jueves, 28 de enero de 2016

CRISTÓBAL COLÓN. Bases de su posible nacionalidad.




Joan Oliver i Torrents


“Cuando un error entra en el dominio público, ya no sale nunca más de él; las opiniones se trasmiten hereditariamente y, al final, eso se convierte en la historia”,
                                                                                       Remy de Gourmont

Definición de historia: “Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados”.

La historia puede ser cierta, o no serlo, cuando la narración y exposición de los acontecimientos pasados lo es, o no lo es. De aquí la importancia en que la narración y exposición de unos hechos sea  veraz  y tenga una base en el pasado que la haga posible.

En la historia de Cristóbal Colón hay muchas invenciones, contadas mil veces, que se tienen por verdad. Si a ello unimos que los libros de texto no reflejan, en la mayoría de los casos, las investigaciones recientes,  nos encontramos en que la idea que se tiene es errónea y antigua. Se estudia y promociona lo aceptado oficialmente hasta principios del siglo XX. 

Hay muchas casualidades y golpes de suerte que ofenden cualquier inteligencia y que niegan la realidad, o certeza, en unos hechos necesarios  para poder lograr la hazaña más importante que hombre haya realizado, el Descubrimiento del Nuevo Mundo.
Sólo con una base histórica y científica podía lograrse tal acontecimiento.

El Colón oficial no cuadra con las necesidades científicas e históricas que  precisaba  para poder ser el descubridor.

Las bases del Descubrimiento empezaron con Aristóteles al indicar que la tierra era redonda.
Continuaron con  Eratóstenes al medir la longitud de la circunferencia terrestre.

Estrabón, en su  Geografía (siglo I a. C.)  y basándose en Eratóstenes, dice:
“si no fuese un obstáculo la colosal extensión del Océano Atlántico, se podría llegar  fácilmente por mar, siguiendo el mismo grado de latitud, desde la Península Ibérica hasta las Indias. La parte media de este grado comprende más  de una tercera parte  de la circunferencia terrestre.

En el año 150 de nuestra era, TOLOMEO trazó en veintisiete mapas el primer atlas del mundo, que dividió en líneas horizontales, y señaló ocho mil puntos que podía localizar en latitud y longitud según las referencias dadas por navegantes antiguos. Trescientos cincuenta de esos puntos constaban de manera segura, según el cálculo de coordenadas astronómicas”. (Pascale Rey.  El Maestro Cartógrafo. P.309)

Con el libro de Esdras que indicaba, equivocadamente,  que la tierra estaba compuesta por seis partes de tierra firme y una de mar océana.  
Con el sabio mallorquín  Ramón Llull perfeccionador de instrumentos navales,  de la cartografía e iniciador del lulismo tan presente en el hacer y pensamiento de Colón. Copiemos lo escrito por Dn. Bartolomé Escandell Bonet, en  AMERICA Y MALLORCA. P. 15:
La intuición luliana del Nuevo Mundo.
“...En cambió Ramón Llull alude y razona directa y expresamente, la  existencia empírica   y concreta de una orilla continental opuesta a la atlántica de Francia, Inglaterra, Iberia, o África. Recordemos sus intuitivas frases escritas en 1287 en su obra Questiones per Artem Demostrativam solubilis”:
“Toda la principal causa del flujo y reflujo del Mar Grande o de Inglaterra es  el arco de agua del mar que en el Poniente  estriba en una tierra opuesta a las costas de Inglaterra, Francia, España, y toda la confinante de Africa...Porque el arco que forma el agua como cuerpo esférico, es preciso que tenga estribos opuestos en que se afiance... La parte opuesta de Poniente estriba en otro continente que no vemos ni conocemos desde acá...”  Quiero destacar  el que en 1287 Ramón Llull nombra España refiriéndose a toda la Península Ibérica. España era toda la Península, toda. Fue una lástima la separación. Los portugueses en los siglos XII, XIII, XIV y XV decían, de forma aclaratoria,  que “Portugal es el reino más occidental de España”.

