sábado, 6 de enero de 2018

Balneario de Archena, una ciudad de generosas y saludables aguas termales, desde los íberos a nuestros días



 Balneario termal de Archena



Carmen Valero

            07/01/18 .- ARCHENA. Murcia .- El balneario de Archena viene a ser una ciudad de abundantes y saludables aguas termales, conocidas desde los íberos a nuestros días. Sus generosos manantiales de aguas gratas, ricas en minerales y calientes, además de sus amplias instalaciones y paseos contribuyen a la fama y atractivo del lugar. Es uno de los mejores –probablemente el mejor de los balnearios de España- por sus espléndidos tres hoteles –Termas, Levante y León- y numerosas piscinas, amén de una oferta variada de masajes de arcillas y barros a sus clientes. Todo ello en un entorno geográfico de palmeras y jardines rodeados de bellas montañas de sierra.

            Salus Per Aqva, SPA, repetían los romanos, a los que no se les escapó la riqueza de aguas termales en Archena, balneario que ha descubierto con calma y acierto los yacimientos arqueológicos de la explotación acuífera en tiempos del imperio de Roma, que fue seguida por los árabes que llegaron más tarde a la península ibérica.

            Hoy son trescientos las personas que trabajan para atender a todos los visitantes para toman las aguas, que van desde la tercera a edad a numerosas familias con niños, por las numerosas atracciones que se han dispuesto para ellos.

            Calma y silencio son los requisitos que se requieren al tomar las aguas en las piscinas, jacuzzis, corrientes, saunas y cascadas. Los divertimentos y lugares de convivencia familiar o lúdica están fuera. Fotos, videos, carreras o saltos no están permitidos en los recintos de las aguas, algo que es lógico y se agradece. El albornoz de felpa blanca de las habitaciones es la veste que iguala a los huéspedes y está permitida en todo momento, ya que las piscinas, saunas, iglú y demás variantes de alternativas térmicas están abiertas desde las 10 de la mañana hasta las 9 de la noche.

            Tres tipos de sauna: letona, rusa y mexicana albergan a temperaturas altas y soportables de estufa de carbón natural, a los bañistas que las seleccionan. La piscina de aguas del mar Muerto, con su alta densidad de sal, permite flotar por completo a los cuerpos y la piscina de los limones aromatiza la piel.  Con todos los atractivos y variantes, el visitante del balneario no se aburre ni un minuto. Una pequeña iglesia neo-románica, situada en el mismo recinto junto a uno de los hoteles, ofrece misas a las 11 y 19 horas del lía, con un evocador toque de campana, para aquellos que sigan la liturgia cristiana.

            Se tienen noticias del balneario termal de Archena desde el siglo V antes de Cristo, cuando ya se advierte la pujanza del enclave en la ruta comercial hasta Cástulo, capital de Turdetania. El río Segura permitía un emplazamiento rico y firme a sus habitantes. Los romanos levantaron las termas, por la condición curativa y/o benefactora de las aguas del subsuelo, recogida en aljibes para su inmersión. Una lápida descubierta de Caio Cornelio da fe de las propiedades medicinales de las aguas termales de Archena desde el omnipresente Imperio Romano.

            El balneario de Archena ha pasado por distintos propietarios en la historia, entre ellos la Orden de San Juan de Jerusalén, desamortizados en 1850. Adquirido por el marqués de Corvera, pasó después a su hermano el vizconde de Rías en el siglo XIX. Durante la guerra civil, el balneario fue confiscado y ocupado por tropas rusas, lo cual pueda explicar el gran número de rusos que lo visitan durante estas vacaciones de Navidad de 2017-18. En 1950 don Nicasio Pérez compró el balneario de Archena y desde entonces, la familia no ha cesado en su mejora para adecuar las instalaciones a la mayores exigencias y comodidades de los visitantes de nuestros días.





Más información
www.balneariodearchena.com/‎
DirecciónCrt del Balneario, s/n, 30600 Archena, Murcia

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viernes, 5 de enero de 2018

El Teatro Real participa por primera vez en la Cabalgata de los Reyes Magos en Madrid con una carroza que celebra la invención al servicio del arte


  • La carroza estará decorada con elementos de atrezzo utilizados en diferentes producciones del Teatro Real.

