viernes, 10 de junio de 2016

Daniel Hernández Chambers, Mónica Rodríguez, Isabel Hojas y Catalina González Villar, Premios Edelvives 1916



H. Chambers y la editora Violante de Edelvives



 L.M.A.

      Han sido entregado los premios Edelvives 2016 en el transcurso de una fiesta en Madrid, que han correspondido a Daniel Hernández Chambers, Mónica Rodríguez, Isabel Hojas y Catalina González Villar.


XXVII PREMIO ALA DELTA: EL SECRETO DE ENOLA

Texto: Daniel Hernández Chambers
Ilustraciones: David de las Heras
A partir de 10 años; Páginas: 144

            El año de la caída del Muro de Berlín, Ralph lleva una vida de adolescente típico en un pueblo inglés. Su mejor amiga es Margaret, de quien está enamorado, y sufre el acoso de un chico mayor, Philip. Un día, mientras limpia la chimenea de Enola, su vecina, descubre el esqueleto de una paloma que tiene un mensaje atado a sus patas.

Junto a Margaret , decide descifrar el mensaje secreto. Poco a poco descubren el pasado de Enola, marcado por una historia de amor frustrada y unmensaje secreto que nunca recibió y cambió su vida para siempre. Ralph yMargaret se enteran así del papel que cumplieron las palomas mensajeras en la Segunda Guerra Mundial, y de paso ayudar a Enola a cerrar la historia.

Daniel Hernández Chambers nació en Santa Cruz de Tenerife pero vive en Alicante , con su mujer y sus dos hijos. Estudió Filología Inglesa y ha trabajado en diversos oficios. Le gusta escribir obras realistas y de fantasía. Publicó su primera novela en 2006, y desde entonces ha seguido escribiendo obras con las que ha ganado algunos importantes premios literarios, como el de literatura juvenil de la editorial Everest. En Edelvives ha publicado Las aventuras de Alonso y Sancho y Yo me iré contigo.

El ilustrador David de las Heras es un ilustrador vasco que vive en Madrid. Realizó sus estudios artísticos en la Universidad del País Vasco, especializándose en pintura. Su obra ha sido expuesta en diferentes países europeos, en muestras tanto individuales como colectivas. Ha ilustrado portadas para diferentes revistas y libros

XVI PREMIO ALANDAR . LA PARTITURA

Mónica Rodríguez
A partir de 12 años
Páginas: 22; PVP: 9,90 €

            Marta cuenta a su pareja, diez años después, un secreto que le ha mantenido oculto: la extraña y fascinante vida de un anciano que conoció en la residencia donde trabajaba, Daniel Faura Oygon. El hombre, que ha perdido buena parte de su memoria, era un músico y pianista excepcional con el que poco a poco estrecha su relación, hasta tal punto que el anciano llega a confundirla con una mujer misteriosa, Sayá. Al morir, Marta encuentra su diario, una carta y una partitura de una sonata dedicada a esta mujer. En el diario, Daniel cuenta su vida desde su infancia hasta su vejez: una vida atípica, a caballo entre Madrid, Rusia y Mongolia, pasando por Viena y acabando en Mallorca; una historia de amor entre él y su alumna, de procedencia mongola, Sayá (28 años más joven), a la que trata de transmitir su obssión por la música y el piano, y su afán perfeccionista. Marta, casi 40 años después, se encuentra con Sayá, y termina de reconstruir la historia del viejo Daniel, y la relación que mantuvieron el hombre y la joven, tormentosa y difícil.

Datos biográficos

            Mónica Rodríguez nació en Oviedo. Estudió Ciencias Físicas e hizo un máster en Energía Nuclear. Trabajó varios años en un centro de investigación hasta que en 2009 pidió una excedencia para escribir. Poco después, y ya dedicada en exclusiva a la literatura, ha publicad cerca de treinta libros para niños y jóvenes, algunos de ellos reconocidos con destacados galardones, como el Premio de Literatura Infantil Ciudad de Málaga (2010), el Premio Ala Delta (2011), por la novela Diente de León , el Premio Leer es Vivir (2013), o más recientemente, el Premio Anaya (2016). En Edelvives también ha publicado La sombra del membrillero, El tren de Vilso, El naranjo quese murió de tristeza, Esta, la vida y Trumpet

V PREMIO INTERNACIONAL ÁLBUM ILUSTRADO

El proyecto.

