sábado, 8 de septiembre de 2018

RETRATOS: Rey Simeón II de los búlgaros, acogedor del arte español en el Museo Extranjero de Sofia


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 Rey Simeón (Foto: Ignacio Gil)



Julia Sáez-Angulo


            09/09/18 .- MADRID .- Emana majestad de toda su figura, en su cortesía y en sus palabras. Un rey que pasó su juventud en Madrid, con el príncipe Don Juan Carlos como amigo, que casó en 1962 con la española Doña Margarita Gómez-Acebo, que ha tenido cinco hijos cuyos nombres empiezan todos por K., que ha vivido todos los avatares de Europa del siglo XX y que propició en los 90 una colección del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, -cien obras- para el Museo de Arte Contemporáneo, Sección de Extranjero en Sofia, con la Infanta Doña Elena de Borbón a la cabeza Doña Ana de Orleans, princesa de Francia.

            Este rey, que el pasado año reunió a todas las familias reales con motivo de su 80 cumpleaños, ha escrito sus memorias en un libro titulado Simeón II de Bulgaria. Un destino singular, publicado por la editorial Nobel en España, después de haberse hecho en Francia. El libro fue presentado en la Real Academia de San Fernando, y en el acto estuvieron presentes los reyes eméritos de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía.

            Simeón Borisov Sakskpburggotski o Simeón de Sajonia-Coburgo-Gotha (Sofia. Bulgaria, 1937) fue el último rey de Bulgaria, que más adelante fue primer ministro del mismo país entre 2001 y 2005, por elección. Hoy sigue residiendo en su país y hemos perdido su cercanía en Madrid, aunque viaja a la capital de España con cierta periodicidad para ver a hijos y nietos. Los miembros del PAC lo vemos de vez en cuando, más bien a la reina Doña Margarita, en los encuentros en casa de Mayte Spínola y nos alegra de veras. La querida y desaparecida Inés Medina fue la comisaria de la hermosa colección del PAC para Bulgaria, organizada por Mayte Spínola, como primera de las grandes donaciones del Grupo.

            Por mi parte, conocí al rey Simeón en los 80, durante el refrigerio después de la misa de pascua en la iglesia ortodoxa de Madrid, a la que acompañé a mi amigo el escritor Mario Soria, que era a su vez amigo del padre Dimitri. Allí había tres familias reales: la de Bulgaria, la de Bagration de Georgia y la del rey Simeón, un hombre cortés y adorable que sabía entregarse a la persona con quien hablaba, sin distracción alguna. Un arte social que no todos dominan. Le conté que una mujer búlgara me había regalado un ejemplar de geranio, que tiene una hoja especial dentada y bonita, que se ponen o ponían los monárquicos en su país.

            Memorias dedicadas a sus hijos y nietos

            Las memorias van dedicada a los cinco hijos y todos los nietos “para que conozcan mejor sus orígenes y puedan crecer siempre con ellos”. El libro llega bien aderezado de viejas fotos y recientes que dan idea del paso del tiempo en los rostros y ambientes ofrecidos.

            El padre de Simeón de Bulgaria murió en misteriosas circunstancias, por lo que su hijo se convirtió en rey de los búlgaros a los seis años. Los comunistas asesinaron a varios miembros de su familia y en 1946 se ve obligado a viajar rumbo a Estambul para exiliarse en Egipto y seguidamente en España. En su vida se han cruzado personajes como Isabel II, el sha de Persia, Hassan II, Franco y el rey Juan Carlos.

            Todo “el camino de la memoria” –título del prefacio- para llevar a cabo esta casi autobiografía, a la que se añade en el libro un árbol genealógico, cronología, mapa y bibliografía. Los capítulos tienen rótulos sugerentes como: Las penas de la infancia; Una juventud madrileña (muy cerca del rey Juan Carlos, entonces príncipe de España); El aprendizaje de una vida; Tiempo de vivir; País de Oriente; Viajes; Mi lucha política; Ser primer ministro, y El Europeo.

