Se
han presentado las conclusiones del I Congreso de Arte Político celebrado por la Asociación Española de
Críticos de Arte, AECA, en el Museo Reina Sofía, poco antes de la clausura
llevada a cabo por el presidente de AECA, Tomás Paredes y el secretario general
de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, AICA, Brane Kovic. Al
terminar la clausura hubo un recital del célebre poeta gallego nonagenario Carlos Oroza, calificado
como poeta de la calle y autor de poesía política y social.
Las conclusiones
que fueron leídas por Julia Sáez-Angulo decían lo siguiente:
Todo arte es político decía
el título de la ponencia de Rafael Canogar, si bien esta afirmación la matizaba
en su exposición diciendo que “todo arte es potencialmente político. Todo arte
está en un medio y ese medio es político. El arte es un hecho que influye en la
sociedad”. Los matices sobre si todo arte es político o no se han repetido en
otras ponencias y sobre todo, en los debates de los coloquios y las mesas
redondas.
Se ha
dicho que conviene diferenciar el arte de propaganda del arte político, a
partir del Renacimiento en que el
artista toma un protagonismo personal.
1.- El arte de propaganda se
produce cuando hay un arte de encargo, da igual que sea con raíces ideológica o
estéticas. Cierto que no es igual el encargo de un cartel de guerra como los de
Renau o un retrato. Los museos, como el Reina Sofía, también hace encargos de
exposiciones, de tesis y por tanto es arte de propaganda, como sucede con
algunas exposiciones actuales, por ejemplo “Un saber realmente útil”. Se sabe y
se busca lo que se pide.
2.- El
Arte Político es el que genera conocimiento y pensamiento, el que cuestiona las
ideas anteriores recibidas y difunde las nuevas formas de relación social entre
los individuos y los grupos. Es el que aporta ebullición en la sociedad que se
presenta.
Tomás
Paredes, presidente de AECA, afirmó que en el congreso no se trataba de
convencer o imponer una opinión sobre otra, sino de exponer las ideas y
establecer un debate.
Ya en la inauguración, el presidente de AECA había dicho que “hay
que trabajar para que el arte no sea excluyente con su contrario, evitando
radicalismos y marginaciones de contrarios. Las sensibilidades son siempre
variadas y se gestan en distintas circunstancias. Las ideas han de respetarse
aunque no se acepten y hay que estar alerta ante minorías, dirigentes,
comisarios o conservadores de museos que de modo interesado deciden qué es o no es arte”.
Jesús Carrillo, jefe del Departamento de Programas Culturales del
Museo Reina Sofía hablo de que “el museo ha de facilitar la escenificación del
arte político que se ha de juzgar. No se trata de crear confrontación en blanco
y negro sino de la
propuesta de un espacio de juicio. Somos sujetos por la posibilidad de juzgar.
El ruido dificulta el juicio. El arte se ve movido con frecuencia por intereses
de mercado, grandes corporaciones, elites o galeristas. Quedan espacios por
reivindicar para el arte.
Jaime Brihuega, profesor titular de Arte Contemporáneo de la Universidad
Complutense de Madrid, dijo que frente a lo que se ha dicho, no siempre hay
relación entre el lenguaje del arte y la ideología política, y lo ilustró con
arquitectura similar del fascismo, nazismo, comunismo y capitalismo de los años
30. “El arte político ha de tratar de mejorar el mundo en que vivimos",
concluyó.
Intervenciones de Carmen Pena y Wilfredo Rincón
Carmen Pena, catedrática de Historia del Arte de la Universidad
Complutense de Madrid, coordinó la mesa redonda “Arte y Política” junto al
investigador Wilfredo
Rincón, e hizo un recorrido histórico por el arte político hasta la
globalización de nuestros días. “El arte no institucional es siempre rompedor y
de vanguardia y su identificación con lo experimental no es baladí. La
politización del arte refleja una reacción contra una identidad aceptada. El
poder siempre suele dejar hueco de salida a la resistencia” dijo Carmen Pena.
Wilfredo Rincón analizó los avatares de las esculturas como
monumentos públicos, donde a veces se ha dado “la estulticia humana ante la
obra de arte y la ha destruido”. Seguidamente analizó los sucesivos cambios
políticos del cuadro de Goya “Alegoría de la Villa de Madrid” que se encuentra
en el Museo Municipal de la capital de España, así como la trayectoria ambigua
de Francisco de Goya ante el poder –monarquía borbónica o bonapartista. “Goya
no fue nunca un exiliado, sino un transterrado voluntario”, señaló.