Isabel Hojas (ilustraciones) y Catalina González Villar (textos) resultaron ganadoras de esta edición con su proyecto Una vajilla impar. Una vajilla impar cuenta la historia de una familia a lo largo de una serie de años. A través del recuento de las piezas de su vajilla, cuyos elementos que se van rompiendo, extraviando o se utilizan para otros fines, se muestran las pérdidas, los hallazgos y los cambios que se producen a lo largo de la vida.

Las autoras

Isabel Hojas (Santiago de Chile) Estudió Artes Visuales en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se especializó en grabado. Como ilustradora, ha trabajado en variados proyectos, pero es en la ilustración literaria en donde ha desarrollado la mayor parte de su trabajo. Desde niña, la lectura y la creación de imágenes ha sido fuente de interés y alegría: los libros ilustrados reúnen felizmente esos gustos.


Catalina González (Alicante, 1976), es autora, entre otros, de El secreto del huevo azul, Premio Barco de Vapor 2012, La Invasión Marciana o Miss Taqui, Premio Invenciones de Narrativa Infantil y Juvenil 2011 (México). Antes de dedicarse por completo a la escritura estudió Antropología Social y Cultural en la Universidad de Barcelona y trabajó como librera enesta ciudad y en Madrid. Actualmente reside en Salamanca.


Jean-Pierre Filiu: “Mirar a Siria y no hacer nada es un crimen”

                



L.M.A.

“Frente al cliché de la violencia que nos trasladan los medios de comunicación, en el mundo árabe hay muchos gandhis”,afirmó esta tarde Jean-Pierre Filiu, en el coloquio que mantuvo con Karim Hauser Askalani, responsable de Gobernanza de la Casa Árabe, a propósito de su libro La primavera de los árabes, recientemente publicado por Norma Editorial. Jean-Pierre Filiu ha vertido en esta novela gráfica el conocimiento sobre el Islam contemporáneo adquirido a lo largo de su trayectoria como diplomático, historiador y periodista ocasional: “Quería encarnar las historias que ocultan las cifras, dar una identidad a las víctimas, a los árabes que han emprendido una lucha de liberación contra unos regímenes dictatoriales que se comportan como verdaderos ejércitos de ocupación”. Filiu recordó que, en septiembre de 2011, eran 3.000 los muertos en Siria: “Entonces nos parecía una cifra enorme. A día de hoy, cuando han transcurrido cinco años, se estima que los muertos pueden superar los 300.000”.

El historiador francés denuncia la inoperancia de la comunidad internacional: “Hay una población sitiada que está sufriendo hambre. Mirar y no hacer nada es un crimen”. Y es especialmente contundente al juzgar el papel de Naciones Unidas: “La ONU, incluida Rusia, ha votado varias resoluciones aprobando el envío de ayuda humanitaria. Sin embargo, los primeros camiones de ayuda humanitaria destinados a Daraya transportaban champú y ni una miga de pan. Escribí entonces un artículo diciendo que los hambrientos podían comer champú. Se desató un escándalo”.

En opinión de Jean-Pierre Filiu, la clave para entender la “primavera de los árabes” se encuentra en el hecho de que son movimientos revolucionarios que “no se inician quemando la bandera de EE.UU., sino retomando y enarbolando las banderas nacionales que han sido traicionadas por sus gobiernos”. “Que estos pueblos estén asumiendo la responsabilidad de su propio destino”, insiste, “no puede significar que hayan de ser abandonados frente a la barbarie”.