  • Treinta niños desfilarán en la carroza, que será acompañada por una comitiva de treinta personajes de ópera.

  • A lo largo del recorrido se escucharán algunas de las arias más populares del repertorio lírico.

  • Las melodías desprenderán olores que evocan la infancia.

  • Se ofrecerán más de 1000 Kg de caramelos.

  • Con la colaboración de Lacasitos.




L.M.A.

Madrid, 3 de enero de 2018 ─ En la temporada conmemorativa de su doble aniversario ─el bicentenario de su fundación y los 20 años de su reapertura─, el Teatro Real participará por primera vez en la Cabalgata de Reyes en Madrid con una carroza que celebra la invención y la creatividad al servicio de la magia de la ópera.

Con cerca de 9000 luces y llevando en su cabecera la efigie de Mozart, la carroza del Teatro Real, realizada a mano por varios artistas, será un espacio de ensueño que cobija piezas de atrezzo, maniquíes e instrumentos musicales que evocan la imaginación y la fantasía.

Los objetos expuestos fuera del escenario se convierten en iconos del ingenio que existe en los talleres del teatro, donde técnicos y artistas unen arte y oficio, para dar vida y embrujo al universo de cada ópera. Así, se podrán ver autómatas de Los cuentos de Hoffmann, de Jacques Offenbach, el zapato rojo de la ópera Don Quijote, de Cristóbal Halffter, caballitos y soldados de Tancredi, de Gioacchino Rossini y, a su lado, personajes que transitaron por distintos espectáculos, con trajes que usaron solistas, cantantes del coro, actores o bailarines en L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti, Il tutore burlato de  Martín y Soler, La forza del destino de Giuseppe Verdi,  La bohème de Giacomo Puccini, El casamiento de Modest Musorgski o Divinas Palabras de Antón García Abril.

Treinta niños desfilarán en la carroza, que será acompañada por una comitiva de treinta personajes de ópera, al son de las más populares arias del repertorio lírico y con olores que evocan la infancia…

La ópera, en la que convergen música, literatura, teatro, danza, artes plásticas o el cine, utiliza también las más modernas tecnologías para crear sus mundos efímeros, que nacen en el escenario y se desvanecen cuando baja el telón.

En la cabalgata de este año, que “dedica una oda a la imaginación creadora”, no podría faltar el Teatro Real, donde los inventores usan todo su ingenio para crear emociones. Su carroza llevará música, olores y también sabores ­-, con los más de más de una 1000 Kg de caramelos que se ofrecerán a todos los que creen en el poder de la fantasía.



María Luisa Valero, Pintura, vocación artística y amor a la naturaleza


"Bosque"

 María Luisa Valero, pintora



            Julia Sáez-Angulo


                        05/01/18 .- MADRID .-  No cree que la naturaleza imita al arte, sino que está convencida de que el arte siente la llamada permanente de la naturaleza. La pintora María Luisa Valero confiesa que la naturaleza le atrae “por su fuerza, su perfección, su belleza y pureza cuando no está contaminada. En resumen, la naturaleza es la creación de Dios y por eso el arte siente su llamada para imitarla”. "La Naturaleza es poesía en sí".

            María Luisa Valero Espinosa (Madrid 1948) estudió Arte y Decoración, con una marcada vocación hacia la pintura, a la se consagró, con paréntesis puntuales en la docencia de la misma en colegios o en su estudio -durante 30 años-, donde transmitió a sus alumnos el entusiasmo por la naturaleza y la figura humana, sobre todo del desnudo. Los profesores Joaquín de la Puente y Francisco Echáuz le dejaron “la mejor huella artística” en su formación profesional.