Con la llamada Escuela de Cartografía Mallorquina base de los descubrimientos portugueses y españoles.
Con los viajes, a partir de 1342, a las Islas Canarias de los marinos, mercaderes y religiosos mallorquines. Los mallorquines colonizaron,  evangelizaron –la primera diócesis canaria fue la de Telde y sus tres primeros obispos fueron franciscanos mallorquines- y mercadearon con los habitantes de las islas. Emplearon las Islas Canarias como base para desplazarse a Cabo Bojador y  Cabo Verde  para intercambiar sus mercancías. El conocimiento de las Islas Canarias y el Océano Atlántico, por parte de los mallorquines, fue un paso más para el Descubrimiento.

Con Mestre Jacome de Mallorca contratado por el Infante Dom Henrique el Navegante para que organizase y dirigiese la Escuela de Sagres, posterior Escuela de Navegación Portuguesa, que inició la era de los descubrimientos portugueses.

Con cartógrafos, marinos, geógrafos, matemáticos, astrónomos, constructores navales, mercaderes, hombres observadores del mar, del viento y de la necesidad de surcar los mares que hicieron posible el viaje.

Volvamos a Cristóbal Colón.

La nacionalidad oficial del Almirante se fundamenta en intereses políticos, económicos y religiosos que dieron pie a una errónea interpretación de documentos y que concluyeron en que era italiano. Interpretaron mal que era “extranjero”, “ligur” y “ginovés”. Lo hicieron genovés.  Unas veinte poblaciones italianas se disputan ser su patria chica. No hay unanimidad, Génova tiene más adeptos.
A pesar de los hallazgos demostrados por investigadores, desde 1927, la teoría genovesa es publicitada continuamente.

En mí artículo  “CRISTÓBAL COLÓN. ¿Extranjero?, ¿genovés?, ¿español?, ¿títulos?”,  publicado en LA MIRADA ACTUAL el 16 de febrero de 2015, intenté descifrar el significado de estas tres palabras; “extranjero”, “ligur” y “ginovés”;  Extranjero significaba que no había nacido en el Reino de Castilla. Podía ser español, haber nacido en otro territorio de España, y ser extranjero en Castilla. Ligures, según los griegos,  lo eran los habitantes del occidente europeo hasta el Rin y el Danubio.  Ginovés, respecto a Colón, indicaba que era judío o converso, no genovés como muchos creen y anotan. A Martín Alonso Pinzón también le señalaban ginovés, por otro concepto,  y era andaluz.  Se equivocan al calificarlo de genovés por estos tres apodos. Repito, podía ser español, como creo, siendo extranjero en Castilla, ligur y ginovés.

Aparecen nuevas teorías  que, a la luz de nuevas investigaciones, creen y promocionan su posible lugar de nacimiento en diferentes naciones o ciudades europeas, aunque por su idioma materno catalán  se debiera circunscribir en  que podía ser español de Cataluña, de Valencia o de Baleares.

Salen a la luz pruebas que ponen en duda que el Almirante fuera italiano.

Para el Descubrimiento del Nuevo Mundo se precisaban unos conocimientos científicos y una historia que lo hiciesen posible. La casualidad o suerte no  pudo posibilitar tal acontecimiento. Suerte la tiene la persona preparada que sigue con su idea y, con constancia y esfuerzo,  consigue lo buscado, ó, la persona preparada que al ver  unos hechos, los analiza, y, aprovechando sus propios conocimientos  consigue el resultado que otros no ven. Los golpes de suerte no suelen ser la base de grandes logros, se  precisa formación, carácter, constancia y esfuerzo.