La literatura que se escribe en los huecos de la Historia
Una de romanos fue el título del coloquio que, convocado por la Comunidad de Madrid, ha reunido en la Feria del Libro al escritor Santiago Posteguillo y al periodista Nacho Ares. Posteguillo confesó sentirse un escritor dentro de la tradición: “La novela histórica española ocupa el lugar que la divulgación histórica ha venido desempeñando en el mundo anglosajón. Escribo en la estela de José Calvo Poyato, José Luis Corral o Juan Eslava Galán”. El escritor reconoció como un reto dotar de vida al esqueleto del relato “que está a un clic en Google”. Y añadió: “Conocemos la estrategia de las grandes batallas, pero no las conversaciones privadas. El escritor debe plantear hipótesis probables en los vacíos históricos sin que se noten las costuras”. Posteguillo, quien se manifestó a favor de los festivales de recreación histórica como una forma más de divulgación, “porque te dejan tocar la historia”, se lamentó del ataque a los estudios de Humanidades: “¿Querrán acaso que no pensemos?”. 

Javier Rodríguez Marcos: “Dentro de cada molino puede haber un gigante; dentro de cada buen libro, herramientas para desenmascararlos”
Javier Rodríguez Marcos, quien dedicó su intervención ante el Micro de la Feria a “Vicente Patón, un gran defensor del patrimonio urbano de Madrid”, se dirigió a los “lectores desocupados” para quienes Cervantes escribió el Quijote, un libro que “despierta la risa en los melancólicos, acrecienta la de los risueños, los discretos admiran su invención y los graves no la desprecian”. Antes que de la obra cervantina, Rodríguez Marcos prefirió seguir hablando de “los encantadores, esos seres que se las ingenian para hacerle la vida imposible al Caballero de la Triste Figura”, los que “patrocinan los eufemismos” que pudren el significado de “las palabras de la tribu”. Son, continuó, “aquellos a los que no les gusta que se llame a las cosas por su nombre, aquellos que se empeñan en que veamos ‘investigados’, expedientes de regulación de empleo’ y ‘prisiones permanentes revisables’ donde el común de los mortales ve ‘imputados’, ‘despidos masivos’ y ‘cadenas perpetuas’”.  Y concluyó: “Dentro de cada molino puede haber un gigante. Dentro de cada buen libro, herramientas para desenmascararlos”.

Joan Tarrida: “Descubrir y comprender el mundo no es posible sin la lectura
“He dedicado toda mi vida adulta a editar libros y, sin embargo, nada en mi infancia ni en mi juventud me destinaba a ellos”, afirmó, ante el Micro de la Feria, Joan Tarrida. Recordó que en su casa no había libros y que el primer ejemplar que tuvo “me lo regalaron en la escuela a los tres años, como premio por lo rápido que había aprendido a leer”. El editor se reconoció, cincuenta años después, con la “misma curiosidad por descubrir el mundo y comprenderlo”, algo que “no es posible sin la lectura ni los libros”. Tarrida citó a Wittgenstein –“Incluso cuando todas las preguntas de la ciencia hayan encontrado respuesta, todas las grandes cuestiones de la vida seguirán ahí”– para concluir: “Y por eso seguiremos leyendo y leyendo libros”.

El intercambio de libros entre los países hispanohablantes: una relación asimétrica
España exportó el año pasado libros a América Latina por valor de 155 millones de euros, mientras que las ventas aquí del sector editorial de los países de la otra orilla de Atlántico sumaron 2,7 millones. Los datos, ofrecidos por el consultor Miguel Gil, son elocuentes sobre la “asimetría descomunal” existente en el comercio editorial. Compartieron plenamente el diagnóstico dos editores: Santiago Tabón, de Sexto Piso, una empresa “con un pie en América Latina, donde nació en 2002, y España, donde comenzamos a trabajar en 2005”, y Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, también con declarada vocación hispanoamericana. Gil, Tabón y Casamayor, reunidos en una mesa redonda moderada por Martín Gómez, delegado en España del Instituto Caro y Cuervo, también coincidieron en que el futuro del mercado del libro en español representa “una oportunidad para los países americanos y un reto para España”.