            La escritura  de la autobiografía o memorias “un ejercicio que llevo muchos años postergando para no dar la impresión de querer cerrar un capítulo. Escribir sobre uno mismo es ya una pequeña muerte”, dice el rey Simeón en el largo prefacio donde recuerda episodios como el de las memorias de la Infanta Eulalia de Borbón, que fueron escandalosas y polémicas. “Hermana de Alfonso XII, le encantaba recordar a sus visitas que era la hija de Isabel II de España… Un personaje extravagante cuyas memorias han sobresaltado a todo el mundo por sus indiscreciones”.

            La autobiografía de Simeón II de los búlgaros –más que de Bulgaria- es audaz e interesante, si bien no caben en ella sobresaltos y menos escándalos, ante un rey que es todo un caballero en el trato con las personas y cuya trayectoria ha sido respetada por quien le conoce.

            “Esta vida “singular” no habría sido posible sin la paciencia de  Margarita que lo ha cambiado en todos estos años”, dice Simeón II de su esposa según reza el pie de la última foto del libro.

Más información



http://www.elmundo.es/loc/2017/05/20/591f185fca47417d088b456e.html


Retrato de la reina Margarita de Bugaria, por Nati Cañadas, que quedó en el museo de Sofía, tras la donación del PAC

La Infanta D. Elena entre Doña Ana de Orleans y Simeón de Bulgaria
Los reyes de Bulgaria con Mayte Spínola
Rey Simeón con su amigo Garciliano Barreiros (circa 1970)


Matías Díaz Padrón y el municipio de Madrid, premios Cultura Viva



 Matías Díaz Padrón


L.M.A.
Fotos: Peter Wall

            08/09/18 .- MADRID .- Se ha llevado a la entrega de la XXVII edición de los Premios Nacionales Cultura Viva entre cuyos ganadores figuran  el profesor Matías Díaz Padrón y el municipio de Madrid, distinguido como premio a la mejor localidad por su propuesta como municipio por la Economía Circular y el Residuo Cero. 
            
            También han sido galardonados Sara Baras, en la categoría de Danza, Ricardo Galán en Artes Plásticas,  Joaquín Achúcarro, en la modalidad de Música. Dentro de estos premios, también se ha otorgado la distinción Claudio Prieto a Luciano Sarmiento, a Ricardo Bellveser (Poesía), Rafael Reig (Narrativa), José Luis García Barrientos (Teatro) y Leo de María (Revelación artística). El Premio de Arqueología e Historia Antigua José María Blázquez ha sido para Gregorio Carrasco, el Premio Nebrija para Ana Suárez Miramón y el de Historia del Arte para Matías Díaz Padrón. 

            La Asociación Cultura Viva es una entidad sin ánimo de lucro que durante veintisiete años ha ido concediendo sus premios nacionales a las distintas manifestaciones de la cultura: el arte, la ciencia, la literatura, la música y el teatro. Más de seiscientas personalidades sobresalientes en sus respectivas disciplinas, que jalonan una trayectoria independiente, libre de influencias políticas o institucionales.




viernes, 7 de septiembre de 2018

RETRATOS: Antonio López o la historia del célebre cuadro “La Gran Vía” de Mariluz Barreiros




 Antonio Lopez entrega el I Premio Iberoamericano de Mecenazgo a Mayte Spínola (2015)
 Antonio López. pintor

"La Gran Vía de Madrid", O/L por Antonio López


Julia Sáez-Angulo

            08/09/18 .- MADRID .- Dicen que “La Gran Vía” es  el mejor cuadro del pintor y tienen razón, pues bien, la intrahistoria de esta pintura tiene su aquel, que dice mucho del mejor artista realista del panorama pictórico español e internacional. Un manchego con mas retranca que un gallego, que expone en la galería Marlborough, que fue premio Velázquez 2006 y Medalla de Oro Mayte Spínola 2017, que sostiene que en el patronato del Museo del Prado debe de haber siempre algún pintor y no solo políticos y coleccionistas de arte. Tiene muchísima razón, de la misma manera que yo diría que no debe estar copado por artistas, porque buenos son ellos. Él fue en su día miembro de ese patronato magno y allí dejó oír su voz.