Desde 1927, con  la aparición del libro de Dn. Luis Ulloa “CRISTÒFOR COLOM fou CATALÀ”, la investigación y los hallazgos conseguidos han demostrado la imposibilidad de que fuese genovés. Su idioma materno no era italiano ni tenía italianismos.
La posibilidad de que hubiera nacido en otro territorio ha  ido cogiendo entidad. Hoy debemos dar crédito a nuevas investigaciones que nos muestran otras posibles tierras donde debió nacer.

Hay que valorar su idioma materno - demostrado científicamente  que era judeo-catalán por la Dra. Estelle Irizarry en el libro “EL ADN DE LOS ESCRITOS DE CRISTÓBAL COLÓN”,  su nombre, las bases históricas y científicas necesarias para el Descubrimiento, la sociedad que lo formó, sus apoyos científicos,  económicos, políticos, religiosos,   etc.

En este punto, del idioma, indicar tres palabras utilizadas por C. Colón que creo pueden ser aclaratorias: Dio el nombre de Sant Salvador a la primera isla descubierta. Muchos historiadores la reproducen  sin la “t” final. En Mallorca existe el Santuario de Sant Salvador, con “t” final. Otra isla la bautizo con el nombre de Margalida, con “l” y que transcriben, mal,  como Margarita. Firmaba “Almirant”, también con “t” final. En Cataluña escriben “Almirall”, en Mallorca “Almirant”.  Son pequeños detalles que se copian erróneamente y que tienen su significado exacto.

En 1929 aparece en Milán el llamado Documento Borromei que es enviado a Dn. Manuel Rubió Borrás, Director de la Biblioteca de la Universidad de Barcelona, en 1930.  Estudiado el Documento,  por el Sr. Rubió Borrás, se confirma la autenticidad del mismo; papel, clase de letra y tinta empleada a finales de siglo XV. El Documento tiene fecha de 1494 y, por ello,  la tesis mallorquina es tan antigua como la genovesa al indicar que Cristóbal Colón era mallorquín.

“El hallazgo de ese manuscrito, pese a ratificar la tesis del origen mallorquín de Colón, no hizo ya mucho ruido. Los estudiosos españoles estaban escarmentados por la triste experiencia de las actas de Pontevedra”. (Simon Wiesenthal. P. 105.  Operación Nuevo Mundo)

Es interesante el comentario del Sr. Wiesenthal. Nos retrata el estado de ánimo en que quedaron los estudiosos españoles después del fiasco producido en la falsificación de los documentos  de la teoría gallega. Ésta alteración de documentos perjudicó la investigación de la posibilidad mallorquina.

Dn. Renato Llanas de Niubó, en su libro “El enigma de Cristóbal Colón”,  redactaba la llegada del Documento Borromei a Barcelona, los estudios realizados que aseguraban su autenticidad y la posibilidad de que el Almirante fuese español de Mallorca y concretamente de Felanitx.

Con las investigaciones de D. Luis Ulloa, que indica que el idioma materno del nauta era el catalán, y con el Documento Borromei diciendo que había nacido en Mallorca, se inician nuevas indagaciones del Descubridor. La teoría italiana carece de bases históricas y científicas que la hagan posible.

D. José Antonio Hurtado García nos ilustra, en su libro “La Ruta T y D”,  demostrando que Cristóbal Colón utilizo para su Viaje de Descubrimiento, el Mapa-mundi de Cresques Abraham realizado en 1375 en Palma de Mallorca. Una prueba más de la aportación judía mallorquina a los descubrimientos.

Hemos indicado, de forma breve, investigaciones que posibilitan que no fuera italiano y que dan pie a demostrar una nueva nacionalidad. Hay que buscar  y demostrar nuevas bases, presentes en el nauta, que hagan posible una nueva y verdadera biografía.

Bases del Cristóbal Colón Descubridor:
El lulismo, tan presente en el Almirante, nace en Mallorca con Ramón Llull. 
La Escuela de Cartografía Mallorquina, base de los descubrimientos portugueses y españoles. Reproduzcamos unos comentarios del historiador
portugués Alfredo Pinheiro Marques sobre el origen de la cartografía portuguesa en el siglo XV  “... As suas produçôes continuam perdidas, mas nem por isso deixamos de ter testemunhos probatórios da existência, e do carácter inovador  em termos geográficos, desta escola do Infante (a que, pessoalmente, prefereríamos talvez chamar escola de Jaime de Maiorca).