Premio Escriduende a El túnel del tiempo, de David Castillo
El túnel del tiempo (Poemas adolescentes y de primeros antecedentes penales), de David Castillo, ha sido distinguido con el Premio Escriduende, creado de por el grupo Sial-Pigmalión.  David Castillo (Barcelona, 1961) recogerá el galardón en un acto que se celebrará este domingo, a las doce del mediodía, en la Biblioteca Eugenio Trías. El túnel del tiempo constituye la crónica de un joven rebelde de los años setenta. Alentados por la injusticia que supusieron las ejecuciones de Salvador Puig Antich, en 1974, y de los cinco militantes del FRAP y de ETA en 1975, miles de jóvenes conquistaron las calles de Barcelona con sus banderas negras y rojas. El poemario recrea la atmósfera de aquellos días: el estado de excepción y las manifestaciones en el centro de la ciudad, también el clima festivo, de revolución sexual e intelectual que acompañaron los inciertos setenta. El túnel del tiempo, con prólogo de Antonio Orihuela, rescata los poemas de juventud de David Castillo, seleccionados entre el millar que guardaba en dieciocho carpetas.


jueves, 9 de junio de 2016

La Biblioteca Nacional desvela el origen de los libros móviles

Antes del pop-up del 10 de junio  al 11 de septiembre



L.M.A.

-9 de junio de 2016- La Biblioteca Nacional de España inaugura mañana, 10 de junio, una exposición sobre los precursores de los llamados libros desplegables o pop-up. Aunque hoy en día estos libros se asocian a la literatura infantil y su popularización procede del siglo pasado, los libros con elementos móviles tienen una larga y desconocida historia de más de 700 años. 

Además, hay libros pop-up sobre todos los temas: astrología, adivinación, medicina, arquitectura, retórica… Pero, sobre todo, astronomía y navegación, que son los que podrán verse en esta muestra de más de medio centenar de obras, manuscritos, dibujos e impresos datados entre los siglos XV y XVIII.

Hasta el 11 de septiembre, la sala de las Musas de la BNE acoge la que probablemente sea la exhibición más completa de los ejemplares de libros móviles más antiguos que se conservan. La exposición Antes del pop-up: libros móviles antiguos en la BNE, comisariada por Gema Hernández Carralón en colaboración con Mercedes Pasalodos Salgado, posee más de cincuenta muestras de entre los siglos XV y XX, que tratarán de acercar al público la desconocida historia de estos volúmenes.
El concepto pop-up hace referencia a libros que guardan en su interior elementos interactivos y figuras tridimensionales hechas de papel. Un término acuñado por la empresa Blue Ribbon Books en 1932, que ilustra de manera gráfica la idea de movilidad por la que se distinguen estos ejemplares.

Estos pequeños tesoros esconden dentro de sus cubiertas numerosas piezas y estructuras como lengüetas, pestañas, solapas, carruseles o ruedas, realizadas con hasta 12 técnicas diferentes, que los convierten en obras con un atractivo añadido. Son productos editoriales elitistas y que resultan caros debido al proceso manual que requieren, pero se trata de creaciones casi mágicas que tienen su punto de atracción en la interactividad. El lector debe tirar, abrir, girar, destapar… en definitiva, tocar el libro de manera activa, lo cual hace que se sienta parte de él.

Estas figuras de la llamada ingeniería del papel y de las artes gráficas comenzaron a hacerse populares durante el siglo pasado y hoy en día están relacionadas con los niños. A pesar de ello, en realidad son libros con una larga trayectoria y que abarcan temas tan diferentes como la arquitectura, la astrología, la adivinación o la retórica. Los primeros ejemplares datan del siglo XIII, cuando a algunos manuscritos se les añadieron volvelles, construcciones de papel en forma de rueda, formadas por discos unidos por un pivote central que permitía su movilidad. Eran muy utilizados, sobre todo, en libros de astronomía y medicina, para facilitar la interpretación de diferentes datos y favorecer su pedagogía.