            Antonio López García (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) siempre pide una mayor y mejor educación artística en el bachillerato. Íñigo Méndez Vigo, cuando era ministro de Educación, lo asentía.

            Cuando se iba a casar la hija del empresario Eduardo Barreiros, Mariluz, con Alberto Comenges, su tío, Valeriano Barreiros, el que llevaba las finanzas de la conocida empresa de automoción española, encargó a su cuñada, la pintora Mayte Spínola, que adquiriese un buen cuadro para su sobrina. Le dio el talón para pagar el regalo y la pintora conversó a su vez con su sobrina Mariluz hasta que se decidió que sería un cuadro de Antonio López. Mayte y su esposo Graciliano le regalaron un pequeño Dalí.

            Con las mismas, las dos damas Mayte y Mariluz quedaron con Antonio López y su esposa María Moreno –buena pintora- en casa para concretar que tipo de cuadro quería la que se iba a casar y se barajó la posibilidad de un bodegón o un paisaje urbano. Se optó finalmente por lo segundo y Antonio sugirió que fuera la Gran Vía de Madrid. Recibió el talón de manos de Mayte y se puso a pintar, pero ya saben como es la pintura del artista manchego, que entregó el cuadro a la desposada cuando ya ésta se había divorciado y estaba a punto de casarse con Jesús Polanco. 

            Antonio López, que ha visitado varias veces la Fundación Arauco dirigida por Carmen Spínola en Chinchón (Madrid), se lo contó allí, entre risas, a Mayte. El manchego es como es, imposible. No hay mas que recordar el cuadro que hizo sobre la familia real del rey Don Juan Carlos para el Palacio Real de Madrid, con el príncipe y las infantas solteros, y terminado con ellos casados. Todo esto forma parte de la realidad  y su leyenda.

            Mariluz Barreiros es hoy la Delegada del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, en Galicia y dirige con tino la Fundación Eduardo Barreiros de la automoción y el Museo Barreiros.

            Escuchar a Antonio López en conferencias, como las que ha impartido en el Museo del Prado, la Fundación FOCUS, el Club Siglo XXI y en el Taller del Prado, es un espectáculo, porque en ellas no se contiene un pelo, provoca y cuenta todo lo que tiene que contar y decir como en petit comité. Ya tiene edad para decir lo que quiera, e incluso “para ser impertinente”, como decía la escritora Ernestina de Champourcín.

            Antonio López, entre otras cosas ha dicho:  “El buen pintar figurativo contiene la abstracción, sabe colocar adecuadamente el color y las formas. Hablar de abstracción en la pintura es una redundancia. Es la propia pintura. La abstracción es un contenedor de sentimientos y formas, algo que ya estaba en la pintura desde siempre”. El premio Velázquez recordó a la VEGAP cuando tenía su sede en lo que hoy es el Taller del Prado. Dijo que nunca había tenido dificultades para estar en un sitio, cuando quería pintar desde él y así lo había hecho en Vallecas y en la Gran Vía.

No solo pintor de Madrid

            No se considera un pintor de Madrid, aunque haya pintado la ciudad en distintos puntos. “Yo pinto lo que está cerca de mí, mi casa, mis cosas, la vida misma, lo que tiene importancia para mí, como hacía Vermeer, que pintaba su casa y su cercanía”. “El pintor ya no está secuestrado por el encargo y no tiene por qué pintar dioses o imágenes sagradas”, añadió.

