lunes, 25 de agosto de 2025

CRÓNICAS DE ISLA CRISTINA (II). Patricia Larrea expone un precioso bosque de esculturas en la Sala de Arte Pintora Charo Olías

Alcalde, escultora y concejal de Cultura en la inauguración
Jaime de Vicente, presidente de ACI, toma la palabra

Julia Sáez-Angulo

        Fotos: Victoria Márquez

25/8/25.- Isla Cristina (Huelva).- El alcalde de Isla Cristina, Genaro Orta , acompañado de cuatro concejales de su Ayuntamiento, Gerónimo Sosa, de Cultura;  Gerardo Ramos, Ana Viera y Manuel Mateos, ha inaugurado la exposición de Patricia Larrea Almeida, escultora ecuatoriano/española, titulada “Simbolismo & Poética Corporeidad”. La muestra, que permanecerá abierta hasta mediados de septiembre, en la Sala de Arte Charo Olías, ha sido organizada por la Asociación Cultural Iberoamericana, ACI, a través de Otoño Cultural Iberoamericano, OCIb, de la que estuvo presente su presidente Jaime de Vicente.

Tanto el concejal de Cultura, como el alcalde y el presidente de OCIb tomaron la palabra para elogiar la obra y personalidad de Patricia Larrea,  artista visual con  acendrada trayectoria artística, con obra presente en museos y colecciones internacionales de arte. También tomó la palabra Hernando de Orellana y Pizarro, presidente de la Fundación de los Pizarro, en Trujillo de Cáceres, presente en la inauguración.

“Simbolismo & Poética Corporeidad” se presentó en primer lugar en el Palacio de los Barrantes Cervantes de Trujillo,  y de ahí ha ido itinerando por Sevilla, Nerva -Museo Vázquez Díaz-, Isla Cristina, y próximamente lo hará en Fundación Caja Rural de Huelva. Patricia Larrea participará también en la Bienal de Florencia, el próximo mes de octubre.

La exposición consta de una instalación de siete piezas de hierro con diversas geometrías sobre espejos y de una suerte de un bosque de medio centenar de esculturas a lo largo de un espacio casi semicircular. Los materiales habituales son madera, bronce, hierro, vidrio, pintura y caligrafías en color, que hacen de estas piezas una fuente de sugerencias sensoriales.

Los títulos que dinamizan, en su mayor parte, la interpretación del concepto, hablan de distintas mitologías de la América prehispana o con alusiones a la grecorromana. En suma, una unión o cruce de culturas.

Patricia Larrea Almeida es artista multidisciplinar. Nació en Guayaquil (Ecuador), donde estudia Bachillerato Artístico y Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información. En 1970 se traslada a España, graduándose en las Escuelas Oficiales de Cerámica y de Artes Aplicadas de Madrid. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense. Realiza estudios de dibujo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y cursos de escultura y cerámica en Francia e Inglaterra.

Académica de número por la Academia de la Hispanidad. Dama del Capítulo de Caballeros y Damas de Isabel La Católica. Miembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana (ACPI) y de la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE).

    Ha participado en más de 400 exposiciones entre individuales y colectivas, Ha ganado 32 premios nacionales e internacionales entre ellos la Medalla “Lorenzo il Magnífico” en la XIV Bienal de Florencia (Italia), Award for Installation Art. Su obra se encuentra en museos e Instituciones nacionales e Internacionales.

Entre los numerosos asistentes a la inauguración, se encontraban el editor Rafael L. Ortega, delegado de ACI en Isla Cristina; físico Antonio de la Cuerda; el la pintora Victoria Márquez; el pintor isleño Pedro Quesada, que expone actualmente en el Hotel Estival de Isla Cristina; Paco Sáinz, fotógrafo…

Jaime de Vicente, presidente de ACI, anunció la creación de la I Bienal del Escultura Iberoamericana en el Centro Cultural de Santa Fe para 2026 (42 x 42 m), un amplio espacio recientemente inaugurado en Huelva capital.

Una cena de pescados tuvo lugar después de inauguración en Los Jardines de la Playa y, en el transcurso de la misma, Patricia nos contó la presencia de una iguana, que se posó sobre una escultura suya, en casa de unos coleccionistas de Ecuador y la foto en la que ella atrapó al momento. Las iguanas abundan en Ecuador.

