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L.M.A.
01.02.18.- Madrid .- Escribió
Lao Tsé que la gratitud es la memoria del corazón. Y ha de ser siempre expresada,
porque en silencio el agradecimiento no sirve a nadie.
Por
ello quiero agradecer a la Casa de Galicia en la persona de don José Ramón
Ónega la cálida acogida en esta sede. A todos los que han querido esta tarde
arropar con su presencia a Julia Sáez-Angulo. Y a la propia Julia por la
confianza que ha depositado en mí para que sea yo quien les presente a ustedes
esta tarde la última de sus obras. Última, al menos publicada, porque Julia
Sáez Angulo es de las personas que llevan al extremo el aforismo latino: nulla
dies sine línea.
Nacida en Uruñuela (La Rioja), quizás recibió Julia
Sáez-Angulo por un soplo de taumaturgia el ANSIA DE SABER ACUMULADO EN LA
“CUNA DEL CASTELLANO”, COMO SE HA
LLAMADO A SAN MILLÁN DE LA COGOLLA,
distante muy pocos kilómetros de su pueblo natal. Muy pronto, su familia
se trasladó a Madrid.
Licenciada en Periodismo y Derecho por la Universidad
Complutense de Madrid y diplomada en Lengua y Civilización Francesa por la
Sorbona y en Lengua Inglesa por el West London College.
LABOR PROFESIONAL
Ha trabajado como periodista en el ámbito de la
cultura para varios periódicos como ABC,
Diario 16 y El Mundo, en los servicios especiales
de la agencia EFE, en diversas revistas culturales como Antiqvaria, Nuevo
Estilo o Formas Plásticas.
Y ha desarrollado su labor profesional en el gabinete
de prensa de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura.
Es Vicepresidenta de la Asociación Madrileña de
Críticos de Arte (AMCA), forma parte de la junta directiva de la Asociación
Internacional de Críticos de Arte (AICA).
Miembro de Número de la Academia de la Hispanidad.
Dama de Isabel la Católica. Pertenece a la Cofradía Internacional de
Investigadores de Toledo.
Miembro de la Asociación Colegiada de Escritores. De
la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Es secretaria del Grupo Pro
Arte y Cultura, dirigido por pintora y mecenas Mayte Spínola. Y vicepresidenta
del Grupo Literario Troquel Boadilla, presidido por la también escritora y
periodista Carmen Silva.
Ha recibido diversos premios: Tertulia Ilustrada 2008,
Llave Casa de Ávila 2009, Adobe de Oro,
2011, Homenaje de Tertulia El Rastro 2017. Diploma a la Excelencia del Grupo
Pro Arte y cultura.
Ha dicho de sí misma:
“El arte es mi mundo, un campo de belleza y
comunicación, un lenguaje que emociona y transmite; seguir su creatividad y
pulso en la sociedad es una satisfacción.”
JULIA SÁEZ-ANGULO ESCRITORA
Julia
Sáez-Angulo es de ese tipo de escritoras que además de amar el arte de escribir
(como ama las demás bellas artes) adora la más importante de las que deben
adornar y dar mérito a cualquier autor: el arte de leer.
Y
esto se nota en su obra. Julia es una mujer sabia; con esa sabiduría absorbida
de sus lecturas y del estudio. Erudición sin ostentación que luego exuda en los
diversos géneros que cultiva: la crítica de arte, la novela, la biografía, la
poesía y, cómo no, el relato.
Julia
Sáez-Angulo nos convoca hoy, en esta Casa de Galicia, para presentar en
sociedad “CUENTOS DEDICADOS”. Una compilación de sesenta y un pequeños relatos
de los cuales, curiosamente, en cinco de ellos no aparece dedicatoria alguna.
¿Serán –me pregunto parafraseando a Luiggi Pirandello- cinco cuentos en
busca de dedicatario?
De
alguna manera estos cuentos son, por un lado, una muestra de los muchos amigos
que Julia tiene; y por otro, no hay más que leer la dedicatoria general de la
obra, una suerte de agradecimiento a cada uno de esos amigos a quienes se los
dedica.
Porque
Julia, permítanmelo, permítemelo, es una mujer
agradecida y buena; y como ella escribe y podrán leer en uno de estos
relatos, “La bondad es la forma
sublime de la inteligencia”.