            El pintor de Tomelloso ha recordado su llegada a Madrid a una pensión, cuando tenía 13 años, para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, animado por su tío, su admirado pintor Antonio López Torres (1902-1987), que tiene un museo en Tomelloso. “La pintura del Museo del Prado, tan oscura, me parecía una pesadez. Me interesaban más los últimos pintores, sobre todo Picasso y lo que más me interesó fue el arte griego al que entendía mejor que a Goya. Lo descubrí en el Museo de Reproducciones Artísticas”, cuenta el artista, y señala que en la docencia debiera de empezarse siempre por mostrar lo que hacen los pintores últimos, los más relevantes, y no repetir la Venus de Milo. “Tío me gusta más lo que usted hace”, le dijo a López Torres después de visitar el Museo del Prado.

            Recuerda también Antonio López que estuvo cuatro años dibujando y pintando en la Escuela de San Fernando. “Se puede aprender a dibujar en uno o dos años, pero “la pintura es sobre todo pintura y eso es algo muy personal”. Señala la pintura como emoción color y formas, algo que él sabe muy bien calibrar en los demás pintores y no tanto en su propia obra.

            “La figuración realista tiene su propio lenguaje y a muchos les cuesta pintarla, como a De Chirico; después de tanta metafísica en sus cuadros, cuando quiso volver a la figuración realista, le costó mucho. Buena parte de los cuadros metafísicos que se mostraron en su exposición de Chirico en la Caixa de Madrid, eran flojos”.

            “Cuando veo la figuración de nuestra época me parece nueva en su libertad”, dijo y señaló los ejemplos de Bacon, Balthus, Hopper, Peter White, Richard Estes, Giacometti en sus retratos… “Me parece asombrosa la riqueza de lenguajes dentro de la figuración…”, señala Antonio López: “No me preocupa nada lo que va a pasar en el arte dentro de 50 años. Tenemos arte de sobra, lo que hay que hacer es disfrutar de la vida”.

            “El orden está en la vida y la mente de cada cual, más que en el estudio”, declara. También dice que ha comprado pintura abstracta, “porque conozco su recorrido y me gusta la abstracción, que también puede seguirse en la figuración. Hay abstracción en la obra de Velázquez, no así en la de Murillo, por eso me interesa más el primero…”

            El artista manchego señala que hoy no se enseña la pintura figurativa en las Escuelas y por ello habían surgido numerosas Academias privadas, desde las que se impone un estilo.

            “Los artistas figurativos no hemos tenido mucho mimo de la sociedad, aunque nos hayan dado algunos premios”. “Los pintores constituimos unas cuatro “familias” y en la propia te aplauden, pero no así en las otras y hay que andarse con cuidado”. “Hay gente que me quiere, aunque no entienda de pintura, porque soy para ella un símbolo”.

            Sobre Marcel Duchamp dice que era “un artista zángano, persona de cultura e inteligencia, pero un vago. Era nada, frente a Paul Klee, que sí era un gran pintor. Y hay algunos que siguen a Duchamp y que son igual de zánganos que él”. Antonio López dice que le gusta mucho ver y leer libros de grandes artistas.

            “A mí –a diferencia de Pérez Villalta, pintor muy creativo que le gustaría ser como un arquitecto, proyectar y que lo hagan otros-  me gusta ser un pintor que lo hace todo, desde la preparación de los lienzos hasta el bastidor y la firma, pasando por la escala o su cambio, disfruto y gozo en todas las etapas de la ejecución del cuadro.

            “Todo lo que tiene que ver con la pintura me parece intemporal. La figuración de nuestra época, de los siglos XX y XXI es un lenguaje precioso, intemporal. El día en que se haga una exposición con todo su recorrido, la gente se va a caer de espaldas, porque cada uno  (cita a los pintores anteriores) tiene su propio lenguaje” “Me parece maravillosa la aventura de pintar, las dudas, los arrepentimientos... como a Velázquez”.

Más información

https://lamiradaactual.blogspot.com/search?q=Antonio+L%C3%B3pez

Carmen Iglesias, Mayte Spínola y Antonio López

Antonio López, Alicia Koplowitz y Mayte Spínola en el centro

Antonio López en el Taller del Prado (Foto Peter Wall)
Retrato de los Reyes (2016). 0/L por Antonio López