Alcalde Orta y escultora Larrea

Concejal de Cultura, Loli Bosque de ACI. Patricia Larrea, y concejales Gerardo Ramos y Manuel Mateos.
Hernando, Patricia, Antonio de la Cuerda y Victoria
Patricia Larrea, Victoria Márquez y Julia Sáez-Angulo
Patricia y Victoria
Iguana sobre una escultura de Patricia Larrea

Patricia Larrea y Julia Sáez-Angulo

CRÓNICAS DE ISLA CRISTINA (y III). “ANDALUCÍA, la tierra de María Santísima”

Virgen de los Dolores, regalo de Mataró

Virgen del Rosario.

Julia Sáez-Angulo

Fotos: J.S.A.

25/8/25.- Isla Cristina (Huelva).- Mi profesor de Derecho Penal en la Universidad Complutense, el granadino don Juan del Rosal, en una de esas confidencias que todos los profesores tienen cuando bajan la guardia, nos contó que para él Andalucía era la tierra de María Santísima, donde cada cual hacía lo que le daba la gana y él no se perdía ir nunca en vacaciones de Semana Santa, porque allí las procesiones era como Dios manda: “silencio y bulla”, silencio de penitentes y cofrades y bulla de los curioso impertinentes que iban a contemplarlos desde el exterior.

El profesor José María Naharro, de Economía y Hacienda, que llegaba todos los días tarde a clase, también tuvo la debilidad de contarnos un día el porqué: “si los sueldos son bajos, las clases son endémicas”.

    Pero volvamos a “Andalucía, la tierra de María Santísima”, que me ha venido a la memoria al visitar la iglesia y el campanario de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Isla Cristina, donde la sucesión de imágenes marianas era una ruta histórica de advocaciones, devociones, hermandades y cofradías.

    La iglesia es reciente, del año 1942, con primera misa en 1956, después de que la antigua parroquia en la calle de las Flores, la dinamitaran -que no incendiaran- en 1936. Aunque la presunción de inocencia en el Derecho es tan importante como el de la igualdad ante la ley, hoy rota por cierto feminismo radical, en Isla Cristina todos afirman que la iglesia fue dinamitada por un grupo de mineros “rojos” de Riotinto. ¿Quie disponía de dinamita? Pues blanco y en botella, leche. No sé lo que dirá la Ley de Memoria Democrática al respecto.

    El campanario de la torre de la iglesia quedó tocado, tras el terremoto y maremoto de Lisboa en 1755, por lo que se decidió desmochar el último tramo que llevaba el reloj de la torre. Desde lo alto de su centenar de peldaños, se puede contemplar la isla de la Higuerita, que emergió en la marisma, después del terremoto, y que figura en el escudo de la Real Ciudad de Isla Cristina, título de ciudad que le otorgó Alfonso XIII.

    Volvamos a las advocaciones presentes en esta iglesia Mariana: la imagen de la Virgen de los Dolores, regalo de Mataró, única que llegó a la Isla por barco, según cuenta Manuel González, acólito de la iglesia. “Fue la única que se salvó de la dinamita, porque alguien la escondió en su casa antes de la llegada de los dinamiteros”. No lejos están los cuadros de la Virgen de la Cinta y la Virgen de los Reyes, patronas respectivas de Huelva y Sevilla. No olvidemos que Huelva perteneció durante un tiempo a la archidiócesis sevillana.

    La Virgen del Carmen con su escapulario colgante es de fácil identificación icónica. Una imagen de la misma figura en su Veleta, rodeada de peces. La del Carmen es patrona de la Armada, a quien se encomendó la Isla cuando era isla, para defenderla del contrabando y de los ingleses y piratas que andaban cerca. Manuel González asegura que Isla Cristina sigue siendo isla y nos muestra el círculo de agua entre las marismas desde el campanario. Yo no lo divisé con claridad, pero si él lo dice…

    En el siguiente altar, la Inmaculada Concepción, una imagen en blanco y azul, sin Niño Jesús, devoción que se extendió fundamentalmente en el Renacimiento. El dogma de la Inmaculada Concepción -dogma quiere decir verdad en latín- se declaró en 1854, por Pío XI. España fue muy devota y propagadora esta verdad mariana.

    Nuestra Señora del Perpetuo Socorro está en una de las capillas, imagen pictórica muy extendida desde el siglo XV, procedente de Creta y muy venerada por la iglesia ortodoxa, donde no se permite la tercera dimensión en las imágenes. Los ortodoxos insisten mucho en el atributo principal de la Teotocos, el ser Madre de Dios.

