Julia
Sáez-Angulo
24.01.16
.- Ninette y un señor de Murcia, la célebre obra de Miguel Mihura, se
representa en el Teatro Fernán Gómez, bajo la dirección de César Oliva. La obra
permanecerá en escena hasta el 14 de febrero próximo. La obra se estrenó en
1964 cuando el régimen de Franco llevaba 25 años en el poder.
El papel
de Ninette corre a cargo de Natalia Sánchez y el del señor de Murcia por Jorge
Basanta, dos prototipos bien elegidos y representados. Los otros: Julieta
Serrano, Miguel Rellán y Javier Mora. Un decorado sencillo pero eficaz,
constituye el espacio escénico, creado por Daniel Ruiz Zurita y Antonio F.
Riquelme.
Ninette y un señor de Murcia es un
“clásico contemporáneo” del teatro español, del gran Miguel Mihura, cuyo
centenario pasó bastante desapercibido por sectarismo político de las
autoridades culturales del momento.
Mihura
es un maestro del humor -aún en su cierto costumbrismo- y en la comedia de
Ninette del provinciano que viaja a París para echar una cana al aire y se ve
envuelto en avatares divertidos ante los acontecimientos que se presentan. Un
hombre que viene de un país bajo una dictadura y va a un país de mayores
libertades.
Ninette
es una obra teatral archi-representada, con una senda parte de Ninette en
Murcia, fruto del éxito de la primera, y ambas llevadas a la gran pantalla. El
tiempo no parece haber pasado por ella, pese a que está situada en los años 60
del siglo anterior.
La
interpretación de Natalia Sánchez y Jorge
Basanta convencen. Se echan en falta algunos parlamentos escuchados en otras
versiones, como aquella en el que el padre de Ninette decía: “si los parisinos
no vienen a escuchar mi gaita, yo no voy a ver su torre Eiffel”. Quizás fuera
una morcilla de alguna de las múltiples versiones.
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