“Los historiadores del arte tienen siempre ideología y ofrecen sus
propios relatos de cada artista con sus implicaciones”, señaló Carmen Pena. El
relato sobre el arte o sobre el artista implica con frecuencia un enfoque y una
politización del relator.
Brane
Kovic, secretario general de AICA, ofreció una conferencia sobre Arte e
Ideología y entre otras cosas dijo que “es una constante histórica que en momentos
de crisis es cuando el arte se hace más político”. La función didáctica del
arte puede hacer propaganda política, como experiencia cognitiva de la
condición social”. Recordó la afirmación de Adorno de que “el arte en sí mismo
se analiza en un contexto social” “A través de la política el arte puede
hacerse instrumento normativo o de poder. Sería la política cultural”. Para
algunos pensadores como Leotard “en nuestros día la política está despolitizada
y el arte desartizado”. “El régimen estético cubre un campo muy amplio de
acción; “el arte se torna esencial para un público burgués”. “Siempre hay una
relación compleja entre arte, cultura y sociedad”. “El nuevo arte esloveno
contribuyó a la independencia eslovena”. “Una revolución estética supone una
reinterpretación de la sensibilidad”. El activismo cultural no se orienta
contra el Estado sino para movilizar la opinión pública, cambiando su sensibilidad de cara
al nacionalismo, la ecología, etc”. “El
movimiento situacionista de los 60 redefinió el activismo político y centró su
estrategia en la destrucción de formas culturales. En la era global, el
activismo vital pasa por las redes informáticas, por la elaboración digital”.
Andrzej Szczerski, Arte
mercantil y del campo de las ideas
Andrzej
Szczerski, profesor de Historia del Arte de la Universidad Jagiellonian de
Polonia y vicepresidente de AICA impartió una conferencia titulada: “Dos caras
del arte político -El caso de los países del Este de Europa a partir de
1989”. “El arte se relaciona con la tradición y se define por un marco de
circunstancias de tipo político y social, que siguen siendo no obstante
estéticas”, dijo. “Por ausencia de mercado del arte, en tiempos del comunismo
no se hablaba de producción artística como campo mercantil, sino como campo de
gestión de ideas”.
“Para
Polonia tuvieron importancia las primeras elecciones libres en 1989, más allá
de la caída del muro de Berlín en 1989” junto a la gran marcha, señaló
Szczerski. Paulatinamente hubo una recuperación de la memoria individual y el
recurso a la identidad personal del artista, al tiempo que los colectivos artísticos han sido una
constante aportación en la sociedad centroeuropea.
-Si todo arte es político, en tiempos de guerra civil
lo es aún más. La producción artística, en uno y otro bando, cumplía su función
política específica. El arte por el arte no tuvo esencia ni vigencia. (Inés
Escudero)
-El conflicto de la guerra civil española se dio a
conocer fuera de España con la fotografía. Las referencias eran constantes al
pueblo. “No hay arte fuera del pueblo. El arte que refleje la esencia del
pueblo es el necesario” decía Josep Renau y que había que crear un arte público
popular. La función social del cartel durante la guerra era clave para Renau. La
obediencia del artista a ciertas consignas políticas resultaba inevitable. Nadie
se libra de la política, ni siquiera los que hacen arte puro.(Isidro Noja)
-Autores como Siqueiros, y sobre todo Josep Renau y Ramón
Gaya en la revista la “Hora de España” discrepaban sobre el asunto de si el
arte debiera influir en la política o la política en el arte. Gaya, poeta de la
esencia, decía que no veía la necesidad de mezclar una y otro. La política
usaba el conocimiento de la técnica del artista, pero no sus ideas de artista.
- Gaya: El arte sin atenerse a las condiciones sociales
es una utopía. El artista libre es aquel que no pierde los valores humanos y no
se aleja de aquella, la utopía. (Gaya). “Tomar conciencia es acercarse a la sociedad. El
tiempo es para el hombre como el aire que respira (Renau)
Tomás Paredes recordó
que Renau era hombre de acción y Ramón Gaya, poeta
más distanciado de la acción. El libro “Función social del cartel” (Nueva
Cultura) de Josep Renau habla del tema.
-“El Arte Político es un posicionamiento ante la
realidad y la voluntad reformadora”, reclamaban las voces en la Unión Soviética
y esto lo significaba el realismo estalinista, libre de imposiciones plásticas
individuales.
