como Liane Katsuki, que participaba con una espléndida pieza, “Ícaro” en acero cortén y aluminio de casi dos metros de altura. Destacaba igualmente el trabajo de Dorine Botana como joyera, sin duda lider del grupo de nombres que expusieron excelentes piezas.
Christina Oiticica presentó “A voz das Mulheres Katuqinas”, piezas cuadradas sobre tela en técnica mixta con signos y orlas de vivos colores.
Para Linda de Sousa esta exposición de artistas brasileños en España era “un escaparate prodigioso de la creatividad plástica de un país imaginativo y brillante como es Brasil. Un país hijo de Portugal que se ha hecho grande y poderoso, capaz de expandir y llevar la hermosa lengua portuguesa por todo el mundo”.
La inauguración de la muestra artística fue una gran fiesta a la que acudieron artistas, escritores y críticos como Cássio Romano, Director de la Casa do Brasil; Alicia Alonso y Beatriz Mayoral arquitectas; Miguel Bordeje, periodista; Sergio de la Sota, diseñador de Webs; el modisto Orlando: Reginaldo Lima, Director de la Movida Brasileña; la escultora Mary Carmen Matias, que también presentó obra;las joyeras Dorine Botana, Claudia Kechichian y Adriana de la Riva; Luis Hernandez del Pozo, crítico de arte; Juan Jiménez, pintor; Elisa Sáez de Slöcker, experta en arte saco, Carmen Martínez y otros.
lunes, 4 de octubre de 2010
Rollos del Mar Muerto, Su significado en un libro de Varderkam y Flint
“
"El significado de los Rollos
del Mar Muerto” (477 pags)
James Vanderkam y Peter Flint
Editorial Trotta; Madrid, 2010-10-04
Julia Sáez-Angulo
“El significado de los Rollos del Mar Muerto” es el título del libro de los profesores James Vanderkam y Peter Flint, traducido al español por Andrés Piquer y Pablo Torijano.
El libro lleva como subtítulo o explicación: “Su importancia para entender la Biblia. El judaísmo, Jesús y el cristianismo”. La ilustración de cubierta es un fragmento del manuscrito Qumrán.
“La biblioteca de Qumrán, bastante grande, según parámetros antiguos, estaba alojada en los edificios comunitarios en Khirbet Qumrán y más tarde en las cuevas vecinas, que sirvieron de viviendas, talleres y almacenes”, se explica en el prólogo.
“Los textos componen un corpus heterogéneo escrito en hebreo, arameo y griego; abarcan varios géneros literarios que no sólo incluyen la literatura sectaria de la comunidad de Qumrán, sino también escritos compuestos en otros lugares del antiguo Israel, incluyendo textos bíblico mucho más antiguos”.
Aparecidos en los años 50, los Rollos del Mar Muerto han sido objeto de estudios numerosos por los estudiosos bíblicos y han trascendido el ámbito académico para llegar al interés y curiosidad del gran público.
Diversas ramas del Judaísmo
Lo que en definitiva han puesto de manifiesto estos Rollos del Mar Muerto han sido las diversas ramas de judaísmo y el comienzo del nacimiento del cristianismo en Israel. Los debates científicos continúan y este libro que nos ocupa tras las últimas interpretaciones al respecto.
Una serie de cuadros comparativos sobre lo encontrado y lo conocido ilustran muy bien el debate, después de narrar con claridad los documentos, la datación, la arqueología y los nuevos métodos.
Los capítulos del libro de James Vanderkam y Peter Flint hablan de los Rollos del Mar Muerto y la Biblia; Los Rollos no bíblicos y su mensaje; Los Rollos y el Nuevo Testamento y las Controversias acerca de los Rollos del Mar Muerto.
Una serie de apéndices de pasajes de los citados Rollos, los Apócrifos y Pseudoepígrafos y las traducciones, completan el volumen encuadernado en pasta dura
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"El significado de los Rollos
del Mar Muerto” (477 pags)
James Vanderkam y Peter Flint
Editorial Trotta; Madrid, 2010-10-04
Julia Sáez-Angulo
“El significado de los Rollos del Mar Muerto” es el título del libro de los profesores James Vanderkam y Peter Flint, traducido al español por Andrés Piquer y Pablo Torijano.
El libro lleva como subtítulo o explicación: “Su importancia para entender la Biblia. El judaísmo, Jesús y el cristianismo”. La ilustración de cubierta es un fragmento del manuscrito Qumrán.
“La biblioteca de Qumrán, bastante grande, según parámetros antiguos, estaba alojada en los edificios comunitarios en Khirbet Qumrán y más tarde en las cuevas vecinas, que sirvieron de viviendas, talleres y almacenes”, se explica en el prólogo.
“Los textos componen un corpus heterogéneo escrito en hebreo, arameo y griego; abarcan varios géneros literarios que no sólo incluyen la literatura sectaria de la comunidad de Qumrán, sino también escritos compuestos en otros lugares del antiguo Israel, incluyendo textos bíblico mucho más antiguos”.
Aparecidos en los años 50, los Rollos del Mar Muerto han sido objeto de estudios numerosos por los estudiosos bíblicos y han trascendido el ámbito académico para llegar al interés y curiosidad del gran público.
Diversas ramas del Judaísmo
Lo que en definitiva han puesto de manifiesto estos Rollos del Mar Muerto han sido las diversas ramas de judaísmo y el comienzo del nacimiento del cristianismo en Israel. Los debates científicos continúan y este libro que nos ocupa tras las últimas interpretaciones al respecto.
Una serie de cuadros comparativos sobre lo encontrado y lo conocido ilustran muy bien el debate, después de narrar con claridad los documentos, la datación, la arqueología y los nuevos métodos.
Los capítulos del libro de James Vanderkam y Peter Flint hablan de los Rollos del Mar Muerto y la Biblia; Los Rollos no bíblicos y su mensaje; Los Rollos y el Nuevo Testamento y las Controversias acerca de los Rollos del Mar Muerto.
Una serie de apéndices de pasajes de los citados Rollos, los Apócrifos y Pseudoepígrafos y las traducciones, completan el volumen encuadernado en pasta dura
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El Ministerio de Cultura participa en el proyecto Judaica Europeana
L.M.A.
El Ministerio de Cultura, a través de las Direcciones Generales de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Libro, Archivos y Bibliotecas, ha firmado un acuerdo con la European Association for Jewish Culture para participar en el proyecto Judaica Europeana.
Judaica Europeana es una de las iniciativas de la Comisión Europea, incluidas en el programa eContentplus, para aportar contenidos a Europeana, la biblioteca digital europea. Proporcionará acceso a una amplia gama de objetos culturales del patrimonio cultural judío de Europa para lo que está prevista la digitalización de 10.500 fotografías, 1500 tarjetas, 7150 grabaciones sonoras así como varios millones de páginas de libros y periódicos.
Con este objetivo, el proyecto Judaica Europeana, que coordina la Asociación Europea para la Cultura Judía, trabajará conjuntamente con instituciones culturales europeas, entre las que se encuentra el Ministerio de Cultura español.
En una primera fase, el Ministerio de Cultura aportará cerca de ciento cincuenta títulos, que suman en total 40.000 páginas digitalizadas, de impresos conservados en el Museo Sefardí, así como doscientas piezas que muestran las principales áreas temáticas de la colección del museo.
Todos estos materiales, junto con las aportaciones de las distintas instituciones participantes, así como las que se vayan asociando al proyecto, estarán disponibles a través de
www.europeana.eu a lo largo del último trimestre de 2010.
