sábado, 29 de diciembre de 2012




LA GALERIE DU CROCHETAN  PRESENTE L'EXPOSITION "VINCENT JENDLY & DULCE PINZÓN NEW YORK & LA VERITABLE HISTOIRE DES SUPER-HEROS"

Foto de Dulce Pinzón



Du 10 janvier au 01 mars 2013

VERNISSAGE : SAMEDI 12 JANVIER à 19h30 en présence de Vincent Jendly
BUFFET NEW-YORKAIS
à l'issue de l'événement "La Folle journée" (musique) qui se tient de 11h à 19h


Commissariat : Julia Hountou & Carole Colnat
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THEÂTRE DU CROCHETAN : Rue du Théâtre 6 - 1870 Monthey, Suisse.
Tél. : +41 (0)24 475 79 11 begin_of_the_skype_highlighting GRATIS +41 (0)24 475 79 11 end_of_the_skype_highlighting
HORAIRES : lundi-vendredi, 9h - 12h, 14h - 18h
+ les soirs de spectacles 14h - 23h/minuit
Ouvert les dimanches 20 janvier et 15 février
www.crochetan.ch
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Le Théâtre du Crochetan à Monthey expose conjointement les séries "New York" de Vincent Jendly et "la véritable histoire des super-héros" de Dulce Pinzón.
L'exposition qui rassemble 38 photographies sera l'occasion de découvrir l'intégralité de la série de Dulce Pinzón ainsi que des tirages inédits de la série de Vincent Jendly.

Bien que les deux séries photographiques aient été réalisées à New York, elles sont l’expression de thématiques et d’approches formelles très différentes.

Vincent Jendly, photographe suisse, s’intéresse à la ville, à son architecture et plus précisément aux gratte-ciel, cathédrales vertigineuses à l’esthétique majestueuse. A New York, peut-être plus que n’importe où ailleurs, les gratte-ciel nous renvoient au rêve américain : symboles d’un idéal, des ambitions humaines. L’approche formelle du photographe qui conjugue prise de vue frontale et point de vue élevé renforce la dimension esthétique des bâtiments tout en évacuant l’humain. Au-delà de la beauté des images et de l’idéal qui a préfiguré la réalisation de ces architectures, n’aurions-nous pas construit plus grand que nous ne pouvions habiter ou assumer ?

Dulce Pinzón, photographe mexicaine, s’attache à la situation des immigrés mexicains ou latino-américains à New York qui par leur travail soutiennent à la fois l’économie américaine et l’économie de leur pays d’origine. Ce faisant, elle porte un regard plein d’humour (ou de malice) sur notre représentation du courage et de la valeur en faisant référence à l’imagerie des super-héros. Ses photographies, à l’allure faussement légère, sous-tendent ainsi des questionnements en lien avec les problématiques économiques actuelles tout autant qu’elles nous interrogent sur la pertinence des modèles véhiculés par nos sociétés.

. Exposition organisée en collaboration avec K-Echo photo : www.k-echo-photo.com

. L'exposition s'inscrit dans le cadre de la manifestation "La BD au Théâtre" qui a lieu du 12 janvier au 12 avril 2013.

. Du 22 janvier au 02 avril, atelier enfants tous les mardis autour de l'exposition, de 16h45 à 17h45. Réservations : 024 475 79 24 ou melisende.navarre@monthey.ch

Images intégrées 2


viernes, 28 de diciembre de 2012



José María Merino, literatura fantástica en su novela “Los invisibles”


Julia Sáez-Angulo

         Decía Borges que la verdadera literatura era la fantástica, más allá de la racional o realista. El escritor José María Merino (A Coruña, 1941) es autor de la novela “Los invisibles” publicada por Cátedra en edición de Santos Alonso que lleva a cabo una amplia introducción y anotaciones a la misma.

Cuando la ficción se llena de sugerencias y misterio gana en literatura más allá de la descripción de la realidad. Esto es lo que sucede en “Los invisibles”, una novela donde el lenguaje poético del narrador invade la escritura y contagia al lector.


El argumento se centra en protagonistas invisibles en un mundo paralelo a la realidad, que se deja contagiar de esa otra dimensión, provocando la ambigüedad o equívoco de la vida y la literatura, que se produce fundamentalmente en los letra-heridos como es el caso de José María Merino y todos aquellos lectores que se dejan envolver por la magia de un lenguaje que lleva a lo metaliterario.

Todo comienza con la presencia de la flor azul, que el protagonista, el joven Adrián descubre y se atreve a tocar. La flor azul es el “símbolo legendario  de lo imposible” que desencadena la magia.

El texto narrativo dice: “extendió la mano para tocar la flor, para sentir el tacto de aquellos pétalos de brillo y forma diamantina, y como anuncia la leyenda (…) en el momento en que las yemas de sus dedos los rozaron, se produjo en la flor una inesperada metamorfosis”.

El índice del libro nos habla de tres partes: La historia que contó Adrián; Ni novela ni nivola, y El mensaje. Santos Alonso ilumina en un certero análisis la escritura de Merino, un narrador excelente de novelas y cuentos que mereció el reconocimiento de académico de la RAE en 2008.




Cuadro de texto: Nota de prensa


El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte concede las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes

·         Distinguen a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico

·         El galardón reconoce la labor de Alfonso Aijón García, Amparo Baró San Martín, Antonio Bonet Correa, José María Cruz Novillo, Israel Galván de los Reyes, Manuel Gutiérrez Aragón, Juan López Fernández, Carmen Roche Rubio, Josep Soler i Sardá y al matrimonio Várez Fisa-Benegas


El Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Educación,  Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha concedido hoy las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Este galardón distingue a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico.