Kalendarium

 “Con esta exposición, hemos pretendido contar toda la historia de los libros anteriores a los denominados pop-up”, comenta Gema Hernández, “la muestra comienza presentando el concepto tal y como se entiende ahora, relacionado con la literatura infantil”. Partiendo de esta base, más cercana al público actual, la exhibición recoge, agrupados por temas, ejemplares desde el siglo XV hasta el siglo XX. No obstante, el grueso de la colección pertenece a los siglos XVI y XVII, cuando las técnicas utilizadas eran, sobre todo, la rueda giratoria y las solapas. El ejemplar más antiguo que podrá verse es el incunable Kalendarium de Johannes Regiomontanus, del año 1482, el primer libro impreso con partes móviles.

Los temas más recurrentes que se encontrarán los visitantes son los relacionados con la astronomía y la navegación, principalmente. Brújulas y astrolabios de papel llenan las páginas de estas curiosas y desconocidas obras. Pero también abarcan otras temáticas como son la astrología, la adivinación, la arquitectura, la criptografía o la anatomía. “Este tipo de libros antes tenía un sentido científico que ya ha perdido”, añade Gema Hernández.

Entre las obras seleccionadas del fondo de la BNE, destacan algunas muy relevantes como I dieci libri dell’architettura de Vitruvio, en la edición veneciana de 1556 de Marcolini, o el Astronomicum Caesareum de 1540, la obra más famosa de Apiano, que cuenta con 36 discos móviles a todo color.

Algunos de los ejemplares más curiosos son libros para jugar. De temática religiosa y muy relacionados con la superstición y el azar, son obras que contienen ruedas de la fortuna, como la Alegoría de la muerte de Andrea Andreani de 1588; ruedas astrológicas como el de Giovanni Paolo Gallucci, publicado en 1605 y que marca los signos del zodiaco y los ascendentes astrológicos; o como es el caso del curioso Libro delle sorti (Lorenzo Spirito, 1528) al cual se le realizaban preguntas que pudieran inquietar al lector, relacionadas con la guerra, la cosecha o la vida sentimental, el cual era remitido a diferentes páginas para poder darles respuesta. Otra de las obras más llamativas que se podrá ver es el Catoptrum microcosmicum, escrito por Johann Remmelin, publicado en 1613 y compuesto por láminas formadas por unas 120 solapas de papel superpuestas que representan las diferentes capas del cuerpo humano: piel, esqueleto, órganos internos…

Todo el que quiera podrá visitar el museo de martes a sábado en horario de 10 a 20 horas y los domingos y festivos hasta las 14 horas, y disfrutar de la exhibición de unas piezas únicas que merece la pena conocer.

¡Muévete, libro!

Además, con el objetivo de que los interesados se sumerjan de manera activa en el universo pop-up, la BNE organiza tres talleres que complementan la exposición: dirigidos a niños, a familias y a público general.

¡Múevete, libro! es una actividad de cuatro horas, orientada a niños de entre 6 y 12 años, en la cual podrán recorrer la historia de los libros pop-up basándose en los fondos de la colección Ephemera de la BNE, entre otras. Al finalizar, cada participante se llevará un libro desplegable hecho por él mismo con el que podrá recrear el proceso de creación de estos ejemplares. Este taller tendrá lugar los días 30 de junio y 1 de julio en la sede de la BNE de Alcalá de Henares.

Desplegar un nuevo mundo es un taller de iniciación al pop-up dirigido al público a partir de 16 años en el que, durante dos sesiones de tres horas, se realizará un acercamiento para entender los mecanismos del arte del plegado de papel y conseguir comprender desde los más básicos hasta los más complejos. Impartido por la ilustradora y experta en pop-up Ana Pez, se mostrarán técnicas sencillas, pero de precisión, para lograr realizar una primera maqueta de libro móvil. Se llevará a cabo los días 22 y 23 de junio a las 16:30 horas y los días 23 y 24 de junio a las 11 horas.

Pop-up en familia. De Cervantes a Shakespeare entre papeles. El 400 aniversario de la muerte de dos de los autores más relevantes de la historia es la excusa perfecta para escoger el tema de un taller en el que los asistentes podrán construir estructuras pop-up que representen los personajes y los escenarios de las principales obras de Cervantes y Shakespeare. 

