Julia Sáez-Angulo
Jorge Uliarte (Córdoba. Argentina, 1962). Radicado en Salzburgo, Austria, es director artístico del Festival Internacional de Ushuaia y director de la Orquesta Sinfónica de Berlín (Berliner Symphoniker), en Alemania. Desde 2009 trabaja también intensamente con la Orquesta Sinfónica de Moscú y ha realizado numerosas giras con ella. En 2011 Jorge Uliarte fundó un nuevo Festival en Orvieto, Italia.
Estudió
en el Conservatorio de música de Córdoba, y se perfeccionó con maestros como
Francisco Amicarelli, Fausto en Buenos Aires, Zadra, Carlo Zecchi y Nikita
Magaloff en Europa, Suiza e Italia.
Recibió
el diploma de director de orquesta en la Universidad de Concepción y luego
completó su pos-graduación en el Royal College of Music de Mánchester. A los 16
años, debutó como pianista en el Teatro
Colón de Buenos Aires y ganó la competencia Internacional de Ravel
para Sudamérica.
Se ha presentado en auditorios de
varios países, entre otros, Italia, Argentina, República
Checa, Austria, Polonia, EE.UU, Dinamarca, Suiza, Países
Bajos, México.
En 1990 fundó la Orquesta Juvenil
Panamericana que tenía su sede principal en Buenos Aires. Con esta orquesta
trabajó como director y como pianista. Es director artístico del festival más
austral de música clásica "Festival Internacional de Ushuaia"
en Tierra
del Fuego, Argentina.
1. ¿Qué definición de la música le convence más y por qué?
Mi propia definición sobre la música la puedo sintetizar de la
siguiente manera: un campo energético que nos permite canalizar nuestras
emociones para poder expresarlas mediante una forma que se sustenta en
estructuras arquitectónicas en permanente movimiento.
2. ¿Qué fue lo que le llevó a usted a la música? ¿Qué personas o
acontecimientos le movieron a ella?
Al inicio fue como una revelación, una constante estimulación de
mis emociones las cuales durante el transcurso de mi vida fueron ampliando mi
percepción de un cosmos que se materializa mediante esa energía manifiesta a
través del sonido. Las personas que me tendieron el puente hacia ese estado de
consciencia fueron mis padres, quienes siendo ellos mismos melómanos, directa o
indirectamente me hacían partícipe de su pasión por este arte al escuchar ellos
de forma cotidiana la música de sus compositores predilectos.
3. ¿Qué instrumentos domina?
El piano, ese "amigo" que me acompañó desde que tengo
tres años. Con este instrumento pude desarrollar una buena carrera de solista
durante mis años de adolescencia hasta mis primeros treinta años. Obviamente
que conozco muy bien algunos instrumentos de cuerda, y de viento, como así
también los de percusión, pero todo esto bajo un conocimiento técnico,
indispensable para el trabajo de dirección orquestal.
4. ¿Qué le movió a la dirección de orquesta?
El sentir que necesitaba ampliar mi campo expresivo, porque
intuía que al ingresar en esa forma de "metamúsica" me
permitiría internarme más en un espacio de sonido que si bien es la parte
manifiesta de la música, o sea el lenguaje directo que percibimos con nuestros
sentidos, siempre intuí que la verdadera naturaleza de la música está más allá
de esa percepción áudica. Es mi convicción de que la energía que se manifiesta
a través del sonido es la punta del iceberg de algo mucho mas profundo.
5. ¿De qué conciertos guarda un recuerdo más entrañable?
Creo que cada actuación tiene su recompensa, con esto entiendo
manifestar que cada evento musical si es vivido como algo parecido a un rito
religioso, perdura en el tiempo como esas cosas que nos regalan belleza sin
necesidad de conceptualizarlas, porque penetran a través de nuestros sentidos
dirigiéndose al centro de nuestra esencia.
