Julia Sáez-Angulo
Miembro de la
Asociación Española
de Críticos
de Arte, AECA/Spain
La crítica de arte es un género periodístico, dentro de la critica en
general de las distintas artes, como el teatro, el cine, la música o la danza.
En este artículo me voy a referir a la crítica de artes plásticas o visuales,
entre las que están incluidas la pintura, escultura, arquitectura, dibujo,
collages, instalaciones, video-arte y otras. Las artes se relacionan entre sí
porque parten todas ellas de un mismo tronco. De hecho, la obra artística
participa cada vez más de un carácter interdisciplinar y suma por tanto varias
artes en numerosos casos del denominado arte contemporáneo.
Al
clarificar un poco las fronteras, siempre difusas, de los géneros y las artes,
a efectos de parcializar la explicación, cabe añadir que la crítica de arte
puede ser igualmente un género literario, por su mayor amplitud informativa y
analítica, entrando a formar parte del ensayo. Los críticos de arte la suelen
llamar crítica académica o universitaria, para distinguirla de la crítica de divulgación
periodística, que es más breve en información y análisis.
Todos
los medios informativos que se precien de generalistas incluyen en sus páginas
o programas la crítica de arte, como un espacio necesario para informar a sus
lectores, oyentes o espectadores del mundo creativo de las artes plásticas a
través de las exposiciones en galerías, museos o fundaciones, así como en las
subastas. El circuito de las artes plásticas mueve un comercio muy suculento,
que se traduce con frecuencia en noticia de primera página, cuando una obra de
arte ha adquirido un precio record en el mercado. En este caso, la noticia es
mera información y no crítica de arte, que es el tema que nos ocupa, aunque en
algunos casos puede estar relacionada por la fama y/o celebridad del autor, o
la excelencia de su trabajo plástico.
La
crítica universitaria o ensayística requiere una mayor profundidad y relación
de la obra artística, por lo que exige mayor numero de citas de autores, que
habrán de ponerse a pie de página o final del catálogo o libro, con la
consiguiente y homologada forma de hacer las citas bibliográficas.
Dos
cualidades
Dos
cualidades clave ha de tener el crítico de arte: el conocimiento de la Historia
del Arte y la capacidad de redacción literaria que exige por su necesario
léxico correspondiente, como sucede en otras parcelas del arte o el
conocimiento en general como la tauromaquia o la música por seguir con
paralelos. Toda disciplina tiene su vocabulario, jerga o semántica… es
inherente a ella.
Igualmente
el crítico de arte ha de conocer los materiales artísticos –soportes y
pigmentos- y su forma de aplicación en soportes como son lienzo, lino, cartón,
papel, barro, piedra, mármol, bronce y otros, amén del grafito, la acuarela, el
pastel, la cera, el óleo, el pigmento acrílico…
Añadamos los distintos tipos de estampación del grabado: aguafuerte,
litografía, xilografía, aguatinta, tinta seca… Todo esto puede parecer una
obviedad, pero no lo es tanto en la praxis. Se precisa una documentación clara
para mejor informar a los espectadores y coleccionistas de lo que se ofrece en
la crítica.
En
suma, el crítico de arte necesita conocimiento y criterio para discernir el
arte al que se enfrenta.
Con
frecuencia son los masters universitarios de posgrado o los pequeños cursos
especializados impartidos por museos, academias, fundaciones o asociaciones,
como la Asociación Española de Críticos de Arte, AECA/Spain, los que preparan o
ayudan al profesional crítico de arte para mejor conocer ciertas
especialidades, así como el mismo ejercicio de la función crítica, cuando el
crítico tiene la humildad necesaria para preguntar y aprender tanto del artista
como del galerista.
Los
críticos de arte hemos visto tradicionalmente dos orientaciones del género
crítico: la de los historiadores y la de los poetas; los primeros relacionan e
insertan la obra de arte de la que van a informar en un movimiento o estilo
referencial, mientras que los poetas se enfrentan de modo más emocional,
directo y literario ante la obra de arte. Lo ideal será conjugar ambos tipos de
conocimiento y escritura, para logra un buen análisis de la obra.