    La Virgen del Rocío no podía faltar e Isla Cristina, vecina de Ayamonte y con su simpecado impecable. La Virgen de Fátima con sus tres pastorcitos está en el altar de al lado, porque Portugal está cerca, a doce km y hay mucho portugués visitante y turista en la Isla. Otra que no falta es la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, de Aragón, de Zaragoza y de la Guardia Civil, entre otros títulos.

    La Virgen Milagrosa es otra imagen que reluce con sus rayos salidos de sus manos, símbolo de las muchas gracias que ella concede a quienes se las piden…

    De María nunqvam satis, dicen los teólogos latinistas, que traducido significa “De María nunca se hablará bastante”. A juzgar por la iconografía mariana de la parroquia de Isla Cristina, ciertamente el profesor del Rosal tendría razón: Andalucía es la tierra de María Santísima. Una tierra que está en buenas manos.

Virgen de Fátima con los tres pastorcillos
Virgen de la Cinta, patrona de Huelva
Virgen Inmaculada
Estandarte Virgen del Rocío.


domingo, 24 de agosto de 2025

Dr. JEAN PAUL LARBRE: “Las catedrales de Alfonso Sebastián, formidable alianza entre Arquitectura y Pintura”

"Rosetón de catedral", por Alfonso SebastiánCatedrales. Pintura de Alfonso Sebastián.


Dr. Jean Paul Larbre

        Fotos: Isabelle Hirschi

Lyon, 25/8/25

    Alfonso: Sigo impresionado por los cuadros de tu exposición Las Catedrales, que descubrí en el Torreón. Logras una formidable alianza entre arquitectura y pintura, llena de belleza y de fuerza. Tus creaciones tienen una fuerza fenomenal en sus líneas, las perspectivas y los colores.

Expresas con grandeza tu apego a Notre-Dame de París, en particular con un rosetón impresionante. El rosetón que has creado es una maravilla: geometría perfecta, con una eternidad de luz coloreada, con una luz coloreada eterna.

Das una dimensión aumentada a la Catedral de Notre-Dame de París. En el momento mismo en que acaba de ser reconstruida, tú, con tu pintura, le añades líneas y emociones intensas. Hemos leído Notre-Dame de París de Victor Hugo. Hemos cantado las canciones de Luc Plamondon sobre Notre-Dame de París. Y descubrimos ahora las pinturas de Alfonso Sebastián Beltrán que celebran la grandeza de Notre-Dame de París. Junto a los constructores de la catedral, a Victor Hugo, a Luc Plamondon, tú ocupas un lugar. Tú, Alfonso Sebastián Beltrán, ocupas tu lugar entre los grandes hombres de la Catedral de Notre-Dame de París.

Felicitaciones. Con toda mi admiración y amistad.

JPaul. 

*****

Alfonso,

    Je reste impressionné par les tableaux de ton exposition Les Cathédrales que j’ai découverts à la Torreon. Tu réussis une formidable alliance Architecture Peinture pleine de beauté et de puissance. Tes créations ont une force phénoménale dans leurs lignes, les perspectives, les couleurs.

    Tu exprimes avec grandeur ton attachement à Notre-Dame de Paris, avec en particulier une Rosace impressionnante. La Rosace que tu as créée est une merveille, parfaite géométrie, avec une éternité de lumière colorée, avec une lumière colorée éternelle.

    Tu donnes une dimension augmentée à la cathédrale Notre-Dame de Paris. Au moment où elle vient d’être reconstruite, tu ajoutes par ta peinture, des lignes et des émotions fortes. Nous avons lu Notre-Dame de Paris de Victor Hugo. Nous avons chanté les chansons de Luc Plamondon sur Notre-Dame de Paris. Et nous découvrons les peintures de Alfonso Sebastian Beltran qui célèbrent la grandeur de Notre-Dame de Paris. Aux côtés des bâtisseurs de la cathédrale, de Victor Hugo, de Luc Plamondo, tu prends place. Toi Alfonso Sebastian Beltran, Tu prends place parmi les grands Hommes de La cathédrale Notre-Dame de Paris.

Félicitations. Avec toute mon admiration et mon amitié.