Si!! por cierto que
hay conciertos que quedan en el recuerdo en el que sentís que pudiste dar lo
mejor de tu persona. Puedo mencionar algunos como en Berlín, en la sala
de la Philarmonie, o en Moscú en el Internacional Music Centre, o en el Teatro
Colón en Buenos Aires, o algunos conciertos masivos como los que hicimos en el
Obelisco de Buenos Aires.
6. ¿Qué público ha encontrado más receptivo y por qué?
Creo que la receptividad de un público depende de la
capacidad de que uno tenga en hacerle llegar el mensaje que está implícito en
las notas que se están ejecutando. Como todo es un común denominador, esto vale
para una exposición de pintura, o una conferencia en el que el orador puede
involucrar a su auditorio, cautivando su atención en lo que está exponiendo.
Ciertamente que hay públicos que están más receptivos a
ciertas propuestas de programas. Una persona crecida y formada culturalmente en
Moscú, será probablemente más receptiva a la ejecución de una obra
compuesta por un autor ruso, porque ese compositor hace parte de su bagaje
cultural y su comprensión del mensaje que se está dando será mas simple de ser
asimilado.
7. ¿Qué personalidades musicales han influido más en su carrera
y por qué?
Creo que a lo largo de la vida, todos somos susceptibles de
recibir influencias de las personas que hacen aquello mismo en que nos
embarcamos. Ciertamente que durante los años formativos uno va tomando y
descartando opciones, que durante un periodo nos sirven de modelo, para luego
trascenderlas al sentir que te pudiste conectar con el criterio del compositor
en una obra determinada.
Durante mi juventud admiré muchísimo a algunos de los maestros que
me formaron, como por ejemplo el pianista Fausto Zadra, quien me hizo descubrir
la magia del sonido en un instrumento esencialmente percusivo como es el piano.
En la dirección orquestal fue Sir Georg Solti, quién me reveló un modo de
penetrar en el arte de la conducción, permitiéndome expresar mis conceptos
sobre la música que esté ejecutando basado en la fidelidad del texto y sin
embargo sumergiéndote en ese océano del inconsciente que te revela la respuesta
interpretativa que para vos es la justa en ese instante.
Recuerdo por supuesto cuando era muy joven a figuras como la
pianista Martha Argerich, o Arthur Rubinstein, o Von Karajan o el violinista
David Oistrack como esos gigantes musicales que me señalaron un modo de
acercarme al cosmos de la interpretación.
8. ¿Por qué se nacionalizó austríaco?
Porque el amor de mi vida, mi esposa Margareta es austríaca, y se
que sin ella no podría existir ni un solo segundo. Es el ser de luz que hizo de
mi vida la razón de existir. Sí, estoy profundamente enamorado de ella, luego
de 25 años, y siendo ella salzburguesa, sentí que era un modo de decirle
gracias por todo lo que me brinda como compañera de este viaje terrenal.
9. ¿Residir en Salzburgo marca la música y la vida?
No, no en mi caso. Por ejemplo: en Argentina tenemos una superabundancia
de talentos que tienen un nivel altísimo de desarrollo profesional en el campo
musical, y se puede escuchar tan buena música en Buenos Aires, como acá en
Salzburgo o en New York. Probablemente este sea un aspecto positivo de la
globalización. Lo que no se puede negar es que Salzburgo tiene una inmensa
tradición musical desde la época en que aun no era parte de Austria, cuando era
un principado dependiente del Vaticano, hasta el congreso de Viena, en
1814-1815, en que dejó de ser un estado independiente para pasar a integrar el
imperio austríaco. Mozart nació en esta ciudad, y en ese periodo la música era
pan cotidiano para sus habitantes, naturalmente que lo sigue siendo hasta nuestros
días. No es casual que Salzburgo hace gala de uno de los festivales más
extraordinarios con que cuenta el mundo de la música.
10. ¿Por qué ha calado tan a fondo la música en los países
germánicos?