CUENTOS DEDICADOS
Habrán
observado que hasta ahora he usado indistintamente los vocablos “cuento” y
“relato”. Y lo hago conscientemente. Porque creo que ya ha llegado el momento
de superar el debate acerca de lo que sean uno u otro.
“Cuentos
dedicados” es un claro ejemplo de lo que quiero decir. Julia quiere también
saltar por encima de las vallas de las categorías. Así su introducción titulada,
precisamente, “De cómo nace un relato” escribe que de la mirada, la escucha o
la imaginación nacen muchos relatos (…) después la escritura conduce a
articular una historia diferente que se cierra redonda como un cuento o sigue
en marcha como un relato abierto.
Por
esto, en “Cuentos dedicados”, personajes reales como la periodista Carmen de
Burgos, “Colombine”, y su amado Ramón Gómez de la Serna; o la coleccionista de
arte Paula Florido y Toledo esposa de José Lázaro Galdiano, o el músico armenio
Djivan Gaparian, van de la mano junto a otros inventados por la autora, en
lugares reales o ficticios, trufando sucesos verídicos con lo que surge del
vuelo de la imaginación.
Se
trata así pues, más allá de debates teóricos o académicos, de poner la pluma a
merced de la creatividad. Urdir historias de tal manera que uno no sepa hasta
dónde llega lo real y dónde empieza lo fabulado. Todo, formando parte de ese
arte de narrar que Julia Sáez-Angulo posee.
“Fuera de la tradición ninguna verdadera
originalidad; todo lo que no es tradición es plagio”.
Son palabras de don Eugenio d’Ors que quiero hoy traer
a colación a propósito de la tradición del relato
en lengua castellana.
Una
tradición que viene de lejos. Me atrevo a decir, con el permiso de quienes
tienen más conocimientos que yo en este ámbito, que se remonta a aquellos
“Milagros de Nuestra Señora”, relatos en versos alejandrinos nacidos,
justamente, en San Millán de la Cogolla, de la pluma de Gonzalo de Berceo.
Julia
es continuadora de aquella tradición literaria de los cuentos que ha tenido y
tiene en tiempos más recientes grandes representantes como Ana María Matute, Ignacio
Aldecoa, Jorge Luis Borges o nuestra queridísima Angelina Lamelas, aquí
presente esta tarde.
Pues
bien, Julia Sáez-Angulo, retoma brillantemente esa tradición y en sus cuentos
consigue en apenas unas pocas líneas captar y mantener nuestra atención como
lectores. Lo cual es una ventaja en este tiempo que vivimos: tiempo de prisas y
breves pausas, donde los mensajes cortos nos inundan, donde cientos de impulsos
nos distraen. En estos tiempos, estas pequeñas historias son una sacudida
literaria; un aroma a buena literatura que podrán saborear en sorbos cortos
pero intensos.
Porque
HAY MUY BUENA LITERATURA EN “CUENTOS
DEDICADOS”.
Los
relatos de Julia nos dan la oportunidad de escudriñar en los rasgos
psicológicos de sus protagonistas o de la propia historia. Y esto lo consigue a
través del recurso que ha venido en llamarse sinécdoque narrativa que consiste
en tomar una idea, un personaje o un objeto como eje vertebrador del cuento que
sugiere o evoca, dejando como en un halo de niebla, lo que la autora está
realmente relatando. Es decir que la magia de estos cuentos está tanto en lo
que nos dicen como en lo que silencian.
Por ejemplo en el relato titulado “Carmela
Coello”, todo parece girar alrededor de esta señorita, un poco casquivana y buscadora
de fortunas; pero el trasfondo del cuento (lo que silencia) es quizás la
infidelidad matrimonial.
Buena
literatura también, por ejemplo, en el cuento titulado “Mis ancestros rusos”
donde la autora nos propone a un judío emigrado a la Argentina que va
remembrando la historia de sus antepasados y, como en un salmo, como en un
estribillo, repite esta hermosa frase:
“el
pueblo judío sabe que cuando está triste, contento, preocupado o emocionado, lo
mejor que puede hacer es cantar. La música eleva el espíritu y ayuda a
amortiguar las inquietudes”.
A
través de los lugares y personajes que aparecen en sus cuentos, Julia
Sáez-Angulo va dejando muestras de aquella erudición a la que antes me refería.