Mediante el real decreto aprobado hoy, el Consejo de Ministros concede la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su categoría de oro, a :

Alfonso Aijón García, promotor musical y director de Ibermúsica. Este programa, fundado por Alfonso Aijón García, lleva más de 40 años trayendo lo mejor de la música clásica a España. Ha evolucionado con los tiempos y ha sabido preservar el interés por la música clásica en nuestro país. El programa fundado por Alfonso Aijón ha dedicado grandes esfuerzos por acercar a los amantes de la música clásica en España y Portugal a los solistas, directores y orquestas más importantes del mundo. Ibermúsica ofrece, cada año, un nuevo ciclo de conciertos de máximo nivel. Además este programa persigue el conocimiento de la diversidad cultural iberoamericana en el ámbito de las artes musicales, estimulando la formación de nuevos públicos en la región y ampliando el mercado de trabajo de los profesionales del sector.

Amparo Baró

Amparo Baró San Martín, actriz. Su carrera en el cine y la televisión ha ido de la mano de su trabajo en el teatro. Durante los años sesenta participó en películas comerciales como Margarita se llama mi amor o La chica del trébol. Desde los ochenta hasta la actualidad ha aparecido en El bosque animado, Las cosas del querer o Siete mesas de billar francés, película por la que obtuvo el Goya a la Mejor Actriz de Reparto. Pero, sin duda, uno de sus papeles más longevos y por los que más se le recuerda es la interpretación de Soledad Huete en la serie de televisión 7 vidas durante siete años. También ha sido una de las protagonistas de El internado, serie televisiva.

Obtiene varios Premios de la Unión de Actores, de la Academia de la Televisión y TP de Oro así como el Fotograma de Plata 2011 y el Premio Ceres 2012, a la Mejor Actriz de Teatro por su interpretación en Agosto.

 
Antonio Bonet Correa, historiador del arte. Desde 1959 es profesor adjunto de Historia del Arte en la Universidad Complutense y en 1962 y 1963 imparte clases en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.. En 1973 pasa a la cátedra de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid y al año siguiente es profesor extraordinario de la Universidad de Estrasburgo. De 1981 a 1983 asume el cargo de Vicerrector de la Universidad Complutense. Es académico, entre otras, de la Real Academia de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge, de la Academia Nacional de Bellas Artes de Lisboa, de la Academia Nacional de Argentina y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de cuyo museo es director. Es miembro, además, del International Council of Museums (ICOM), de la AICA y del Comité Internacional de la Historia del Arte y presidente de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español. Ha publicado numerosos estudios sobre arte hispanoamericano, urbanismo y barroco español.

Cruz Novilo

José María Cruz Novillo, artista y diseñador gráfico. Nacido en Cuenca en 1936, es el autor de muchos logotipos, entre ellos el del periódico El Mundo, el puño y la rosa del PSOE, los billetes del Banco de España, los de la cadena COPE, Correos, Endesa, Banco Pastor, Repsol, Fundación ONCE, Diario 16, Antena 3 Radio y el primer logotipo de Antena 3 TV, El Economista, Renfe, el Cuerpo Nacional de Policía, Tesoro Público y el logo cultural de la Noche en Blanco de Madrid, así como del Escudo de la Comunidad de Madrid y la bandera de la Comunidad de Madrid.

En su obra plástica se ha centrado en el desarrollo del concepto "Diafragma", denominación que engloba multitud de obras cuya característica común es la combinación de un número variable de elementos monocromáticos, sonoros, fotográficos o tridimensionales. En 2008 terminó el llamado Diafragma Decafónico de Dígitos en las fachadas de la sede principal del Instituto Nacional de Estadística de España, en Madrid. En noviembre de 2006 entró a formar parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Israel Galván de los Reyes, bailaor y coreógrafo flamenco. Israel Galván empezó a bailar desde muy pequeño de la mano de su padre hasta que en 1994, a los 21 años, entró a formar parte de la recién creada Compañía Andaluza de Danza dirigida por Mario Maya.

Era el comienzo de una trayectoria imparable que, en poco tiempo, se materializó  al recibir los más importantes premios del baile flamenco. En 1996, Israel Galván acompañó al baile a Vicente Amigo en los conciertos de su disco Vivencias imaginadas. En septiembre de 1998 presentó en la X Bienal de Flamenco de Sevilla ¡Mira! / Los zapatos rojos, el primer espectáculo de su compañía.

En 2000, estrenó La metamorfosis, una compleja coreografía elaborada a partir de la obra de Franz Kafka, con música de Enrique Morente, Lagartija Nick y Estrella Morente. En años sucesivos ha presentado obras como Galvánicas, Albéniz: a propósito de Iberia, La edad de oro, Tábula rasa, El final de este estado de cosas, o La curva.


Manuel Gutiérrez Aragón, cineasta y escritor. Director de cine, guionista y escritor español, que ganó con su primera novela, La vida antes de marzo, el Premio Herralde 2009 y que desde 2004 es miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Entre sus trabajos destacados se encuentra la realización en 1991 para TVE de la serie El Quijote de Miguel de Cervantes. Once años después rodaría en cine una nueva versión de El Quijote. En 1993 es elegido presidente de la Sociedad General de Autores y Editores, cargo que ocupa hasta 2001, cuando pasa a encabezar la Fundación Autor y luego el Instituto Buñuel. También preside, desde 2000, la Federación Europea de Realizadores Audiovisuales. Colabora, además, como guionista en cintas de otros directores como Jarrapellejos, de Antonio Giménez-Rico o Cuando vuelvas a mi lado, de Gracia Querejeta. Algunas de sus películas recientes son Visionarios (2001) y La vida que te espera (2004), en las que no abandona el entorno rural y la reflexión política inherente a buena parte de su obra. En 2008 retrata el conflicto vasco cruzando las vidas de un terrorista y de un amenazado por ETA en Todos estamos invitados, a la vez que hace pública su intención de abandonar la dirección cinematográfica.

Juan López Fernández “JAN”, dibujante de cómic e historietista. Juan López Fernández, más conocido como Jan, es un dibujante e historietista español. Autor de variopintos y carismáticos personajes entre los que destacan Pulgarcito y Superlópez, se ha convertido en un pilar del cómic de humor español por su uso del color y su humor tierno e inteligente. En 1974 comienza a trabajar para la editorial Bruguera, una de las más importantes editoriales de tebeos de España, donde trabajaban autores como José Escobar, José Peñarroya, Manuel Vázquez o Francisco Ibáñez.