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"MADE IN USA", ARTE AMERICANO DE LA PHILLIPS COLLECTION EN LA FUNDACIÓN MAPFRE
Fechas: Del 6 de octubre 2010 al 16 de ENERO de 2011.
Lugar: FUNDACIÓN MAPFRE. Instituto de Cultura.
Paseo de Recoletos nº 23.
Comisaria: Dr. Susan Behrends Frank, Conservadora asociada para investigación de la Phillips Collection.
Producción: Exposición organizada por la PHILLIPS COLLECTION de Washington D.C. y FUNDACIÓN MAPFRE.
WEB: http://www.exposicionesmapfrearte.com/madeinusa/
L.M.A.
La Fundación Mapfre y la Phillips Collection de Washington D.C. tienen el privilegio de presentar al público español la exposición MADE IN USA: Arte americano de la Phillips Collection. MADE IN USA rememora cien años de arte en los Estados Unidos, desde la eclosión del espíritu de modernidad a finales del siglo XIX hasta la pintura americana de la posguerra a mediados del XX. Es la primera exposición internacional itinerante dedicada íntegramente al arte norteamericano reunido en la Phillips Collection, el primer museo de arte moderno que abrió sus puertas al público en Estados Unidos. MADE IN USA brinda una extensa selección de 91obras de 62 artistas pertenecientes a esta famosa colección de arte estadounidense
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La muestra se estructura en diez secciones comenzando con algunas obras románticas y realistas, continúa con la mirada impresionista, la vida moderna, la naturaleza, la ciudad, memoria e identidad, el legado del cubismo y la abstracción, para concluir con el expresionismo abstracto americano. Por primera vez en España se podrá ver una exposición tan completa que recorra este periodo del arte americano. Entre los artistas representados encontramos a: Homer, Ryder, Whistler, Sloan, Hopper, O’Keeffe, Dove, Tack, Hartley, Davis, Avery, Pollock, Gottlieb, Still, Diebenkorn, Francis, Motherwell o Rothko.
Fundada en Washington poco después de la Primera Guerra Mundial y un decenio antes de que en Nueva York se abrieran el Museum of Modern Art y el Whitney Museum of American Art, la Phillips Collection se considera el primer museo de arte moderno de América. Aunque conocida en todo el mundo por sus obras de arte moderno europeo, la Phillips Collection ha promovido lo mejor del arte y de los artistas estadounidenses desde que abrió sus puertas en 1921. De hecho, es primordialmente una colección de arte estadounidense del siglo XX, amplia en su radio y rica en su diversidad. Sus fondos de arte estadounidense no son ni enciclopédicos ni históricos; forman una reunión de espíritus independientes, la mayoría de los cuales vivían y exponían activamente cuando sus obras se incorporaron a la colección permanente del museo. Duncan Phillips (1886-1966), el fundador, se interesaba por artistas individuales, no por movimientos. Los artistas incluidos en MADE IN USA son aquellos a los que Phillips juzgó importantes para el primer museo de arte moderno de los Estados Unidos, y cuyo arte coleccionó con entusiasmo y muchas veces con largueza.
Él mismo, en sus abundantes escritos críticos, declaró que el tipo de artista que buscaba era el de “originalidad creativa y sincera independencia”, no el fríamente intelectual o el imitador de una moda. Su colección de arte americano destaca a los artistas excepcionales que supieron encontrar su voz propia y crear una obra profundamente personal, expresada con frescura y al mismo tiempo ligada a las grandes tradiciones del pasado y el presente. Phillips pensaba que el espectador sale beneficiado al aprender a ver como ven los verdaderos artistas.
Celebrar el arte estadounidense y darlo a conocer internacionalmente fue siempre un objetivo importante para la Phillips Collection y para su fundador, que escribió con frecuencia sobre lo infravalorados que estaban los artistas de los Estados Unidos dentro y fuera del país, y que no dejó escapar ninguna oportunidad de mostrar los fondos americanos de la colección en el extranjero. La primera ocasión internacional se produjo en 1924, cuando la American Federation of the Arts solicitó ocho pinturas de la Phillips Collection para la Bienal de Venecia de ese año, la primera en la que participaron los Estados Unidos. Seis de los ocho artistas de la Phillips que concurrieron a la Bienal de 1924 se encuentran en MADE IN USA: Arthur B. Davies, Rockwell Kent, Ernest Lawson, Maurice Prendergast, John Sloan y Augustus Vincent Tack. Otras oportunidades internacionales no se presentaron hasta después de la Segunda Guerra Mundial: la Phillips prestó ocho piezas a la retrospectiva de John Marin en la Bienal veneciana de 1950, con la firma de Duncan Phillips en el tributo del catálogo a Marin, su amigo de toda la vida. Dos años más tarde los organizadores del pabellón estadounidense en la Bienal de 1952 pidieron dos obras maestras de la Phillips Collection, ambas incluidas en MADE IN USA: la Batidora de huevos nº 4 de Stuart Davis (1928) y el Llegando a una ciudad de Edward Hopper (1947)
El recorrido de MADE IN USA se inicia a finales del siglo XIX, con los pioneros cuya obra abrió el camino hacia el arte moderno en los Estados Unidos: Winslow Homer, Thomas Eakins, James Abbott McNeill Whistler y el visionario Albert Pinkham Ryder. El núcleo sobre el que se alzaba la colección cuando abrió sus puertas en 1921 eran sus fondos de impresionistas americanos como Theodore Robinson, John Henry Twachtman, Childe Hassam y Ernest Lawson, al lado de los realistas urbanos Robert Henri, John Sloan y George Luks. En el cambio de siglo esos pintores captaron el espíritu modernista en interpretaciones inéditas del campo y la ciudad. Sobre esa base edificó Duncan Phillips su colección de arte americano, respondiendo en el período de entreguerras no sólo al realismo psicológico y romántico de Edward Hopper, George Bellows, Rockwell Kent, Walt Kuhn y Guy Pène du Bois, sino también a las interpretaciones expresionistas del mundo natural debidas a los artistas reunidos en torno al fotógrafo y galerista Alfred Stieglitz: Arthur Dove, Georgia O’Keeffe, John Marin y Marsden Hartley.
Es reseñable que Duncan Phillips fuera el primer director de museo que supo reconocer la fuerza y la novedad de visión de los artistas del círculo de Stieglitz, cuyas abstracciones eran inspiradas directamente por la naturaleza; fue el primero en comprar obras de Dove y O’Keeffe para una colección museística (1926) y el primero en brindar a Marin una exposición en un museo (1929). Gracias a ese compromiso temprano y firme con aquellos artistas innovadores, Phillips y su museo fueron una fuerza esencial en el arte americano durante las décadas de 1920 y 1930. MADE IN USA muestra seis obras de Dove, cuatro de O’Keeffe, cuatro de Marin y tres de Hartley, reflejando la riqueza de los fondos del museo en esos modernistas ahora célebres que captaron el espíritu del paisaje de América y de las fuerzas naturales a través de un lenguaje subjetivo de colores y formas.
Es reseñable que Duncan Phillips fuera el primer director de museo que supo reconocer la fuerza y la novedad de visión de los artistas del círculo de Stieglitz, cuyas abstracciones eran inspiradas directamente por la naturaleza; fue el primero en comprar obras de Dove y O’Keeffe para una colección museística (1926) y el primero en brindar a Marin una exposición en un museo (1929). Gracias a ese compromiso temprano y firme con aquellos artistas innovadores, Phillips y su museo fueron una fuerza esencial en el arte americano durante las décadas de 1920 y 1930. MADE IN USA muestra seis obras de Dove, cuatro de O’Keeffe, cuatro de Marin y tres de Hartley, reflejando la riqueza de los fondos del museo en esos modernistas ahora célebres que captaron el espíritu del paisaje de América y de las fuerzas naturales a través de un lenguaje subjetivo de colores y formas.