Quizás esté en el ADN de los germanos, pero no creo que sea
patrimonio de esta etnia solamente. Basta tan solo mirar el mapa y dejarnos
sorprender por la cantidad de países que han dado gigantes en el
arte de la composición: Rusia, Polonia, Hungría, Italia, España, Francia, y
todavía nos queda a partir del final del siglo XIX y el siglo XX para integrar
a ese mapa, países latinoamericanos y los Estados Unidos como así también el
continente asiático. Es innegable que una ciudad como Viena, desde la
época del clasicismo se convirtió en el centro de la música por excelencia,
pero también estaba París, que rivalizaba con la capital austríaca, y Londres.
También había en ciernes un enorme desarrollo en el imperio ruso, bajo la
regencia de la emperatriz Caterina II quien impuso al igual que su par de
Austria María Teresa, la escuela primaria obligatoria, entre otras cosas, y
ambas regentes impulsaron todo un movimiento cultural del que la música era una
parte esencial. Si es menester recordar que durante los últimos años del siglo
XIX y las primeras décadas del siglo XX Berlín era el centro internacional de
la música clásica.
11. ¿Qué aspectos o apartados ha recogido en su libro
autobiográfico?
Son esencialmente relatos de distintos momentos de mi vida, a
partir de mis primeros años en el que comencé a vivir la música como algo que
sería parte de mi existencia, pasando por la turbulenta adolescencia, con todo
lo que ello conlleva, prosiguiendo la hoja de ruta con mis primeras
experiencias en la ciudad eterna, Roma, hasta la gestación de una idea
que se me cruzó aquel lejano 2 de abril de 1982 mientras caminaba por los foros
imperiales romanos, y me enteré de que la dictadura argentina había tomado las
islas Malvinas. Siendo un convencido de que la soberanía se puede consolidar
con la cultura, y no solo con accione bélicas, fue que concebí la creación del
festival mas austral del mundo, en Ushuaia, ciudad que considero la auténtica
capital de las islas Malvinas. El título de mi libro es justamente esa frase
que expresé durante un concierto en el Teatro Colón de Buenos Aires, en ocasión
de los 30 años del inicio del conflicto bélico entre Inglaterra y nuestro país,
por eso mi libro se llama: Ushuaia,
capital de Malvinas, relato de mi utopía.
12. ¿Qué otros libros ha escrito o prepara?
Mi segundo libro, está basado en la celebre leyenda rusa
"pajaro de fuego", el ave mítica que roba de un jardín encantado
manzanas de oro para dárselas a su amo. Este libro lleva como subtitulo:
"una aventura onírica" y cuenta sobre la experiencia de un
joven director de orquesta que llega a Moscú para preparar una serie de ensayos
que son el preámbulo de una extensa gira por China, y este director tiene
durante un sueño, una visión que lo transporta al inicio del siglo XX cuando
estaba en gestación la revolución bolchevique, e, instalado en ese
tiempo, da inicio una serie de vivencias que lo trasladan a un monasterio en
Susdal, una ciudad que hace parte del anillo de oro, esas ciudades bellísimas de
la Rusia arcaica, en donde y luego de tantas peripecias, se encuentra con
Vladimir Ulianov quien se revela ser un antepasado de ese actual joven director
que en pleno siglo XXI es un músico proveniente de un país sudamericano,
ignorando completamente el origen de sus raíces. En esa experiencia
extratemporal, y extrasensorial, durante el diálogo que mantiene con Lenín, nuestro
músico toma el cuerpo y la personalidad del hijo de Lenin, quien una vez
llegado a Argentina, cambia sus datos anagráficos para ser un ciudadano de
origen vasco que emigró a Sudamérica con su familia para desarrollar allí su
vida. Es esta persona que nuestro joven director conoce como su abuelo,
sin poder jamás imaginar que el apellido que él lleva es casi un anagrama
que consta de siete letras, al igual que Ulianov, pero modificado como fue
decidido y haciéndolo coincidir con un apellido vasco de la misma cantidad de
caracteres.