En mayo de 2002 recibe el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona que reconoce toda su trayectoria profesional y en 2005 le es otorgado el Premio Ivà por el Ayuntamiento de Cornellá de Llobregat (Barcelona).

Carmen Roche Rubio, coreógrafa, directora y profesora de ballet clásico. Exbailarina, coreógrafa, directora y profesora de ballet clásico. Su labor es tan extensa como relevante en la Danza de este país. Comenzó estudiando con María de Ávila en Zaragoza y con 13 años ya bailaba en el Ballet de Antonio donde interpretó papeles como solista. En el Ballet del Siglo XX, dirigido por Maurice Béjart, desarrolló una importante labor artística. Primero como bailarina, solista de las principales obras de la compañía, después, como maestra del ballet y directora de enseñanza de la Escuela Mudra, liderada por Béjart. Su labor pedagógica ha sido muy significativa y la ha desarrollado con cursos avanzados, clases magistrales y conferencias por prestigiosas escuelas y compañías internacionales. Regresó a España en 1979 como subdirectora del Ballet Clásico Nacional y directora de la Escuela Nacional de Danza Clásica. En 1984 creó el Centro Internacional de Danza de Madrid y desde el año 2002 dirige el Centro de Artes Escénicas SCAENA. El Ballet de Carmen Roche y una fundación completan el vasto currículum de esta personalidad de la danza.


Josep Soler i Sardá, compositor. Villafranca del Panadés, Barcelona, 1935. Considerado uno de los autores vivos más importantes de la música contemporánea en España. Entre su ingente obra musical, se cuentan 16 óperas, 7 sinfonías, numerosos conciertos, oratorios, lieder, sonatas… Además ha desarrollado una profunda y continua labor teórica, con la edición de diversos ensayos sobre musicología y estética. En 2009 recibió el Premio Nacional de la Música de España y en 2011 el Premio Tomás Luis de Victoria. Desde 1982 pertenece a la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi. En la actualidad es director honorífico del Conservatorio Profesional de Música de Badalona.

Matrimonio Várez Fisa – Benegas (José Luis y María Milagros), coleccionistas y mecenas. José Luis Várez Fisa, es vocal del Real Patronato del Museo del Prado, nombrado en 1980 y de nuevo en 1986. Ingeniero y empresario. Cursa estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Barcelona y, posteriormente, se traslada a Navarra, donde es nombrado consejero de la sucursal del Banco de España en Pamplona. En la década de 1960 funda, en Guipúzcoa, Laminaciones Lesaca, una industria de derivados del acero de la que será presidente. A partir de 1970, tras la venta de esta empresa, se traslada a Madrid y centra su actividad en la promoción de desarrollos inmobiliarios y compañías financieras. Gran coleccionista, a lo largo de su vida ha reunido un importante número de piezas de distintas técnicas, épocas y estilos. En 1970 y 1988 realiza sendas donaciones al Museo del Prado. En 1999 dona al Museo Arqueológico Nacional ciento ochenta y siete piezas egipcias, iberas, griegas y romanas.





Cándido Pérez Palma, catedrático y maestro del  grabador

 retratoCándido Pérez Palma


Julia Sáez-Angulo

         Lo conocí a comienzo de los años 70 en la Casa de España en Roma, con el mismo genio y entusiasmo artístico junto a un humor ligeramente socarrón que le caracteriza. Cándido Pérez Calma (Barcina de los Montes, Oña, Burgos, 1951) estudió en la Academia de Bellas Artes de Roma (San Luca) de 1971 al 1974. Es dibujante, pintor, grabador y escultor, porque para él en arte no hay compartimentos estancos, sino variaciones sobre el soporte y los materiales.

Actualmente Cándido Pérez reside en La Coruña donde es profesor de dibujo y obra gráfica. Su obra se caracteriza por su poética sensible, un detallismo minucioso y una luz singular que la envuelve.

         El claustro de la catedral de Burgos alberga una gran pintura mural de Cándido Pérez que representa al Cid Campeador. Se trata de una obra bellísima, resuelta fundamentalmente en blancos y ocres, con el Caballero castellano vestido de blanco junto a un corcel de igual color y la ciudad amurallada al fondo.

óleo

         Figura humana, bodegones, paisajes, naturaleza… todo se da cita en los distintos soportes y materiales que utiliza el artista burgalés Cándido Pérez. Sus terracotas son de sutil expresividad, en ellas se dan cita sobre todo la figura humana y la animalística. El pintor tiene una especial simpatía por los gatos, perros y palomas a la hora de representarlos.

       
        Para felicitar la Navidad de 2012, Cándido Pérez ha estampado un pequeño y delicado grabado, que representa dos árboles de invierno en primer plano, seguidos de un apseo en lontananza.


        

Más información
http://www.candidoperez.eu/






María Huidobro,  poeta magistral en el arte  del haiku

 


Julia Sáez-Angulo

         Profesora de Lengua y Literatura Francesa, la poetisa María Huidobro (Burgos) residente en Madrid, es una consumada maestra en el arte poético el haiku, al que ha dedicado varios libros de su docta bibliografía, entre ellos “La magia de las flores”, “Tallos de bambú” o “En el país del Sol Naciente”. Sus libros pueden adquirirse en la Casa del Libro vía Internet.

         El haiku es la composición poética tradicional y habitual en Japón, de la misma manera que el romance lo es en castellano; ambos están intrínsecamente imbricados en las respectivas lenguas. El haiku es una estrofa que generalmente se compone de tres versos con cinco, siete y cinco sílabas cada uno de ellos.

Naturalidad y sencillez son sus notas no exentas de belleza y profundidad. Matsuo Basho y Onitsura (siglo XVII) han sido las grandes figuras del haiku japonés. Ambos, traducidos al castellano, consideran al haiku una vía espiritual, además de estética.