Historia del
Arte, Escritura y Ojo crítico
Hay
que conocer la obra de arte que arranca desde las cuevas de Altamira o de
Lascaux, de las pintaderas guanches, primitivos indios o australianos, en suma
desde el origen de la plasticidad humana hasta el arte contemporáneo de
nuestros días, que ha pasado entre otros por movimientos o estilos como el
griego, romano, románico, gótico, barroco, neoclásico, romántico, impresionismo,
expresionismo, moderno… por citar los más conocidos en occidente como
referencias históricas. ¿Dónde termina el arte moderno y empieza el
contemporáneo? La opinión y debate sigue abierto, pero hay cierta convención
general de que el arte moderno, el de las vanguardias históricas de los años 20
termina con las vanguardias radicales de los años 60, cuando comienzan a
desfilar el arte pop, land-art, abstracción geométrica, monocromos,
performance, instalaciones…
Para ciertos
estudiosos, el artista Willem De Kooning (Holanda, 1904–Estados Unidos de
América, 1997) crea la frontera definitiva del arte moderno con el arte
contemporáneo. A partir de él, se cierra un ciclo y se abre otro, el de la
contemporaneidad. La meca y el cetro del arte, que estuvieron en París durante el XIX y primera mitad del
XX, pasó a Nueva York, donde el comercio estaba boyante y el gran formato
de los expresionistas abstractos
americanos se imponía a partir de la segunda guerra mundial.
¿Hasta
cuando le seguiremos llamando arte contemporáneo al nacido a partir de la
citada década y buscaremos otro término que nos ayude a clasificar ese pasado
inmediato? No olvidemos que el arte es un cordón umbilical que viene desde
Altamira a nuestros días sin solución de continuidad. Como bien señalara el
arquitecto suizo Alberto Sartoris (1901-1998), que impartió numerosas conferencias sobre
arte en la España de los 60: “En el arte, a diferencia de la ciencia, no hay
evolución sino metamorfosis”. Nadie puede decir que Goya es superior a
Velázquez o viceversa; uno y otro han transmutado la materia en cima de la creación
artística. En cualquier momento un crítico de arte tendrá el acierto, como lo
tuvo el que calificó de impresionismo a la pintura plenairista del XIX
(comentario despectivo de Louis Leroy ante
el cuadro Impresión, sol naciente de
Claude Monet) o expresionismo a la deformación de la figura en el arte.
La
mayor parte de las veces, la crítica de arte se reserva para una vez a la
semana en suplementos específicos o programas especiales. A diferencia de la
década de los 60 y 70, la crítica de arte general se ha reducido mucho en los
periódicos, en lo que a galerías privadas de refiere y en su mayoría se dedica
a la información de las grandes exposiciones en instituciones públicas como museos
y fundaciones, dejando de lado lo que se ofrece como primicia informativa en
las galerías. Se ve en ello una relación paralela a la publicidad que reciben
esos mismos suplementos culturales. Se echa de menos la crítica de arte del menudeo
–llamémoslo así- que en las citadas décadas se hacia en periódicos
madrileños como ABC, Ya o Informaciones, en los que críticos como
Antonio María Campoy, Ramón Faraldo o José de Castro Arines llevaban a cabo en
un recorrido puntual de galerías de arte que alimentaba cierto coleccionismo.
Algo similar cabe decir de otros periódicos como La Vanguardia en Barcelona.
Castro
Arines se llamó a sí mismo “contador artístico” en el periódico Informaciones, un profesional que en los
años 50 supo llamar la atención primera sobre la importancia del escultor
Eduardo Chillida en una de las exposiciones que tuvieron lugar en la capital de
España. A eso se le llama sensibilidad y ojo
crítico para saber ver y mirar la obra artística que nace de un buen
creador, una suerte o un don del buen crítico, como la tiene el médico cuando
se dice de él que tiene “ojo clínico”.