            Su primera exposición tuvo lugar en los 90 en Austria, país en el que residió largos años por matrimonio. Después expuso en 1995 en la madrileña galería de Santa Bárbara; allí presentó cuatro grandes bodegones de 90 x 81 cm. con cajas de acelgas y otros vegetales. “Me inspiré mirándolas en un pequeño mercado”, explica. También hizo una gran exposición en el Centro Cultural Gloria Fuertes de la isla canaria El Hierro, sobre los volcanes de su orografía. “El Hierro es un pequeño continente donde se dan todos los paisajes, pese a sus solo 40 km de largo. Es el lugar que más me impactado gratamente”, asegura la artista.

            En su obra pictórica domina el paisaje y los elementos naturales como las raíces y troncos retorcidos, así como las hojas de los árboles. “Habré pintado más de cuarenta cuadros con hojas volanderas, porque me gusta su libertad en el aire, en el espacio pictórico. Son la mejor metáfora de la libertad y la forma”, dice la pintora madrileña. En la paleta de la artista dominan los verdes, el azul pindado, los amarillos y los rojos. En realidad maneja toda la paleta cromática. Su material estrella es el óleo, "el más resistente en el tiempo", al que con frecuencia mezcla con polvo de mármol y diversas tierras.

            Para M. Luisa Valero, la base de la pintura está en el dibujo, “solo con el dibujo se logra la esencia de la pintura. Hay que dibujar y crear con el color. Cuando dibujo las raíces y los troncos de los árboles, acaban por salir en sus nudos ojos y bocas, como si tuvieran vida y existencia humana. Me gusta utilizar distintos lápices, algunos de ellos grasos, para lograr las texturas que busco” explica la autora.

            M. Luisa Valero también ha pintado bastantes retratos, "siempre por encargo". Y recuerda con especial orgullo su cuadro titulado “La japonesa”, retrato de una mujer, en la que quiso representar a la gueisha, a la mujer sumisa, en un formato muy grande de 190 x 80 cm.

            La pintora se siente orgullosa de que su hija Mónica Mittendorfer haya estudiado Bellas Artes y lleve a cabo una “obra expresionista muy creativa en la que abunda la técnica mixta”.


           


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La exposición "Un impulso extraño" llega a Córdoba. Una selección de fotografías en blanco y negro de la colección de Mohsen Yammine en la Fundación Árabe para la Imagen de Beirut.

Del 17 de octubre de 2017 al 12 de enero de 2018De lunes a viernes, de 10 a 14 y de 16:30 a 20:00 horas. Fines de semana y festivos cerrado.









Últimos días para visitar esta muestra, en la que Casa Árabe expone una selección de fotografías en blanco y negro de la colección de Mohsen Yammine en la Fundación Árabe para la Imagen de Beirut. 


L.M.A. 

Desafiando el poder destructivo del tiempo, el acto de coleccionar ha sido considerado a través de la historia como un acto de salvación que trata de alojar, de apropiarse y de difundir un cierto conocimiento a través del objeto atesorado. La muestra “Un Impulso Extraño. Colección Mohsen Yammine en la Fundación Árabe para la Imagen de Beirut” explora este acto de coleccionar a través de los ojos de Mohsen Yammine, un hombre libanés que durante años recopiló fotografías de Trípoli y el norte del Líbano llegando a formar un fondo único. 


Esta colección ha sido un elemento central en la búsqueda de la Fundación Árabe para la Imagen para entender la fotografía como un objeto superviviente sin atender únicamente a cuestiones como el culto al pasado, los orígenes, la identidad o la memoria, sino más bien, como material para el intercambio y de cara al futuro. 

La exposición, comisariada por Clémence Cottard y Marc Mouarkech y organizada por Casa Árabe con motivo de su décimo aniversario, pretende también subrayar el papel clave de la Fundación Árabe para la Imagen en sus veinte años de existencia, como un punto de encuentro entre las prácticas de archivo y las prácticas fotográficas contemporáneas.

La inauguración de la muestra en Córdoba tendrá lugar el martes 17 de octubre a las 19:30 horas, en el Auditorio de Casa Árabe.