 La naturaleza es su fundamental fuente de inspiración. El poeta sigue el curso de las estaciones con asombro poético. La luna, el cerezo, el jardín, el té, el agua… son elementos recurrentes en el haiku, que se introdujo en España a primeros del sigo XX. La poetisa española Ernestina de Champourcín fue una de sus mejores cultivadoras. El poeta extremeño José María Bermejo, residente en Madrid sostuvo durante un tiempo una escuela de recitales y aprendizaje del haiku en Guadalajara.

“Novias del viento/las flores del almendro/vuelan sin alas”, dice un haiku de María Huidobro, hoy la gran representante del haiku en España. Otro: “Son esas flores/ heraldos silenciosos/ de primavera”.

María Huidobro, que ha participado en numerosos recitales y congresos sobre haikus dice que las flores por su belleza, colores, perfume y poder simbólico, se prestan como nada,  a ser motivo poético de los haikus.



“Es la Artemisa/ símbolo de la dicha/ más duradera”, dice otros de sus haikus que se completa con el siguiente: “Con esta planta/ se coronan las testas/ que anhelan dicha”. Recordemos que la artemisa es una flor blanca con centro amarillo que toma su nombre de una divinidad griega. Artemisa era hija de Zeus y de Leto, y fue asimilada por los romanos a la diosa itálica Diana.




jueves, 27 de diciembre de 2012


 

  "LA PENA NEGRA", Relato de Toreros y Flamenco

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Julia Sáez-Angulo


Ver a su padre y a su marido retozando apasionados en el lecho la dejó sin aliento. Ellos en pleno arrebato amoroso no se percataron de su entrada en la habitación y Lola salió de inmediato, demudada, tratando de contener su sofoco. Se dirigió al porche posterior de la casa, encendió un cigarrillo y dejó vagar su mirada en las ondas que formaba el caño renovador del agua en la piscina. El pálpito de su corazón se iba amortiguando a medida que pasaban los minutos. Era la hora de la siesta y la canícula de agosto caía firme sobre la finca andaluza. Lola se había levantado tarde después de una noche larga, pesada, en la que apenas pudo dormir. Su estado de gravidez le hacía sentir molestias continuas y le costaba relajarse. Tras la visión de los amantes, su ánimo quedó en suspenso, su corazón confuso y su voz atenazada. De pronto sintió un fuerte dolor moral, miedo, impotencia, temores de pérdida... ¿Qué podría hacer ante aquellos dos hombres que eran el doble amor de su vida? Miró al horizonte y contempló un mar de olivos plateados que la ayudaron de momento a serenarse. Recordó la fotografía de su madre en la mesilla de noche y gritó: ¡Mamá! Estalló en un llanto liberador que le ayudó a desahogarse. Se sintió ligeramente confortada.

Su madre había muerto cuando tenía cinco años y su vago recuerdo acabó en la imagen congelada de aquella fotografía sobre su mesilla de una mujer joven y hermosa abrazaba a su hija cuando la niña tenía dos años. Lola la besaba con más rutina que sentimiento cada noche antes de acostarse. Su padre, su verdadero amor, le inculcó aquella costumbre desde que perdió a su progenitora por una extraña enfermedad; la locura había escuchado en cierta ocasión a Juana, la cocinera. Él, Manuel de La Gbina, había sido para el padre más amoroso del mundo. Se volcó en su única hija y la colmó de besos, atenciones y mimos. No había un solo día que no hablara por teléfono con ella cuando viajaba o tenía que torear durante la temporada taurina en América.
Manuel de la Gabina era el matador de toros más célebre, el torero con más garbo y tronío, el hombre más educado y el varón más exquisito. Tenía una elegancia innata y un gusto estético que se traducía en todo lo que le rodeaba, desde el traje que vestía hasta la decoración de la casa. La prensa destacaba siempre su refinamiento como persona y como matador de toros. Desde muy joven su hija Lola lo seguía con frecuencia a los ruedos para admirar sus faenas taurinas y aplaudirle con calor. Más de una vez le brindó un toro y Lola siempre echaba a su paso claveles rojos reventones, que él cogía, besaba y trataba de devolverle lanzándolos hacia al tendido.

Curro de Cádiz llegó a sus vidas cuando tenía diecisiete años y ella quince. Manuel de la Gabina lo apadrinó enseguida porque intuyó en él a otro genio del toreo. Lo tenía todo: planta, arte y ganas de triunfo. Pasaba con ellos largas temporadas en la finca y su padre le enseñaba el arte de Cúchares al tiempo que le transmitía su destreza en las tientas, antes de que se lanzara al ruedo. Curro era un alumno atento y aventajado que no tardó en aprender del maestro, sin renunciar a su propio estilo. En menos de dos años Curro tomó la alternativa en La Maestranza de Sevilla, de la mano de don Manuel. Fue un día radiante y glorioso. Desde el palco Lola vio torear a los dos hombres que más amaba: a su padre y a Curro de quien se había enamorado como una colegiala.

Curro era un muchacho esbelto, de pelo castaño claro, de mirada brillante y sonrisa cautivadora. Sus ojos color de miel y sus rizos caídos sobre la frente habían fascinado a la hija del diestro. Tenía gracejo al hablar y les hacía reír a todos con su franqueza. Lola y él paseaban a caballo por la finca y entablaban pequeñas carreras en las que ella solía ganar, bien porque él le daba ventaja o porque Lola tenía más experiencia en el mundo de los caballos. Disfrutaban tanto juntos que se buscaban a todas horas. Muy pronto se enamoraron uno del otro y era vox populi el recíproco embeleso. El padre de Lola le advirtió a su hija que era ella era muy joven para casarse, que tenía que conocer a otros muchachos, incluso fuera del mundo del toreo, para que eligiera con más objetividad y conocimiento. Fueron inútiles sus consejos pues, cuando Curro tenía diecinueve años y ella diecisiete, decidieron casarse en la boda más sonada que hubo en Sevilla, incluidas las bodas reales. Curro y Lola formaban la pareja más popular y querida por los sevillanos, que los mimaba con su admiración y aplausos cada vez que aparecían juntos en algún evento. Manuel de la Gabina fue el padrino más apuesto y rumboso que conoció la ciudad de la Giralda. Todos pasearon en calesa por las calles entre una salva imparable de aplausos. Para Lola fue un día grande, como el día que su padre salió a hombros de la plaza de La Maestranza por haber cortado dos orejas y rabo.