Dirigido a familias con niños de entre 6 y 12 años, la actividad está planteada como un aprendizaje en la técnica de plegado de papel. Desde las 11 y con una duración de dos horas, que podrán ser ampliadas con el objetivo de que los participantes realicen su libro completo, se llevará a cabo los días 11, 18 y 25 de junio y 3 y 10 de septiembre.


EXPOSICIÓN: “ARTE SONORO EN ESPAÑA (1961-2016)”, en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca




JOSÉ IGES Y JOSÉ LUIS MAIRE, COMISARIOS
 [Del 16 de junio al 18 de septiembre]


L.M.A.

Lugán: arte sonoro

La entrada del así llamado “arte sonoro” en los museos ha supuesto la llegada de una novedad en espacios que se habían mantenido más o menos inalterados –en términos visuales– hasta casi los años 60 del pasado siglo. Y, al igual que en el caso de la musealización del videoarte, también el sonido y su exposición han presentado verdaderos retos para los espacios del arte, que han debido plantearse cómo “afinar” (parafraseando el célebre “The Tuning of the World” de R. Murray Schafer) sus espacios de colección y exposición. Porque cuando aquello a exponer es el sonido como tal (y no simplemente la instalación con sonido, la música interpretada o la música experimental), tanto la determinación y elección de las obras como el tratamiento de los espacios donde tienen lugar las prácticas sonoras deben fundamentarse en un concepto del sonido distinto al definido por la ciencia acústica o por la musicología.

En las tres últimas décadas, el sonido presentado, usado, evocado o articulado en el medio artístico ha confluido en el aglutinante anglosajón “Sound Art” (y también en el alemán “Klangkunst”, con un significado algo distinto), y el así llamado “arte sonoro” ha ido consolidándose casi como una nueva categoría artística, gracias a exposiciones monográficas en museos y galerías, a la aparición de bibliografía especializada, el desarrollo de estudios específicos en el ámbito académico y la aparición de nuevas disciplinas relacionadas con el arte sonoro, como los llamados Sound Studies, la réplica sonora a los relativamente recientes Visual Studies.

En proporción, la atención que se le ha prestado al arte sonoro en España y en todo el mundo, tanto desde el punto de vista del coleccionismo como desde el de las exposiciones, es aún escasa. A pesar de que acontecimientos centrales (e históricos) para el arte sonoro en nuestro país como Los Encuentros de Pamplona de 1972, de algunas exposiciones recientes o de fenómenos como el pionero programa de radio Ars Sonora, dirigido hasta 2008 por José Iges o publicaciones como MASE (en sus ediciones de 2006 y 2014) o La mosca tras la oreja, de Llorenç Barber, testimonian el interés por el sonido en el arte, es obvio que la plástica e incluso el arte conceptual y el videoarte han ganado más rápida y fácilmente el favor de las instituciones.


Los espacios de la exposición: Palma, Cuenca, Madrid

La exposición Arte sonoro en España (1961-2016) pretende mostrar los orígenes, la diversidad de trayectorias y la vitalidad del arte sonoro realizado en nuestro país desde 1961 hasta nuestros días. Mediante una amplia variedad de obras y un extenso material documental, la exposición quiere hacer visible (y sobre todo audible) el sonido organizado con criterios artísticos en nuestro país, incluso en unos tiempos (las décadas de los 60 y los 70) en los que el propio término “arte sonoro” no había sido aún enunciado como tal.

Durante 2016, Arte sonoro en España (1961-2016), que cuenta con José Iges y José Luis Maire como comisarios invitados, presentará, en su paso por los dos museos de la Fundación Juan March y en su versión –ampliada– en los espacios de la Fundación en Madrid el próximo mes de octubre, más de una veintena de instalaciones sonoras, esculturas, vídeo-instalaciones y obras de encargo (de Xabier Erkizia y Juanjo Palacios, quienes realizarán sendas “fonografías” en Palma y Cuenca, respectivamente), junto a una cuidada selección documental que incluirá objetos, ediciones, vinilos, casetes y una variada documentación impresa y fotográfica.