JPaul. (Traducción: Dra. Natalia Cabrera)



Madrid, museo Reina Sofía, desde el Torreón de Atocha
Alfonso Sebastián y su esposa Guía Boix
Reunión en el Torreón de Atocha con Alfonso y Guía

CRÓNICAS DE ISLA CRISTINA (I). Del concierto de Manuel Carrasco, al Desembarco de la Virgen del Mar y la exposición de Patricia Larrea. “Rafael López Ortega, editor de La Higuerita”, periódico local más antigua de Andalucía


Rafael López Ortega, editor y periodista

Julia Sáez-Angulo

Fotos: Patricia Larrea

25/8/25.- Isla Cristina (Huelva).- Lo sacro y lo profano se han dado cita en las fiestas de la barriada Punta del Caimán, en la localidad onubense de Isla Cristina, un barrio, antaño hecho de aluvión de pescadores almerienses, murcianos, valencianos y alicantinos -conocidos estos últimos como “los levantiscos” (procedentes de Levante)-, que se unieron a los catalanes, pioneros en estas costas vecinas de Ayamonte y casi fronterizas con Portugal.

Isla Cristina, que lleva el nombre de la regente María Cristina de Habsburgo, viuda de Alfonso XII, a petición popular, por los numerosos dineros que dio y favores que la reina les otornó durante el cólera de 1833-34, de, es hoy una bella península entre marismas saladas del Atlántico, porque le salió un istmo por aluvión de arena, que la une al continente. Hoy cuenta con veintidós mil habitantes.

El cantante Manuel Carrasco (44), isleño y aclamado en este lugar de su nacimiento, actuó, dentro de su gira “Tour Salvaje”, en la noche del sábado en el recinto ferial del Carmen, con éxito total, nueve mil asistentes de pie, en el 90% mujeres de todas las edades, poco después de triunfar en Sevilla con setenta y nueve mil espectadores en cada uno de los dos días de actuación, rompiendo records de asistencia. Manuel Carrasco es aquí un dios, que cuenta con su nombre en una gran avenida de Isla Cristina y hay quien habla de erigirle una estatua en una glorieta.

La Virgen del Mar, patrona de Almería, ha sido la protagonista, el domingo, con el célebre Desembarco de la Virgen en el puerto de pescadores del cantil Punta del Caimán, abarrotado de público para verla, admirarla y ensalzarla con vivas. La imagen, bonita y estofada en oro, procedente de su iglesia, paseaba en barco con bandera blanca, escoltada por numerosos barcos de pescadores engalanados con banderas, banderolas, gallardetes, cintas y guirnaldas. En la playa, los jóvenes -ellos y ellas-, revestidos con camisetas marineras de la Hermandad Virgen del Mar, la esperaban en la playa, cuando la bajan del barco y la pasean en procesión por las calles, donde le cantan sevillanas y flamenco desde las casas ante las que se detiene, hasta las tres de la madrugada.

Nosotros tuvimos la suerte de ver todo el despliegue procesional, marino y en tierra, desde la terraza de Santos Lozano y su esposa Dely, que cuentan con una privilegiada y primera línea de playa.

Rafael López Ortega, otro isleño, a quien cabe el honor de editar y dirigir “La Higuerita”, célebre periódico, el más antiguo en Andalucía, hoy de tirada quincenal, publicación que ha dado cuenta de la vida en Isla Cristina desde 1910. Su nombre se debe a una pequeña higuera que nació cerca del mar y congregaba la mirada y reuniones de los isleños. “La Higuerita” fue el primer nombre de la localidad, hasta que cambió a Isla Cristina.

El periodista isleño, Rafael L. Ortega fue empresario de éxito de la firma Ecojuguetes durante 1991 a 2014, años en los que hizo un buen patrimonio, porque llegó a contar con 29 tiendas en España y 150 empleados. Hoy, Rafael es una persona célebre en Isla Cristina por su trabajo continuo en favor del municipio. Él ha gestionado las esculturas públicas del homenaje a los marineros, al conocido historiador local Padre Mirabent y al isleño Roque Barcia (1821-1885), escritor, diputado y jefe del cantón de Cartagena, cantón que pretendió ser reconocido por los Estados Unidos de América.

Aunque no se considera coleccionista, Rafael ha adquirido un buen número de esculturas, que espera dejar a sus tres hijos y nietos. Él cuenta que, siendo escolar se enamoró de la escultura del David de Miguel Ángel y no paró hasta conocerla en Florencia y poder tocarla durante la noche, como el personaje literario de Polífilo que besaba los labios de golondrina de las estatuas greco-romanas de los parques.

Como editor privado, Rafael ha publicado una docena de libros con temas alusivos a su querida Isla Cristina, con asuntos que van desde el origen de los pescadores catalanes en la costa isleña, hasta los escritos del historiador P. José  Mirabent  y Soler (1779-1856) o el político Roque Barcia, pasando por libros de fotografías sobre las magníficas puestas de sol isleñas o poesías de autores locales de interés. El municipio premió al editor poniendo su nombre a un centro cultural.