 

         La pareja tardó dos años en tener hijos, pero, al fin, la noticia esperada se produjo cuando el ginecólogo confirmó a Lola el embarazo de gemelos. El matrimonio vivía con el padre ya que Manuel de la Gabina, hombre viudo, estaba sólo. Había espacio para todos en la gran casa de la finca con dos alas perfectamente delimitadas. Los dos matadores procuraban figurar en el mismo cartel de corridas y eso les permitía viajar juntos y animarse en las tardes de menor éxito o de fracaso. El mundo de los toros es muy azaroso; la suerte es siempre antojadiza. Cuando ambos acudían a torear la temporada americana no dejaban de llamar a Lola un solo día y sus voces se escuchaban en una conversación de a tres, lograda con dos auriculares de teléfono en la misma habitación.




         Mirando a los olivares y al agua de la piscina, Lola rememoró su vida y sintió de pronto que un líquido tibio mojaba sus piernas. ¡Estaba rompiendo aguas! Comenzó a gritar: ¡Mamá, mamá! Acudió Juana, la cocinera, y al poco salieron apresurados su padre y su marido para llevarla a la Maternidad de Sevilla.

Después de recobrarse de la anestesia epidural, la comadrona mostró a la madre dos hermosos varones, a los que Curro había registrado ya con los nombres de Manuel y  Francisco, los de ambos matadores, padre y abuelo de los neófitos. Curro apareció con una pulsera de brillantes y un anillo para su mujer. “Dos alhajas porque has parido dos hijos”, le dijo. El padre le siguió con un collar a juego con las citadas joyas, para completar el aderezo. Todos parecían felices en las numerosas fotografías que publicó la prensa, en las que Lola aparecía rodeada de cuatro varones. Los nombres y apellidos de los niños perpetuaban los nombres de la saga de maestros taurinos, repetían los pies de foto.





         La llegada de los hijos la descentró; los miraba como a seres extraños, ajenos a sí misma. Se sentía apesadumbrada. El ginecólogo decía que era una depresión pos parto más prolongada de lo normal, pero que ya pasaría. No fue así. La tristeza comenzó a roerla como un cáncer. Ya no podía viajar como antes para seguir los triunfos de su marido y de su padre. Estaba demasiado tiempo sola. La casa de la finca, que siempre le había gustado, se le antojó una cárcel de aislamiento; los paseos a caballo entre los olivos la sumían en un silencio ensordecedor. Una niñera experta se ocupaba del cuidado de los pequeños y eso le permitía poder bajar en coche a Sevilla con frecuencia y oxigenar su mente de los pensamientos torvos que la afligían tras lo que ella denominaba la visión de la siesta. Rehuía a sus amigas de antaño; no estaba a gusto en su compañía. Ellas le reprochaban que la veían absorta, extraña, rara. Dejó de llamarlas y de ponerse en contacto con ellas.

         Cuando el padre y el marido estaban en América su angustia se recrecía y su ánimo se abajaba hasta infiernos de abismo. En una de las frecuentes visitas a Sevilla, se encontró a Pepe el Rana, cantaor de flamenco y buen amigo. Le dijo que la veía desmejorada y que eso no podía ser.
-Chiquilla, ¡tú eres la más guapa de Sevilla y no puedes perder tu sonrisa! A ti te pasa algo. Cuéntamelo, mi alma, y te sentirás mejor.
Pepe la hacía reír y ella se demoraba a su lado con gusto, tomando finos y manzanilla.
-Fúmate un canuto de estos y te sentirás mejor. Ya lo verás -le dijo Pepe el Rana, al tiempo que se preparó uno de sus habituales liados de marihuana.
         Accedió para no perder su compañía. El aroma de aquella hierba la envolvió en una sensación de calma y de placer desconocidos.
         -Esta noche actuamos Paca la Tomatera y yo en el tablao Azules Rejas. ¿Por qué no vienes a vernos?

         La noche de flamenco supuso para Lola una sensación y experiencia renovadas. Acodada en una buena mesa del local, reservada para por el Rana, escuchó una tras otra las letras del cante jondo que desgranaban la pena negra de otras almas gemelas a la suya. Historias de amor y desamor, de falta de decoro, de ingratitud, de dolor hasta lacerarse físicamente el espíritu. Nadie sabía cantar con la voz bronca de Paca la Tomatera; nadie gemía con el sufrimiento profundo de Pepe el Rana. Ellos la comprendían, la interpretaban,  a través de su cante, que hablaba de dolor y de llanto en lo profundo, como ella lo hacía sin contar a nadie su pena negra. El flamenco, el cante jondo, fue redentor para su agonía. Se aficionó a él de tal manera que acabó por ser razonable entendida. Eran muchas las noches que bajaba a los tablaos de Sevilla para poner su alma a tono con el desgarro de aquellas voces encendidas en el querer y en su pérdida, en la angustia de la vida, en el desgarro de la existencia.

Ay pena, penita, pena,
Que me quita la razón,
Que me corre por las venas,
Lo mismito que un león.


         Los cigarrillos de El Rana se le fueron haciendo imprescindibles y él se los proporcionaba cada día sin dificultad alguna. Pepe el Rana, Paca la Tomatera y Lola constituían un trío de amigos que se sentían orgullosos de su amistad. Salían fotografíados en las revistas ilustradas. De vez en cuando El Rana o la Tomatera le insistían a Lola:

         -A ti te pasa algo, mi alma. Será mejor que lo cuentes todo para echar el sapo fuera y quedarte a gustito.
         ¿Intuirían de donde venía su pena negra?, se preguntaba Lola.

