miércoles, 9 de enero de 2019

“Modus. A la manera de España”: las invariables castizas de la moda española en el Canal de Isabel II


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"MODUS. A la manera de España"




Julia Sáez- Angulo

            10/1/19.- MADRID .- Los comisarios de la exposición Raúl Marina y Wanda Morales han buscado y rastreado las invariables castizas de la moda española, para mostrar la exposición Modus. A la manera de España, que permanecerá abierta hasta el 3 de mayo de 2019 en la Sala del Canal de Isabel II de Madrid. La muestra está siendo visitada por numeroso público, lo que indica que la moda, y más concretamente la moda española interesa.

            ¿Cuáles son esas invariables? Encajes, brocados, volantes, lunares, mantillas, mantones... Andalucía y sus lunares, mantones y mantillas, la tauromaquia, la tradición del traje regional en general y la indumentaria sacra... han nutrido el humus de la moda española.

            Bien estructurada en cuatro partes, Modus. A la manera de España refleja tanto las raíces de nuestra moda, como los grandes nombres de modistos que se han dado cita en ella, desde el pasado siglo XIX a nuestros días. La duquesa de Parcén y su decisiva aportación germinal al Museo Nacional del Traje en Madrid a principios del XX, nutren buen parte de las piezas expuestas.

            La idea de lo español se concentra en una suerte de esencia en la planta baja de este edificio circular –atenazado en esta ocasión por los calambres que descarga una moqueta infernal, al tocar el metal de las barandillas o el ascensor.  El traje de Corte constituye la dinámica de la primera planta, cuando los Austrias imponían la elegancia del negro en todas las Cortes de Europa, frente a los colorines de fasto medieval de justas que reinaba al uso.

            Andalucía y su costumbrismo de volantes, mantillas y lunares ha marcado notablemente la moda no solo española sino internacional, por la gracia, movimiento y ritmo de sus aportaciones visuales. La tauromaquia y su singular traje también han influido en la inspiración del vestido en la moda española. Una chaquetilla rosa del torero El Litri luce como emblema de ese punto de partida.

            Una gran biblioteca sobre la moda española en la planta tercera, a libre disposición lectora de los visitantes, señala los numerosos estudios, catálogos y exposiciones que se han hecho sobre nuestro arte y estilo del vestir. La indumentaria española es rica porque rico es su paisaje regional con visiones y tendencias que han sido el humus de la nueva y reciente moda española.

            La tradición y la indumentaria religiosa o sacra de la imaginería, con sus albas, casullas y capas pluviales han dinamizado una creación artística textil, que se aprecia en los modelos expuestos de Fortuny, Pertegaz y sobre todo, Cristóbal Balenciaga. De la indumentaria textil de las imágenes religiosas, sobre todo a partir de las vestideras del XVIII, llegaron a la mente, inspiración y pasarelas de los modistos. Esta sección se concentra sobre todo en la cuba o parte alta del singular edificio del Canal de Isabel II.

            La nómina de modistos, artistas del diseño español en la moda, se dan cita en Modus. A la manera de España: desde Fortuny a Palomo Spain, este último sigue como pocos las invariables castizas de lo español –sobre todo en los encajes-, haciendo honor a su nombre sajonizado. Ana Locking también se ancla con espíritu renovado en las raíces de la línea argumental española, dando vuelos a la moda del siglo XXI.

            No faltan en esta panorámica los nombres clásicos y acendrados de Manuel Pertegaz o Antonio del Castillo,  para seguir con Jesús del Pozo y Paco Ravanne (con un traje espléndido), seguidos de la nómina actual: David Delfín, Miguel Adrover. Falta Elio Berhanyer, mucho más arquitectónico y francés a lo Courreges y menos hispano. La inspiración española llega también a piezas como las de Givenchy, Jonh Galiano y Dries Van Notes (faltaría quizás Delacroix).

            Algunos cuadros de Antonio Saura, Fortuny  o Sorolla dan cuenta de que la pintura también ha sabido registrar el mundo sobrio del negro o el alegre de las mantillas, que animan con su presencia blancas o negras, hasta la procesión de Viernes Santo.

            Interesante exposición, si bien sabe a poco y hay una sensación de que no están todos los que pudieran ser y debieran estar.





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