Julia Sáez-Angulo
30. 01. 2016 .- Paloma
Paso Jardiel está espléndida en la obra de teatro “Huevos con amor”, un
monólogo escritor por Ramón Paso y dirección de Mariano de Paco Serrano. Su
dicción es clara y medida, el espectador no se pierde ni una coma.
La obra
se representa en la sala Jardiel del Teatro Fernán Gómez del Centro Cultural de
la Villa hasta el 14 de febrero próximo.
Con una
puesta en escena simple, cuatro sillas, una mesa, una cuna y unas cuantas
lámpara de techo, la actriz se mueve en su monólogo cómico de 70 minutos de
duración.
La
dureza de una vida, de tantas vidas como esa, se pone en el escenario y ver
como sólo con el humor se puede esperar una situación sostenida de infortunio.
Todos somos supervivientes a base de resistencia.
Carmela
narra su vida desde su infancia con los padres, a su matrimonio y el de su
hija. Su nieto, nueva esperanza, es el cebo de amor para seguir adelante. No es
fácil vivir, no salen bien las cosas, pero se ama y se fatiga una de amar a
medida que pasa el tiempo. No hay penas con pan , sino adversidades que se
prolongan.
Hay que
echar lastre a la vida, parece decir Carmela, después de todo la vida es eso,
incluso permite soñar en ocasiones a cada generación. El más de lo mismo no
impide que siga la cadena ciega de la vida.
Hay
pesimismo antropológico en este monólogo. La vida no es fácil para nadie, desde
luego no lo es para muchos, pero el humos nos salva, nos puede salvar o al
menos nos ayuda a seguir adelante.
Algunos
peros: el título de la obra es feo, poco atractivo. El continuo movimiento de
las sillas sin objetivo aparente o el apagado sucesivo de lámparas puede poner
algo nervioso al espectador. Mejor el doblado de ropita de niño, es más real y
marea menos.
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