         Ella les miraba en silencio, les sonreía, les dejaba hablar y seguía fumando canutos. Lola prefería verlos interpretando su arte en el tablao, más que sentados a su vera con otros canutos y ante unas copas de manzanilla. A veces se ponían pesados, demasiados interrogantes. Lola llegó a pensar que quizás ellos sabrían más de su vida de lo que ella pudiera imaginar, pero también sabía que sólo las palabras comprometen, dan cuerpo real a las cosas y no estaba dispuesta a cristalizar su pena en el habla que articula lo que sucede. Que ellos pensaran lo que quisieran, estaban en su derecho, pero ella también tenía el suyo para callar y no desgarrarse hablando, para ahogar su pena en el sentir del flamenco, entre copas de manzanilla y canutos de marihuana.

Es un potro desbocado
que no sabe a donde va.
Es un desierto de arena, pena,
 es la gloria de un pesar,
ay, pena, ay pena,
ay pena, penita pena...

Ella seguía oyendo la copla de lejos o quizás todavía resonaba en su pensamiento.
         Algunas noches se sentía tan cargada de alcohol que se quedaba a dormir en un hotel sevillano y regresaba a la finca al día siguiente.
         Los niños se criaban sanos en brazos de la niñera y de Juana la cocinera. Lola sabía que no era una madre modelo, pero se enorgullecía de que sus hijos la querían, la abrazaban y se alegraban al verla. Compartían el tiempo de piscina a partir de que ella se levantaba al mediodía o cuando daba paseos por campo junto a ellos al atardecer hasta que se acostaban. La noche era enteramente suya para bajar de nuevo a Sevilla y perderse en las cuevas sagradas del flamenco.

Cuando volvían su padre y su marido de las ferias taurinas,  trataba de recomponer su vida y su horario en el que echaba de menos las noches de flamenco. A veces convencía a Curro para que la acompañara a Sevilla y la acercara a un tablao. Le presentó a Pepe el Rana y a La Tomatera, pero no le cayeron bien al joven torero. No le gustó que el cantaor le ofreciera un canuto y mucho menos que ella se lo fumara con toda la naturalidad en su presencia.
         -Estas amistades no te convienen- le recriminó en la vuelta a casa.


         Pepe El Rana esnifaba harina y una noche de ausencias americanas de los dos toreros de su vida, le ofreció una raya a Lola. Animada por la penumbra y el ambiente tibio del tablao esnifó y se sintió tan plácida como nunca jamás lo había estado. Su ánimo dejó de atormentarle y su espíritu se aletargaba con un júbilo desconocido. Parecía cosa de brujas. Desde aquel día no dejó de esnifar harina aunque le costara una fortuna pagarla a El Rana.
         El padre, Manuel de la Gabina descubrió pronto la adicción a la droga de su hija. “Te estás degradando”, le amonestó. Ella calló como de costumbre, porque no sabía qué decirle, salvo el reproche que contenía su garganta desde hacía tiempo pero que nunca saldría de sus labios. Si lo hacía se iba a romper el círculo mágico de la familia, las cosas ya no serían igual y ella no quería que aquello sucediera. Perdería el trato amoroso que reinaba entre todos ellos. Las formas salvan precisamente porque ofrecen apariencias y cubren con el silencio las vergüenzas, pensaba Lola para sí. Si ella hablara o le reprochara algo a su padre o a su marido, todo se rompería como una opalina quebrada por el hierro. No estaba dispuesta a jugarse la única familia que tenía y a la que amaba. El reproche, la queja, quiebran la flexibilidad de la convivencia, el buen tono, el trato amable y la coexistencia armónica. La palabra, pese a su aparente ingravidez, era muy poderosa, solidificaba los hechos.
         La adicción de Lola a la heroína se hizo tan insostenible que Curro y su padre decidieron internara en una clínica de desintoxicación. Lola se había quedado esquelética. Pese a todo, su marido le decía amoroso que seguía estando bella y su padre, como cuando era niña, que era para él la niña más querida del mundo. Estaba claro que la querían a su modo y manera. La protegían con piedad contra sí misma, contra sus debilidades y vicios. Lola confiaba en ellos. Dependía de ellos.
         Cuando, desintoxicada y restablecida, regresó a la finca se sintió más fuerte. Había ganado algunos kilos de peso y su energía se habíarenovado. Su padre y Curro se desvivían con ella; los niños estaban cariñosos y adorables con su madre. Juana había preparado para comer las migas con uvas que tanto le gustaban a Lola desde niña. Regresar al hogar fue estimulante. Se sentía feliz. “Hija, tienes que cuidarte, porque en esta familia no hay más mujer que tú y te necesitamos”, le decía su padre con una dulzura renovada.

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         Era el mes de septiembre pero el calor seguía apretando con fuerza. Salir al porche era soportar una auténtica chicharrera, pero Lola necesitaba el aire libre después de haberse levantado al mediodía. Curro y su padre habían regresado de una larga cabalgada matutina. Todos comieron un asado de carne y ensaladas antes de retirarse a la siesta. Lola no tenía sueño ni ganas de leer. Dejaba vagar su mirada por el paisaje suave y ondulado de los olivos. Curro le dijo que iba a dar unas órdenes a los encargados de la finca, que vivían en la casita del fondo. Pese al calor iría a caballo. Lola quiso acompañarlo pero él le dijo que no lo hiciera; el calor era insoportable y le sentaría mal. Lo esperaría en el porche. La canícula era feroz y el canto de las chicharras contribuía a hacerla más saetera y pegajosa. La digestión le pesaba y ella comenzó a sudar. Decidió entrar al salón refrigerado y ver un programa televisivo. Se cubrió el traje de baño con el pareo para evitar que el frescor del aire acondicionado le afectara de golpe a su cuerpo.
         No encendió el televisor y se dejó caer en el sofá. Curro tardaba en volver y el silencio de la casa era abrumador. Su cuerpo estaba nervioso y sentía la necesidad de abrazar a su marido. Recorrió la casa con un cigarrillo encendido. Se asomó a la habitación de los niños que dormían medio desnudos sobre sus camas sin retirar la sábana. Cruzó el vestíbulo central de la casa y se adentró en el ala de los aposentos particulares de su padre. Quizás estuviera leyendo el periódico como de costumbre en su despacho. No estaba allí, entró y acarició los objetos del escritorio. Las puertas correderas que lo unían al salón estaban entornadas. Oyó unos gemidos y miró por la rendija que dejaban las puertas. Su padre y su marido yacían juntos y apasionados en el suelo.

