L.M.A.
El dramaturgo y guionista mexicano Luis Ayhllón recordó hoy, ante el Micro de la Feria, de qué manera la lectura se convirtió para él en un acto prohibido. Fue en tres actos. El primero: Ayhllón tiene ocho años y llama su atención un ejemplar de Marianela, de Pérez Galdós, que descansaba en una estantería del colegio. “Lo llevé a mi pupitre y lo leía en las pausas, hasta que la maestra se acercó y me dijo: ‘Este no es un lugar para leer’, me lo quitó y lo acomodó nuevamente en el anaquel’”. Segundo acto: Ayhllón está cursando la secundaria cuando su padre descubre, oculta entre sus cosas, la novela de José Revueltas El Apando que le había prestado un compañero: “Frente a mí leyó una página con descripciones pornográficas. Al día siguiente habló con mi amigo y le dijo que no era un texto apropiado para nosotros”. Y tercer acto: Ayhllón tiene trece años y lee a Poe, Lovecraft y la colección de cuentos fantásticos de la editorial Roca. “En un supermercado guardé uno de los tomos entre mi ropa y quise salir sin pagar. El guardia se percató y me trató como un criminal de poca monta. Después de someterme públicamente, me ató las agujetas entre sí para evitar que me escapara”.
Leer se había convertido en “una especie de travesura llena de sensaciones malsanas”, en “un acto prohibido, y necio que soy, me empeciné”. Antes de cumplir quince años Luis Ayhllón había leído al Marqués de Sade y Apollinaire. Completó sus primeras lecturas “en medio de esta promiscuidad literaria” sin llegar a establecer “una relación romántica con los libros”. El dramaturgo terminó confesando que “al cabo de algún tiempo, leer se convirtió en un acto políticamente correcto y son pocas las veces que tengo una experiencia intensa como lector”. Por eso mismo, intenta no olvidar las sensaciones que le procuraron aquellas lecturas precoces y aspira a que su escritura encuentre “lo que suscite algo parecido a lo que yo vivía a través de esas lecturas”.
“En un sello independiente se siente que todo es posible”
Los escritores Carlos Maleno, Tania Padilla, Rubén Martín, Remedios Zafra, Matías Candeira, Vicente Valero, Beatriz García Guirado y Esther García Llovet tienen en común haber publicado su obra en sellos editoriales independientes. Esta mañana se reunieron en el Pabellón de Actividades, convocados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, para hablar de la relación que mantienen con quienes les han permitido ver sus textos en las librerías.
Matías Candeira elogió el trabajo profesional de Juan Casamayor en Salto de Página –“Me había rechazado trabajos anteriores, pero aceptó Todo irá bien, mi libro más opaco. Aplaude las ideas más locas” – y “la cercanía que he sentido en Candaya”: “Los sellos independientes se ocupan de que el entusiasmo por un libro no se agote”. Beatriz García Guirado, quien publicó el pasado año su primera novela, El silencio de las sirenas, abundó en esa idea: “He encontrado una sensibilidad para entender mi obra, respeto por ella y la valentía para el riesgo”.
Por su parte, Tania Padilla dijo apreciar la compañía que brindan los pequeños editores: “Tengo compañeros en grandes editoriales y me hablan de la soledad que sienten. En sellos más pequeños, uno siente que todo es posible, que cabe desmarcarse de la moda, construir artefactos raros”. Añadió que Nosocomio. El diamante negro es “un disparate que no lo habrían permitido en otras editoriales”.
Tras recordar su “larga trayectoria llamando a las puertas de las editoriales”, Remedios Zafra afirmó que “el editor es un lect
Booktubers are the new black
Ninguno se califica como prescriptor, aunque lo son, a la vista de los miles y miles de seguidores de sus canales de Youtube y de la expectación que generan en la Feria del Libro de Madrid. May R. Ayamonte, Esmeralda Verdú, Javier Ruescas, Sebastián G. Mouret son representativos de esta generación de jóvenes que recomiendan sus lecturas predilectas a otros jóvenes. Como reconocimiento a su labor de difusión de la lectura, esta semana Samsung, socio tecnológico de la FLM16, ha entregado el Premio Lectores de Hoy a Verdú, Ruescas y Mouret, en representación del colectivo. “El vídeo permite llegar de una manera diferente”, comenta @sebasgmouret. “Produce enorme satisfacción recibir mensajes de personas que dan una oportunidad a un libro gracias a tu recomendación”.
¿Y qué recomiendan? “Hablo de todo, porque leo de todo”, responde @MayRAyamonte: “Al principio, me daba mucho apuro hablar de poesía, pero he vencido ese reparo al descubrir que también les interesa a mis seguidores”. Muchas novedades, “aunque solo las que me gustan de verdad”. Quien habla es @javier_ruescas, quien defiende que no solo de fantasy vive elBooktuber: “Ahora mismo hay mucha literatura juvenil realista, como la que hace Blue Jeans”. Coincide con@esmeButterfly91 en reconocer haber ido ampliando sus lecturas: “Con el tiempo ha crecido mi curiosidad y me he abierto a más géneros”.
Los booktubers son, como cualquier lector, hijos de las historias con las que han crecido, y no solo de Manolito Gafotas o de Harry Potter, aunque, por supuesto, también: La isla del tesoro, Julio Verne, Las crónicas de Narnia y Kika Superbruja, Roald Dahl, (Charlie y la fábrica de chocolate y Matilda), La historia interminable, de Michael Ende; Las aventuras de Tom Sawyer,de Mark Twain, o Las memorias de Idhún, de Laura Gallego. Se admite toda historia que invite a seguir leyendo y, sobre todos, a hablar de libros, porque, dicen, “el fervor por un libro no se agota cuando se termina su lectura”.
Si quieren verlos en su salsa, sesión en directo, desde el pabellón Samsung, el próximo sábado 11 de junio de 16:30 a 18:30 h. #Unlibroparami.
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