Rafael L. Ortega recibió gentilmente a la escultora Patricia Larrea y a su esposo Antonio de la Cuerda en el hotel, como delegado de la Asociación Cultural Iberoamericana, ACI, organizadora del evento de la exposición de Patricia junto al Ayuntamiento de Isla Cristina. La escultora será hoy la protagonista en la Galería Pintora Charo Olías, espacio público dependiente del municipio. Pero de esto daremos cuenta mañana. Allí abrirán el acto el alcalde Genaro Orta y Jaime de Vicente, presidente de ACI. 

Desembarco de la Virgen del Mar. Isla Cristina.
Iglesia Virgen del Mar. Isla Cristina
Rafael López Ortega y Patricia Larrea
Rafael López Ortega y Patricia LarreaPatricia Larrea y Julia Sáez-Angulo. Isla Cristina, al fondo.



sábado, 23 de agosto de 2025

PASEO POR EL BOSQUE DE LA DEHESA BUENAVISTA, junto a Prado Tornero, en El Escorial. Jabalíes, buitres, cárabos, meloncillos, oropéndolas, gorriones, urracas, sapos…

Pilar Engelmo y sus mastines
Pilar Engelmo y Julia Sáez-Angulo. El Real Monasterio de El Escorial, al fondo

Julia Sáez-Angulo

Fotos: J.S.A.

23/8/25 .- El Escorial .- Pasar un día en la dehesa Buenavista de las Pilares, Pilar Engelmo y Pilar Suja, es una lección de flora, fauna y arte. Después de visitar el taller para ver el cuadro en marcha de Suja, una cabeza negra de grafito y albayalde sobre el lienzo, y unas sedas pintadas bajo cristal, de Engelmo, damos un largo paseo al atardecer por el bosque de la dehesa, donde antaño montaban a caballo. 

Una generosa cascada nueva de nombres en la flora y fauna empieza a caer en forma de contemplación y palabras. La Naturaleza -siempre deseo escribirla con mayúscula-, es un diccionario inabarcable de nombres y conceptos. Los liliums naranja se muestran feraces y sensuales junto al poyete del porche. En frente, está el jardín de adelfas, agapantos, bambú, palmitos… que se ilumina en la noche con las luces solares que han cargado batería del astro sol. Las escaleras de roca llevan a la piscina. Engelmo muestra contenta el “árbol de Júpiter”, lagerstroemia indica, en maceta, que le han regalado en el vivero. Me señala con orgullo una jara trasplantada que se trajo de casa de su hermano y agarró en la tierra. “”Es muy difícil trasplantar una jara; hay plantas que no lo toleran, pero aquí se adaptó”. 

Salimos por el camino que lleva a la primera verja, la que protege el recinto más cercano a la casa. Engelmo señala: “En este camino de entrada voy a poner una hilera de cipreses, coníferas que no alimentan orugas”, explica. El hermano ciprés, junto a la piscina, los espera, silencioso.

Los cinco mastines nos siguen como perros fieles, muy contentos, porque les encanta jugar y pasear en la tarde con sus dueñas. Nos proponemos llegar hasta el miradero de los milanos, una encina redondeada en su copa y el miradero de los indios, un grupo de rocas graníticas; dos hitos al fondo del bosque de encinas y robles fundamentalmente. “También hay algunos sauces y sabinas. Afortunadamente no hay pinos, porque acaban siendo un criadero de orugas”, explica Engelmo, que ha vivido casi siempre en el campo y es una documentada agricultora.

Las montañas, conocidas como las Machotas, protegen el valle. Desde los miraderos podremos ver el Real Monasterio de San Lorenzo y el pueblo que lo flanquea a la derecha, junto al monte Abantos.

    Suja nos hace levantar la vista para ver una manada de buitres y otras rapaces como las águilas reales, que nos sobrevuelan; confío en que no sueñen con nuestras cabezas. Las vacas han abierto, con sus pisadas, un diminuto sendero que nos guía, si bien hay que tener cuidado con las bostas frescas del día, para no pisarlas.

    Vamos atravesando cercas sucesivas y los mastines han de quedarse dentro de la tercera, porque más adelante podríamos encontrar algún otro perro y la el enzarzado con los mastines podría ser un alboroto tremendo. Suja no quiere ruidos ni voces altas, para poder escuchar los sonidos de las aves que anidan en los árboles. Ella abre el móvil y pone en marcha una aplicación que escucha y revela el nombre de las aves que entonan a esas horas.