En el periodo de entreguerras poderosas voces conservadoras de los Estados Unidos reclamaban un arte autóctono vuelto hacia el interior y libre de influencias de la Europa moderna. De hecho, hizo falta un coleccionista tan valiente como Duncan Phillips para patrocinar a artistas como Stuart Davis, John Graham, Karl Knaths y otros creadores de un arte americano original inspirado por estilos modernos europeos como el cubismo.
En la mayoría de los casos Phillips fue uno de los primeros directores de museo que coleccionaron sus obras, así como fue el primero en reconocer la promesa de Milton Avery adquiriendo sus pinturas en 1929, años antes de que se le calificara como el Matisse americano. Phillips fue también uno de los pocos coleccionistas que entre las dos guerras mundiales defendieron la pluralidad artística de los Estados Unidos, comprando para su museo obras de autodidactas, artistas de color e inmigrantes. Defensor precoz y elocuente del patrimonio cultural de la nación como “una fusión de distintas sensibilidades, una unificación de diferencias”, Phillips actuó muy por delante de su tiempo, y a menudo fue el primero en adquirir obras de artistas americanos tan dispares e individualistas como John Kane, Jacob Lawrence, Horace Pippin, Yasuo Kuniyoshi y Peppino Mangravite. Veía la diversidad como un factor positivo para el arte americano y parte de su internacionalismo innato.
En la mayoría de los casos Phillips fue uno de los primeros directores de museo que coleccionaron sus obras, así como fue el primero en reconocer la promesa de Milton Avery adquiriendo sus pinturas en 1929, años antes de que se le calificara como el Matisse americano. Phillips fue también uno de los pocos coleccionistas que entre las dos guerras mundiales defendieron la pluralidad artística de los Estados Unidos, comprando para su museo obras de autodidactas, artistas de color e inmigrantes. Defensor precoz y elocuente del patrimonio cultural de la nación como “una fusión de distintas sensibilidades, una unificación de diferencias”, Phillips actuó muy por delante de su tiempo, y a menudo fue el primero en adquirir obras de artistas americanos tan dispares e individualistas como John Kane, Jacob Lawrence, Horace Pippin, Yasuo Kuniyoshi y Peppino Mangravite. Veía la diversidad como un factor positivo para el arte americano y parte de su internacionalismo innato.
"MADE IN USA" se cierra con una espléndida muestra del grupo expresionista abstracto, cuyos esfuerzos por crear un nuevo lenguaje visual en la década de 1940 convirtieron el arte americano en potencia mundial. Su auge internacional tras la Segunda Guerra Mundial no podía por menos de entusiasmar a Duncan Phillips, que llevaba casi treinta años sosteniendo el estandarte. Sexagenario y septuagenario, Phillips seguía estando atento a la pintura americana contemporánea, y en 1954 escribía: “Me atraen las cualidades del arte contemporáneo precisamente porque me deleitan con diferencias tonificantes”.
Las obras aquí expuestas de Richard Diebenkorn, Adolph Gottlieb, Philip Guston, Robert Motherwell, Clyfford Still y Mark Rothko, entre otros, dan claro testimonio del carácter romántico de la nueva pintura americana de la posguerra. En los años cincuenta y sesenta Phillips mantuvo su costumbre inveterada de responder a cada obra en función de sus méritos. Su colección de pintura expresionista abstracta, en su mayor parte adquirida mientras los artistas aún estaban haciéndose un nombre, tiene el mismo sello personal que el resto de la colección.
Las obras aquí expuestas de Richard Diebenkorn, Adolph Gottlieb, Philip Guston, Robert Motherwell, Clyfford Still y Mark Rothko, entre otros, dan claro testimonio del carácter romántico de la nueva pintura americana de la posguerra. En los años cincuenta y sesenta Phillips mantuvo su costumbre inveterada de responder a cada obra en función de sus méritos. Su colección de pintura expresionista abstracta, en su mayor parte adquirida mientras los artistas aún estaban haciéndose un nombre, tiene el mismo sello personal que el resto de la colección.
CATÁLOGO
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que contiene reproducciones en color de todas las obras, tres ensayos: uno a cargo de la comisaria Dr. Susan Behrends.
Actividades didácticas:
Visitas-Taller para colegios dirigidas a estudiantes de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y otras enseñanzas.
Información y reservas: tels. 913 232 872 y 655 19 92 23
Visitas-Taller para familias dirigidas a niños entre 4 y 14 años acompañados por sus padres u otros familiares. Talleres de pintura y de escritura. Precio: 4 € por participante
“LA NATURALEZA EN LA PINTURA” (taller de arte) Niños de 4 y 5 años
¿Será un paisaje o un jardín? ¿Una marina o una pintura campestre?
A través de juegos y exploraciones vamos a descubrir obras de arte que nos muestran diferentes formas de plasmar la naturaleza en la pintura. . Hablaremos de la importancia de la naturaleza y aprenderemos a respetarla.
Los domingos, de 10.00 a 12.00 h, durante el tiempo que dura la exposición (días 10,17, 24 y 31 de octubre, 7, 14, 21 y 28 de noviembre, 5, 12, 19 y 26 de diciembre de 2010 y 2, 9 y 16 de enero de 2011)
“LA CIUDAD MODERNA” (taller de arte) Niños de 4 y 5 años
En el siglo XIX la ciudad es uno de los temas esenciales para los impresionistas. También los artistas americanos pintan sus ciudades y todas las novedades que supone la experiencia urbana. Ven a descubrir la ciudad moderna como una nueva forma de paisaje: los rascacielos, los días de trabajo y los domingos en la ciudad…
Sábados de 10:00 a 12:00 h. (días 13 y 30 de octubre, 13 y 27 de noviembre y 11 de diciembre de 2010 y 8 de enero de 2011)
Sábados de 16:30 a 18.30 h (días 9,16 y 30 de octubre; 6, 13 y 27 de noviembre y 7 y 11 de diciembre de 2010 y 8 de enero de 2011)
Domingos durante el tiempo que dura la exposición (6 de octubre de 2010 al 16 de enero de 2011) de 16.30 a 18.30 h (días 10, 17, 24 y 31 de octubre, 7, 14, 21 y 28 de noviembre y 5, 12, 19 y 26 de diciembre de 2010 y 2, 9 y 16 de enero de 2011).
“SUPERHEROES Y SUPERVILLANOS” (taller de escritura) Niños de 8 a 12 años
El arte norteamericano del siglo XX ha legado a la cultura un conjunto de formas y colores libres, con ritmos muy sugerentes. Los niños y los adultos inventarán en el taller de escritura personajes hiperbólicos al modo de los superhéroes e historias vivas y trepidantes inspirados en esas formas sugestivas e hipnóticas de Calder, Pollock o Hopper.
Sábados de 10.00 a 12.00 h. (Días 9 y 23 de octubre, 6 y 20 de noviembre, 4 y 18 de diciembre de 2010 y 15 de enero de 2011)
“DE LA REALIDAD A LA ABSTRACCIÓN” (taller de arte) Niños de 12 a 14 años
Descubriremos los inicios de la pintura abstracta. Partiendo del cubismo y la geometría tendremos la oportunidad de revisar las obras de grandes artistas americanos para entender la abstracción de Jackson Pollock, Robert Motherwell o Mark Rothko.
