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"Seduta sulla luna"
Elisa Marino Mancini
Graus Editore
Nápoles, 2011
Julia Sáez-Angulo
Elisa Marino Mancini (Nápoles, 1934), escritora italiana residente en Madrid, acaba de presentar en un palacio de Nápoles su libro de narrativa “Seduta sulla luna”. Oberto Mandia, director de Graus Editore, hizo de presentador, dando paso enseguida a un animado coloquio con el numeroso público asistente. España publicará muy pronto en castellano la novela “Patrias de amor” de Elisa Marino.
¿Qué le movió a escribir su última novela?
Estuve obligada a sentarme en un sillón, estaba triste y con dolor, pero la familia y la vida venían a mí, no podía olvidarlos. Me parecía estar sentada sobre la Luna, lejos de todos, pero testigo de los acontecimientos que sacudían el mundo, que ocurría a toda prisa, escuchaba los gritos de desesperación de los desdichados y el canto alegre de la gente rozada por la suerte. Sin ningún programa comencé a arrojar páginas y páginas. Hablaba de las alegrías y las penas de una madre, de una abuela, una mujer, con una gran carga de feminidad, a pesar de los años.
“Seduta sulla Luna” es un momento mágico de mi vida, en que se entrelazan, como en un caleidoscopio las imágenes, los recuerdos, las fantasías y la realidad. Los cuentos son frutos de una interpretación de recuerdos y una transposición onírica de mí misma en los personajes de la obra.
-¿Cómo fue la presentación del libro en Nápoles? ¿Quién hizo la presentación?
La presentación a Nápoles fue muy entretenida y contra las reglas. Ningún nombre famoso podías presentarme. Cuando llegué con Oberto Mandia, profesor de literatura italiana y alemana, que es director editorial de la Graus Editore y vimos el magnífico salón del palacio de las Artes de Nápoles, tuvimos un momento de pánico.
Yo, inquieta, dije:
-Quitamos la mitad de las sillas.
-¿Y donde las ponemos?- contestó Oberto. Él llevaba un magnífico traje formal, azul con una hermosa corbata y había dejado en casa el aire de los hippies que lo caracteriza.
Fue entonces cuando llegó el primer ascensor lleno de gente y, luego, otro y otro y otro. En quince minutos la sala estaba llena. Yo apretaba la mano de Oberto, que, turbado, exclamó:
- ¡Pero si ya está completa!
Para hacer la presentación más viva decidimos dar sólo unas pinceladas de la obra y luego responder a las preguntas de los participantes. Tras la breve presentación de mi compañero y unas pocas palabras mías, le dio espacio a las preguntas formuladas. Todo el mundo tenía algo que preguntar, contesté a todos, a veces, incluso, bromeando. Los invitados se fueron contentos de haber sido escuchados y obtener las respuestas adecuadas. Compraron muchos libros, intrigados por el diálogo
-¿Cómo elige sus argumentos?
Los temas nacen de la vida. Historias que he leído en los periódicos o la historia de unos amigos. Estudio el punto de partida para un largo tiempo, ante de empezar a escribir. Me identifico con las personas, como si hubiera yo misma vivido la misma historia. También estoy interesada en el contexto histórico y social que rodea los personajes y creo que es crucial para entender la gente.
Exigencia y proyectos
-¿Hasta qué punto le preocupa la estructura de la novela?
La estructura de una novela me preocupa mucho. La predispongo, la modifico, la corrijo muchas veces. Arrojo apuntes y apuntes a la papelera, por lo general nunca estoy satisfecha.
- ¿Tiene algún otro proyecto narrativo?
Acabé ya otra novela y tengo otra más en la mente. Pero por ahora es solo una idea. Tengo que estudiar más y tengo miedo de ofender a alguien.
-¿Se va a traducir en castellano “Seduta sulla Luna”?
Espero que sí. Me toma en un momento que estoy eufórica. Después de tantos años, una editorial española ha pedido una novela mía: “Patrias de Amor”, una inquietante historia de dos mujeres desde 1940 a casi el día de hoy y sus reacciones ante la vida y la guerra. Tuve la suerte de encontrar un buen traductor. Tengo muchos amigos en España y sus opiniones sobre mi forma de escribir es muy importantes para mí.
-¿Escribirà algún día un argumento situado en España?
También en “Patrie d’Amore” hay una referencia a España. Es una de las Patrias de la protagonista. Me encanta España: es mi madre adoptiva. No hay que olvidar que soy de Nápoles. Los napolitanos todavía recuerdan a los reyes españoles como Carlos III, hijo de Isabel de Farnesio.
-¿Qué libro está leyendo ahora?
Estoy leyendo “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón, en italiano. He leído todo lo que pasa por mis manos, tanto en italiano como en español, y francés con mayor dificultad. Pero no leo muy deprisa, un libro me dura un mes o más. Yo estuve muy turbada por “La Cabanas”, pero, finalmente, me pareció muy humano.
-¿Como va su pintura?
Mi pintura es un tormento. Me pregunto qué harán mis herederos de mis cuadros a mi muerte. ¿Una llamarada?
-¿Qué exposición ha visto y recomendaría?
Estuve muy interesada en la exposición del Museo Reina Sofía: “Romper el siglo XX: utopías y conflictos”, que me dio la oportunidad de entender el cambio intrínseco del arte, desde el realismo a lo abstracto, por supuesto, al día con las diversas corrientes pictóricas.