Marc Mouarkech
Director gerente de la Fundación Árabe para la Imagen, con sede en Beirut. Es máster en estudios de Comisariado y Crítica de Arte por la Universidad de San José (Beirut), y es licenciado en Multimedia y Artes Visuales por la Universidad del Espíritu Santo (Kaslik). Entre 2010 y 2017 trabajó en la Galerie Tanit, Beirut / Munich, donde se convirtió en director de su sede en Beirut en 2012. Entre 2014 y 2015, organizó y coorganizó varias exposiciones en Beirut. En octubre de 2015 cofundó un colectivo de ocho comisarios que adoptó el nombre de MADRASSA ("escuela" en árabe), enfocada en las prácticas institucionales y colectivas de la región. Posteriormente presentó la exposición “Something to generate from” en el centro de arte contemporáneo Kunsthal Aarhus, situado en el corazón de la ciudad de Aarhus en Dinamarca, en junio de 2016. 


jueves, 4 de enero de 2018

Fundación Pedro Cano, un atractivo museo en la localidad de Blanca, dentro del valle de Ricote. Murcia


paisaje de Pedro Cano

 Pedro Cano, pintor acuarelista

Julia Sáez-Angulo
Fotos: Carmen Valero


            04/01/18 .- BLANCA. Murcia .- Todos los 20 de enero, al artista Pedro Cano le gustaba pintar en su agenda la figura de San Sebastián, asaeteado semidesnudo, patrón del hermoso valle de Ricote en Murcia. Hoy una buena parte de esas agendas dibujadas e iluminadas se exponen en vitrinas a la entrada de la Fundación Pedro Cano en la histórica localidad murciana de Blanca, coronada por un rotundo castillo.

            La Fundación, construida en 2008, alberga el Museo Centro de Arte de Blanca, MUCAB, inaugurado en 2010, dirigido por M. Carmen Sánchez-Rojas Fenoli, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Murcia, institución que nombró Doctor Honoris Causa al artista Pedro Cano Hernández (Blanca, 1944), distinción bien merecida por la extensa labor docente que el pintor blanqueño realiza y ha realizado en la Fundación –dos cursos, en enero para principiantes y, en mayo para profesionales-, además de otros cursos y seminarios dentro y fuera de España, especialmente en universidades de Italia y los Estados Unidos, países en los que residió largo tiempo.

            El edificio del MUCAB es de nueva planta, y su arquitectura, de Martín Lejarraga, fue premiada en su día. La museografía es clara, ordenada, didáctica y luminosa, recientemente revisitada por el consejero de Cultura de la Comunidad Autónoma de Murcia para clausurar el curso de Pedro Cano en la Fundación, institución que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Blanca, la Comunidad de Murcia, así como de diversas empresas patrocinadoras  y la Asociación de Amigos.

            El museo tiene cuatro plantas expositivas, además de tres almacenes en los que se conserva más obra del pintor Cano. Lo habitual de un museo es mostrar el tres por ciento de sus fondos o colecciones. En la planta baja se exhibe la serie de cuadros titulada Identidad en Tránsito, óleos que representan distintos personajes caminando de espaldas, obras que representan la pérdida, el anonimato y la soledad de muchos seres humanos.  “Un periodista me invitó a dibujar los personajes de la guerra de Sarajevo, pero me negué. Hubiera sido como echar más sal a la herida”, cuenta Pedro Cano al recorrer esta serie, que recientemente visitaron miembros de la ONCE.




Pedro Cano: “La acuarela debe acercarse al fresco”

            En los pisos superiores se pueden contemplar óleos y acuarelas, dos técnicas en las que Pedro Cano es un claro maestro. La serie “Las ciudades invisibles” en honor al libro del escritor italiano Ítalo Calvino, autor al que conoció el artista. El literato elogió la maestría en el arte de Cano cuando fue a visitar una de sus exposiciones en Italia: “Usted sabe pintar. Es un artista que dibuja y pinta en este tiempo en que nadie sabe o parece no querer hacerlo”, le dijo.  La serie  “Las ciudades invisibles” en acuarela se hizo después de la muerte de Calvino, a petición de la viuda del escritor y Aurora Bernárdez, la esposa de Julio Cortázar, que tradujo la obra de Ítalo Calvino al castellano. Esta serie, que le levó al pintor tres años en casa para reflexionar sobre cada una de las ciudades, se exhibió en Venecia y en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, siendo alcalde Ruiz Gallardón.