Sábados de 16.30 a 19.00 h. (días 23 de octubre, 20 de noviembre, 18 de diciembre de 2010 y 15 de enero 2011)
AUDIOGUÍAS
FUNDACIÓN MAPFRE contará en esta exposición con un servicio de:
Audioguías en español e ingles, así como un servicio de:
Audioguías con audiodescripicion, cuyo guión y producción es elaborado específicamente para usuarios con discapacidad visual, cuya finalidad es lograr la mayor autonomía posible dentro del recinto y el uso de técnicas de descripción para transformar las imágenes en explicaciones sonoras.
Signoguías, dispositivo portátil multimedia equipado con una pantalla que reproduce un vídeo en el que se explica las obras seleccionadas de la exposición mediante la lengua de signos y subtitulado.
WEB
Con objeto de ampliar los contenidos de la exposición y hacer accesible al público general esta muestra, FUNDACIÓN MAPFRE ha desarrollado una página web monográfica sobre la misma. Desde la dirección http://www.exposicionesmapfrearte.com/madeinusa/ los internautas podrán conocer los conceptos artísticos más importantes que se plantean en esta exposición y sus obras más destacadas, realizar un recorrido virtual de alta calidad por todas las salas o escuchar los comentarios de los especialistas. Asimismo, se podrá consultar un extracto del catálogo y acceder a la información sobre los talleres y visitas para personas con y sin discapacidad.
También se presentará la exposición en el nuevo portal educativo Enredarte http://www.enredarte.com/, en el que se despliega un programa educativo online asociado a exposiciones de arte de diferentes instituciones, museos y fundaciones en España y Latinoamérica. El portal surge como una gran herramienta interactiva que FUNDACIÓN MAPFRE ofrece a la comunidad educativa, abarcando una serie de recursos multimedia sobre arte que constituyen una importante experiencia educativa online, accesible desde el aula o el hogar, individualmente o en grupo.
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Sloan,
Still,
Tack,
Whistler
“LAS RAÍCES NORTEAMERICANAS DE IVES Y COPLAND” EN LA FUNDACION JUAN MARCH
L.M.A.
Con motivo de la exposición Los paisajes americanos de Asher B. Durand (1796-1886), que se exhibe en la Fundación Juan March hasta el próximo 9 de enero.
Con el concierto que se celebra este miércoles 6 de octubre, a las 19,30 horas, continúa el ciclo Las raíces norteamericanas de Ives y Copland, que ha organizado la Fundación Juan March (www.march.es, también en Facebook) con motivo de la inauguración, el pasado viernes 1 de octubre, de la exposición Los paisajes americanos de Asher B. Durand (1796-1886). El primer concierto de los tres de que consta el ciclo tuvo lugar el mismo día de la inauguración, y los otros dos los miércoles 6 y 13 de octubre.
Tras el concierto del viernes 1 de octubre, en el que la soprano Diana Tiegs, y el pianista Julio Alexis Muñoz, interpretaron obras de A. P. Heinrich, A. Copland, Ch. Ives y S. Barber, este miércoles 6 de octubre, el pianista Ricardo Descalzo interpreta obras de Ch. Ives, A. Copland, H. Cowell, L. Ornstein, G. Gershwin, R. Crawford y G. Antheil. El ciclo finaliza el miércoles 13 de octubre con la violinista Leticia Moreno y la pianista Edith Peña que interpretan obras de C. Franck, Ch. Ives, A. Copland, G. Gershwin (arr. de J. Heifetz) y M. Ravel.
La incorporación de Estados Unidos a la historia de la música ha sido muy tardía. Durante un amplio periodo de su historia, que comprende la etapa colonial y buena parte del siglo xix, no se desarrollaron elementos musicales propios en contraste con la riqueza —según vamos conociendo— del sur americano. Su expansión decimonónica en el campo político y económico no vino acompañada por la gestación de una concepción musical lo suficientemente diferenciada como para que pudiera ser considerada como “propia”, teniendo siempre a Europa como modelo. El anhelo que en 1852 expresaba William Henry Fry, uno de los primeros compositores y críticos norteamericanos, resume bien la percepción de los creadores del momento: “es hora de que tengamos una Declaración de Independencia en arte y pongamos los fundamentos de una escuela americana de pintura, escultura y música”, añadiendo que “está claro que ningún arte puede florecer en un país hasta que no asuma su carácter genuino”. Es precisamente en esta tradición donde cabe situar la obra de Asher Brown Durand, con su visión terapéutica y sentimental del paisaje norteamericano.
La obra del poco conocido Anthony Philip Heinrich (1781-1861), compositor estadounidense de nacimiento alemán, constituye un caso embrionario de inspiración en la música de los indios y en la naturaleza. Con todo, sólo en la transición del siglo xix al xx comenzó a surgir un estilo musical distintivamente americano forjado, en particular, por Charles Ives (1874-1954) y Aaron Copland (1900-1990). Tenidos como los primeros compositores de la historia verdaderamente estadounidenses, ambos se formaron en la tradición musical europea (en el caso de Copland reforzada por su estancia parisina) que, sin embargo, supieron transformar en un estilo nacional. Este ciclo explora este proceso en el que la inspiración en el folklore real o recreado es uno de los elementos clave. Las obras de Ives y Copland se acompañan con otras de autores contemporáneos, como Gerswhin y Barber, o sus inmediatos sucesores quienes, a su modo, continuaron esta tendencia. La década de 1930 sería clave para la historia de la música norteamericana, un punto de inflexión que abrió el camino hacia la vanguardia innovadora que caracterizaría a Estados Unidos durante el resto del siglo.
LOS INTÉRPRETES
La soprano norteamericana Diana Tiegs inició sus estudios en su país y los continuó en la Escuela Superior de Canto en Madrid. Ha perfeccionado su técnica e interpretación con Ian Baar y Miguel Zanetti. Ha intervenido en óperas de Tomás Marco y Cristóbal Halffter. Es miembro del Coro Nacional de España. Julio Alexis Muñoz ha estudiado en los Conservatorios de Las Palmas y Madrid. Ha perfeccionado sus estudios en Suiza y Hungría. Es profesor de repertorio vocal en la Escuela Superior de Canto de Madrid. El interés por conocer y compartir la música actual ha llevado a Ricardo Descalzo a dedicar buena parte de su actividad profesional a su estudio y difusión. Es profesor de repertorio pianístico actual en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco. Leticia Moreno es una de las violinistas más destacadas de su generación. Ha estudiado en Madrid, Colonia y Londres. Edith Peña nació en Caracas, donde comenzó sus estudios, que completó en Estados Unidos. Ha sido solista invitada de la Orquesta Sinfónica de Venezuela y desde 2005 vive en Madrid.
Con el concierto que se celebra este miércoles 6 de octubre, a las 19,30 horas, continúa el ciclo Las raíces norteamericanas de Ives y Copland, que ha organizado la Fundación Juan March (www.march.es, también en Facebook) con motivo de la inauguración, el pasado viernes 1 de octubre, de la exposición Los paisajes americanos de Asher B. Durand (1796-1886). El primer concierto de los tres de que consta el ciclo tuvo lugar el mismo día de la inauguración, y los otros dos los miércoles 6 y 13 de octubre.
