Julia
Sáez-Angulo
El Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid vuelve a traer el impresionismo, en este
caso americano, para una de sus exposiciones de la temporada. El impresionismo
siempre da rédito de numerosos visitantes. Hasta el 1 de febrero se podrá
contemplar en su sede la exposición “Impresionismo Americano”, cuya comisaria
es Katherine Bourguignon.
“Cassat,
Sargent y los impresionistas” es el título del primer bloque, seguido de
“Americanos en Giverny; Escenas urbanas”. “Nueva York, Boston y Chicago”;
“Impresionismo whistleriano”, y “Escenas y paisajes americanos”.
Ciertamente
fueron varios los pintores americanos que llegaron a París en torno a las
décadas de 1880 y 1990, y se deslumbraron ante una pintura impresionista que
llenaba de color y audacia los cuadros con una pincelada precisa hecha al aire
libre. La Academia quedaba de lado.
Entre los nombres
sobresalientes de América: Mary Cassat, que junto a Berthe Morissot, fueron las
dos mujeres pintoras más importantes del movimiento. Junto a ellas, John Singer
Sargent, Theodore Robinson, Childe Hassan o Whisler.
El desarrollo del
impresionismo se prolongó hasta 1900 y al igual que el iluminismo, ha dejado
una legión de seguidores e imitadores que, por su hartazgo, han hecho odiosa
esa pintura.
Como
bien señaló Jon Singer Sargent “el único impresionista fue Claude Monet. De uno
de sus cuadros que se hizo célebre por su título Impresion: soleil levant (1873), que se encuentra en el parisino
Museo Marmottan, cuadro que dio nombre a una cierta manera de pintar al aire
libre. Los demás artistas que siguieron
la fórmula de la pintura plain air,
lo intentaron y se acercaron o no lo lograron.
Esta
exposición muestra algunos cuadros que se expusieron conjuntamente con los en
los salones impresionistas de Paris, pero muchos de ellos, o mejor a muchos de
sus cuadros no cabría llamarlos impresionistas, sino más bien luministas, cerca
de la pintura de Sorolla o el sueco Anders Zorn. Véanse si no, los cuadros
últimos de la actual exposición Thyssen
de paisajes americanos, donde la luz radiante, sin claro trazo
impresionista son los protagonistas de los cuadros.
En suma,
esta exposición plantearía el gran interrogante de qué es exactamente el
impresionismo en la pintura, más allá de la totalidad de los cuadros de los
artistas que lo pintaron. Sobre todo no mezclar el impresionismo de ejecución
con la figuración más o menos luminista de cierta producción artística.
Los mejores
cuadros impresionistas del prolífico Sargent, son los de las serie de banderas,
que pintó para representar la victoria de los aliados en su entrada a París; en
ellos se ve la pincelada impresionista con claridad, mucho más que los
presentados en la muestra de ahora. La comisaria alega que se han querido tomar
los primeros cuadros de su producción más que los claramente impresionistas.
Lo dicho
y de acuerdo con la comisaria Bourguignon: convendría precisar más y mejor Qu´est que c´est l´impressionisme?
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