por Julia Sáez-Angulo
La
Constitución Española del 78 reconoce el derecho de huelga de los trabajadores
españoles en el artículo 28.2, pero este derecho está a la espera de su
desarrollo en una Ley Orgánica, entre tanto un Decreto-Ley de 1977 que no
cumple expectativas para todos. Pues bien, han pasado cuarenta años y ningún
Gobierno de los distintos partidos que han pasado por España ha afrontado esa
ley orgánica. En este campo parece regir la pregunta: ¿quién le pone el
cascabel al gato?
Estando
las cosas como están, hemos padecido huelgas terribles de controladores aéreos,
estibadores… y ahora personal de aeropuertos… sectores clave, respecto a otros
más llevaderos por la ciudadanía.
“Se
reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para a defensa de sus
intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las
garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales
de la comunidad”, dice el artículo 28. Los ciudadanos han padecido verdaderos
abusos por la prepotencia de sindicatos o trabajadores, con acentos de mafia,
en algunos sectores vitales y/o la inacción de derecho y de facto de quienes
tienen la responsabilidad política.
¿Dónde
está esa Ley Orgánica que regule la huelga en España? ¿Quién le pone el
cascabel al gato? Tenemos una partitocracia que se rige por el principio de
“¿qué opina el de enfrente para oponerme? No saben pactar y así lo han
demostrado. Solo se ocupan de la tarea de desgaste del oponente, para ocupar el
sillón político correspondiente, alcanzar los sueldos que conlleva y tener el
futuro asegurado de pensiones. Desde los cachorros a los seniors. La política como gran empleo del personal del partido.
Hace
falta un pacto nacional, como con el agua, aunque sean los peores momentos para
hacerlo. Con políticos cortoplacistas, ¿qué se puede esperar? Son busca-votos,
huidizos de conflictos y dificultades. No valen para gerentes de la res pública que han de tomar decisiones.