* La inteligencia artificial, cuarta revolución industrial de consecuencias insospechadas, si no se toman controles
Carlos Moreira en la ponenciaJulia Sáez-Angulo
19/3/22.- Roma.- Los profesores Eric Salobir, presidente de la Red OPTIC Francia y y el Doctor Carlos Creus Moreira, presidente de la Fundación WISeKey en Suiza han tomado hoy la palabra para hablar de “Educación y Democracia: La inteligencia artificial”, tema al que ha seguido un animado coloquio.
Salobir ha señalado que el ciber-activismo o los algoritmos crean con frecuencia noticias falsas y los ciudadanos lo reciben todo. Puso el ejemplo de algún discurso reciente del presidente ucraniano creado por algoritmos, que ha circulado en las redes. La tecnología invisible de los algoritmos es muy poderosa e influye en la democracia. No es tan solo una revolución industrial, sino también cognitiva, en la manera de percibirnos a nosotros mismos Las consecuencias de la inteligencia artificial son la creación de movimientos espontáneos como los “chalecos amarillos” en Francia, frente a la democracia representativa. Ellos no tenían jefe ni lo querían, pero obligaron al presidente de Gobierno a una reunión urgente con los diputados.
La gobernanza algorítmica es muy compleja y dejamos a los ciudadanos en manos de los algoritmos para muchas materias como matrículas, compras en pasajes o supermeracados… “Los códigos acaban siendo la ley”, dijo el conferenciante Salobir. Algunos observadores quisieran ver los Estados tecnificados como Amazon o Google que ofrecen buenos servicios, pero no crean ciudadanos sino clientes. Todo esto va contra los Derechos del Hombre y el Ciudadano. Algunos apuntan hacia el Estado tecnológico de los inteligentes, pero la tecnología de la inteligencia artificial es solo la punta del iceberg del mundo cripto, que rompe el Estado de ciudadanos, el estado social y deja fuera a muchos. La estructura de los Estados puede estar amenazada. Estamos metidos en una burbuja de información programada.
Hoy la técnica digital puede llegar a controlar mucho espacio de la humanidad. Habrá que crear ciertos controles. Alexa, Eco, Siri y otras voces contratadas en nuestras casas son como “dioses lares”, falsos dioses como aquellos que señala la Biblia: tienen ojos y no ven, orejas y no escuchan. Hoy nos encontramos en un contexto acelerado. Nos encontramos en un contesto acelerado. El pensamiento requiere mas tiempo para reflexionar, mas debate en medio de los procesos hoy acelerados. Hay que pensar en la política, en la cultura de la inteligencia. Queremos que las personas sean personas. Acompañar a los instrumentos dominado por la Inteligencia Artificial, IA, para poder trabajar con ella de modo inteligente y construir un buen modelo de democracia.
GOBERNADOS POR PROVEEDORES DE CÓDIGOS
Por su parte Carlos Moreira, que trabajó dieciséis años en Naciones Unidas y fundó la empresa de seguridad virtual WISeKey, patrocinadora del congreso en Roma, señaló: La Inteligencia Artificial es ciega. No tiene moral; es como el fuego, puede calentar tus manos, pero quema tu casa”, señaló el ponente CEO de WISeKey.
“Para construir algoritmos que convengan a la humanidad, debemos poner a los humanos en el centro de la arquitectura. Esa arquitectura de hoy, no siempre permite el intercambio de ideas fluido y democrático, sino que está gobernada por proveedores de códigos; es un ámbito donde los usuarios de Internet se han convertido en mercancías. Por lo tanto, vale la pena preguntarse: ¿Quién supervisa al codificador? señaló el Sr. Moreira.
¿Estamos construyendo un futuro mejor para la humanidad con la ayuda de una tecnología magnífica o, en cambio, estamos construyendo un futuro mejor con una tecnología mejor a expensas de la humanidad?" Debemos aprender a poner a la humanidad en primer lugar en lugar de dejarnos atrapar por la promesa del avance tecnológico. Los seres humanos han sido capaces de adaptarse, transformarse y comprometerse en cada situación que hemos enfrentado a lo largo de los siglos y han podido mantener el dominio. Debemos abordar las promesas de la tecnología con la misma adaptabilidad, para que podamos garantizar que la humanidad continúe prosperando".
Entre tanto congreso, la Santa Sede ha aprobado la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, para reorganizar la Curia romana.
¿QUIÉN DIRIGE EL MUNDO?
En nuestras conversaciones de cena y tertulia con los anfitriones, Carlos y Anne Sophie Moreira, además de María Pía Aqueveque, experta en cripto-monedas y otras disciplinas digitales complejas, no podía faltar el tema de las sociedades reservadas y/o secretas: Club Bildeberg (más social que efectivo), masonería, Iluminati… La sospecha de que se dirige al mundo desde arriba, desde una camarilla de muy pocos. Se daban nombres de dirigentes y mandatarios, de casos flagrantes. No es cuestión de teorías conspiranoicas, si bien no es fácil aceptar un solo foco de dirección y presión.
*****
Las tiendas y restaurante italianos están estrictos con los pasaportes-covid de quien entra en ellos. No falla ni uno solo a la hora de exigirlo. Hay fuertes controles y sanciones en caso de incumplimiento. No nos aceptaron en una trattoría, por un documento caducado. El mundo se hace rígido y antipático.
Italia, Roma, tiene tan buen gusto que se refleja hasta en las castañeras de las esquinas, que cuentan con un artilugio ornado, una instalación verde y floreada, que hacen atractivo su puesto e invitan a comprarles sus frutos tostados y calientes.
El paseo nocturno de despedida fue por el Panteón, iluminado en sus columnas con rayas de colores y la fontana de Trevi, siempre mágica y llena de gente que tira sus monedas al agua en la esperanza de volver a Roma. Nosotros, todos, cumplimos el rito.
Ya se ha conocido en la prensa la futura boda de Miguel Báez Litri y Casilda Ybarra Fontcuberta, así que solo me queda decir que el traje italiano comprado ayer por Mayte, era para esa boda. Así respondo a las numerosas preguntas que me han hecho de qué boda se trataba.
Carlos Moreira, a la dcha, en el coloquio del congreso
Carlos Moreira y el padre dominico Eric Salobir, ponentes del congreso