Fotos: Patricia Larrea
14/12/25.- Aranjuez.- Ha sido una cita y un encuentro en el taller de los escultores Antonio Vigo y José Juan Marín. Varios artistas de Mínimo Tamaño Grande, MTG, han visitado el estudio de sus colegas en el Espacio Colores, situado en el Real Cortijo de San Isidro, bella pedanía de Aranjuez (Madrid).
Entre los asistentes: José Luis Menéndez, Mercedes Ballesteros, Fernando Hervás, Patricia Larrea, Lolo González, Pablo Reviriego, Carmen Bances, Belén, Antonio de la Cuerda, Lola R. de Casanova y Julia Sáez-Angulo.
Los artistas de MTG llevaron a cabo exposiciones durante 2025, en el Palacio de Barrantes-Cervantes de Trujillo y el Centro Cultural de San Lorenzo de El Escorial.
Antonio Vigo, profesor de escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Rey Juan Carlos y José Juan Marín, profesor de cerámica y escultura en la Universidad Popular de la cercana localidad de Leganés se manifiestan contentos por el amplio y luminoso taller en el Espacio Colores, antigua y espléndida fábrica de zumos concentrados, fundada en 1963 y clausurada en 1982.
En Espacio Colores acoge amplias salas para exponer, allí lo hizo Cerrato y lo hará en breve, Miguel Torices, que lo hizo recientemente en la Casa de Vacas, Madrid.
La vega del río Tajo está cercana y muy cerca de la entrada, corre el canal de riego de Loeches. Desde las ventanas del taller puede verse la gran ermita de San Isidro y las profundas bodegas de Carlos III, que vienen del XVIII y suministraban vino a la Corte. Hoy pueden visitarse previa cita, con entrada y derecho a cata.
Antonio Vigo, a preguntas de los asistentes, cuenta que la mayoría de sus alumnos son mujeres, estudiantes inteligentes e interesadas por conocer todas las posibilidades de la escultura con diversos materiales. Él, que trabaja habitualmente la piedra y el metal, ha entrado recientemente con la cerámica.
José Juan Marín nos cuenta de los distintos cursos de fin de semana que lleva a cabo sobre la enseñanza de Raku, método japonés de cocción de cerámica que se caracteriza por sacar piezas incandescentes del horno y someterlas a un choque térmico en materiales combustibles (como aserrín), creando efectos únicos de craquelados, reflejos metálicos y texturas ahumadas, resultado de la reducción de oxígeno y la alquimia entre fuego, tierra, aire y agua.
Después de las explicaciones sobre el lugar y el recorrido, un almuerzo de hermandad con ensaladilla rusa, empiñonadas, tortilla de patata, embutidos, queso manchego, tostones…vino, cerveza y zumos.
Durante el almuerzo, debate apasionado sobre la Inteligencia Artificial, IA, y los pronósticos de que se ponga a pensar y a disponer por su sola cuenta, con consecuencias impensables.
El café se tomó junto a la ermita. Recorrido por las bodegas. Foto de familia y despedida del lugar, bello con los colores del otoño y cita para otro encuentro en primavera. En los cielos, pudimos divisar algunos rompimientos de gloria, por los que puede aparecer Moisés con las Tablas de la Ley, según las películas de Samuel Broston.
La carretera municipal (avenida de la Princesa) hacia Madrid es “manifiestamente mejorable”, como diría un diplomático. Los baches nos hacían saltar en el coche. Tras el empalme con la carretera de la Comunidad de Madrid, mejoro el equilibrio de los pasajeros.
El viaje, el encuentro, la comida, el debate y la visita al Real Cortijo de San Isidro, pedanía de Aranjuez, ha valido la pena.
Antonio Vigo ante sus recientes piezas de cerámica
Piezas de Raku