viernes, 19 de agosto de 2016

Alcázar de San Juan, ciudad cervantina, rica en museos: Arqueológico, del Barro, del Hidalgo y Torre de Don Juan






Julia Sáez-Angulo


            La ciudad cervantina de Alcázar de San Juan se ha provisto en los últimos años de diversos y notables museos como son, entre otros, el Municipal –antigua posada de Santo Domingo-, que alberga las colecciones de arte romano, principalmente mosaicos de las cercanas villas, amén de una pequeña colección de pintura del artista local Ángel Lizcano (1846 – 1929); el Museo del Hidalgo, situada en una antigua casa del Gobernado de la Real Fábrica de Pólvora y el Torreón del Gran Prior o Torreón de Don Juan de Austria, junto a la Capilla de San Juan, ya que la ciudad manchega fue sede, desde 1189, durante algún tiempo, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén en España, cuando fue expulsada de Malta.

            Además está el Museo del Barro, un recorrido didáctico por el arte de la tierra, materia prima inmediata y abundante en La Mancha, a falta de madera y piedra. Se echa de menos una pequeña continuación con ceramistas actuales, para prolongar el cordón umbilical de este arte hasta nuestros días, máxime cuando en el propio Alcázar hay un ceramista contemporáneo de pro, como es Gregorio Peño, que recibió el premio de la Asociación Española de Críticos de Arte, AECA/Spain, en la edición de la feria de ARCO 2015.

            Alcázar de San Juan ha insistido siempre en ser la cuna del escritor Miguel de Cervantes, debido a una partida de bautismo con un hijo de la ciudad, que llevaba el nombre de Miguel Cervantes López (1547 – 1516), en la que Blas Nasarre, bibliotecario mayor del reino y cervantista, escribió al margen de esa partida de bautismo: “Éste fue el autor de la Historia de Don Quijote”. Algunos otros autores han sostenido también esta tesis, que supondría que el autor del Quijote tendría dieciséis años más que el Miguel de Cervantes alcalaíno y no casaría tan bien la presencia del escritor en Lepanto o su servicio al cardenal Acquaviva.

            En todo caso, el debate sobre la cuna de Cervantes es un continuo que hay que seguir. Alcázar ha dedicado una estatua pública al gran príncipe de las letras españolas y su gastronomía se sigue nutriendo de los platos manchegos que aparecen en el Quijote como los duelos y quebrantos, además de migas de pastor, pisto manchego y tortas de Alcázar, redondas, suaves, y sabrosas. Tierra de buenos vinos, lástima que La Cayetana, el restaurante alcazareño donde almorzamos, no pudiera ofrecer un vino local, algo que no dejó de sorprendernos.



Iglesias tamaña basílicas

            Lo que nadie puede negar a Alcázar de San Juan es el hecho de ser una ciudad manchega –el título de ciudad se lo otorgó Alfonso XII- con tradición histórica y memoria cervantina, importante nudo ferroviario por ser paso hacia Andalucía en el presente y en el pasado y tener monumentos históricos relevantes, desde su gran Ayuntamiento sito en el antiguo gran Casino, hasta las diversas iglesias, algunas tamaño de basílica como son las de la Trinidad, Santa María o Santa Quiteria, esta última según planos de Juan de Herrera. El convento de Santa Clara ha sido reconvertido en hotel.

            Alcázar de San Juan, que cuenta con unos treinta y cinco mil habitantes, es fundamentalmente una ciudad de servicios para toda la comarca que la circunda, además de alguna industrias en un polígono. Su urbanismo bien merece una atención en cuanto a coordinar mejor la pintura de fachadas, puertas y rejerías. Rosa Idalia Cruz Campo, presidenta del Patronato Municipal de Cultura, señala que hay una normativa que indica alturas según las zonas y que existe una red de casas declaradas de interés local para evitar su modificación; además se está trabajando en la mejora y exigencia en este campo.

            José Fernando Sánchez Ruíz, miembro del patronato de Cultura del Ayuntamiento, dice que se está haciendo mucho en los últimos años en Alcázar y en general en toda Ciudad Real, una provincia que no ha tenido en el pasado tanta sensibilidad de conservación patrimonialista en el arte y la historia, como Toledo por ejemplo. Se está tratando de recuperar un tiempo perdido.

            La serie de museos que hoy enriquecen Alcázar de San Juan, con un planteamiento fundamentalmente didáctico, se inscribe en esta línea. Museos de utilización de antiguas sedes históricas, llevados a cabo con buenos materiales, medidas de seguridad y museografía, realizados con fondos de la Unión Europea. Hoy serían modelo para otros museos locales.
            Alcázar de San Juan cuenta con una galería de arte contemporáneo, Marmurán, dirigida por el dinámico Ángel Maroto, en la que expone actualmente Pablo Carnero, discípulo dilecto del pintor Antonio López. Entre los fondos de la galería -en visita junto al escritor Jesús Cobo y elpintor Romeral: un buen cuadro en añiles de Gregorio Prieto y tres piezas de Ángel Lizcano, entre las que destaca la “Cueva de Medrano”, una pieza que no debiera de salir de La Mancha, porque es del gran artista del XIX.