Hay
críticos de arte que sólo hablan o escriben de artistas reconocidos o
consagrados, que no tocan el campo de los artistas emergentes, bien por deseo
de contagio de la fama o celebridad de quienes escriben o por miedo a no
acertar en el diagnóstico ante un
artista nuevo. El riesgo en la crítica de arte es importante, fundamental. Al
igual que decía el pintor Manuel Ortega y Pérez de Monforte: “Hay que
arriesgarse en cada cuadro, así unas veces se acierta y otras se falla. Lo que
no se puede es ir al lienzo con una fórmula sabida, porque entonces el artista
“fabricará” cuadros cada día más perfectos, pero cada vez más muertos. La
creatividad es un riesgo”.
Ciertamente
las artes visuales tienen más dificultad de emisión en la radio, pero hay
ejemplos verdaderamente sabios de un programa de información y crítica de arte
como la llevada a cabo con La Voz del
Experto, en Intereconomía, por el despacho de Peritos en Arte S.L. o el de
Josep Carles García y Marila titulado Con
otra Mirada, lo cual indica que hay espacio y mercado para la crítica de
arte en radio
Es lamentable que la televisión no dedique mayores espacios a la
información y crítica de arte, ya que es
el medio idóneo para hacerlo. Al igual que sucede con la critica literaria de
libros, los escasos programas que a ello se dedican son en franja de horarios
tardíos, en los que el número de espectadores, por fuerza de la vida laboral,
son más escasos.
La Edad de Oro, programa emitido en TVE
entre 1983 y 1985 por Paloma Chamorro fue de lo mejor que se ha hecho sobre
información y crítica de arte en la televisión en España. Coincidía con el
movimiento denominado la movida madrileña
y su presentadora conectaba muy
bien con aquel sabor de la época entre culto y frívolo al mismo tiempo.
El impacto de lo Nuevo presentado por el
crítico de arte australiano/norteamericano Robert Hughes (1938-2012), ha sido
en mi opinión uno de los programas documentales televisivos mejor hechos,
porque informaba y analizaba cronológicamente en cada uno de sus trece
capítulos, un aspecto del arte moderno y contemporáneo, materia siempre más
difícil de comprender que el arte clásico para los espectadores, siempre
rezagados ante lo nuevo. El Impacto de la
Nuevo puede verse hoy generosamente en la Web. TVE lo emitió para gozo de
espectadores interesados en el campo artístico.
Las
revistas especializadas en arte en España son hoy muy pocas, buena parte de
ellas desaparecieron con la crisis económica de 2008 aproximadamente. El Punto de las Artes, dirigido por el
periodista José Pérez Guerra fue todo un lujo de edición semanal durante años
en papel de periódico, pero desapareció con la malhadada crisis y pasó a
formato digital, al igual que Galería de
Arte/Anticuaria. Hoy contamos con Tendencias
en las Artes, Descubrir el Arte, Lápiz o
ARS Magazine, entre las más destacadas.
La
critica de arte está hoy muy asumida por los informativos especialidades, digitales,
sean revistas o blogs. Son el presente
continuo y el futuro. La Web nos permite consultar con comodidad en todo
momento una información o crítica de arte por su permanencia en ese soporte tan
delicuescente y fugaz en apariencia. Los ejemplos están ahí: Artes Hoy, Logopress, Hoy es Arte, Exit… La
misma AECA/Spain tiene su propio boletín de noticias sobre arte y artistas, así
como la Asociación Madrileña de Críticos de Arte, AMCA.
Galeristas y
Comisarios
También se sostiene hoy en día, con cierto criterio, que los primeros
críticos de arte son los galeristas y los comisarios de exposiciones –la
palabra curador en vez de comisario de arte va imponiéndose con acierto en
Hispanoamérica-, ya que son los primeros son los que eligen la obra de los
artistas en los talleres o estudios, para ofrecerla al mercado, mientras que
los segundos, los comisarios, serían los que, con las obras de arte de otros establecen
un discurso analítico o explicativo estructurado en una exposición. De hecho,
el trabajo de numerosos críticos de arte en los medios informativos se alterna
con el de organizar y firmar exposiciones. Una muestra pública de arte bien
argumentada, con materiales ajenos de los creadores plásticos, puede ser en sí también
una obra artístico/crítica bien hecha por presentada.
