Extraído del libro de PILAR URBANO, “EL ALZAMIENTO” Ed, Planeta, Abril 2023, 1ª edición Crónica de la manipulación del pueblo catalán por sus dirigentes y la masonería internacional. Apartado 10, del capítulo 4, titulado “Soros acampa en Cataluña”
L.M.A.
15.06.2023.- En 2012 — el juez Llanera no lo estableció caprichosamente como kilómetro 0 del procés catalán — George Soros pasa por Barcelona y da una conferencia sobre las «sociedades abiertas». Su tema. Su buque insignia. Open Society Fundation. Explica las ventajas de organizar la aldea global de Occidente.
En concreto Europa — con menos Gobiernos, menos fronteras, menos controles burocráticos sobre el gasto público, los impuestos, el derecho privado a invertir o desinvertir, enriquecerse o arruinarse: hacer del bloque europeo un puzle más amplio y diverso — ¿Por qué solo veintisiete? —, comercialmente y políticamente menos compacto.
En su disertación, Soros omite decir que, por esta misma razón, esa nueva Europa de sociedades abiertas, sería más frágil y manejable por los tres o cuatro Estados fuertes que permanecerían como regidores y controladores del gran resto de regiones o de naciones fraccionadas, sin Estado.
Ese era el diseño del NOM, Nuevo Orden Mundial, globalista, atlantista, es decir, militarmente Otánico. En aquel momento, cuando Soros diserta en Barcelona, no es una quimera, sino un proyecto que lleva más de dos décadas en estudio y ha dado sus sigilosos pasos previos: el NOM, «la Operación», para los que están en el guiso., Con un eje económico de oligopolios privados y otro eje político anglo-estadounidense.
En el eje del capital privado, bancos sólidos, como Rockefeller, Rothschild, Goldman Sachs; el Chatham House de Londres, el German Marshall Fund, Lehman Brothers (que quebró en septiembre 2018 y abandonó el proyecto), y fortunas personales billonarias o milmillonarias, como las de .Bill Gates, Zuckerberg, Warren Buffett, Oprah Winfrey, Eli Broad, Michel Bloomberg, Jeff Bezos, Ted Turner y el propio George Soros.
En el eje político, el visto, bueno — en ocasiones contante y sonante, aunque expedido por discretas vías indirectas — del Departamento de, Estado de Estados Unidos, el Cuartel General de la OTAN, el Foreign Office británico, el Consejo de Europa, incluso el Banco Mundial.
Soros ha sembrado el mensaje. Jordi Vaquer, su hombre en Cataluña, le presenta a ciertos personajes interesantes, que le suministran Información útil. Intercambia tarjetas de visita. Toma su jet privado y se evapora.
Pocas semanas después, en nombre de Artur Mas, Quico viaja a Londres y formaliza un contrato entre la Generalitat y el grupo angloamericano de asesoramiento: diplomático Independent Diplomat; lobby de Soros, dirigido por el diplomático Carne Ross, un convencido por su experiencia de que «la ONU no sirve para nada» —quizá tenga razón— y de que «sin violencia no hay independencia». Una filosofía peligrosa, tratándose del experto que ha de asesorar en su afán de ruptura a los «pacíficos cívicos y festivos» catalanes.
Ni Mas ni. Quico Homs, como ventrílocuo de su jefe, ocultan su deseo de independencia No contratan el lobby para atraer capitales, o promocionar productos catalanes, o estimular el turismo, sino para publicitar la marca «República Catalana» y ganar en Europa y en Estados Unidos...
Un bombón en bandeja para el millonario húngaro, que hará el paripé de cobrar a la Generalitat unas cantidades mínimas por los servicios prestados: contratos con pagos mensuales cuya totalidad, entre 2013 y 2015, ascendió a 1,6 millones de euros. El chocolate del loro, ya que al mismo tiempo el magnate húngaro invirtió, como un Papá Noel de bolsillos inagotables, cientos de millones de dólares en sus más de cuatrocientas instalaciones con que acampó por toda Cataluña, potenciando desde dentro la revolución independentista. (Un botón de muestra: Georges Soros invertía entonces mil millones de dólares anuales en 950 organizaciones gubernamentales, sin ánimo de lucro ni finalidad conocida, distribuidas por diferentes países)
Mas creyó haber contratado los servicios de Independent Diplornat de Soros, pero en realidad le había entregado al magnate húngaro un salvoconducto operativo con el que extendió su capacidad de agitación por toda Cataluña.
En muy pocos meses, Soros estableció en las cuatro provincias catalanas sus cuarteles generales: inmuebles, sedes sociales, think-tank, ONG, flujo de millones de euros y dólares, para para pagar movimientos de masas, estipendios a juristas elaboradores de una, dos y tres constituciones para la futura República de Cataluña, y generosos sueldos para los magistrados que redactaron el Libro blanco — con sus dieciocho subtomos —, donaciones a periódicos, televisiones digitales y otros mass media que informasen en la debida b de onda…
Viajes por Europa y Estados Unidos del personal de Diplocat, reuniones y ágapes con senadores y congresistas estadounidenses; cajas de resistencia desde donde abonar a los abogados, p dores, depósitos y fianzas para los distintos juicios en el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, la estancia de Puigdemont y su cohorte de escoltas y guardaespaldas privados en Waterloo; el mantenimiento de la Casa de Waterloo; la pléyade de abogados penalistas y bufetes de media Europa, coordinados por Gonzalo Boye para neutralizar las ordenes de extradición de los sediciosos fugados…
Ciertamente hubo pequeños empresarios afines al independentismo que hicieron aportaciones personales, pero de poca cuantía. La lluvia millonaria caía de la Open Society Fundation de Soros y su maraña de entes.
