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Julia
Sáez-Angulo
17/03/18
.- MADRID .- Don Gonzalo Fernández de Córdova (Montilla, Córdoba, 1453- Loja, Granada, 1515),
conocido como el Gran Capitán fue el último heredero del Medioevo y Caballero
del Renacimiento a partir de su viaje a Italia, dijo el coronel Jesús Anson,
Secretario General del Ministerio del Ejército, en la conferencia que impartió
en el Club de la Tertulia dirigido por el periodista Luis Antequera.
Recientemente
se encontraron cuatro cartas criptadas entre Fernando el Católico y el Gran
Capitán, entre 1502 y 1506, que han sido
descifradas por el CNI, pese a su dificultad por el sistema de sustitución
múltiple que utilizaban. Estos documentos se expusieron en la muestra que se hizo
en el Museo del Ejército con motivo del V aniversario de la muerte del Gran
Capitán hace tres años.
En la
conferencia estuvieron varios descendientes de Don Gonzalo Fernández de
Córdova, así como Estíbaliz Uranga, viuda del escultor Sergio Blanco, autor de
un monumento al Gran Capitán.
Hijo
del Señor de Aguilar, el Gran Capitán, titulo que le otorgaron los Tercios Españoles
en Italia, por sus continuas victorias militares, está considerado un gran
estratega militar que obtuvo numerosas victorias para la Corona de España. El Napoleón avant la letre lo denominan
algunos, por su inteligencia en el manejo y disposición de las batallas.
Primo
del rey de Aragón y noble de la Corte de Castilla, Don Gonzalo Fernández de
Córdova tuvo una gran habilidad en el manejo de las armas, buena capacidad de
mando y excelente talante negociador para las capitulaciones, amén de fidelidad
a los Reyes. Supo cambiar el concepto táctico al saber utilizar el lugar y el
momento adecuado, sin atenerse a los viejos conceptos militares. Sus maniobras
envolventes fueron de gran sagacidad en el campo bélico.
Generosidad
con los Tercios Españoles
Las
victorias contra los franceses en Italia fueron decisivas y la batalla en la
isla de Cefalonia fue importante contra los jenízaros del Imperio Otomano, la
primera derrota de los turcos. El papa Alejandro VI le pidió ayuda para luchar
y vencer a un corsario vasco que se atrincheró en un castillo del sur
dificultando la entrada marítima de Ostia.
Se
sabe que el Gran Capitán fue un hombre de bonhomía y generosidad, hasta el
punto de vender en alguna ocasión sus propiedades, para pagar a los Tercios,
cuando se retrasaba la Corona en hacerlo. Su lealtad a los reyes de España fue
encomiable, pese a las invitaciones militares que le hicieron tanto el Papa Alejandro
VI como el rey de Francia.
Al
final de su vida, el rey Fernando el Católico lo trajo de Italia a la Corte
donde esperaba el título de Gran Maestre de la Orden de Santiago, equivalente a
capitán general de todos los ejércitos de España, pero no llegó tal
nombramiento y se retiró a Loja, donde murió.
La
ciudad de Montilla guarda con orgullo ser la cuna del Gran Capitán y tiene un
museo en su honor.