-->
Gran Vía. Madrid
L.M.A.
15/03/18
MADRID .- Eugenio López Berrón, pintor abulense residente en Madrid expone en
el Ateneo de Madrid a partir del sábado 17 de marzo, junto al escultor José
Luis Fernández. La muestra permanecerá abierta hasta finales del me de marzo de
2018.
La periodista y escritora Ana Samboal escribe en el catálogo: “Una
atmósfera única envuelve los parajes que pinta López Berrón. Su magia consiste
en que es real y al tiempo parece soñada. Quizá sea la luz que dibujan sus
pinceladas la que logra traspasar el lienzo para invitar al que mira a entrar
en el fondo de la obra, no sólo para observarla, sobre todo para sentirla. Como
en el Alcázar de Segovia. Se alza majestuoso al fondo. Cerca y lejos, tanto que
parece inaccesible. Para llegar a él no sólo hay que escalar un escarpado
risco, hay que atravesar esa tormenta de nieve que desdibuja los contornos y
que hace al espectador del paisaje sentirse atrapado entre la ventisca y el
frío.
Hacia la Plaza de España
Eugenio
tiene una habilidad especial para pintar la nieve. No es la blanca y radiante
capa que sale de un cuento de niños, es la nieve real. Logra retenerla en el
momento justo, cuando al caer transforma la ciudad convirtiéndola en un ente
fantasmal que asusta y hechiza en un mismo segundo. Quizá porque la ha vivido
tantas veces en Ávila. Siempre logra encontrar una nueva cara a las murallas.
El cinturón de una ciudad cercana y cálida en ocasiones, grandiosa y señorial
las más de las veces, desnuda de seres humanos, detenida en el tiempo,
espiritual más que real, como en Las Moradas de Teresa. Su mirada de artista
descubre en los lienzos del cinturón defensivo otros puntos de vista, desvela
secretos nuevos incluso ante un meticuloso espectador habitual.
En
Madrid, otro de sus recurrentes escenarios, esa luz fría de Castilla bajo la
nevada se torna rosada al amanecer. Los paisajes de la capital son cálidos
hasta en las noches más frías. Y no es sólo el efecto de la iluminación
artificial de las farolas eléctricas, son las personas, la vida que bulle en
sus calles incluso a las horas más intempestivas, pero sobre todo al caer la
tarde. En la Puerta del Sol, en Callao o en la Gran Vía. El centro de la
capital no tiene misterio para López Berrón. Es una ciudad vivida. Eugenio
consigue con su pincel que no veamos Madrid, Ávila, Segovia, Bermeo, Granada o
su amada Gotarrendura, logra que nos adentremos en el aurea singular del
Madrid, Ávila, Segovia… o Gotarrendura que él siente, los que él vive o ha
vivido. Esa es la magia de su obra·.
No hay comentarios:
Publicar un comentario