    Engelmo me cuenta que una mañana vio revolotear en el alféizar de su venta un pájaro amarillo extraño. Al poco comprendió, que se trataba de una oropéndola, preciosa. También cuenta sobre la banda de urracas que dos días atrás atacaron en grupo a un milano que había atrapado un gazapo, al que pudieron salvar a tiempo, espantándolas con gestos, voces y palmas. “Las urracas son muy listas y terribles. Por aquí también hay mirlos y gorriones

    Vemos correr a lo lejos a un jabalí con su manada de hijos, detrás de un conejo. “Hacía tiempo que no veía un jabalí, comenta Engelmo, pero Antonio, el ganadero, me cuenta que sí los ve con frecuencia”. Él lleva las vacas a pastar a la dehesa y ellas comen los yerbajos del suelo, de modo que lo limpian y evitan la acumulación reseca, peligrosa ante posibles incendios.

    Vemos un gran roble caído en el suelo, desde las raíces, junto a la tercera valla. “Es raro que Antonio no me haya avisado de ello, pues se ven algunas ramas cortadas”. Engelmo lo llama por teléfono y él dice que solo lleva dos días caído. Ambos conciertan un acuerdo para avisar que lo corten en leña, que será llevada junto a la casa. “En invierno, la chimenea se alimenta con nuestra propia leña”, me explica. “María, la señora que vive con nosotras, y yo, vamos con la furgoneta y recogemos las ramas caídas del bosque, para limpiarlo y así, más leña”. En Buenavista, el reciclaje es una realidad y eso les honra.

    Pasamos por grandes matas de zarzamora y tomamos de sus frutos negros y maduros. Llegamos, por fin, a los miraderos y nos satisface el objetivo cumplido. Desde el miradero del indio, el Real Monasterio resulta misterioso. Un día desde allí, las Pilares escucharon el toque de campanas que había encargado monseñor Osoro a la archidiócesis de Madrid, a las 12 del mediodía, en memoria de los fallecidos por el Covid-19. Fue un 12 de abril de 2020, era domingo de Resurrección.

    De pronto se ilumina el pueblo en la falda del monte. Está anocheciendo y hemos de regresar. Ha sido un paseo largo de más de hora y media. Los mastines nos esperan alborozados en la tercera valla. “Hay una raza federada como mastín españoles", me explica Suja. 

    Engelmo me habla de corzos y gamos, Suja de zorros y me inquieto. “No hay peligro, los zorros son poco más que un gato grande y huyen ante la presencia humana”, me explican. Las dos pintoras me hablan del meloncillo, el animal es como la mangosta egipcia, que se pasea señorial entre los árboles … 

    Hay un manantial que supura el agua, cada día, por donde quiere. En el suelo regado aparece un pequeño sapo, renacuajo, que Engelmo lo acoge en su mano por un momento. “Bésalo y se convertirá en un príncipe”, le digo. “¡Ni se te ocurra, los príncipes son muy exigentes!”, tercia Suja, quien se apresura a contarme que llevan varios días escuchando en la noche, cerca de la casa, los chillidos de un cárabo común.

    La Naturaleza no se termina nunca, se renueva. Cada día ofrece una nueva jornada, una aventura distinta, unos hallazgos diferentes…

    “Ahora entenderás por qué amamos el campo con toda nuestra alma. No nos apetece movernos de aquí”, me comenta Engelmo a la despedida. Hacía tiempo que yo no había dado un paseo tan hermoso entre árboles. El Escorial, el Real Sitio, es un lugar privilegiado, no en balde lo eligió un sabio Príncipe renacentista como Felipe II. Los bosques y de la Herrería, La Manguilla, La granjilla o El Campillo, le ofrecen una riqueza y un frescor envidiables. La sierra de Guadarrama es magnificente, espléndida. Hay que repetir el paseo más veces, porque la Naturaleza es un tapiz que se renueva cada jornada, y se tiñe del color y los aromas de las cuatro estaciones.