Sâo já o valor e a experiència desta cartografia portuguesa, feita na esteira dos ensinamentos do maiorquino, que explicam o brilhantismo e a perfeiçâo com que nos irá surgir a cartografia dos Reinéis ou de Jorge de Aguiar. Este brilhantismo nâo poderia ter surgido do nada”. La base de la cartografía portuguesa, que propicio sus descubrimientos, fue de Jaime de Maiorca de la Escuela de Cartografía Mallorquina.

El idioma materno. Copiemos lo escrito en el prólogo del libro del Sr. Ulloa;
 “…Deixem, doncs, en l’oblit, Cristoforo Colombo i que sorgeixi a la vida Xristo-Ferens Colom”, “…posar en clar la influència i les relacions de Colom amb el lulisme, amb la ciència geogràfica i la cartografia catalana o mallorquina que ve a ésser igual,...”, “...Colom resultarà ésser la derivació i el complement de Raimond Llull”.
Quiere que quede claro  “…Dejemos, pues, en el  olvido, Cristoforo Colombo y que surja a la vida Xristo-Ferens Colom”, “…poner en claro la influencia y las relaciones de Colom con el lulismo, con la ciencia geográfica y la cartografía catalana o mallorquina que fue igual…” “…Colom resultará ser la derivación y el complemento de Ramón Llull

Por su lengua materna es demostrativo que no puede ser el genovés. Debió ser un ciudadano de habla catalana.  

Hay que poner en claro la influencia y las relaciones de Colón con el lulismo,  con la ciencia geográfica y la cartografía  mallorquina. Todas las obras de cartografía mallorquinas se escribieron en catalán, de aquí que se les califique de catalanas.  En París bautizaron al mapa-mundi de Cresques Abraham, Ciutat de Mallorca 1375,  como Altas Catalán por estar escrito en este idioma. Por el idioma confunden que lo hecho en Mallorca fue  realizado en Cataluña. 

Cada día hay más pruebas del idioma materno de Colón y de los conocimientos necesarios para conseguir lo descubierto por el nauta.

Sabemos, a ciencia cierta, el idioma materno de Cristóbal Colón. Su castellano aprendido lo fue a través del catalán de Mallorca, el mallorquín. El castellano, en Mallorca, comenzó a introducirse como lengua culta en el siglo XV. 


Copiemos lo publicado recientemente;

“El castellà s’havia començat a introduir com a llengua de cultura al segle XV. El mallorquí Jaume d’Olesa (mort el 1443) escrivia sonets en castellà. A les biblioteques mallorquines del XVI, després del llatí la llengua predominat és el castellà [1]. A Barcelona s’editaven llibres en castellà, un 43,94% dels editats al segle XVI, representant un 5,76 % del total dels editats al primer decenni i el 76,21 al darrer, baixant els editats en llatí del 61,53 % al 15,53 % y els editats del 32,69 % al 8,25”. (Onofre Vaquer. Dr. en Historia. La introducció del català a Mallorca. Última Hora, viernes, 4 de Septiembre 2015)

Por ciencia, Colón,  sólo podía ser de Mallorca. Simon Wiesenthal, en su libro “Operación Nuevo Mundo” deja claro la base de los descubrimientos: “El papel de los científicos hebreos de Mallorca en la nueva representación cartográfica  del mundo, que puso la base para los viajes de descubrimientos, no ha sido todavía justamente valorado. La contribución de la laboriosidad judía y de la inteligencia judía a la <>, como se diría hoy, constituye uno de los capítulos más gloriosos de la historia del pueblo judío”.