Tras el concierto del viernes 1 de octubre, en el que la soprano Diana Tiegs, y el pianista Julio Alexis Muñoz, interpretaron obras de A. P. Heinrich, A. Copland, Ch. Ives y S. Barber, este miércoles 6 de octubre, el pianista Ricardo Descalzo interpreta obras de Ch. Ives, A. Copland, H. Cowell, L. Ornstein, G. Gershwin, R. Crawford y G. Antheil. El ciclo finaliza el miércoles 13 de octubre con la violinista Leticia Moreno y la pianista Edith Peña que interpretan obras de C. Franck, Ch. Ives, A. Copland, G. Gershwin (arr. de J. Heifetz) y M. Ravel.
La incorporación de Estados Unidos a la historia de la música ha sido muy tardía. Durante un amplio periodo de su historia, que comprende la etapa colonial y buena parte del siglo xix, no se desarrollaron elementos musicales propios en contraste con la riqueza —según vamos conociendo— del sur americano. Su expansión decimonónica en el campo político y económico no vino acompañada por la gestación de una concepción musical lo suficientemente diferenciada como para que pudiera ser considerada como “propia”, teniendo siempre a Europa como modelo. El anhelo que en 1852 expresaba William Henry Fry, uno de los primeros compositores y críticos norteamericanos, resume bien la percepción de los creadores del momento: “es hora de que tengamos una Declaración de Independencia en arte y pongamos los fundamentos de una escuela americana de pintura, escultura y música”, añadiendo que “está claro que ningún arte puede florecer en un país hasta que no asuma su carácter genuino”. Es precisamente en esta tradición donde cabe situar la obra de Asher Brown Durand, con su visión terapéutica y sentimental del paisaje norteamericano.
La obra del poco conocido Anthony Philip Heinrich (1781-1861), compositor estadounidense de nacimiento alemán, constituye un caso embrionario de inspiración en la música de los indios y en la naturaleza. Con todo, sólo en la transición del siglo xix al xx comenzó a surgir un estilo musical distintivamente americano forjado, en particular, por Charles Ives (1874-1954) y Aaron Copland (1900-1990). Tenidos como los primeros compositores de la historia verdaderamente estadounidenses, ambos se formaron en la tradición musical europea (en el caso de Copland reforzada por su estancia parisina) que, sin embargo, supieron transformar en un estilo nacional. Este ciclo explora este proceso en el que la inspiración en el folklore real o recreado es uno de los elementos clave. Las obras de Ives y Copland se acompañan con otras de autores contemporáneos, como Gerswhin y Barber, o sus inmediatos sucesores quienes, a su modo, continuaron esta tendencia. La década de 1930 sería clave para la historia de la música norteamericana, un punto de inflexión que abrió el camino hacia la vanguardia innovadora que caracterizaría a Estados Unidos durante el resto del siglo.
LOS INTÉRPRETES
La soprano norteamericana Diana Tiegs inició sus estudios en su país y los continuó en la Escuela Superior de Canto en Madrid. Ha perfeccionado su técnica e interpretación con Ian Baar y Miguel Zanetti. Ha intervenido en óperas de Tomás Marco y Cristóbal Halffter. Es miembro del Coro Nacional de España. Julio Alexis Muñoz ha estudiado en los Conservatorios de Las Palmas y Madrid. Ha perfeccionado sus estudios en Suiza y Hungría. Es profesor de repertorio vocal en la Escuela Superior de Canto de Madrid. El interés por conocer y compartir la música actual ha llevado a Ricardo Descalzo a dedicar buena parte de su actividad profesional a su estudio y difusión. Es profesor de repertorio pianístico actual en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco. Leticia Moreno es una de las violinistas más destacadas de su generación. Ha estudiado en Madrid, Colonia y Londres. Edith Peña nació en Caracas, donde comenzó sus estudios, que completó en Estados Unidos. Ha sido solista invitada de la Orquesta Sinfónica de Venezuela y desde 2005 vive en Madrid.
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Jonh Guttmann expose sus fotografías americanas en la Fundación Mapfre
John Guttmann
Inauguración: 5 de octubre de 2010 a las 20.00h
Fechas: Del 6 de octubre 2010 al 16 de enero de 2011.
Lugar: FUNDACIÓN MAPFRE. Instituto de Cultura.
Paseo de Recoletos nº 23. Planta 0 Y 1.
Comisario: Pablo Jiménez Burillo
Producción: Exposición organizada por el Center for Creative Photography de la Universidad de Arizona y FUNDACIÓN MAPFRE.
L.M.A.
Desde el 6 de octubre de 2010 al 16 de enero de 2011 se podrá visitar, en la sala de exposiciones de Fundación MAPFRE situada en el Paseo de Recoletos, la muestra del fotógrafo John Gutmann.
FUNDACION MAPFRE, en colaboración con el Center for Creative Photography de la Universidad de Arizona, presenta esta exposición compuesta por más de un centenar de fotografías que muestran el trabajo de uno de los grandes artistas americanos del siglo XX.
John Gutmann (1905-1998) nace en Breslau (localidad alemana en su día, actual Wroclaw, Polonia). A principios de los años 30, Gutmann ya gozaba de una buena reputación en Alemania como pintor joven, alumno avanzado de Otto Müller (importante artista perteneciente al grupo Die Brücke). Perteneciente a una familia judía, tan pronto como los nazis llegaron al poder en 1933, emigra a los Estados Unidos. Justo antes consigue un contrato con la agencia berlinesa Press-Photo para distribuir en Europa las fotografías que iba a realizar en Estados Unidos. Esta será la primera vez que Gutmann coge una cámara fotográfica pensando que este podía ser su medio de subsistencia, pero finalmente fue el camino a través del cual conseguiría reinventarse a sí mismo.
Su llegada a San Francisco a finales de 1933 supondrá el encuentro con una cultura distinta y el inicio de su formación como artista moderno. Su instantánea fascinación por lo americano le llevó a salir a la calle con el objetivo de captar todo aquello que él consideraba “maravilloso”. A diferencia de los fotógrafos preciosistas, Gutmann prefería reflejar la crónica de una sociedad en constante estado de cambio.
Para él la fotografía suponía otra manera de ver el mundo, la mirada del extranjero en un país donde todo era posible. Gutmann tomaba imágenes de todo lo que para él resultaba nuevo: los automóviles, las estructuras publicitarias, los personajes marginales, el caos social o la diversidad étnica. En todas sus obras queda reflejado su instinto infalible para captar el momento más expresivo desde el ángulo menos habitual, reproduciendo lo extraordinario de la vida cotidiana.
En Estados Unidos Gutmann consiguió reanudar su carrera como profesor, que había abandonado en Alemania, de modo que la necesidad de viajar como fotógrafo quedó en segundo plano. Más tarde, debido al auge imprevisto del mercado de la fotografía en los años 70 y el repentino interés por los redescubrimientos, Gutmann decide llevar a cabo un proceso de re-edición de su obra. Es así como comienza a revisar sus negativos y realiza copias de las fotografías que él consideraba más interesantes (dándoles a veces nuevos títulos) creando un relato aprovechable de su trabajo y su vida. “No me interesa tratar desesperadamente de hacer Arte; me interesa relacionarlo con la maravillosa extravagancia que es la vida”, declaró Gutmann en 1979. La mayoría de las fotografías que forman parte de la exposición pertenecen a estas copias posteriores que nuestro artista reeditó entre 1973 y 1995, aunque también podremos ver algunos de sus vintages de época.