Pilar Engelmo y los mastines
El roble caído
Pilar Engelmo y Pilar Suja. Paseo por la dehesa.
Julia y Pilar
Las Pilares

jueves, 21 de agosto de 2025

EL CELADOR Y EL EREMITA EN EL REAL SITIO. Relato

Hoces del Duratón. Foto Wikipedia
Residencia de mayores en el Real Sitio de El Escorial


                    Julia Sáez-Angulo

21/8/25.- El Escorial

        Brego con ancianos a todas horas. Soy un celador fuerte, con energía y buenos brazos para manejarlos en una residencia de mayores, de las muchas que hay en este Real Sitio Escurialense. El clima es sano y bueno, por ello, los ancianos pueden pasar los veranos más frescos en esta hermosa sierra de Guadarrama. No es precisamente grato envejecer, pero mi juventud y brío anima a los ancianos a pasar mejor los últimos años o meses de sus vidas. A muchos, la familia los aparca en estas residencias para librarse del incordio de su vida en declive. ¡Si, al menos, vinieran a visitarlos con frecuencia! Algunos de los parientes solo vienen a enterrarlos o ni siquiera eso, porque en este solar escurialense está prohibida la inhumación de aquellos que no son empadronados en el municipio, porque han llenado, con su frecuente número de óbitos, la capacidad del cementerio municipal. Solo se les permite la cremación y se recomienda que los deudos se lleven las cenizas a sus lares de origen.

El coadjutor, un sacerdote joven e inteligente, me confesó al principio de su destino, que no esperaba tener tantos entierros al mes, cuando lo destinaron al Real Sitio. Se siente desbordado con este trabajo monocorde. “Nunca sospeché, que el Real Sitio fuera una gran potencia de ancianos”, me confesó.

A los residentes mayores los dividimos entre validos y no validos, según puedan valerse por sí mismos. Los segundos están en las habitaciones de arriba y no tiene otra salida que la terraza para contemplar los montes de pinares que rodean el valle: el Abantos, las Machotas, el Pico del Fraile… La visión al menos es hermosa.

A algunos viejecitos los sorprendo soñando o ensimismados, perdida su mirada en el Abantos, recordando quizás sus viejos tiempos, que fueron mejores, como me repite con frecuencia Frutos, un segoviano octogenario que fue durante muchos años eremita de un edículo sacro, construido en piedra con sus propias manos, en una de las hoces del Duratón, por donde sobrevuelan a su antojo las águilas reales y los buitres leonados, “a la espera de encontrarse un día con mi propio fiambre”, según contaba Frutos con humor.

La ermita de Frutos, construida laboriosamente con piedras roqueñas ny argamasa, junto a un añadido de adobe para cocinar y dormir él, está en un paraje natural de gran belleza, donde trinan las alondras para marcar territorio y convocar el cortejo. En las rocas, florecen los zapatitos de la Virgen y el amarillo intenso del pampajarito… Frutos fue muy feliz allí desde que decidió levantar aquella ermita a San Quirico un niño mártir, venerado junto a su madre Santa Julita que, según la tradición cristiana, murió a los tres años durante la persecución del emperador Diocleciano, durante el siglo IV, en Asia Menor. 

Pese a su aislamiento, Frutos llegó a ser un personaje singular y conocido en su ermita; a él acudían, primero, personas de los pueblos cercanos Sebúlcor o Carrascal del Río, más tarde de ciudades como Sepúlveda o Segovia. Algunos lo consideraban como un curandero, porque lograba curaciones prodigiosas de enfermos, pero él explicaba que lo conseguía por sus oraciones, no por imposición de manos. Por supuesto no cobraba nunca un céntimo, pero los visitantes le dejaban donativos generosos de ropa y comida, sobre todo las damas. Ya se sabe, el devoto sexo femenino. Los pastores le regalaban pieles de oveja para abrigarse en invierno. Frutos nunca bebía alcohol, según lo prometió a sus santos, y nadie le vio borracho jamás.

Yo escuchaba atento e interesado las historias de Frutos. Y él me lo agradecía con su mirada y su contento.

El obispo visitaba a Frutos de vez en cuando. Le recomendaba que fuera a misa los domingos, pero él se excusaba por lo escarpado de las distancias a la iglesia más próxima, y porque no podía ver a mucha gente junta, le producía rechazo y mareos. El obispo le enviaba algunas veces un cura para le confesara y dijera misa en su ermita. Fue precisamente el cura, quien lo descubrió un día medio muerto y lo metió, en mala hora -decía Frutos-, en aquel asilo de viejos, donde se veía de aquella guisa en esos momentos. Echaba de menos las hoces del Duratón, las águilas, los buitres y las alondras, el cielo cargado siempre de presagios, el rio y sus rocas ahuecadas y en hondonadas, …aquel paisaje surgido como por encanto de un fenómeno geológico misterioso, que los científicos llaman carstificación. 

Después de contarme cosas de su vida y del paraje de su ermita, Frutos se sumía en un silencio prolongado de días y una mirada perdida en el horizonte. 