Pocas regiones, o ninguna otra, tienen el bagaje en historia y ciencia como lo tiene Mallorca. Mallorca fue la cuna de la ciencia que hizo posible los descubrimientos, tanto portugueses como españoles. Ésta ciencia fue precisa para la sociedad que se desarrolló en la isla. Eran los  ciudadanos    -mercaderes- los que requerían éste saber marítimo. Ciencia que, con los acontecimientos motivados, hizo la  historia de este pueblo.  Sólo de esta tierra podía nacer un Cristóbal Colón Descubridor.

Para ver que clase de historia, de ciencia y de necesidades tenía esta sociedad mallorquina, reproduzcamos lo que  publico en 1847  Dn. José María Quadrado en su libro “FORENSES Y CIUDADANOS. Historia de las discusiones civiles de MALLORCA en el siglo XV”. Indiquemos que en 1847 no había ninguna sospecha en que el Almirante no fuera genovés. Lo publicado en 1847 se tiene que valorar como imparcial en el tema Colón Descubridor  y prueba de la necesidad, en bases científicas e históricas, de la sociedad de Mallorca:

Era de prosperidad y opulencia corría para Mallorca á mediados del siglo XIV. Trescientas sesenta naves mayores ó de gabia, de las cuales treinta y tres eran de tres puentes, salían del puerto de la ciudad, según un escritor contemporáneo, á difundir las producciones del feraz aunque reducido suelo y los tejidos y artefactos de sus naturales, desde el estrecho de Gibraltar hasta los más remotos senos del mar Negro por el Mediterráneo, y por el Océano desde la tostada Etiopía hasta las cenagosas playas de Flandes.  Rodas,  Alejandría, Jafa y Constantinopla, familiarizadas con el pabellón mallorquín, cuatro ó cinco veces al año veían aportar unas mismas naves á su ribera; y de los dos últimos puntos venían aquellos rebaños de esclavos, ó cabezas como los hemos visto llamados, rusos, tártaros, búlgaros, mingrelios, y circasianos, á cuya introducción más de una vez hubo de ponerse coto por excesiva. El comercio de Berberia, aún no conocido por los venecianos, se hallaba exclusivamente en manos de nuestros isleños, que en cambio de telas y de aceite extraían de allí preciosas especies y oro finísimo de Tibar, y tenían cónsul y casas de contratación establecidas en las ciudades principales de la costa africana. Catalanes, vizcainos, sardos, genoveses, forasteros de toda provincia, extranjeros de toda nación, afluían por turno con sus embarcaciones á este puerto considerado como escala y como mercado, ó se establecían en clase de mercaderes dentro de la ciudad, enriqueciéndose y enriqueciéndola con la circulación de cuantiosos capitales.

En aquel tiempo treinta mil seiscientos marinos ocupaban la parroquia de Santa Cruz y el largo arrabal que unía los muros de la ciudad con las torres de Portopi; siete ú ocho mil hogares se agrupaban de la otra parte del foso desde la puerta de Santa Catalina hasta la de San Antonio….”

(Dn. José Mª Quadrado. Forenses y Ciudadanos. Pgs. 25-26)

En 1847 no se hablaba de la posibilidad mallorquina en el tema Cristóbal Colón. Lo escrito por el Sr. Quadrado es una prueba   que demuestra la base histórica de Mallorca y las necesidades científicas de la sociedad isleña.

Mallorca, antes que Génova o Venecia, era el centro comercial de aquel mundo conocido, el Mediterráneo.

Sólo una sociedad conocedora del Mediterráneo podía ser la base del  Descubrimiento del Nuevo Mundo

La biografía del Cristóbal Colón Descubridor debe realizarse de nuevo. Olvidémonos, como dijo el Sr. Ulloa, del oficial.
El Colón Descubridor y el Cristoforo Colombo italiano no eran la misma persona.

Cristóbal Colón posiblemente era español de Mallorca, pero no hijo del Príncipe de Viana.






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