Arte sonoro en España (1961-2016) tiene una peculiaridad: el hecho de que las obras sonoras, piezas, instalaciones y documentación audiovisual e impresa que la componen no se presentarán en espacios expositivos aislados, como los habitualmente dedicados a muestras temporales, sino que se insertarán primero en los espacios de los museos de Palma y ahora en Cuenca ocupados habitualmente por la presentación de las obras de la colección de arte contemporáneo de la Fundación Juan March, con las que convivirán temporalmente. La exposición quiere mostrar así la práctica artística sonora de autores que fueron estrictamente contemporáneos a los artistas representados en ambas colecciones, así como la obra sonora, poco conocida, de alguno de estos últimos, y también la de creadores de las generaciones más recientes.

Si, en ciertos casos, el uso del sonido fue habitual en la obra de algunos de los artistas de la colección de la Fundación Juan March (en el contexto del arte conceptual), en otros hubo una relación con la vanguardia musical experimental (como es el caso de algunas obras de Martín Chirino o de los artefactos de Manuel Millares, expuestos en su día en una muestra compartida con el grupo ZAJ en el año 1965). Por lo demás, otros casos, como los de Eusebio Sempere o José Luis Alexanco son paradigmáticos entre aquellos artistas de las décadas de los 60 y los 70 que, no entendiéndose como sonoros, sin embargo, forman parte de la historia del sonido y su relación con las artes en España. Ellos iniciaron los primeros tanteos interdisciplinares con otras propuestas experimentales y, con el tiempo, posibilitaron el hábito y la comprensión del arte sonoro en el contexto de las instituciones y colecciones de arte contemporáneo, una línea en la que cabe incluir también algunos de los trabajos de Juan Navarro Baldeweg o Enrique Salamanca.

Así, no pocas de las obras seleccionadas acentuarán, interferirán o se relacionarán con las obras exhibidas en ambos museos y con sus respectivos espacios. Como ejemplo, cabe destacar la presencia en ambos museos de numerosos artistas de las generaciones de los ochenta y noventa (como José Luis Alexanco, Elena Asins o Eva Lootz, entre otros), cuya relación con el arte sonoro o sus antecedentes ha sido rastreada para esta muestra. En el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, que celebra su cincuentenario durante 2016, la muestra atiende además a las iniciativas en torno al arte sonoro de dos instituciones conquenses: el Gabinete de Música Electroacústica (en el que ya en los años ochenta se componía y experimentaba con un Synthi 100, uno de los instrumentos de composición electrónica y de procesamiento del sonido más avanzados y relevantes de la historia de la música electroacústica) y la Facultad de Bellas Artes (que cumple sus primeros veinticinco años).

En este contexto, la exposición se ocupará también de la labor de programación y difusión que ejercieron los programas, ciclos y conciertos del Departamento de Música de la Fundación y su Centro de Documentación de la Música Española Contemporánea desde su creación en 1983, principalmente en lo que respecta a la música experimental y la música electrónica.

Por supuesto, más allá de los límites de la colección de la Fundación, la muestra atenderá a la especial relevancia de artistas como el grupo ZAJ, Isidoro Valcárcel Medina o LUGAN, pioneros que con trabajos experimentales y transversales han sido verdaderos precursores del arte sonoro, e incluirá, junto a los ya mencionados, obras de Walter Marchetti, Francisco López, José Antonio Orts, Eduardo Polonio, Fernando Millán, Esther Ferrer, Bartolomé Ferrando, Juan Hidalgo, Wolf Vostell Javier Aguirre, Nacho Criado, José Maldonado, entre otros.


Exhibir el sonido en los espacios visuales

La exposición Arte sonoro en España (1961-2016) asume el reto de “exhibir” el sonido enfatizando todos sus aspectos artísticos mediante su amplia selección de obras: así, de la resonancia del espacio sonoro y su relación con la arquitectura hablan Mirlitones, de Bosch & Simons (2012) y L’Isla des Neumas de Ramón González-Arroyo (2008); del silencio y del límite de lo audible, la Pieza escuchando la pared (1992) de Juan Muñoz, o la Música ZAJ (ca. 1999) de Esther Ferrer; Luci: sin nombre y sin memoria, de Josep Manuel Berenguer (2008), tematiza la asincronía y los procesos rítmicos sonoros de la vida a partir del estudio del comportamiento bioluminiscente de las luciérnagas, mientras que de la insistencia vibratoria del sonido y su sentir en el cuerpo se ocupa *.WAV, de Mikel Arce (2004). Inventario (1992-1998), de José Iges y Concha Jerez tematiza la obsolescencia de la tecnología y su relación con la memoria colectiva.

