L.M.A.
“Frente al cliché de la violencia que nos trasladan los medios de comunicación, en el mundo árabe hay muchos gandhis”,afirmó esta tarde Jean-Pierre Filiu, en el coloquio que mantuvo con Karim Hauser Askalani, responsable de Gobernanza de la Casa Árabe, a propósito de su libro La primavera de los árabes, recientemente publicado por Norma Editorial. Jean-Pierre Filiu ha vertido en esta novela gráfica el conocimiento sobre el Islam contemporáneo adquirido a lo largo de su trayectoria como diplomático, historiador y periodista ocasional: “Quería encarnar las historias que ocultan las cifras, dar una identidad a las víctimas, a los árabes que han emprendido una lucha de liberación contra unos regímenes dictatoriales que se comportan como verdaderos ejércitos de ocupación”. Filiu recordó que, en septiembre de 2011, eran 3.000 los muertos en Siria: “Entonces nos parecía una cifra enorme. A día de hoy, cuando han transcurrido cinco años, se estima que los muertos pueden superar los 300.000”.
El historiador francés denuncia la inoperancia de la comunidad internacional: “Hay una población sitiada que está sufriendo hambre. Mirar y no hacer nada es un crimen”. Y es especialmente contundente al juzgar el papel de Naciones Unidas: “La ONU, incluida Rusia, ha votado varias resoluciones aprobando el envío de ayuda humanitaria. Sin embargo, los primeros camiones de ayuda humanitaria destinados a Daraya transportaban champú y ni una miga de pan. Escribí entonces un artículo diciendo que los hambrientos podían comer champú. Se desató un escándalo”.
En opinión de Jean-Pierre Filiu, la clave para entender la “primavera de los árabes” se encuentra en el hecho de que son movimientos revolucionarios que “no se inician quemando la bandera de EE.UU., sino retomando y enarbolando las banderas nacionales que han sido traicionadas por sus gobiernos”. “Que estos pueblos estén asumiendo la responsabilidad de su propio destino”, insiste, “no puede significar que hayan de ser abandonados frente a la barbarie”.
La literatura que se escribe en los huecos de la Historia
Una de romanos fue el título del coloquio que, convocado por la Comunidad de Madrid, ha reunido en la Feria del Libro al escritor Santiago Posteguillo y al periodista Nacho Ares. Posteguillo confesó sentirse un escritor dentro de la tradición: “La novela histórica española ocupa el lugar que la divulgación histórica ha venido desempeñando en el mundo anglosajón. Escribo en la estela de José Calvo Poyato, José Luis Corral o Juan Eslava Galán”. El escritor reconoció como un reto dotar de vida al esqueleto del relato “que está a un clic en Google”. Y añadió: “Conocemos la estrategia de las grandes batallas, pero no las conversaciones privadas. El escritor debe plantear hipótesis probables en los vacíos históricos sin que se noten las costuras”. Posteguillo, quien se manifestó a favor de los festivales de recreación histórica como una forma más de divulgación, “porque te dejan tocar la historia”, se lamentó del ataque a los estudios de Humanidades: “¿Querrán acaso que no pensemos?”.
Javier Rodríguez Marcos: “Dentro de cada molino puede haber un gigante; dentro de cada buen libro, herramientas para desenmascararlos”
Javier Rodríguez Marcos, quien dedicó su intervención ante el Micro de la Feria a “Vicente Patón, un gran defensor del patrimonio urbano de Madrid”, se dirigió a los “lectores desocupados” para quienes Cervantes escribió el Quijote, un libro que “despierta la risa en los melancólicos, acrecienta la de los risueños, los discretos admiran su invención y los graves no la desprecian”. Antes que de la obra cervantina, Rodríguez Marcos prefirió seguir hablando de “los encantadores, esos seres que se las ingenian para hacerle la vida imposible al Caballero de la Triste Figura”, los que “patrocinan los eufemismos” que pudren el significado de “las palabras de la tribu”. Son, continuó, “aquellos a los que no les gusta que se llame a las cosas por su nombre, aquellos que se empeñan en que veamos ‘investigados’, expedientes de regulación de empleo’ y ‘prisiones permanentes revisables’ donde el común de los mortales ve ‘imputados’, ‘despidos masivos’ y ‘cadenas perpetuas’”. Y concluyó: “Dentro de cada molino puede haber un gigante. Dentro de cada buen libro, herramientas para desenmascararlos”.
Joan Tarrida: “Descubrir y comprender el mundo no es posible sin la lectura”
“He dedicado toda mi vida adulta a editar libros y, sin embargo, nada en mi infancia ni en mi juventud me destinaba a ellos”, afirmó, ante el Micro de la Feria, Joan Tarrida. Recordó que en su casa no había libros y que el primer ejemplar que tuvo “me lo regalaron en la escuela a los tres años, como premio por lo rápido que había aprendido a leer”. El editor se reconoció, cincuenta años después, con la “misma curiosidad por descubrir el mundo y comprenderlo”, algo que “no es posible sin la lectura ni los libros”. Tarrida citó a Wittgenstein –“Incluso cuando todas las preguntas de la ciencia hayan encontrado respuesta, todas las grandes cuestiones de la vida seguirán ahí”– para concluir: “Y por eso seguiremos leyendo y leyendo libros”.
El intercambio de libros entre los países hispanohablantes: una relación asimétrica
España exportó el año pasado libros a América Latina por valor de 155 millones de euros, mientras que las ventas aquí del sector editorial de los países de la otra orilla de Atlántico sumaron 2,7 millones. Los datos, ofrecidos por el consultor Miguel Gil, son elocuentes sobre la “asimetría descomunal” existente en el comercio editorial. Compartieron plenamente el diagnóstico dos editores: Santiago Tabón, de Sexto Piso, una empresa “con un pie en América Latina, donde nació en 2002, y España, donde comenzamos a trabajar en 2005”, y Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, también con declarada vocación hispanoamericana. Gil, Tabón y Casamayor, reunidos en una mesa redonda moderada por Martín Gómez, delegado en España del Instituto Caro y Cuervo, también coincidieron en que el futuro del mercado del libro en español representa “una oportunidad para los países americanos y un reto para España”.
Premio Escriduende a El túnel del tiempo, de David Castillo
El túnel del tiempo (Poemas adolescentes y de primeros antecedentes penales), de David Castillo, ha sido distinguido con el Premio Escriduende, creado de por el grupo Sial-Pigmalión. David Castillo (Barcelona, 1961) recogerá el galardón en un acto que se celebrará este domingo, a las doce del mediodía, en la Biblioteca Eugenio Trías. El túnel del tiempo constituye la crónica de un joven rebelde de los años setenta. Alentados por la injusticia que supusieron las ejecuciones de Salvador Puig Antich, en 1974, y de los cinco militantes del FRAP y de ETA en 1975, miles de jóvenes conquistaron las calles de Barcelona con sus banderas negras y rojas. El poemario recrea la atmósfera de aquellos días: el estado de excepción y las manifestaciones en el centro de la ciudad, también el clima festivo, de revolución sexual e intelectual que acompañaron los inciertos setenta. El túnel del tiempo, con prólogo de Antonio Orihuela, rescata los poemas de juventud de David Castillo, seleccionados entre el millar que guardaba en dieciocho carpetas.
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