Porque
en “Cuentos dedicados”:
· Leerán vocablos olvidados de nuestro rico idioma tales como pendolista (calígrafo) o alfeñique (persona delicada de
cuerpo y complexión).
· Encontrarán referencias a normas de cortesía:
Cómo se debe besar la mano a una dama (acercando
levemente, sin posar, los labios)
O cuál es el número de comensales que deben
ocupar una mesa en una recepción (no más que las nueve musas ni menos que
las tres gracias).
· Pero hallarán también frases que les harán pararse a pensar. Lo que la
autora llama “la carga de profundidad”
de algunas de sus historias, y a fe mía que la tienen. A modo de ejemplo:
Ø Del cuento “El huevo estrellado” recojo estas palabras:
“No
sabe la importancia que tiene la petición de perdón para la víctima; no hacerlo
dificulta el olvido.”
Esta cita, inserta en una historia aparentemente
banal de disputas en el seno de una comunidad de vecinos, nos cabe letra por
letra en este país nuestro que ha pasado por tantos avatares de enfrentamientos
fratricidas.
Los cuentos que nos propone Julia son una
galería de recuerdos: la mayoría de ellos son narrados como tales, en tiempo
pasado, mirando lo que fue, como quien observa una fotografía amarilleada por
el tiempo.
Pero
son también un paseo por la vida. Pues, lo que no sirve para un cuento no nos
sirve para la vida.
Y como la vida, los cuentos responden a una temática
variopinta y diversa. Podrán deleitarse con su lectura de la misma manera que
si visitaran un museo. Sin necesidad de seguir un hilo conductor, yendo de una
sala a otra, de un cuadro a otro, de una historia a otra.
En
“Cuentos dedicados” aparecen la tristeza
y la nostalgia como en “La casa de la presa” o en “Volver
al Cáuscaso”; está el amor en “El viejo profesor” o “Giorgios el griego”; los
celos en el titulado “La estudiante americana del Ateneo”; el humor en el
divertido “Hay que votar a Ibarra”; la maldad en el sorprendente “Certificado
de autenticidad”; o los valores humanos como
en el que cierra el libro, titulado “La Abadesa de Fraumunster”.
En
todos hay unos interesantes retratos psicológicos de personajes y de
situaciones. Las historias son resueltas unas veces de forma sorprendente,
otras de manera abrupta, en ocasiones con finales abiertos, siempre sugerentes.
Y en casi todos, flota en el aire el gusto por las otras pasiones de Julia, la
pintura, la música, en suma por las bellas artes.
Quizás
la lectura de estos cuentos nos permita adentrarnos en los secretos
pensamientos de quienes refirieron las historias a la narradora; de quien las
imaginó o vivió, de quien las ha transcrito dando rienda suelta a esa poderosa
pulsión de los seres humanos que es la de contar historias.
ILUSTRACIONES
El
libro, además de los relatos, está muy acertadamente ILUSTRADO POR JUAN JIMÉNEZ.
Veinte
dibujos que responden con precisión al cuento que ilustran. Realizados unas
veces con trazos sencillos, casi etéreos, para insinuar la ternura de los
protagonistas: “La ondina del pantano”. En otras son trazos contundentes, con
la robustez de un viejo templo normando:”Golpes sobre el tejado”, o con la
fuerza que sugiere la imagen marcial de un maltratador: “Carmen la seducida”.
Pero
en todos los casos dibujos que resumen de forma visual el texto que uno
acaba de leer.
EDICIÓN
“Cuentos
dedicados” está EDITADO POR ESPACIO
CULTURA.
Una
presentación elegante y con una maquetación que hace muy cómoda la lectura del
contenido. Sugerente la cubierta del libro donde la puerta cerrada, iluminada
cálidamente por un farolillo, nos invita a adentrarnos en las historias
imaginadas, quizás en el mundo auténticamente real que hay tras el enorme árbol
al que da acceso.
Yo
les invito esta tarde a que tomen el libro en sus manos. A que, como si
estuvieran en una galería de arte, paseen por sus páginas y se deleiten con
cada uno de los cuadros, de las historias que Julia Sáez-Angulo nos propone. No
se arrepentirán.
Rogelio Sánchez Molero
Casa de Galicia en Madrid
29 de
enero de 2018