sábado, 3 de agosto de 2019

Bodas de Oro de los farmacéuticos Francisca Angulo Marijuán y Antonio Pérez Valverde


 Antonio, Pablito y Francisca
Banquete en la Bolera de Agastia


Julia Sáez-Angulo

            3/8/19 .- Madrid .- Los farmacéuticos madrileños Francisca Angulo Marijuán y Antonio Pérez Valverde han celebrado sus Bodas de Oro de su matrimonio en compañía de sus hijos Juan, Toño, Fernando y Pablo, acompañados de sus esposas Victoria Herranz, Noelia Ruiz, Margarita Leza y Raquel Álvarez. No faltó su nieto Pablo Pérez Álvarez, que cuenta diecisiete meses y ya correteaba por el foro.
            La concurrencia alcanzó la treintena de asistentes, entre los que se encontraban: Los sobrinos: María José Leza, Julia Sáez-Angulo, Felicitas Sáez Angulo y su esposo José María Martínez; Piluca Pérez y Marta Pérez, acompañada de su esposo José Alberto de la Torre. Los sobrinos nietos de los protagonistas de las Bodas de Oro eran: Jorge y Víctor de la Torre Pérez;  María Ranninger Pérez  -campeona de esgrima de España en su modalidad juvenil- y su hermano Ignacio; Cristina Lisbona Sáez y su esposo José Redondo Hurtado; Elisa Slöcker Sáez y su marido Emilio Vázquez, junto a sus hijos Isabel y Guillermo.
              Entre los asistentes, cuatro ahijadas de bautismo de Antonio (Burgondo. Ávila, 1936) y Francisca (Uruñuela. La Rioja, 1939).
          Los regalos se amontonaban ante los protagonistas Francisca y Antonio, desde marcos de fotos electrónicos, a libros y cestas de fruta, pasando por flores, muchas flores en elegantes y artísticas composiciones. El mejor: un gran álbum de fotografías artesano, que seguía la historia personal desde la boda de los contrayentes en la iglesia de Covadonga en Madrid, hace 50 años, hasta hoy.

            El banquete, en la Bolera de la calle Agastia, comenzó con la bendición de la mesa por parte de Piluca Pérez y se comenzó con los aperitivos de gran ensalada mixta de ventresca, fritura de pescado y tejas de huevos revueltos con jamón y patatas fritas. Como segundos platos se saborearon chuletones de Ávila, rabo de toro, lubina, merluza y otras exquisiteces. El postre fue un surtido de flanes y dulces.
            Todos, gente guapa, quedaron tan contentos, que están deseosos de celebrar las próximas Bodas de Diamante.

 Foto de familia
 Francisca con su nieto Pablo

 Con las sobrinas: Piluca, Marta y Julia


Guillermo Vázquez Slöcker se quedó dormido en los postres.
Maria José Leza, Isabel Vázquez y Elisa Slöcker

 Isabel Vázquez y Elisa Slöcker
 Cristina Lisbona y Jose Redondo
 Piluca, ahijada y Antonio, padrino
Raquel y Pablo
Antonio y Francisca, protagonistas de las Bodas de Oro

RETRATOS: Luis F. Leal, escritor, investigador y apóstol de la guitarra española y de Casasimarro


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Luis F. Leal Pinar


Julia Sáez-Angulo


            2/8/19 .- MADRID .- Los sabe todo de la guitarra española, los guitarristas y los guitarreros. Ha escrito sobre ella y ellos en sucesivos libros hasta dejar el campo, poco menos que extenuado para los futuros investigadores del ramo. Nació en Casasimarro, pueblo de los guitarreros desde hace casi tres siglos, y esto lo marcó y le hizo interesarse por el tema del que ha escrito libros y ha dado conferencias por doquier y se le considera el gran experto sobre la guitarra española. Ha sido profeta en su tierra y por eso fue nombrado cronista oficial de su pueblo, que le ha puesto el nombre de Luis Leal al Centro Cultural Polivalente, además de una calle. Casasimarro es un municipio que sabe reconocer a quien trabaja y estudia al mismo tiempo.

            Luis F. Leal Pinar (Casasimarro. Cuenca, 1940) estudió Magisterio y Filosofía y Letras y ha ejercido como profesor durante su vida laboral. La docencia le llevó a puestos de responsabilidad, porque era hombre sensato y prudente como debe ser un príncipe. Pero la literatura y la investigación histórica le apasionaban, por lo que pronto empezó a publicar libros sobre literatura y, cómo no, sobre la guitarra , guitarristas y guitarreros. Cuando descubre un dato nuevo grita ¡eureka!