El
peligro de la crítica de arte junto a la tarea de comisario de exposiciones, es
la cercanía o el nepotismo, que se
puede establecer entre el crítico y las instituciones principalmente, también
con las galerías. Robert Hugues lo sabía y advertía. Él, que fue crítico de
arte de la revista Time, no comisarió
una sola exposición durante ese tiempo, para mejor salvaguardar la crítica de
arte.
Esto
pudo hacerlo porque su trabajo estaba lo suficientemente bien remunerado como para
tener esa independencia. Desgraciadamente en España y otros países, la crítica
de arte, en su mayoría hecha por colaboradores más que por profesionales de plantilla,
resulta más difícil de establecer las necesarias y convenientes
incompatibilidades entre crítico y comisario.
Catálogos y
libros
La
escritura sobre de arte en catálogos y libros es otra salida habitual de
trabajo para los informadores y críticos de arte. Un campo de encargo por
editorial, galería o artista, en el que igualmente se puede manifestar el
conocimiento y análisis sobre el arte del pasado o de nuestros días. De hecho
es el único trabajo que se puede cobrar directamente del artista, cuando el
encargo viene de aquel, bien sea para una presentación en catálogo o estudio de
su obra en un libro. El crítico de arte jamás podrá cobrar éticamente su
crítica al artista, puesto que ha de ser pagado por la editorial, periódico o
revista en que colabora, pero nunca por el aludido. Hacerlo supone la expulsión
del crítico de la asociación de críticos de arte o de periodistas a la que
pertenezca, puesto que no procede esta relación de intereses recíprocos. La
libertad del crítico ha de ser total para que sea adecuada y honesta.
Afirmaciones
de críticos de arte
Han sido notorios los escritores célebres o importantes que han hecho
crítica de arte y sus libros o escritos bien merecen una atención de los
interesados, desde el citado Robert Hugues a Octavio Paz, pasando por Gaya
Nuño, Camón Aznar, Alfonso Reyes, José Juan Tablada,
Javier Villaurrutia, Jorge Cuesta, Enrique de Azcoaga… por hablar sólo del
pasado reciente. En la actualidad hay críticos de arte en español, de buena
escritura periodística y literaria, si bien como se ha señalado, en los grandes
temas o exposiciones, más que en el puntual circuito artístico.
El
profesor Jesús Pindado ha discernido entre los rasgos literarios y
periodísticos en su tesis para el Ph.D. obtenido en la CUA de Washington DC
sobre textos híbridos entre ficción e información en la prensa. Prologado por
el doctor Everette E. Larson, jefe de la División Hispánica de la Biblioteca
del Congreso, buceó en abundantes caracterizaciones bibliográficas procedentes
académicamente tanto de literatura como de periodismo. Abordó el análisis de
textos publicados en las páginas de opinión de "El País" desde 1979
hasta 1988 por escritores latinoamericanos "geográfica y literariamente
representativos": Cristina Peri Rossi y Mario Benedetti (uruguayos),
Octavio Paz y Carlos Fuentes (mexicanos), Gabriel García Márquez (colombiano) y
Mario Vargas Llosa (peruano). Justamente ha examinado el "género de opinión"
en la prensa a la luz de bien prestigiados conceptos de literaturidad y narratológicos enfrentándolos a los planteamientos
teóricos de numerosos autores sobre el discurso y la redacción
periodística.
Pindado
determina las siguientes conclusiones:
el ensayismo no debe concebirse con rigidez en su práctica textual al rastrear
su constitución enunciativa y su énfasis informativo-didáctica; el predominio
elocutivo expositivo de textos editorializantes y articulísticos con
interrelación periodístico-literaria obedece a una ordenación preferente
de "proximidad" o de vigencia temática y con estructuración de
mensajes de prioridad informativo-comunicativa; la reducción de carga literaria
responde al servicio de mensajes de puntuales estrategias persuasivas; la
cancelación de entidades ficcionalizantes y de correferencialidad destaca la
diferencia de la verosimilitud y la retórica literaria; la jerarquización de
los datos y la sujeción a exigencias periodísticas se produce con una
disposición cronológica y una contextualización sin operaciones
transformadoras; y generalmente se observa una especial atención a la relación
pragmática entre codificador-descodificador.