El pájaro de fuego acompaña a nuestro joven músico a lo largo de
toda esta experiencia onírica, y cuando despierta ya no está en el famoso hotel
Kempinski de Moscú que lo alberga, sino que se encuentra durmiendo en el
atardecer previo a un concierto con la orquesta de Moscú, en un hotel que da
sobre la bahía de Ushuaia, confundiendo las aguas del Moscova con las de la
bahía fueguina, en que, por esos fenómenos de la luz, sobre todo al atardecer,
las aguas irradian un color entre el ámbar y el rojo carmesí. Siente una voz en
la lejanía que lo está despertando, para que se prepare para el concierto que
debe dirigir, y cuando llega al podio, ve sobre el atril algo que brilla, sin
tener conciencia de que se trata, y dirigiéndole una mirada interrogativa a su
manager ruso, que está sentado en una de las primeras butacas de la sala, este
le sonríe enigmaáticamente señalándole que eso que está en el atril es una
manzana de oro.
13. “Pájaro de fuego” habla de su experiencia en Rusia. Hábleme
de ella.
No creo que sea casualidad si mi segundo libro trata sobre la
experiencia de un joven músico que es invitado a dirigir la orquesta moscovita.
Nunca pude comprender porqué ese país despertó una profunda impresión en mí,
desde que tengo conciencia. Desde mi niñez sentí una inmensa atracción hacia
esa nación, y fue casi compulsivo el adquirir todo lo que se relacionaba con lo
que representaba a Rusia: libros de literatura, como Dostoievsky, Tolstoi,
Chejov, Puschkin, su música expresada por autores como Tchaikowsky, Borodín,
Mousorgsky, etc. Y siempre supe que alguna vez en mi vida, iría a dirigir
conciertos para esa gente que siempre sentí tan cercana a mi
sensibilidad.
Cuando surgió la posibilidad de ser" principal guest conductor " de la orquesta
sinfónica de Moscú, no lo podía creer.
Cuando llegué por primera vez a Moscú, tuve la sensación de que
todo eso que visitaba me era extremadamente familiar. La vieja calle Arbat, en
el centro de la capital, el Kremlin, las catedrales con sus típicas cúpulas en
forma de cebolla, bañadas de oro, y sobre todo el contacto humano que tuve con
las personas, me producían la sensación de haber vivido en algún tiempo en esa
metrópolis.
Los músicos de las orquestas moscovitas que he dirigido, siempre
me hicieron sentir como si yo fuese uno de ellos. Mi concepto de la
música de Tchaikowsky o Rachmaninoff, por solo nombrar a un par de ellos, les
sorprendía por la afinidad que expresaba en sintonía con el modo que ellos
mismos tienen de esa forma de hacer música. Si, me siento como que regresé a
casa cuando estoy allí.
14. ¿Qué libro está leyendo actualmente, cual acaba de leer y
cual piensa hacer de inmediato?
Estoy leyendo un romance- biografía de Jesús escrita por Deepak
Chopra, además de todo lo que encuentro sobre Jesús y su vida, venga de donde
sea y sea cual sea el concepto lo leo inmediatamente. Trato de entender que
pasó en la Palestina de la época de Tiberio, cuando Jesús fue crucificado, y
todo lo que llevó al nacimiento del cristianismo, dado que los primeros tres
siglos de la era cristiana, sus seguidores eran considerados mesiánicos, siendo
parte del judaísmo, como una especie de secta, pero que no cobró
forma definitiva hasta que Constantino la declaró religión oficial del
imperio.
Mi tercer libro es el relato de mi historia con mi Florcita
alpina, o sea mi esposa, si, la
historia de mi amor.
15. ¿Qué proyectos acaricia para un futuro?
Seguir buscando la razón del porqué existo, seguir ampliando mi
conciencia y crecer en el amor, esa razón de vida.