            La “F” de Luis F. Leal, corresponde a Fundador, un nombre infrecuente que viene de su pueblo, donde hay varios con el mismo. Luis está casado con Lydia, a la que llama “mi báculo”, también nacida en Casasimarro. Ambos tienen cuatro hijos, bien ordenados en dos varones y dos hembras, al decir andaluz. Aunque residen en Madrid, por su gran casa de Casasimarro han pasado poetas y recitales de Luis López Anglada, Luis Hernández del Pozo, José Javier Aleixandre, Pilar Aroca, María Dolores Grao, Carlos Murciano, José López Martínez... De todos ellos quedan placas cerámicas que inmortalizan su paso.
            Los títulos de las obras de Luis Leal llevan son, entre otros: Antología Iberoamericana de la Guitarra; Guitarreros de Andalucía. Artistas para la sonata; Navidad y pasión; Guitarra con eco; Los guitarreros de Casasimarro hacen cantar la madera; La música en el Quijote; La guitarra en Castilla-La Mancha; Guitarreros de Madrid. Artesanos de la prima y el bordón; ; Miguel Hernández. La verdad desnuda,  o Segundo Pastor. Embajador de la guitarra española. Además tiene libros en colaboración con otros autores y algunos pendientes de publicación como la esperada iconografía de Isabel la Católica o una biografía del jesuita Benito Antonio de Céspedes (1726 – 1787), nacido en Casasimarro y coetáneo de Panduro..

            El casasimarreño Luis F. Leal, residente en Madrid, bebe los vientos por su pueblo y discurre, piensa y ejecuta proyectos para mejorarlo y hacerlo notorio y resonante en el inmenso territorio de ocho mil municipios que tiene España. Luis dice que el pueblo tiene buena materia prima para sobresalir, sobre todo en su artesanía de alfombras –hoy menos abundantes; las hacían las señoras- y sobre todo por sus guitarras salidas de manos prodigiosas de sus guitarreros y también guitarreras.

            Recorrer Casasimarro con Luis F. Leal es un gozo porque lo conoce, lo muestra y lo explica de maravilla: Pueblo manchego de unos tres mil habitantes, con “muy buen aceite” de sus olivos  y también vino. Cuenta con una espléndida iglesia del siglo XVI, que en nada tiene que envidiar a la de El Toboso o Villacastín, porque las tres parecen basílicas. A esa iglesia, orgullo de su pueblo, Luis donó dos cuadros, uno de San Francisco de Asís, de Luis Tristán y el otro, una Virgen de la escuela de Valdés Leal. El cura del pueblo don Servando me reveló estos datos. A la iglesia se suman cinco ermitas con distintas advocaciones, entre las que destaca la del Cristo, muy venerado y celebrado en el mes de mayo con una procesión.

            El Monumento a la guitarra es una acertada escultura en bronce y piedra de Agustín de la Herrán, promovido por Luis F. Leal, mientras que ahora proyecta el museo a los guitarreros de Casasimarro que completa la visión guitarrística del pueblo. Está en ello.
            El Museo de la Guitarra, en un antiguo convento con amplio jardín de pinares, acoge la museografía que Luis Leal diseñó para el mismo: talleres de guitarra con sus utensilios, muestrario, documentación, auditorio y biblioteca. No podía faltar este museo en Casasimarro. También está el Museo del Humor José María Íñigo, una colección de viñetas de humoristas y fotografías de sus autores, que el conocido periodista coleccionó a lo largo de su vida.

            Conferenciante, pregonero, periodista cultural... Luis F. Leal es un todo terreno en la cultura que todo lo hace bien. En el amplio terreno de su casa en Casasimarro está construyendo otro pequeño museo y biblioteca para albergar los tesoros bibliográficos y artísticos que ha acumulado a lo largo de su vida. Se quiere inaugurar para las fiestas patronales de San Bartolomé, el 24 de agosto. Los operarios dicen que estará listo para entonces.

