Julia Sáez-Angulo
08.03.14 .- MADRID .- La artista Pilar Sagarra expone sus últimos trabajos
artísticos en la galería Eka & Moor de Madrid. La muestra permanecerá
abierta hasta el 12 de marzo de 2014. Pilar Sagarra (Zaragoza, 1947) reside en Madrid.
El
punto de partida de la pintura de Pilar Sagarra ha sido el color como esencia
del gesto en el acto de pintar. Un color bravo y audaz, no por ello exento de
armonías en la obra plástica. Así se ha podido seguir en su trayectoria
profesional jalonada en sus últimas series artísticas rotundas como Sensaciones, Deseos del alma, Espacios
enigmáticos, Alegría de vivir, Presencias & Percepciones…
El
óleo fue el pigmento clave en la primera etapa pictórica de la autora, pero
paulatinamente sus obras se han ido enriqueciendo en sus investigaciones
plásticas con distintos soportes, materiales y pigmentos, que a todas luces han
dotado a su trabajo de una plasticidad y belleza renovadas, de interés mayor.
El
mismo color de la pintura de Sagarra se ha dinamizado con la presencia de
nuevos elementos llegados con las técnicas aditivas, los acentos
fosforescentes, el collage, el plexiglás, los grabados calcográficos, textiles,
impresiones digitales… Y todo ello con una relevancia del soporte, que sin
renunciar al lienzo, se hace especialmente presente en el metacrilato.
La
obra gráfica es otro capítulo importante del trabajo artístico de la pintora. El
papel oriental, hecho a mano y estampado con aguatintas y aguafuertes… de no
muy largas tiradas, es intervenido por Sagarra
con gofrados, recortes de otros grabados o collages para lograr una textura
rica y una presencia más rotunda.
(Junto a los grabados, las impresiones digitales que
la autora lleva a cabo a partir de sus propios cuadros, obras únicas, que a su
vez son intervenidos con pigmentos para evitar una serificación monocorde.)
Las palabras y el letrismo se han introducido en
algunos de sus cuadros y lanzan mensajes lúdicos o irónicos al espectador de la
pintura: “Vuelta a los cuentos de hadas”, “La vida es sueño”, “Divino tesoro”,
“Fiesta para los sentidos”… La pintora quiere entablar un curioso diálogo entre
el lenguaje plástico y el verbal que se introduce en los cuadros. Un guiño juguetón
que dinamiza la interpretación del cuadro.
También
se añaden objetos diminutos, casi juguetes sobre los lienzos de la pintura,
sobre todo mariposas endurecidas de alegre cromatismo o algún nano juguete,
como un avión que reposa sobre la obra.
Paisajes naturales, urbanos, interiores y bodegones
En cuanto
a los temas abordados, la artista no tiene límites: desde los interiores
silenciosos, transparentes al jardín, a la naturaleza, poéticos, con ciertos ecos de Bonnard, a las
recientes tauromaquias, pasando por paisajes naturales o urbanos de cromatismo
pop, subrayados por líneas dibujísticas y barridos de driping o ligero goteo automático.
El
último pistoletazo de Pilar Sagarra han sido los muebles: mesas, sillas,
biombos… en su mayoría de metacrilato,
todos ellos intervenidos con el lenguaje plástico de la autora, un lenguaje que
conlleva el color vibrante y fosforescente, el ritmo de líneas que esboza las
formas y apunta los temas, para fraguar la mirada singular de quien crea el
arte y confrontarla con la del espectador.
La
pintura detrás del soporte transparente, el metacrilato, es un logro mágico,
que requiere una maestría singular, para plasmar con acierto los primeros planos
y seguir hacia atrás hasta llegar a los fondos, en algunos casos el propio
lienzo crudo que permite colgar la obra sin deteriorar el metacrilato. La
transparencia del material permite establecer el ansiado espacio intermedio, que disocia en apariencia el soporte y el
pigmento, para hacer visible el aire entre ambos.
Conceptualmente,
Sagarra reparte su intención y visiones en los distintos trasuntos que aborda:
Hay una mirada muy simbólica en los bodegones e interiores, estos últimos parecen reflejar el eco de una
estancia evocadora, de ausencias recientes. Hay en estos cuadros un reflejo de
la introversión de la autora, para mostrar sin querer decir. Los objetos y los
lugares interiores hablan de un mundo propio no exento de silencios,
introversión y tensiones calladas.
Los paisajes naturales, por
el contrario, parecen llevarnos a la calma, el descanso y la paz, que sólo la
naturaleza es capaz de inspirar a la pintora; no ocurre lo mismo con los
paisajes urbanos en los que el ritmo, la velocidad y la vorágine de la urbe –principalmente
Madrid, por ser la ciudad de la pintora- se hace presente en los trazos de las
líneas y ritmos del color que llevan a una precepción pop de su pintura.
El
arte es mirada inteligente y emocional, destreza plástica y creación de
conceptos. A la vista de lo realizado por Pilar Sagarra, cabe afirmar que ella es
una artista pluridimensional, que sabe, como dijera Leonardo Da Vinci, que la
belleza pertenece a la vida, pero se hace inmortal en el arte.