            El Ayuntamiento de Alcázar de San Juan convoca dos concursos de pintura, uno de pintura seca, que se dará a conocer el próximo 28 de agosto y otro muy singular de pintura nocturna.



miércoles, 17 de agosto de 2016

Alberto Reguera expone su serie The Unknown Universe en la galería Serena Morton de Londres



pintura de Alberto Reguera

Julia Sáez-Angulo


            El pintor Alberto Reguera prepara su próxima exposición individual en Serena Morton Gallery de Londres, un espacio artístico que cuenta con gran prestigio y reputación. El título de la muestra es The Unknown Universe y  se  abrirá el 15 de septiembre,  hasta el 21  de octubre.
                        Un total de treinta obras, que evocan universos imaginados, lunas que sobrepasan la abstracción de lo real, o satélites con texturas de plata. Cosmos  encerrados en un círculo o fragmentos de cartografías de universos sin límites.

            “Mi relación profesional con Serena Morton es un ejemplo de fidelidad profesional entre galerista y artista”, explica Alberto Reguera (Segovia, 1961) con residencia a caballo entre Madrid y Paris. “Ya desde los años 90 he colaborado con ella en distintos proyectos en Londres , donde ella era curator o galerista. Soy artista en permanencia en su galería y para mi Londres está unido a la imagen de esta galerista, que confió en mi cuando empezaba. Una  gran profesional y una gran persona. Ahora cuanta con nada menos que tres galerías en Londres, Y  ha realizado exposiciones de la talla de artistas como Piers Jakson, Paul Benney, Billy Name, Bill Berstein, o Emma Levine. Por estas razones, el hecho de realizar esta exposición me produce una gran alegría y es un gran honor para mí”.




            En esta exposición de Londres, el pintor está utilizando el mismo método de trabajo que en las tres anteriores exposiciones individuales que tuvieron lugar el año pasado y este año: la del Museum de Hong Kong, UMAG, la del Instituto Cervantes en Paris, y la del Museo Esteban Vicente en Segovia. Consiste en considerar el espacio como un elemento más de trabajo, a partir del cual se articula toda la exposición.        En este caso, las dos salas de la Galería Serena Morton de Londres, contienen una estructura rectangular y alargada.

            “Cuando visité la nueva galería al encuentro con las dos comisarias de la exposición, la propia galerista  y la española afincada en Londres, Begoña Pérez, enseguida coincidimos en que fueran formatos con líneas sinuosas, ya fuesen circulares u ovalados, que contrastarían muy bien con este espacio”, explica Reguera. “De manera que, excepto algunos grandes formatos, dos grandes paisajes abstractos, y dos pequeñas piezas de instalación, casi todas las obras giran en torno al circulo o la elipsis, y están realizadas durante 2016”.




            Esta treintena de obras, la mayor parte de ellas, realizadas en 2016, funcionan como una secuencia de pinturas, cuyo hilo conductor es la línea del horizonte, que a veces divide la composición en dos. En  otras obras se pierde o fusiona con el fondo del cuadro, como por ejemplo es el caso de la obra Beyond of the landscape,  ó la obra  Silver clouds.

            Bastantes obras de esta serie, se centran en el concepto de universos cósmicos, interestelares. También, en la representación de imaginados planetas, y astros irreales. Por ejemplo Light trails, o Las paredes del cosmos. En estas obras, una estela atraviesa las texturas de estos lienzos trabajados con pigmentos metálicos amarillos de titanato  o azules de Prusia, entre otros. El título ya comentado, hace referencia a universos abiertos y a explorar nuevos soportes aplicando las características técnicas que definen el trabajo.




            “Con esta serie, intento resolver una aparente contradicción”, continúa el pintor. “Por una parte, son piezas encerradas  en sí mismas, cuya  mirada del  espectador penetra visualmente en el círculo pintado. Al mismo tiempo, estas obras  tienen una carácter expansivo, trasmitiendo sensaciones que van más allá del cuadro. El hecho de que  sean circulares, acentúa y favorece  esta dualidad,  intentando resolver esta  aparente contradicción. Pues son universos supuestamente  encerrados en un círculo,  pero al mismo tiempo parecen no tener principio ni fin, debido a la ausencia de aristas, esquinas o ángulos. La fuerte presencia matérica de estas obras, ocuparía el espacio imaginario que les rodea, confirmando así el carácter expansivo de estas obras”.






Más información