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 Con familia y amigos ante el Auditorio que lleva su nombre en Casasimarro
Luis F Leal, conferenciante

viernes, 2 de agosto de 2019

“Montes del Escorial. Historia de una repoblación”, libro de José Javier Ramírez Altozano


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Julia Sáez-Angulo


            2/8/19 .- Madrid .- Cuando observamos las fotografías del Escorial del siglo XIX, enseguida llama la atención el panorama de desolación que presentaban sus montes, ni un árbol ni un mísero arbusto ofrecían su sombra protectora”, se dice en la introducción al libro Montes del Escorial. Historia de una repoblación, publicado por Visión Libros. “Era un paisaje más propio del satélite lunar que de nuestro planeta tierra, el resultado de años y años de explotación abusiva, de no establecer límites efectivos al diente del ganado y al haza del leñador”.

            “No siempre fue así, y afortunadamente, por lo menos en este aspecto, ahora tampoco el paisaje es el de antaño. Cualquiera que se acerque al Escorial podrá contemplar la espléndida arquitectura de su afamado monasterio, envuelta por un denso pinar que trepa hasta las alturas del Abantos. Este manto verde es la obra de un grupo de técnicos, los ingenieros de Montes y de la Escuela que los formó, instalada precisamente en las antiguas casas de oficios monacales, al pie mismo de esa sierra que con tanto esfuerzo consiguieron repoblar”.
            El libro lleva fotografías y mapas que ilustran el tema al lector.

            Realmente el Real Monasterio del Escorial merece ese manto verde que le da una capa de belleza y dignidad, la d la Naturaleza fértil. Miles de visitantes y turistas llegan a ese monasterio, para algunos la octava maravilla del mundo, para otros la mayor mole en piedra, obra del arquitecto Juan de Herrera en el siglo XVI, verdadero joyel de obras artísticas en pintura, escultura, artes decorativas...

            El libro Montes del Escorial. Historia de una repoblación abarca toda la historia del paraje: Los montes del Escorial antes de la construcción del Monasterio; El Escorial Bosque Real; Montes ingenieros, Graells y la repoblación del Guadarrama, o,  La repoblación del Monte Abantos.
            El epílogo recuerda: “Y para conservar los bosques, puede servirnos de inspiración el principio contenido en el viejo adagio “el monte protege al monte”, esta especie de solidaridad montuna, debidamente adaptada al obrar humano, “esta acción fecunda” puede constituir uno de los rasgos más salientes de la economía forestal de las montañas”.

           
           
           

jueves, 1 de agosto de 2019

Estreno de la obra “Fanfarria del bosque lluvioso” de Esteban Peretz dedicada al Quinteto 1909 en el Olivar de Castillejo de Madrid


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Carmen Valero

            2/8/19 .- Madrid .- Ha tenido lugar el estreno absoluto de la obra “Fanfarria del bosque lluvioso” del compositor costarricense Esteban Peretz, dedicada al Quinteto 1909, en el Olivar de Castillejo de Madrid. El quinteto, compuesto de cinco guitarras, supo dar una versión bellísima sobre el tema de la lluvia la tormenta, acompañada de truenos, que conlleva la obra. 
            La interpretación de la guitarra soprano fue magistral.
           
            El Quinteto 1909 está formado por Hugo González, guitarra soprano; Miguel Ángel Casero, guitarra; Miguel Revuelta, guitarra; Víctor Manuel Casero, guitarra, y Óscar López, guitarra contrabajo. El conjunto nació de la inquietud de un grupo de guitarristas profesionales por difundir la música de cámara, presentándola como un espectáculo original y atrayente. Para ello incorporan a la sonoridad de tres guitarras españolas, dos instrumentos especiales: una guitarra contrabajo y una guitarra soprano. El Quinteto 1909 nace con vocación de permanencia.

            1909 es una fecha emblemática, pue es al año de la muerte de Francisco de Tárrega e Isaac Albéniz. Precisamente este año 2019, el Quinteto 1909 rinde homenaje de una forma muy especial al maestro Albéenos, celebrando su 110 aniversario.

            El programa interpretado en el Olivar de Castillejo –lugar singular de Madrid, con una hectárea de jardín y buen programa musical durante el verano en las Noches del Olivar- fue: Asturias, de Albéniz; la citada Fanfarria de Esteban Peretz; Danzas brasileñas, de Celso Machado; Invierno porteño, de Astor Piazzola; Quiccan, de Andrew York; Oración del torero, de Joaquín Turina, y el Intermedio – Boda de Luis Alonso,  de Gerónimo Giménez.
                 Curiosamente y debido a una tormenta. No se pudo interpretar la última pieza.

            Entre los asistentes al concierto: el ingeniero Ignacio Arregui y la poeta Berta García.

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