A su muerte en 1998, Gutmann ya estaba considerado como uno de los fotógrafos más distinguidos. Sus obras son recordadas como una síntesis inusual de las sensibilidades de Europa y los Estados Unidos en el periodo de entreguerras. Podemos encontrar referencias a Walker Evans o a Helen Levitt en los motivos que representa, pero la fotografía de Gutmann resulta sorprendente por su falta buscada de refinamiento. Este es el valor especial de su obra, que se sitúa entre lo periodístico y lo expresivo, creando escenas inquietantes y nada convencionales. Gutmann siempre quiso estar entre los “incalificables”, pero su sensibilidad vanguardista consigue que sus obras sean únicas, ocupando un lugar muy importante en la historia de la fotografía.
RECORRIDO DE LA EXPOSICIÓN
Esta exposición constituye una puesta al día sobre Gutmann recorriendo los mundos fotográficos en los que participó. Su trayectoria, gracias a su particular poder de percepción, ha aportado una mirada única y fascinante a la historia de la fotografía. Gutmann representa, sin duda, la imagen del artista moderno.
VISIÓN DESARRAIGADA
El artista vive peligrosamente, San Francisco, 1938. © Center for Creative Photography, Arizona Board of Regents.
Gutmann llega a Estados Unidos y sale a la calle con la cámara en la mano para captar la realidad que tanto le entusiasma. De este modo comenzará a cultivar su carrera como fotógrafo reinventándose a sí mismo.
La muestra está organizada en torno a una serie de temas fundamentales que resumen el interés de Gutmann por el modo de vida estadounidense, a partir de su encuentro con un lenguaje visual nuevo.
EL ENCUENTRO CON UNA METRÓPOLIS NUEVA
Gutmann, antes de abandonar Alemania, ya había buscado un modo de poder subsistir en Estados Unidos gracias al contrato obtenido con la agencia Press-Photo. Su afán por la aventura le lleva a plantearse comenzar una nueva vida en San Francisco, ciudad que le cautiva por su carácter cosmopolita así como por sus gestos de autoafirmación. Pese a que la fotografía solo era un empleo para Gutmann (él no abandonó su dedicación a las artes plásticas), sentía pasión por salir a captar la realidad de una ciudad que guardaba tantas sorpresas para él. En sus primeras fotografías ya podemos apreciar cómo Gutmann posee una sensibilidad especial hacia la instantaneidad del movimiento y el equilibrio compositivo, eliminando de sus imágenes todo artificio, convirtiéndolas en documentos que oscilan entre lo periodístico y lo expresivo.
AUTOMOBILIA
En Alemania, Gutmann había comenzado a sentir admiración por el mundo del automóvil. Estaba al corriente del papel tan importante que jugaba en la cultura de masas estadounidense gracias a la columna de la revista Neue Reue titulada “Automobilia”, encargada de poner a los alemanes al día de las novedades en el mundo automovilístico. Ya en Estados Unidos, Gutmann decide ampliar su estudio sobre la cultura del automóvil americano. En 1936, realiza su primer viaje por el país y tiene la oportunidad de captar los últimos modelos de figuras para capó, los novedosos parquímetros, los coches antiguos personalizados, los primeros auto-restaurantes o los autocines. Para él, el automóvil era una muestra del espíritu individualista americano que tanto le fascinaba. Gutmann halló en cada nuevo uso dado a los coches una capacidad notable y maravillosa.
PAISAJES AMERICANOS
Aunque Gutmann sea más conocido por su faceta de retratista de la calle que por la de paisajista, a finales de su vida recopila una serie de imágenes que había realizado en los años 30, bajo el nombre de Paisajes americanos. Son fotografías realizadas tanto en el Área de la Bahía de San Francisco como durante los viajes que realiza por América en los autocares Greyhound, cuyo propósito era registrar las diferencias regionales entre los distintos territorios y sus arquitecturas locales. Algunas de estas imágenes poseen una fuerza tremendamente industrial, mostrándonos su belleza estructural; predominando en otras ocasiones su carácter rural, con un interés más humano.
FIGURAS AMERICANAS
Desde sus inicios como artista en Alemania, Gutmann siempre sintió una gran admiración por retratar a las figuras menos convencionales. Cuando llega a San Francisco su fascinación inicial es representar las distintas culturas que se encontraba en las calles de esta ciudad tan cosmopolita o en las zonas más rústicas durante sus viajes por el país. En particular, siente interés por los personajes marginales, a quienes toma como modelos de libertad. Evitando siempre tintes dramáticos, mezcla señales de la más pura privacidad con elementos de humor, para reflejar la intensa expresión del hombre que vivía en armonía racial.
ESPÍRITU CARNAVALESCO
Gutmann siempre sintió una especial simpatía por aquellos que arriesgaban su vida para alcanzar el máximo de sus capacidades. Este espíritu es el que le lleva a inmortalizar con su cámara a artistas, atletas, jóvenes temerarios o personajes de circo en el momento exacto en el que desafían la gravedad, creando imágenes de composiciones muy expresivas. En uno de sus viajes visitó Nueva Orleans durante el carnaval, donde capta imágenes nada convencionales en busca de poder trasmitir el espíritu de esta fiesta a través del despliegue más teatral de los cuerpos.
SEÑALES DE GUERRA
En 1942, Gutmann se alistó voluntariamente en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos como fotógrafo y camarógrafo. Más tarde viajó con el Gabinete de Guerra Psicológica del Departamento de Información de la Guerra a China, Birmania y la India, con la misión de realizar películas de propaganda y reportajes fotográficos. Fue en este momento cuando tuvo la oportunidad de ver paisajes, pueblos y modos de vida totalmente diferentes, quedando impactado y fascinado en especial por las zonas rurales. También fotografió las visibles repercusiones del conflicto bélico en los soldados y habitantes, así como las posibilidades de ocio durante la guerra.
LA POSGUERRA
En 1946 Gutmann reanudó sus clases a tiempo parcial en la San Francisco State University, pero durante bastantes años continuó haciendo fotografías por encargo. Gracias a su colaboración con Pix, por fin Gutmann estableció una relación laboral con una revista de referencia: Saturday Evening Post que le encargó la realización de fotografías cuyo tema girase en torno a la posguerra y la expansión de la ciudad. Estados Unidos, una vez ganada la guerra, se convierte de nuevo en el país de las oportunidades iniciándose la persecución del “Sueño americano”, y fue entonces cuando, por primera vez en más de una década, la gente volvió a sonreír y a comenzar una vida nueva donde ya no reinaba el caos económico y social, sino la esperanza, tal y como se refleja en esta serie de fotografías.
PINTADAS Y SEÑALES CALLEJERAS
Gutmann, gracias a su interés por la relación que se establecía entre fotografía y lenguaje, captó una serie de imágenes donde vemos la importancia de las frases escritas sobre las paredes, ya sean palabras de amor, de odio, de arrepentimiento, de seducción o de asombro. Las encontraba en todas partes, y las registró con respeto, para plasmar la importancia del lenguaje en la vida cotidiana. A finales de los años 80 inicia un nuevo conjunto de fotografías en torno a esta idea, y realiza la serie denominada Signals, formada por un conjunto de mensajes iluminados, a veces desordenados, creados a partir de combinar exposiciones directas con manipulaciones en cuarto oscuro, cuyo resultado visual a Gutmann le resultó “maravilloso”.