Una me pidió que yo le contara mi vida. “Soy joven, le dije y no tengo vida que contar. Quiero casarme con Fuescisla, pero no puedo, porque no hemos ahorrado todavía, para hacer un banquete con familia y amigos, como nos haría ilusión. Eso es todo”, le conté para no desairarle.


    Frutos, que entró en la residencia con 78 años llegó hasta los 81. Los últimos meses se sumió en un mutismo total y nada lograba reanimarle. Mis palabras y mis chistes rebotaban sin arrancarle una sonrisa.

    Una noche en la que yo estaba de guardia, Frutos me llamó con el gesto del dedo índice hacia adentro, quería que me acercara a él. Lo hice y comenzó a hablarme despacio y con dificultad. Me costaba entenderle. Poco a poco le fui comprendiendo y me dijo que tenía un regalo de bodas para mí: una serie monedas y joyas escondidas, aquellas que la gente le daba para santa. Yo podría tomarlas para el banquete de bodas, pero tendría que encontrarlas el 16 de junio.

-¿Como dice?- le pregunté asombrado 

-El 16 de junio es la festividad de san Quirico y Santa Julita. Ese día se produce un asoleo: el rayo de sol entra por la ventana a las doce del mediodía y se posa sobre el suelo empedrado. Allí, justo debajo, está el tesoro.

Frutos falleció a los pocos días.

*****

Le di vueltas a las informaciones de Frutos sobre el asoleo en su ermita. El 16 de junio estaba muy cerca. Mis deseos de casarme con Fuencisla, con banquete de bodas incluido, aumentaban. Pedí día libre en la residencia de mayores, el 16 de junio, y acudí, con pico y pala en mi coche, a la ermita de las hoces del Duratón, que estaba solitaria. Entré y esperé las doce del mediodía. El rayo de sol entro por la ventana y se posó en un lateral del suelo. Cavé de inmediato aquel sitio y pronto encontré la caja metálica que contenía el tesoro de monedas y joyas. Escuché voces fuera y la escondí entre mis ropas. Dos hombres jóvenes entraron a la ermita. “Vuélvete de espadas y dinos qué haces aquí”, preguntó uno de ellos apuntando con una pistola. Aterrado, les conté la verdad. “Pues pasarás la noche con nosotros”, añadió el tipo. Así fue. Dormí allí con las manos atadas y una venda en los ojos. No querían que los viera. A la mañana siguiente los dos jóvenes se fueron, después de soltarme y amenazarme: “Sabemos quién eres. Si vas a la policía alguien de tu familia caerá. No lo olvides”. 

Se llevaron la caja de san Quirico y santa Julita.

    En los informativos televisivos informaron de que habían detenido en la autopista a los dos terroristas norteños que el día anterior habían cometido el atentado en la capital de España. Los jóvenes habían pasado la noche escondidos en la ermita de San Quirico y santa Julita en las hoces del Duratón y se había llevado la caja de monedas y joyas del lugar sacro. Al parecer, podría haber un tercer cómplice.



PANADERÍA-PASTELERÍA MALPARTIDA: Mención Honorífica del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial

 



L.M.A.

22/8/25. El Escorial.- La panadería-pastelería Malpartida ha sido distinguida con Mención Honorífica del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial como empresa familiar de San Lorenzo de El Escorial, desde 1910.

Por lo que antecede el Ayuntamiento, presidido por la alcaldesa Carlota López cree necesario que se reconozca el buen hacer, la historia y la singularidad de las empresas y comercios. Con este reconocimiento, se pretende que todos los años, en la medida que se reúnan suficientes méritos, se conceda al menos una distinción a una empresa antigua o comercio ejemplar de San Lorenzo.

Esta distinción valorará la historia, la singularidad, el impacto económico, el buen hacer y la influencia en la vida diaria que supone la existencia de esa empresa o negocio en nuestro municipio. La distinción estará abierto a todos los sectores y actividades económicas.

     CINCO GENERACIONES EN EL MUNDO DEL PAN

 Pocos negocios pueden presumir en la actualidad de mantener su actividad en el tiempo regentados por una misma saga familiar, la PANADERIA MALPARTIDA de San Lorenzo de El Escorial, ostenta ese honor.

Santiago Herranz (origen del apodo de El Rumbón) casado con Jacinta Gutiérrez Herranz, dueños del horno (tipo romano) y despacho de pan, que estuvo ubicado en la calle de las Cruces 38-40 (actual calle de Claudio Coello), en fecha aproximada de   1910.

Hoy, la panadería Malpartida está en la calle Pozas, 2 del municipio.