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Julia Sáez-Angulo
03/11/18 .- MADRID .- Desde muy
pronto colaboro con su obra pictórica en las actividades artísticas y
solidarias del Grupo pro Arte y Cultura. Ha viajado como la primera a los
distintos países en que se han hecho colecciones y museos del PAC. Yo la
recuerdo en Salta. Argentina, acompañada de su marido, fiel compañero de viaje
por todo el mundo, en sus numerosos recorridos por el planeta como viajeros
observadores o como turistas de ocio y diversión. También está su obra en Gmünd
(Austria). El arte, las galerías y los museos están siempre en su agenda. La
maternidad de siete hijos, bien compartida y atendida, no le impedía pintar, que es su pulsión y
vocación por encima de casi todo en su vida.
Como no podía ser menos, Pilar
Sagarra y Moor (Zaragoza, 1947), residente en una amplia casa unifamiliar de
Madrid, acabó siendo empresaria y abrió una galería en Madrid, en tiempos en
que hacerlo es una heroicidad. La galería se llama Eka & Moor Art Gallery en colaboración con Vicente Heca, en la
madrileña calle de Bretón de los Herreros. Ahora expone periódicamente en su
espacio., donde lo hacen también numerosos artistas extranjeros con los que
mantiene intercambio. La pintora es brava con el color y su cromatismo
encendido le hace levantar paisajes urbanos como el de la plaza de Cibeles, la
calle Alcalá o la Gran Vía, una suerte de fauvismo
que deja al espectador colgado del cuadro. Su recorrido artístico es largo,
por eso figura en las subastas con cifras de valoración de su obra.
Sus últimas
series artísticas son rotundas y tienen como denominación: Sensaciones,
Deseos del alma, Espacios enigmáticos, Alegría de vivir, Presencias &
Percepciones… La pintora trabaja
la acuarela, el óleo, el acrílico… sobre papel, lienzo, tabla… y recientemente el paso al metacrilato,
donde el color de su pintura vuelve a brillar con más énfasis El
óleo fue el pigmento clave en la primera etapa pictórica de la autora, pero paulatinamente
sus obras se han ido enriqueciendo con sus investigaciones plásticas en distintos
soportes, materiales y pigmentos, que a todas luces han dotado a su trabajo de
una plasticidad y belleza renovadas. Ella sabe, como dijera Leonardo, que la
belleza pertenece a la vida, pero se hace inmortal en el arte.
El mismo color de la pintura de Sagarra se ha dinamizado con la presencia de nuevos elementos llegados con técnicas aditivas, acentos fosforescentes, collage, plexiglás, grabados calcográficos, textiles, impresiones digitales… Y todo ello con una relevancia del soporte, que sin renunciar al lienzo, se hace especialmente presente en el metacrilato.
La
obra gráfica, otro capítulo importante del trabajo artístico de la pintora. El
papel oriental, hecho a mano y estampado con aguatintas y aguafuertes… de no
muy largas tiradas, es intervenido por Pilar Sagarra con gofrados,
recortes de otros grabados o collages para lograr una textura rica y una
presencia más rotunda y misreriosa. Junto a los grabados, las impresiones
digitales que la autora lleva a cabo a partir de sus propios cuadros, obras
únicas, que a su vez son intervenidos con pigmentos para evitar una sensción
monocorde.
Las palabras y las letras se han
introducido en algunos de sus cuadros y lanzan mensajes lúdicos o irónicos al
espectador de la pintura: “Vuelta a los cuentos de hadas”, “La vida es sueño”,
“Divino tesoro”, “Fiesta para los sentidos”… La pintora quiere entablar un
curioso diálogo entre el lenguaje plástico y el verbal que se introduce en los
cuadros. Un guiño juguetón que dinamiza la interpretación del cuadro. También
se añaden objetos diminutos sobre los lienzos de la pintura, sobre todo
mariposas endurecidas de alegre cromatismo o algún nano juguete, como un avión
que reposa sobre la obra
Interiores silenciosos y jardines poéticos
Los temas abordados por la artista
no tienen límites: desde los interiores silenciosos, jardines transparentes,
naturaleza enmarañada, lugares poéticos… hasta las recientes tauromaquias,
pasando por paisajes naturales o urbanos de cromatismo pop, subrayados por
líneas del dibujo y barridos de driping o ligero goteo
automático.
Pilar
Sagarra en su etapa más reciente ha abordado muebles: mesas, sillas,
biombos… en su mayoría de metacrilato, todos ellos intervenidos con
el lenguaje plástico de la autora, un lenguaje que conlleva el color vibrante y
fosforescente, un ritmo de líneas que esboza formas, para fraguar la mirada
singular de quien crea el arte y lo confrontar con el espectador.
La
pintura aplicada por detrás del soporte transparente, el metacrilato, es un
logro mágico, que requiere una maestría singular, para plasmar con acierto los
primeros planos y seguir hacia atrás hasta llegar a los fondos, en algunos
casos el propio lienzo crudo que permite colgar la obra sin deteriorar el
metacrilato. La transparencia del material permite establecer el ansiado espacio
intermedio, que disocia en apariencia el soporte y el pigmento, para
hacer visible el aire entre ambos.
Conceptualmente,
Sagarra reparte su intención y visiones en los distintos trasuntos que aborda:
Hay una mirada muy simbólica en los bodegones e interiores, estos
últimos parecen reflejar el eco de una estancia evocadora, de ausencias
recientes. Hay en estos cuadros un reflejo de la introversión de la autora,
para mostrar sin querer decir. Los objetos y los lugares interiores hablan de
un mundo propio no exento de silencios, reflexión o tensiones calladas.
Los paisajes naturales, por el contrario, parecen llevarnos a la
calma, el descanso y la paz, que sólo la naturaleza es capaz de inspirar a la
pintora; no ocurre lo mismo con los paisajes urbanos en los que el ritmo, la
velocidad y la vorágine de la urbe –principalmente Madrid, por ser la ciudad de
la pintora- se hace presente en los trazos de las líneas y ritmos del color que
llevan a una percepción pop de su pintura. El arte de Pilar Sagarra es mirada
inteligente y emocional, destreza plástica y creación de conceptos.
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Pintura de Pilar Sagarra
Pintura de Pilar Sagarra