LA MIRADA SINIESTRA
En los comienzos de su carrera fotográfica en Estados Unidos, Gutmann duplica accidentalmente la exposición de un negativo, y junto a la imagen de una tumba infantil aparece la imagen fantasmagórica de una niña. En lugar de descartar el error, se maravilla ante el resultado. Aunque esta no será una técnica que Gutmann utilice a menudo, estamos ante una serie de obras que transmiten el interés del artista por el tema de la muerte. Gutmann utiliza en estas fotografías el recurso del contraste fuerte a través del uso de negros profundos para expresar tanto su amor por la vida -especialmente la vida vivida al límite- como su idéntica fascinación por lo siniestro para combinar con sutileza la búsqueda de la vitalidad con el presagio de una muerte inevitable.
CATÁLOGO
Con motivo de la exposición, se edita un catálogo que constituirá una publicación de referencia sobre John Gutmann. Resulta de especial relevancia el ensayo de Sally Stein, comisaria de la muestra en Estados Unidos, así como las colaboraciónes de Britt Salvesen, Douglas R. Nickel y Amy Rule.
WEB
Con objeto de ampliar los contenidos de la exposición y hacer accesible al público general esta muestra, FUNDACIÓN MAPFRE ha desarrollado una página web monográfica sobre la misma. Desde la dirección http://www.exposicionesmapfrearte.com/johngutmann/ los internautas podrán conocer los conceptos artísticos más importantes que se plantean en esta exposición y sus obras más destacadas. Asimismo, podrán consultar un extracto del catálogo y acceder a la información sobre visitas para personas con y sin discapacidad.
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HORACIO COPPOLA, PIONERO DE LA FOTOGRAFÍA DE VANGUARDIA ARGENTINA, EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES
Círculo de Bellas Artes y Galería Jorge Mara
Colabora: AECID
Sala Picasso
26.10.10 > 16.01.11.
L.M.A.
El Círculo de Bellas Artes acoge la obra de Horacio Coppola, pionero de la fotografía de vanguardia en Argentina y uno de los artistas que más y mejor ha retratado la ciudad de Buenos Aires. En ella nación Coppola en 1906 y en ella todavía habita. Sin embargo, la muestra que se podrá contemplar en el CBA no incluye, entre el más de centenar de obras que la compone, ninguna foto de la capital porteña.
Ello es así porque Horacio Coppola. Los viajes, exposición organizada por el Círculo de Bellas Artes en cooperación con la Galería Jorge Mara de Buenos Aires, y con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), se centra en la producción inicial del fotógrafo, fruto sobre todo de sus años de formación en Europa, a comienzos de los años treinta del pasado siglo XX.
La historia de Horacio Coppola está llena de felices casualidades que, vistas en la distancia, conforman una trayectoria plenamente coherente, si bien en su día distaron de formar parte de un plan estratégicamente diseñado.
Nacido en el seno de una familia de origen italiano en la que el arte y la cultura estaban muy presentes, Coppola comienza su formación como fotógrafo, de forma autodidacta, a finales de los años veinte. En esa época, es aún un diletante. Estudia Derecho sin mucho interés, forma parte de la junta directiva del Cine Club de Buenos Aires, asiste a conferencias de intelectuales europeos (Ortega y Gasset, Le Corbusier…) de paso por Argentina, dirige la revista Clave de Sol… Lo único claro en estos años es su interés por el arte, especialmente por el cine y la fotografía.
En 1930 viaja por primera vez a Europa, en donde visita España, Francia, Italia y Alemania. A la vuelta, hace escala en Brasil. En 1931, la revista Sur comienza a publicar algunas de sus fotos, pero él sigue fundamentalmente interesado en el cine. Las cosas cambiarán a partir del año siguiente.
En 1932 vuelve a Alemania para estudiar fotografía en la Universidad de Marburg. La intención era, más que especializarse en el oficio, desarrollar un lenguaje crítico sobre esta técnica artística. Sin embargo, al llegar a una Alemania en la que el ascenso del nazismo empieza a ser imparable, se encuentra con que el departamento de Fotografía de la Universidad de Marburg ha cerrado. Termina asistiendo a las clases de fotografía de Walter Peterhans en la nueva Bauhaus de Berlín. Allí conoce a su mujer, Grete Stern, y se orienta definitivamente hacia la tarea fotográfica.
En 1935, ambos regresan a Buenos Aires. Recién llegados, se organiza en la sede de la revista Sur la exposición Fotos. H. Coppola y G. Stern, saludada como “la primera exposición de fotografía moderna en la Argentina”. A raíz de ello, Coppola recibe el encargo de la Municipalidad de Buenos Aires de realizar un extenso trabajo fotográfico sobre la capital, fruto del cual será el libro Buenos Aires 1936. Visión fotográfica.
Lo que iba a ser una estancia temporal en su ciudad natal se va prolongando debido a sucesivos encargos. A la larga, se transformará en definitiva, cerrando el círculo de felices casualidades que convirtió a Coppola en el fotógrafo de Buenos aires.
En Berlín, París, Budapest y Brasil
Las fotos que integran la muestra son fruto de la estancia de Coppola en Berlín y de sus viajes a Budapest (1933), París (1934), Londres (1935) y Brasil (1931 y 1945). En ellas, un fotógrafo aún en formación deja ya patentes sus obsesiones y estilo. Queda claro, por ejemplo, que, tal como indica Natalia Brizuela en el excelente catálogo de la exposición, “si hubiera que identificar un objeto recurrente en la mira del ojo de Coppola, ese sería, sin lugar a dudas, la ciudad”.
También queda claro el trabajo riguroso de elaboración de la fotografía. Coppola no fotografía al azar. No hay nada en sus fotos del “instante decisivo” de Cartier-Bresson. El argentino estudia concienzudamente objetos y sujetos antes de proceder a tomar sus fotos. Busca puntos de vista inusuales en forma de picados, contrapicados y otros encuadres cuidadosamente elegidos que recuerdan a Moholy-Nagy, al que tantas características unen como tantas separan (Coppola nunca adminitó el manipulado o montaje de las fotos, al contrario que el maestro húngaro).
“Es un cuidadoso lector”, asegura Brizuela. Y añade: “Ésta constituye una de sus deudas más grandes con las enseñanzas de la Bauhaus. La fotografía es construcción y es observación cuidadosa… (que lleva) a la transfiguración radical del referente, al redescubrimiento de lo cotidiano, al extrañamiento de lo real”.
Esta transfiguración de lo cotidiano se observa en todas las fotografías de Coppola. Incluso en las aparentemente más costumbristas y sencillas. Es una transfiguración que muchas veces no es evidente, que se percibe más subliminal que conscientemente, pero que nos obliga a mirar lo de siempre con ojos nuevos, con una atención antes no prestada.
En cuanto a las series de fotos que conforman la exposición, las de Berlín nos muestran las primeras incursiones de Coppola en cuestiones de índole social y política, línea de actuación que profundiza en Budapest. Las fotos de París, además, se fijan en los primeros grafitis, interés bastante compartido por la mirada fotográfica moderna: ahí está el caso de Brassaï (al que, al igual que al citado Moholy-Nagy, el Círculo de Bellas Artes dedicó una reciente exposición).
En Londres, las fotos de Coppola, cobran una vivacidad inusual. Fotografía la agitación urbana y la realidad de los excluidos, decantándose por imágenes de desamparo social: mendigos, vendedores callejeros… en definitiva, una fotografía social crítica de Londres. Las de Brasil combinan un poco toda: el interés por la composición y la estética de la foto en sí y el retrato de la vida social.
