Julia
Sáez-Angulo
Los
críticos internacionales de arte, el esloveno Brane Kovic y el polaco Andrzej
Szczerski, han sido los ponentes en el I Congreso de Arte Político, que tiene lugar en el Museo Reina Sofía de Arte Contemporáneo en Madrid.
Brane
Kovic, secretario general de la Asociación Internacional, AICA, ofreció una
conferencia sobre “Arte e Ideología. Algunos aspectos políticos en el arte
contemporáneo” y, entre otras cosas, dijo que “es una constante histórica que
en momentos de crisis es cuando el arte se hace más político”. La función didáctica
del arte se puede hacer propaganda política, como experiencia cognitiva de la
condición social”. Recordó la afirmación de Adorno de que “el arte en sí mismo
se analiza siempre en un contexto social” “A través de la política el arte puede
hacerse instrumento normativo o de poder. Es la política cultural”. Para
algunos pensadores como Jean François Leotard “en nuestros día la política está despolitizada
y el arte desartizado”. “El régimen estético cubre un campo muy amplio de
acción"; “el arte se torna esencial para un público burgués”. “Siempre hay una
relación compleja entre arte, cultura y sociedad”. “El nuevo arte esloveno
contribuyó a la independencia eslovena”. “Una revolución estética supone una
reinterpretación de la sensibilidad”. El activismo cultural no se orienta
contra el Estado sino para movilizar la opinión pública, cambiando su sensibilidad de cara
al nacionalismo, la ecología, etc”. “El
movimiento situacionista de los 60 redefinió el activismo político y centró su
estrategia en la destrucción de formas culturales. En la era global, el
activismo político pasa por las redes informáticas, por la elaboración digital”.
Andrzej
Szczerski, profesor de Historia del Arte de la Universidad Jagiellonian de
Polonia y vicepresidente de AICA impartió una conferencia titulada: “Dos caras
del arte político -El caso de los países del Este de Europa a partir de 1989”. “El arte se
relaciona con la tradición y se define por un marco de circunstancias de tipo
político y social, que siguen siendo no obstante estéticas”, dijo. “Por
ausencia de mercado del arte, en tiempos del comunismo no se hablaba de producción
artística como campo mercantil, sino como campo de gestión de ideas”.
“Para
Polonia tuvieron importancia las primeras elecciones libres en 1998, más allá
de la caída del muro de Berlín en 1989” junto a la gran marcha, señaló Szczerski. Paulatinamente hubo
una recuperación de la memoria individual y el recurso a la identidad personal
del artista, al tiempo que los colectivos artísticos han sido una constante
aportación en la sociedad centroeuropea.
La
catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid, Blanca García
Vega, coordinó la mesa redonda sobre “Arte y Propaganda”, junto a Genèvieve
Barbé-Coqueline de Lisle, de la Universidad París VI y al profesor Manuel
Parralo. “El arte tiene una intención y un destinatario a lo que se pude unir
la propaganda”, dijo García de la Vega, en su recorrido histórico con distintos
ejemplos que lo argumentaban. “La belleza abandona al arte de hoy y se
desmaterializa el objeto artístico entre otras cosas. El artista se libera del patrono y es la
publicidad la que acoge la belleza. La publicidad, la moda y el arte están hoy
en buena parte al servicio de la sociedad de consumo”.
Genèvieve Barbé expuso el
caso del pintor y escritor cubano, homosexual en la Cuba de Fidel Castro. Su
refugio como exiliado en París, le permitió llevar a cabo su obra, donde contó
con la protección del filósofo François Val.
Parralo señaló el hecho de que sea el mercado el que
se apropie del arte en nuestros días y Tomás Paredes señaló que hay que diferenciar
el arte de propaganda del arte político, a partir del Renacimiento en que
el artista toma un protagonismo
personal.
El arte de propaganda se
produce cuando hay un arte de encargo, da igual que sea con raíces ideológicas o
estéticas. Cierto que no es igual el encargo de un cartel de guerra como los de
Renau o un retrato. Los museos, como el Reina Sofía, también hace encargos de
exposiciones, de tesis, y por tanto es arte de propaganda, como sucede en
algunas exposiciones actuales, por ejemplo “Un saber realmente útil”. Se sabe y
se busca lo que se pide.
El Arte
Político es el que genera conocimiento y pensamiento, el que cuestiona las
ideas anteriores recibidas y difunde las nuevas formas de relación social entre
los individuos y los grupos. Es el que aporta ebullición en la sociedad que se
presenta.
Cada generación requiere su propia estética.
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