            Pedro Cano se confiesa un continuo viajero. “En los 80 fui a Nueva York para cinco meses y me quedé cinco años”. Ha recorrido la mayor parte de los países del Mediterráneo, con una cierta preferencia por Grecia –en especial la isla de Patmos, donde San Juan escribió el Apocalipsis y donde cuenta con buenos amigos. “Hablo con ellos con fluidez en mi griego deficiente pero suficiente”. Oriente Medio también ha sido motivo de atención para sus Cuadernos de Viaje, en los que dibuja y pinta los lugares que le motivan: Marruecos, Egipto, Alejandría, Irán... “Me gusta pintar in situ”, explica ante las vitrinas que muestran sus espléndidos apuntes.

            En Patmos, Pedro Cano llevó a cabo una experiencia docente con veinte artistas de distintos países, convocados por el periódico El País, que resultó inolvidable. También ha visitado con vocación artística y docente casi todos los países de Iberoamérica.

            Una serie de acuarelas frutales y florales cuelgan de uno de los muros del museo. Su título: Limones, Azucenas, Naranjas, Higos, Rosas. Nísperos (2003-2005). “Son todos frutos del valle del Ricote, que es un paraíso en la tierra. En estas acuarelas no hay trazo ni dibujo, solo color. Fue la directora del museo, M Carmen Sánchez-Rojas, la que se empeñó en colgarlas. Yo no tenía intención de hacerlo, pero ella consideró que eran necesarias para mostrar mi modo singular de trabajar la acuarela, muy cercana al fresco, la primera pintura que se hizo al agua”, cuenta Pedro Cano, quien insiste:

            “Las acuarelas de los típicos acuarelistas me espantan. La acuarela ha de estar vinculada a su antecesora: la pintura al fresco; pintura diluida que había que sacar de su ensimismamiento y dejarla libre en papeles hechos a mano, respetando sus bordes y sus flecos… Hay que saber jugar y respetar los blancos del papel… La Historia del Arte ha dado pocos grandes acuarelistas como Durero, Fortuny o Mondrian, antes de dedicarse al abstracto…”

            Ciertamente Pedro Cano es un grande de la acuarela y por ello se le reclama para cursos en escuelas y universidades internacionales. “Ahora viajo menos y permanezco más en Blanca, porque tengo un hermano delicado y hay que atenderlo. Somos tres hermanos, dos de ellos solteros -Pepe y Jesús- y yo estuve casado 27 años, pero no tengo hijos, por ello, todos hemos dejado nuestras mejores obras a la Fundación. Tengo dos casas en Roma, que en los últimos años, apenas si visito. Solo pago impuestos por ellas”,  cuenta el pintor mientras le acompañamos en el recorrido por el museo, la crítica de arte Carmen Valero, la pintora María Luisa Valero y yo en una visita inolvidable, que termina con un audiovisual sobre la trayectoria y la pintura del artista blanqueño.

            “Me resulta estimulante trabajar en Blanca, un lugar de seis mil habitantes, donde llevamos a cabo actos culturales  y solidarios de todo tipo, para niños y mayores”, dice el pintor. El MUCAB recibe distintas visitas de gente de todas las edades y en él se hacen presentaciones de libros. Por él han pasado autores como Ana María Matute, Inocencio Árias, Soledad Puértolas, Manuel Vicent o Sonsoles Onega, entre otros para presentar sus libros… Antonio Muñoz Molina escribió elogios muy certeros sobre Pedro Cano.



 Julia Sáez-Angulo, Pedro Cano y CarmenValero
M Luisa Valero, Pedro Cano y Carmen Valero
     




Más información
https://fundacionpedrocano.jimdo.com
DirecciónAv. Río Segura, s/n, 30540 Blanca, Murcia
Horario: De miércoles a domingo: De 10  a 14 h. De 17 a 21 h.