Todo como donación benéfica… y libre de impuestos. Pero Soros no se había lanzado sin red. Estaba en Cataluña desde 2006. Y no como un turista, sino asociado a Gala Capital, un fondo de capital riesgo para inversores de elite, y en un momento «sensible» de despegue y crecimiento. Ese mismo año había adquirido el 6% de Acciona Eólica Cesa, el 100% de Coronal Tapiocca, el 9% de La Sexta TV, y el 100% de Page Ibérica, ampliando capital en cien millones de euros
También sumaba el hecho de que entre los socios figurase algunos potentes empresarios españoles:
Manuel Jove, que controlaba el 20% del capital a través de Inversiones Frieira. Otro 20% pertenecía al presidente de Ferrovial, Rafael, del Pino; 20% a Alicia Koplowitz, de origen húngaro como Soros. Con un 10% participaba El Averjal, de la familia de Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. El fondo de pensiones de los empleados de Telefónica tenía también el 10% y la sociedad Blue Inversiones, controlada por Youssef Jammal Ahboud, el restante 10%.
Y a esa pléyade de ricos se unió George Soros. Comenzaba 2007 y Gala Capital adquirió, en una operación conjunta con la firma estadounidense TowerBrook Capital, de Soros, el 25 % de la empresa de artículos de lujo Jimmy Choo.
Soros, explorado en escáner, requeriría un libro, o diez… «de historias para no dormir» Un dibujante rápido daría de él la estampa de un hombre entrado en años, bajo, ancho de espaldas, rostro tosco, se diría que tallado a navajazos, de expresión enigmática por la acumulación de arrugas y repliegues. Su boca y sus ojos, como tres cuchilladas, impedían ver si sonreía o si aquel rictus era un gesto de desdén.
Se le podría definir como la imagen del caos, experto en agitar y promover sediciones, maniobrero de sus famosas «revoluciones de color», que en realidad eran desguaces de Estados nación, el titererismo de derrotar a unos gobernantes para sustituirlos por otros. El adjetivo, ideal sería «rompepatrias». En su descargo cumple decir que, en sus turbias actividades, Soros servía a unas estrategias programadas por otros muy por encima de él.
Escurridizo y astuto, se movía como un pez en las aguas sin ley… Un multimillonario con tentáculos de largo alcance. Dueño de una compleja red de fundaciones, sedes aparentemente inocuas, camufladas como organizaciones no gubernamentales de cultura y beneficencias, incluso: de caridad, think tanks de pensamiento, fondos de inversión, también fondos buitre como el Quantum Fund…
Y una potente agenda de contactos, llaves maestras que le abrían puertas no solo en palacios y tugurios, también en los despachos y reservados de los poderosos invisibles, de cuyas decisiones dependen las agendas inmediatas del mundo: Bilderberg, Davo, Mesa de los 300, Club de Roma, Council on Foreign Relations …
Especulador olfativo y audaz, apostaba a la brava y creaba expectación, En 1992, cuando casi se tocaba la unificación de las dos Alemanias tras la caída del muro de Berlín, Soros puso de rodillas al Banco de Inglaterra en una operación a todo riesgo, Compró a la baja una desorbitada cantidad de libras, Esperó un año. Cuando todo el mundo quería adquirir marcos alemanes, Inglaterra se encontró con que no tenía reserva de libras, Soros vendió alza todas las acciones que tenía acumuladas, Y en un solo día ganó mil millones de libras esterlinas. Por esa y otras exitosas inversiones sorpresa, tenía la aureola casi mítica del «tahúr de la Bolsa».
Donde otros no veían nada, él, ojos de lince, vislumbraba un punto débil, una grieta, en una empresa o en un país a punto de la quiebra. Traducía rápido: oportunidad. Y se lanzaba como un tiburón. Puede parecer el selfie-instant despiadado de un hombre amoral Sin embargo, él mismo se ha retratado así.
Como a fin de cuentas internet es «eternet», existe un vídeo de una amplia entrevista a Soros, realizada en 1998, en la que .declara: «Sí, se me ha criticado mucho...Yo soy una persona que, en un momento dado, emprendo actividades amorales, el resto del tiempo intento ser moral... Pero no, no puedo, no miro las consecuencias sociales de lo que hago» ( Dreuz Info, 2018 , íntegramente visible en Google o en YouTube)
Son inevitables unas preguntas: ¿por qué Cataluña?, ¿por qué Soros?, ¿hay alguien más?, ¿alguien más multimillonario, más poderoso o con más galones, por encima de Soros?