-Siempre es
bueno saber cuando se habla, desde que posición se hace, pues no es lo mismo
hacerlo desde una posición marxista que de otra que no lo es, por poner un
ejemplo. (Paredes). Esto enlaza con los relatos de los historiadores que parten
de distintas posiciones, ideas y sensibilidades, subrayado por Carmen Pena en
la mesa redonda.
-Carmen Pena:
No solo es arte político el que directamente tiene una intención política, sino
que el que no es obviamente político, también tiene carga política, como por
ejempla pintura abstracto en el caso de El Grupo El Paso o del mismo Paul Klee.
Arte y Política crean ficciones
-Alfonso
González-Calero: Tanto el Arte como la Política crean ficciones y se valen de
artificios, creando ilusiones y expectativas. Aunque estamos avisados y somos
conccientes de ello, seguimos cayendo en su fascinación, porque uno y otra van
a lo hondo de nuestras ilusiones.
-El bioarte
es una nueva manifestación del arte político, como potencial crítico de los
diálogos interdisciplinares. Una manifestación poderosa en esa relación siempre
constante y difícil del Arte y la Política. Crítica al mercado, a las grandes
corporaciones, defensa de la ecología, etc.
-Se ha
reinventado el espacio público como lugar de lo político, en una progresiva
privatización de lo público para la Política. se ha denunciado en la mesa
“Arte, Política y Espacio vital”, coordinada por el profesor Jesús Pedro
Lorente, de la Universidad de Zaragoza, con la participación del crítico Miguel Viribay.
Respecto al monumento publico, se ha
denunciado cierto mal gusto en ciertas decisiones municipales, alterando la
estética de la ciudad o de los espacios viarios. Informar antes de su
instalación a la ciudadanía y evitar la repetición de un mismo artista para los
monumentos o esculturas porque produce cansancio al ciudadano.
La crítica de arte ha sido suplantada
por el mercado y los museos. Y se ha visto la necesidad de volver a una crítica
alejada de la publicidad que es la que condiciona con frecuencia la presencia de
la critica de arte en los medios informativos.
El
retrato oficial de ministros, presidentes de Cortes y Senado, alcaldes,
decanos, rectores de Universidad, ha merecido atención y se ha pedido mesura a
los poderes públicos para sujetar ese dispendio de retrato oficial a unos
términos más contenidos.
Hubo
comunicaciones sobre personajes que han hecho arte político en su obra. Sol
Enjuanes habló de “Joan Ponç Arte y
Tortura”; Julián Alonso habló de Brosio
y su arte de Minas y Cárceles; Ignacio Asenjo Fernández sobre Ángel Ferrant y Genèvieve
Barbé-Coquelin de Lisle, sobre Severo
Sarduy.
Arte político tras acontecimientos dramáticos
Liam Kelly
hablo del arte político en zonas de conflicto como su país, Irlanda del Norte y
puso ejemplos de dos grandes instalaciones realizadas con motivo del Domingo
Sangriento y el acuerdo del Buen Viernes, en el que el ejercito inglés mató,
asesinó, a una veintena de personas. Después pidió perdón y esa idea de perdón
la repitieron las instalaciones artísticas a base de altavoces, balanzas y agujas
de medir la intensidad de las voces. Los
altavoces repetían LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO Lo siento de verdad y pido
perdón”. Kelly subrayó el papel del lenguaje artístico ante unos hechos
sociales y políticos. Estas instalaciones tienen de gran valor artístico,
emocional y lenitivo.
Las
instalaciones han servido para otras situaciones internacionales similares en
Japón o Bosnia.
Ignacio Asenjo nos habló en una comunicación de la
tarea docente y social del escultor Ángel Ferrant. El arte cambia con el tiempo
y con la historia. Política y educación
artística van de la mano. La vocación pedagógica del arte es importante.
Frente al pensamiento de los
pesimistas o melancólicos sobre la muerte del arte o su fagocitación por el
mercado, Tomás Paredes se definía como
optimista y recuerda una cita del
escritor francés Patrick Modiano, ultimo premio Nobel de Literatura: La literatura
traduce la angustia del hombre y por ello nunca va a morir y esa misma analogía
cabe establecerla con el arte.
Recuerden que el profesor
Jaime Brihuega también se sentía optimista ante el hombre, el arte y su
historia, desde su posición confesada reiteradamente como marxista. El
optimismo realista, desde cualquier posición, es bueno.
La
discrepancia y el respeto son dos cualidades inherentes a la democracia y
también al Arte Político.
AECA
publicará en breve el libro con todas las ponencias y comunicaciones del
congreso