Se alejó a toda prisa y fue a su habitación. Rebuscó en sus bolsos y encontró dos pequeños sobres de cocaina. Salió al porche posterior de la casa y las esnifó con rabia y placer al mismo tiempo. El paisaje de olivos se le antojó soso y monótono. Pensó en sus hijos. Tenían cinco años, la misma edad que ella cuando se quedó sin madre. Las ondas del agua de la piscina la atrajeron con la suavidad de un lago encantado. Desató el pareo de su cuerpo y se lanzó al agua.


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Juana la cocinera descubrió flotando el cuerpo de la señora de la casa. Los toreros Francisco y Manuel acudieron presurosos a retirarlo y trataron de hacerle la respiración artificial. Fue en vano.

El entierro de Lola de la Gabina en Sevilla fue el más concurrido de cuantos conocieron los tiempos. Hubo más gente que el día en que se casó con Curro de Cádiz. En el cortejo fúnebre pudo verse a todo el mundo, desde los nobles de la Maestranza a los cantaores Pepe el Rana y Paca la Tomatera. La gente se enjugaba los ojos al ver a los dos hijos de la difunta, caritristes y hermosos, tras del féretro. Los maestros del toreo, Manuel de la Gabina y Curro de Cádiz, erigieron una estatua de bronce con la hermosa efigie de Lola para perpetuar su memoria en la finca sevillana. 







María Antonia Sánchez Escalona expone sus esculturas "Nereidas" en el Palacio Pimentel de Valladolid

LMA

María Antonia Sánchez Escalona (Madrid, 1941) expone su última serie de obras, bajo el título de “Nereidas” en el palacio Pimentel de Valladolid. La muestra permanecerá abierta hasta el fin de enero de 2013


La artista estudió pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes San Fernando de Madrid y obtuvo el Premio Nacional Fin de Carrera. Durante esos años estudió alternativamente escultura y grabado, este último en la Facultad De Bellas Artes de París durante un año. Ha sido becada por la Fundación Juan March, Gobierno francés, Fundación Rodríguez Acosta y Dotación de Arte Castellblanch.

         Sánchez Escalona explica así el trabajo presentado:

“Nereidas” es un proyecto escultórico en el que he estado trabajando esde hace tiempo. Es una invitación a la paz que produce el mar, esa fuente de vida que es el Mar, sin él la Vida no sería posible. Bajo ese lema agrupo estas esculturas que nacen de ese sentimiento.

Tomo fragmentos de la realidad para trasladarlos sobre un cuerpo intemporal donde lo representado  pueda embarcar al espectador hacia un lugar sin límites y sin tiempo. Es ahí donde intento acumular las emociones y energías para que cada criatura establezca un diálogo con el que la contempla.

La obra artística debe inducir al pensamiento, penetrar y  estrechar lazos con  nosotros mismos. En mi carrera ese ha sido el impulso para continuar investigando las fuerzas invisibles que finalmente todo y a todos mueven.

Mi trayectoria profesional es ya de largo recorrido como se detalla en la biografía. La pintura, el dibujo, el grabado, han formado parte de mi vida durante el largo transito realizado por Europa. Han sido etapas plenas que me han conducido a la escultura.

Antes que a pintar empecé a modelar, me atraía poderosamente. Cuando empecé mis estudios de Bellas Artes en Madrid, tenía que elegir, Pintura o Escultura, eran las dos modalidades de entonces. Elegí Pintura porque era igualmente apasionante.

Modelar, experimentar con óxidos y esmaltes

No puedo decir que he elegido esta materia, creo que es la materia la que me ha elegido a mí. Modelar, descubrir los secretos del horno, dominar la cocción, experimentar con óxidos y esmaltes... estos materiales me han atrapado. Con ellos he encontrado un nuevo lenguaje, una manera de hablar diferente. Significan una fusión  de forma y color, no concibo lo uno sin lo otro y me siento profundamente identificada.

La fusión de los elementos tierra, mar y aire con el fuego dan como resultado estas esculturas. El horno es la caja mágica que guarda sus secretos celosamente y siempre tiene la última palabra. Él medita a 1.260º de temperatura. Semejante a la del  núcleo de la Tierra.

 Desde niña, el Litoral Cantábrico ha sido permanente fuente de inspiración. Primero los veranos de Zumaia (Guipúzcoa). Luego enraizada en Pechón (Cantabria) por lazos familiares.  Ahí tengo mi estudio desde hace ya muchos años. Ahí trabajo la escultura desde un monte que mira al mar.

Vuelvo a exponer en Valladolid, después de muchos años. Las galerías de arte de Jacobo, Antonio Machón y Caja España, fueron el escenario de mis pinturas, dibujos y grabados. En esta ocasión presento mi obra escultórica.  Por primera vez doy a conocer mis esculturas en Valladolid en esta sala emblemática del Palacio de Pimentel”.






NAVIDADES/SATURNALES: ACLAREMOS CONCEPTOS



    M. Dolores  Gallardo López

En los días que estamos atravesando he recibido, como la inmensa mayoría de los lectores,  bastantes felicitaciones: algunas todavía (que sea por mucho tiempo) por carta, manuscritas a la manera tradicional, con hermosas imágenes;  la mayoría por correo electrónico, símbolo de los actuales tiempos.

    Las manuscritas, más conservadoras, me desean “Felices Fiestas”, “Felices Navidades”, o “Feliz Año Nuevo”. En las enviadas vía electrónica hay más  variedad: algunas me deseaban  “Felices Saturnales” o “Feliz Solsticio”, en la creencia -supongo- de que podían ser felicitaciones equivalentes a las navideñas tradicionales ¿Les ha pasado también a Uds.?