La exposición incluirá también un gran número de grabaciones, instalaciones, esculturas sonoras o prácticas sonoras que se presentaron alejadas del formato del concierto o plantean el soporte de grabación como medio artístico, como las de José Luis Castillejo, Francisco Felipe, Eva Lootz, Llorenç Barber, Francisco López, Javier Maderuelo, Pedro G. Romero, Mikel R. Nieto u Oscar Abril Ascaso, entre otras. También incluirá documentos y materiales que, temáticamente, permiten trazar un panorama de actividades que van desde los Encuentros de Pamplona en el año 1972 hasta las exposiciones colectivas celebradas en los últimos años, y pondrá énfasis tanto en los distintos soportes históricos del sonido como en los trabajos que los cuestionan, sin olvidar la incorporación de obras representativas de la poesía sonora, el arte de acción, el videoarte o el arte radiofónico.

Arte sonoro en España (1961-2016) constituye un auténtico reto curatorial: el de mostrar el sonido en espacios que son eminentemente visuales. En efecto: los espacios habitados de las salas de los museos, y mucho más los espacios diáfanos de las salas de exposición, desnudos, diseñados conforme a una lógica de la mirada perpendicular, se convierten en entornos extraños o incluso agresivos desde el punto de vista de la acústica. Unos y otros devienen, por una parte, cámaras reverberantes en las que el sonido invade el resto de las salas (y al resto de las obras expuestas), convirtiendo el trayecto del visitante en un paseo por un espacio cacofónico. En el otro extremo, la construcción de espacios aislados y cámaras insonorizadas puede cambiar de manera determinante la experiencia de los visitantes de la exposición y hacer imposible cualquier relato con cierta unidad de sentido.

En Arte sonoro en España, 1961-2016, estas dificultades se han pensado junto al deseo –que es el de esta exposición–  de que las obras “sonoras” convivan con las “visuales”, atendiendo tanto a las maneras en las que el sonido pone en cuestión el espacio expositivo tradicional como a las formas en que su exhibición puede resolverse, presentándolo mediante técnicas que permiten ordenar el espacio de la exposición para que no se produzcan colisiones en la escucha, salvando aquellas que forman, de hecho, parte integrante de las propias obras sonoras.


Publicaciones y archivos sonoros

Las muestras en Palma y Cuenca están acompañadas de un amplio y documentado programa de mano. Para la exposición en Madrid se publicará un libro-catálogo con un amplio registro fotográfico, además de ensayos, debates sobre el  estado de la cuestión  en esta disciplina artística y textos sobre temas como el del uso y la aceptación del término  arte sonoro  por artistas e instituciones del arte (colecciones, museos y galerías) en España, dentro del marco temporal propuesto por la exposición; sobre las dos principales aproximaciones históricas al arte sonoro: el alemán  Klangkunst  (con sus diferentes formas de arte intermedia), y el anglosajón "Sound Art" (con fronteras que se reescriben continuamente para dar cuenta de una gran variedad de prácticas sonoras); o sobre la historia del arte sonoro en España; además, incluirá la catalogación de las obras y de la documentación expuesta y contará con la bibliografía y discografía más actualizada. La publicación estará articulada con un portal sito en www.march.es.

También está en marcha un proyecto de historia oral con entrevistas a los artistas y debates entre éstos, comisarios, historiadores y otros especialistas, cuyas grabaciones serán transcritas y publicadas, tanto impresas como en archivos de audio, en la web de la Fundación Juan March.


LA EXPOSICIÓN VIAJARÁ DESPUÉS A:  Fundación Juan March, Madrid
(del 14 de octubre de 2016 al 15 de enero de 2017)