martes, 14 de junio de 2011

Francisca Lita, Arte desde la migraña al Alzheimer y sufrimiento crónico


"Huellas de lo invisible”
Pintura y Dibujo
Francisca Lita
Centro Cultural La Asunción
Alete. Juni
Obra de Francisca Lita

Julia Sáez-Angulo




La enfermedad, el dolor, la discapacidad, el sufrimiento, el Alzheimer... son posibles motivo de reflexión plástica para una artista como Francisca Lita (Valencia, 1948) que expone actualmente en el Centro Cultural La Asunción de Albacete durante el mes de junio.

Lita, que ya había expuesto en Madrid y Valencia (2006) su serie de pinturas sobre la migraña, enfermedad que padece y conoce muy bien, ha querido en esta exposición albaceteña titulada “Huellas de lo invisible” dar una vuelta de tuerca en su trabajo artístico. La autora es doctora en Bellas Artes y profesora titular de Universidad.

El trabajo es “el resultado de una investigación artística en combinación con la base científica del grupo que combina la Doctora Teófila Vicente-Herrero dando una visión global médico-artística que pretende ilustrar con más claridad los aspectos limitantes de las patologías y la repercusión en las personas y en la sociedad”.

“La migraña es un largo camino de sufrimiento y dolor” declara Lita, una enfermedad que conlleva la fotofobia y sonofobia, que requiere oscuridad y silencio absolutos para paliar el malestar doloroso que se fija en la cabeza de las personas que la padecen. Una enfermedad crónica, cuyo fin no puede preverse, que produce cierta discapacidad en quien la sufre, absentismo laboral y repercusión económica y que implica cambios y adaptaciones en todas las facetas de la vida. Su origen sigue siendo indemostrable.

El arte de Lita, su pintura aborda el dolor en cuadros tan patéticos como el titulado “Autorretrato con cruz”, en el que un rostro doliente, un reloj de tiempo indefinido y una gran cruz blanca como patíbulo dominan la hermosa composición espacial de la obra resuelta en blancos, grises y rojos.

Serie sobre el Alzheimer“Mi más fiel enemigo” es otro cuadro en el que se aprecia una suerte de gran figura impetuosa que avanza con gran presencia y sentir en medio de una arquitectura exterior y estancias interiores. La geometría domina la distribución de los espacios. El color azul se cuela entre los blancos grises y rojos habituales de la pintora.

Hay algo de la filosofía de los caprichos y desastres goyescos en esta obra doliente y hermosa al mismo tiempo. El color rojo cobra una misión casi de puñalada en algunas imágenes de los cuadros. “Vivo en la soledad de un mundo vacío, rodeado de quien ya no siente conmigo”, dice la doctora Teófila Vicente-Herrero en el catálogo de la exposición.

Sobre el Alzheimer, Lita ha llevado a cabo cuadros y una especie de murales titulados “La primera senda del olvido”, “El inicio de la ausencia”, “Retorno a la inocencia” o “El caos”. En suma, una obra pictórica de gran fuerza y contenido conceptual.

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1 comentario:

xiscobernal dijo...

Hola Lita, empiezo a explicarme esa profunda seriedad que me comunicó tu obra la primera vez que la contemplé.Sin embargo no la veo una obra doliente. La veo, eso sí, exageradamente límpida. Casi diría como una obtra caligráfica como ya te comenté entonces. Pero aún no soy capaz de entender el mensaje. Tu mensaje. Un abrazo de dos admiradores juntos.