   A las dedicatorias tipo “Felices Saturnales” o “Feliz Solsticio” dedico estas líneas:
Representación de Sol Invictus



      1)    Navidades. Su origen
Las actuales Navidades, como explicábamos  en este mismo blog en el artículo 25 de diciembre 
http://lamiradaactual.blogspot.com.es/2009/12/25-de-diciembre-historia-en-roma-y-en.html 

 provienen de una tardía  fiesta del imperio romano: se celebraba sólo desde el  año 274 d.C., fecha en la que  el emperador Aureliano ordenó conmemorar el  dies Natalis  o día de nacimiento de un dios solar de procedencia oriental: Sol Invictus. Es por tanto una fiesta MUY TARDÍA de la Religión y el Estado romanos.

   La elección del 24 de diciembre como dies natalis de Sol Invictus está relacionada con el día del solsticio de invierno. Este hecho, así como los motivos que determinaron a Aureliano a crear esta festividad los encontrará el lector, si desea saberlos, en el mencionado artículo.

 Algunos cristianos comenzaron a conmemorar el 25 de diciembre el nacimiento de Jesús de Nazaret.  ¿Cómo fue ello posible?: Sencillamente considerando a Jesús  equivalente al Sol pero un Sol de Justicia que alumbra el mundo, como se lee en algunos textos:

a)    "Nos visitará el Sol que nace de lo alto, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”,  Lucas,1,78.
b)    "Sol de Justicia que traerá en sus rayos la salvación”,  Malaquías,4,2.

       Se pueden multiplicar los ejemplos. Entendiendo así a Jesús de Nazaret, los cristianos, al igual que sus convecinos, podían festejar también el día 25 de diciembre sin quebrantar los cimientos de su fe.

  Posteriormente la idea de celebrar el nacimiento Cristo la noche del 24 al 25 de diciembre -contra todo lo que parecen indicar los evangelios: los pastores duermen al raso; viajaban para empadronarse por orden deL César (Octavio Augusto), cosa que, dadas las incomodidades y carencias  de los viajes en esa época, no parece probable  que ordenara hacer en pleno invierno- se extendió a toda la Iglesia y ha llegado hasta nuestros días.

F. de Goya Saturno devorando a un hijo
  

2.   Las Saturnales
 
    Ya hemos visto de la fiesta del dies natalis del dios Sol Invictus fue tardía (274 d.C.), por el contrario las  Saturnales se celebraron en Roma desde muy antiguo. Estaban dedicadas al dios itálico Saturno, de ahí el nombre de Saturnales. En principio se celebraron entre los días 17-19 de diciembre (luego se alargaron).

 Saturno era un antiquísimo dios itálico,  de carácter agrícola según muchos estudiosos. Los romanos, cuando  adoptaron la Mitología griega, asimilaron su dios Saturno al dios  titán Crono de los griegos. Las características del primitivo Saturno itálico se perdieron. Las imágenes que nos presentan los artistas de Saturno (por ejemplo el Saturno devorando a sus hijos de Goya en el Museo del Prado) son realmente de Crono.

   El titán Crono en la Mitología griega era el primitivo dios del Cielo y  fue padre de Zeus (que tras rebelarse contra Crono y vencerlo se convirtió en el dios máximo del mundo griego y señor del Olimpo). En honor de Crono o Krono los griegos celebraban las fiestas denominadas Kronia. Dicho esto se entiende bien que las Saturnales romanas, si bien con sus características propias,  fueran una adaptación de las Kronia griegas. Ojo no se debe confundir el titán Crono (en griego Κρόνος, Crono) con el dios menor Cronos (en griego χρόνος,  Khrónos, Cronos) personificación del Tiempo, las confusiones son producto de la transcripción al castellano

  Desde siempre las Saturnales romanas fueron unas fiestas  muy bulliciosas y populares:
   Se reunían a comer  parientes y amigos; los esclavos gozaban de una libertad inusitada el resto del año e incluso  en algunas familias confraternizaban con los dueños.

    Los amigos y parientes se enviaban regalos de comida y bebida.

    En los banquetes familiares se solían hacer regalos muy diversos, según el bolsillo de cada cual: un atril, un aguamanil, una parrilla para asar, una bufanda, un tinte para el pelo…. o -los pudientes- platos incrustados con oro, copas antiguas, una cama hecha de limonero, una silla de montar, etc.  Estos ejemplos no los invento: los estoy tomando del poeta Marcial.

    Nuestro compatriota, el poeta Marcial (nacido en Bílbilis, cerca de Calatayud, un 1 de marzo entre los años 30/41 d.C.) escribió dos  libritos de dísticos para acompañar los más diversos regalos: Xenia -el libro XIII de sus obra completas-  eran dísticos para acompañar regalos de comida y bebida; Apophoreta- el XIV  de sus obras- contenía dísticos para acompañar  regalos de todo tipo.

3.  Resumen

Navidades y Saturnales son fiestas basadas en conceptos muy diferentes:

a)    El concepto en el que se sustentan las Navidades, como hemos visto más arriba, nada tiene que ver con el de las Saturnales.
b)     Sin embargo bastantes  tradiciones y costumbres de las Saturnales se han perpetuado en las Navidades cristianas.

Dado que  esas festividades se basan en concepciones  diferentes  es una tontería  sin sentido desear hoy día “Felices Saturnales”, pues el concepto al que esa frase hace referencia (fiestas en honor de un dios agrícola) ha dejado de existir hace muchos siglos.  Todo esto  lo explicábamos en este blog el 20 de diciembre de 2009 en el artículo Tradiciones navideñas a lo largo de la historia

 http://lamiradaactual.blogspot.com.es/2009/12/tradiciones-navidenas-lo-largo-de-la.html

Si, por la razón que sea, no queremos decir "Felices Navidades"  busquemos otra expresión, pero, ¡por favor!, dejemos en paz las pericitadas Saturnales.

 Aprovecho estas líneas para desear a todos los lectores ¡ FELIZ AÑO 2013!