Julia
Sáez-Angulo
04/02/18
.- Madrid .- Solitudes es el título poético
y melancólico de una obra de teatro de máscaras, que tiene lugar en la sala
Guirau del Teatro Fernán Gómez de Madrid hasta el 25 de febrero próximo. Una
comedia dramática que habla de la soledad de los seres humanos sin una sola
palabra, un drama adobado con sonrisas ante los hábitos de unos personajes que
se adhieren a ellos en su pasión u obstinación.
Se
trata de la segunda temporada en la capital de España de la compañía vasca
Kulunka Teatro, creada en 2010 por Garbiñe Insausti y José Dault, tras el
aclamado André y Dorine que ha recorrido más de 30 países en los últimos años.
Tres jóvenes
actores: José Dault, Garbiñe Insausti y Edu Cárcamo ponen en pie esta suerte de
drama/comedia en la que se pone de manifiesto la soledad de unos personajes, de
la amargura de no ser comprendido y de la amargura de comprender cuando ya es tarde.
En
dos cuadros fundamentales: la familia compuesta de unos abuelos, el hijo y la nieta que van de visitantes, por
un lado, y el paseo marítimo de dos prostitutas y el proxeneta, se cruzan en un
momento dado, produciendo una hilaridad pasmosa, nunca exenta de ternura.
Las
máscaras están bien caracterizadas, según diseño y construcción de Garbiñe
Insausti, con la expresión precisa para los personajes que representan. Junto a ellas el lenguaje corporal, de las acciones y de los gestos completan el buen trabajos de estos actores que rebosan talento.
Pocas
veces he visto destilar tanta ternura y melancolía en un espectáculo como en
este de Solitudes. Una experiencia
que nadie debiera perderse si desconoce este teatro de máscaras, un recurso que
permite multitud de interpretaciones por pocos actores.
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