La
"versión periodística" de estos escritores puede verse, en su
criterio, como un elemento muy diferenciado de su más amplia tarea creativa y
ante un destinatario más concreto en los medios con un tipo de discurso más
determinado y con textos de menor densidad mítica, insertos a través de
las marcas paralingüísticas de la prensa sin disfraces narratoriales y con la
cara descubierta e implicación moral y social de los autores.
Aunque
el editorializante sea el ámbito más flexible de la prensa, los escritores
responden a la normativa de la trama fáctica aún con sus textos híbridos y a
las exigencias de locutores sociales pese a la cuidadosa aplicación de técnicas
narrativas y con valores entrecruzados.
Según
lo anterior, y descansando en la tradición y la práctica habitual, aún dentro
de la libertad y de las diferencias de estilos personales, la opinión de
Pindado es que las críticas especializadas, por servir al puntual objeto de su
análisis y por hacerlo en un soporte periodístico bajo ciertas condiciones de
maquetación, es un subgénero específico de opinión. Un subgénero específico
condicionado por el tipo de audiencia y, entre otras cosas, por los requisitos
divulgativos y de esclarecimiento inherentes a su propósito.
Por otra parte, Iván de la Torre, Bernardo Palomo, Salvador Haro, Juan
Francisco Rueda, Sema D’Acosta o Rafael Porras participaron en jornadas sobre La crítica de arte como salida
laboral en tiempos de crisis en el Centro de Arte Contemporáneo de
Málaga, CAC, en diciembre de 2012. Sema D´Acosta impartió, por su parte un curso sobre la crítica de
arte en la Fundación FiArt de Madrid en 2015, cuyas conclusiones esquemáticas
podrían resumirse en estos conceptos y consejos para el profesional:
Conceptos claves: Lo mas difícil es concretar el texto, hay que hacerlo en el primer párrafo, unos mil caracteres; revisar el texto en pdf; todas las citas deben estar bien escritas y hay que huir de la forma coloquial me gusta/ no me gusta, que divertido/ nada divertido. Para escribir, siempre hay que tener dos paginas web abiertas: una, la página de la RAE y la segunda "sinónimos y antónimos". Todo lo que se escribe consta en acta. En la critica siempre hay que procurar ser positivo. Reflexionar: ¿Quién lo ha hecho? ¿Es alguien con peso? ¿Por qué será?.
Consejos: Ver las máximas exposiciones, leer mucho, viajar más aún. Escuchar con atención, escuchar es una manera maravillosa de aprender. Escribir para los demás, para que se entienda, no para que sepan lo que sé o lo que he leído. Que sea el lector quien concluya, no tú quien imponga. Observar y absorber. Escribir con sencillez, para un público medio, un lector con inquietudes culturales. Construir párrafos equilibrados (aproximadamente 1000 caracteres). Escribir en tercera persona, nunca en primera, como mucho "nosotros". Ritmo: Es clave fundamental en el texto, como una composición musical. Adjetivar: Hay que tener cuidado, frases cortas. Esculpir y pulir el texto final. Es mas importante saber quitar que poner. Repasar lo hecho 100 veces. - Dejar reposar el texto antes de enviarlo. ¡Recuerda! Ser periodista antes que filósofo. El lector lo agradecerá. Si no tienes las cosas claras, acude al artista. La entrevista como materia prima.
Dicho todo esto, recordemos la conocida afirmación de un escritor que
ejerció como crítico, Charles Baudelaire: La crítica de arte tiene que ser parcial, apasionada y política.
Francisco Umbral la repetiría más de una vez en sus columnas periodísticas: “la
crítica tiene que ser subjetivamente injusta”, decía.
1 comentario:
Pocos pintores de esta época han innovado y salieron de su zona de confort para crear nuevas obras de arte como lo viene haciendo de Gabino Amaya Cacho con el Puntillismo Abstracto, una técnica original y moderna que está dando de qué hablar.
La gran trayectoria del artista español no se queda solo ahí, porque pintó obras de arte relevantes como: Las tres gracias, Concierto para Venus, El Morralero, Niñas jugando en el árbol, La Primavera, La Tempestad, El sueño de Jacob, La Fábula del Perro y el Hueso. Las Edades de baco, Leda y el Cisne, Icaro y Dedalo.
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