Junto a las fotos, en la muestra se exhiben los cuatro filmes más importantes de la breve carrera de Coppola como cineasta. Sueño (1933), es un experimento expresionista que no tuvo continuidad. En 1935 filma Un muelle en el Sena, en París, y, en Londres, Un domingo en Hampstead Heath, ambos de carácter marcadamente documental. Posteriormente, en Buenos Aires rodaría Así nació el Obelisco (1936), una breve pieza casi publicitaria sobre la construcción del monumento que preside el cruce entre las avenidas 9 de julio y Corrientes de la capital porteña.
Coppola terminó centrándose definitivamente en la fotografía. Sólo podemos especular sobre cómo habría sido una carrera cinematográfica más prolongada, pero no se puede dudar que, cuando contemplamos su fotografía, estamos ante uno de los grandes maestros latinoamericanos de esta disciplina.
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Las fotos que integran la muestra son fruto de la estancia de Coppola en Berlín y de sus viajes a Budapest (1933), París (1934), Londres (1935) y Brasil (1931 y 1945). En ellas, un fotógrafo aún en formación deja ya patentes sus obsesiones y estilo. Queda claro, por ejemplo, que, tal como indica Natalia Brizuela en el excelente catálogo de la exposición, “si hubiera que identificar un objeto recurrente en la mira del ojo de Coppola, ese sería, sin lugar a dudas, la ciudad”.
También queda claro el trabajo riguroso de elaboración de la fotografía. Coppola no fotografía al azar. No hay nada en sus fotos del “instante decisivo” de Cartier-Bresson. El argentino estudia concienzudamente objetos y sujetos antes de proceder a tomar sus fotos. Busca puntos de vista inusuales en forma de picados, contrapicados y otros encuadres cuidadosamente elegidos que recuerdan a Moholy-Nagy, al que tantas características unen como tantas separan (Coppola nunca adminitó el manipulado o montaje de las fotos, al contrario que el maestro húngaro).
“Es un cuidadoso lector”, asegura Brizuela. Y añade: “Ésta constituye una de sus deudas más grandes con las enseñanzas de la Bauhaus. La fotografía es construcción y es observación cuidadosa… (que lleva) a la transfiguración radical del referente, al redescubrimiento de lo cotidiano, al extrañamiento de lo real”.
Esta transfiguración de lo cotidiano se observa en todas las fotografías de Coppola. Incluso en las aparentemente más costumbristas y sencillas. Es una transfiguración que muchas veces no es evidente, que se percibe más subliminal que conscientemente, pero que nos obliga a mirar lo de siempre con ojos nuevos, con una atención antes no prestada.
En cuanto a las series de fotos que conforman la exposición, las de Berlín nos muestran las primeras incursiones de Coppola en cuestiones de índole social y política, línea de actuación que profundiza en Budapest. Las fotos de París, además, se fijan en los primeros grafitis, interés bastante compartido por la mirada fotográfica moderna: ahí está el caso de Brassaï (al que, al igual que al citado Moholy-Nagy, el Círculo de Bellas Artes dedicó una reciente exposición).
En Londres, las fotos de Coppola, cobran una vivacidad inusual. Fotografía la agitación urbana y la realidad de los excluidos, decantándose por imágenes de desamparo social: mendigos, vendedores callejeros… en definitiva, una fotografía social crítica de Londres. Las de Brasil combinan un poco toda: el interés por la composición y la estética de la foto en sí y el retrato de la vida social.
Junto a las fotos, en la muestra se exhiben los cuatro filmes más importantes de la breve carrera de Coppola como cineasta. Sueño (1933), es un experimento expresionista que no tuvo continuidad. En 1935 filma Un muelle en el Sena, en París, y, en Londres, Un domingo en Hampstead Heath, ambos de carácter marcadamente documental. Posteriormente, en Buenos Aires rodaría Así nació el Obelisco (1936), una breve pieza casi publicitaria sobre la construcción del monumento que preside el cruce entre las avenidas 9 de julio y Corrientes de la capital porteña.
Coppola terminó centrándose definitivamente en la fotografía. Sólo podemos especular sobre cómo habría sido una carrera cinematográfica más prolongada, pero no se puede dudar que, cuando contemplamos su fotografía, estamos ante uno de los grandes maestros latinoamericanos de esta disciplina.
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Laura Márquez; “La joyas son arte y mensaje que sintetizan las palabras
L.M.A.
Es una de las diseñadoras más reconocidas dentro del sector de la joyería española, aunque sus diseños también se han vendido también en Europa, en Alemania y Bélgica principalmente. A finales de este mes presenta sus últimos diseños de joyas en un amplio desfile festivo en Madrid,
Se dice de ella que ‘transmite con un lenguaje que convierte en alhaja los pensamientos que otros expresan en palabras’ y ‘...descubrir la oculta simbología de los metales nobles y las gemas más que una tarea de artesano, es vocación de testigo de nuestro tiempo, de investigador de nuestras inquietudes y deseos’; así es Laura Márquez. Para ella “ ‘la Joya’ es: arte y mensaje que sintetiza las palabras.”
Comenzó sus incursiones en la joyería a través del estudio de la Gemología en 1987 (Madrid, Amberes) y a partir de ahí son numerosos los cursos y seminarios que ha ido realizando con prestigiosos profesores, en una continuada búsqueda de perfeccionamiento y nuevas técnicas dentro de la joyería. (Diplomada tanto en diseño, como en Gemología, siendo especialista de Diamante, etc.) Combina los metales nobles en distintos acabados, con líneas conceptuales y sobrias, en formas sinuosas y de gran movimiento; normalmente utiliza una sola piedra preciosa por pieza diseñada, en tallas irregulares fuera de lo común (Turmalinas, Ópalos, Iolitas, Diamantes, Fósiles, Maderas nobles, Gemas inusuales, etc.)
Desde 1989 expone por todo el territorio español , en ferias internacionales de Joyería, Galerías de Arte, Joyerías, y en los mejores comercios del sector, donde predomina el diseño, etc..; interesándose la prensa especializada del sector y otras, por su trayectoria y su obra. Esta diseñadora madrileña aporta también al mundo del diseño a través de sus escritos que aparecen en diversas publicaciones, y participando activamente con diversas entidades dedicadas a la promoción del diseño español.
Acercar la belleza de las piedras a la vida cotidiana
Según la prensa, su ‘declaración de principios’ es asimismo, una afirmación rotunda de una vocación total y absoluta hacia nuestras artes, “Ante todo soy creativa, y me enamora una gema, una piedra preciosa o un objeto nacido de la misma Tierra; y por eso diseño joyas únicas, personales, con carácter ‘per se’.”
Laura Márquez declara que le gustan las líneas sencillas, frías y fáciles de llevar, pero que hablen a quien las lleva. Por eso cada forma tiene un significado y, con su dinamismo y agilidad, se acerca a la gente y al ritmo de vida actual; pretendiendo que la joya ‘símbolo - arte’ se integre en la persona y pueda ser lucida en cualquier momento. ‘Quiero acercar la belleza de las joyas y de las piedras preciosas a la vida cotidiana para que formen parte de nosotros con naturalidad y marcada facilidad, con calidez; que contengan un mensaje cuyo oculto significado mostraremos al llevarlas.’
En 1996 crea su propia comercializadora ‘Goldmark Zekram, SL’, y en 1999 abre su primera Galería ‘Laura Márquez’ al público en el Centro de la Capital, (c/ San Bernardo, 58; 28015 de Madrid) donde combina y une el arte con la joya.
Actualmente es Presidenta Fundadora y Honoraria de la Asociación Española de Diseñadores y Creativos de Joyería y Orfebrería ‘Joyas de Autor’ desde 1994. Y fue presidenta en funciones durante ocho años.
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